jueves, 31 de diciembre de 2020

BUENA ENTRADA DEL 2021

 ¡BUENA ENTRADA DEL 2021!

 

Al mal tiempo, buena cara. ¡Ánimo!

PORTAZO AL 2020

 

 

PORTAZO AL 2020

Año 2020. Lo cerraremos de un portazo, sin despedirnos, girándole la cara o con el gesto apresurado del que sólo desea salir corriendo. Dejar este año, este puñetero y atribulado año.

Empezó en enero, como todos, y en enero se torció. Pero no sólo porque el bicho ya anduviese entre nosotros. Con un debate de investidura en plena Epifanía se daba inicio a un Gobierno que se nos está haciendo tan largo como la pandemia. 

"Nuestros sueños no caben en vuestras leyes" dijo el portavoz de EH Bildu. Y Sánchez contestó amén. Y a partir de ahí, la mentira se hizo BOE, habitó entre nosotros y lo impensable se hizo real.

El abrazo de los náufragos Sánchez e Iglesias dio inicio al proceso de demolición de la España que hasta ahora habíamos conocido. Deprisa, deprisa, la primera piedra inaugural fue el proyectil con el que iniciar el desmoronamiento. Como la construcción del hospital exprés de Wuhan, pero al revés.

Ignorantes del virus e ignorantes de lo lejos que iban a llegar, pasamos el enero y el febrero imaginando que el Covid-19 era una gripe y que lo que el Gobierno amagaba con hacer tendría los frenos que nuestro sistema prevé. Nos equivocamos en las dos cosas.

Una mentira, después otra y otra, y dio comienzo el confinamiento. Supimos entonces que de la noche a la mañana podíamos convertirnos en una masa obediente, disciplinada y dócil. Descubrimos que la repostería es una ciencia exacta, que la riqueza se puede medir en balcones, terrazas y macetas, que una pantalla dividida en multitud de caras puede ser una fiesta y que un teléfono móvil que ya no da señal quizás sea una ausencia sin despedida.

Creímos en la fuerza de los aplausos primero y de las cacerolas después, pero también del silencio. "Resistiremos", "saldremos más fuertes", "cuando esto pase", "volveremos a ser los que éramos". Manos limpias, mascarilla –innecesaria, obligatoria, sanitaria, tuneada– y distancia de seguridad. Todo eso.

Aprendimos el valor de médicos, enfermeras, celadores, farmacéuticos, pero también de los que limpian las calles, los que llevan las cosas de un sitio a otro, de las cajeras, los reponedores, de quienes hacen posible que haya algo que reponer, de los rostros mal maquillados en la televisión, de las voces en las radios, de quien escribe en la prensa, de quien hace que todo lo obvio funcione.

Nos acostumbramos a las calles vacías y el parte diario de bajas, incluso falseado, nos pilló anestesiados. No quisieron que viéramos el dolor, que viéramos a los muertos. Nos querían inconscientes, y casi lo consiguieron.

Y supimos que se puede amordazar un parlamento, legislar por la puerta de atrás, comprar a una prensa, callar a otra, decir lo uno y lo contrario, no rendir cuentas, convertir la política en puro márquetin y dejar a mucha, mucha gente atrás.

Pasó el encierro y se nos dio el espejismo de un respiro –se ha doblegado la curva, salid a disfrutar– pero sólo para tener a quien culpar. La confusión se multiplicó por 17, aeropuertos sin control, cierres perimetrales, relajamiento, restricciones, fase uno, dos, tres, cuatro, vuelta a la casilla de salida.      

De este 2020 quedarán los muertos, los pobres, las empresas quebradas y las vidas en suspenso. Pero quedará también todo lo que se ha roto, todo cuanto se ha legislado, todo el mal que se ha hecho.    

Y ahora, en este año que empieza, a punto de encarar la tercera ola con la vacuna como pertrecho, tenemos tanto miedo como esperanza. No sabemos si es el principio del fin, si vamos sólo hacia una tregua o si en una noche como la de hoy, pero del año que viene, lo recordaremos casi todo como un mal sueño.

 

(Gary Durán/El Español/31/12/2020.)


2020: CONCLUSIONES

 

2020: conclusiones

2020 ha sido, en España, el año en que se ha formado el Gobierno social-comunista con apoyo separatista. Gobierno que ha cosechado las peores cifras en muertos por millón y en destrucción económica, y que ha pisado el acelerador aprobando a marchas forzadas medidas de hondo calado como la eutanasia o la ley de (mala) educación. Otras están en curso, como el control definitivo del poder judicial.

2020 ha sido, en Hispanoamérica, un año de avance impetuoso de la izquierda neomarxista y posmodernista: en Chile, en Perú, Bolivia, en Argentina con la recién aprobada y delirante ley del aborto.

En Estados Unidos, 2020 ha sido el año de los disturbios de Black Lives Matter y Antifa, y el de las elecciones presuntamente amañadas. Trump no se da por vencido y emplaza a sus seguidores al 6 de enero en Washington, DC, aunque sus periódicos no se lo cuenten. 2020 es también el año en que las redes sociales han censurado al mismísimo Presidente de los Estados Unidos, uniéndose definitivamente al coro mediático que trata de dirigir al rebaño occidental.

En China, 2020 ha sido el año en que han continuado creciendo mientras enviaban al resto del mundo el regalito del virus. También ha sido el año en que han dejado claro que van a someter a Hong Kong, sin importar lo que digan los tratados, y a disputar a Estados Unidos el liderazgo mundial con todo tipo de estrategias.

2020 ha sido el año en que nos han encerrado durante meses en nuestras casas, han mandado cerrar nuestros negocios, nos han prohibido reunirnos, por una enfermedad con “una tasa de letalidad IFR del 0,2%, el doble que la gripe estacional” (Fernando del Pino). Es cierto que, de enfermar demasiada gente a la vez, la falta de cuidados adecuados multiplicaría esa tasa. Pero también es cierto que nunca sabremos cuántas muertes estará causando el confinamiento, con el aplazamiento de pruebas de diagnóstico y operaciones; con los problemas psicológicos, el paro y la pobreza ocasionada en todo el mundo. Pero más que entrar a discutir las medidas o sus efectos, interesa señalar que 2020 ha sido el año en que el Tribunal Constitucional ha evitado pronunciarse sobre esta suspensión generalizada de derechos fundamentales.

2020 ha sido también el año en que se ha enviado al exilio de manera oficiosa y vergonzante al Rey Juan Carlos, artífice de nuestro actual sistema teóricamente democrático. Justo el año en que dicho sistema se ha puesto en entredicho, y no para mejorarlo, sino para terminar de suprimir la débil división de poderes.

2020, en fin, es el año en que el Foro Económico Mundial nos vende la necesidad de un Gran Reinicio en el que, siguiendo los sabios consejos de Greta Thunberg, “el mundo debe romper los viejos contratos y construir nuevos sistemas para salvar el clima”. También nos dice que “la riqueza, y no el coronavirus, es la mayor amenaza para nuestro mundo” porque “la verdadera sostenibilidad sólo se logrará a través de cambios drásticos en el estilo de vida”. Todos vimos qué bonitos los canales de Venecia, cómo nadaban los delfines en los puertos, durante el confinamiento. Lo que no nos mostraron es cuántos millones de personas morirán, cuántos vivirán en la miseria, cuántos dejarán de nacer, por lo mismo.

En línea con ello, el plan de salida de la crisis de la UE no se centra en las personas y negocios más golpeados por las medidas sanitarias, sino en la digitalización y la sostenibilidad. Resiliencia e igualdad de género también tienen su hueco, por supuesto. Pedro Sánchez ya se ha asegurado el control personal del reparto del dinero, en buena parte financiado con más deuda. ¿Qué puede salir mal? Se avecina el mayor robo de la historia. Socialismo en vena: más intervencionismo, más control, más capitalismo de amiguetes. Más corrupción. Por eso las grandes empresas comen de su mano.

2020 ha sido el año en que la libertad ha quedado malherida. Esperemos que no muera.

 

(MallorcaDiario/31/12/2020.)



miércoles, 30 de diciembre de 2020

FACHAS Y LA IZQUIERDA REACCIONARIA.

 

Fachas y la izquierda reaccionaria

A finales de Julio de 2014, Alberto Sotillos, un socialista madrileño que aspiraba a liderar el PSOE, afirmó que Vox es un partido de extrema derecha, y también algunas ‘facciones del PP’.

La despreciativa opinión de Sotillos, hacia Vox y parte del PP, tendría poca importancia si fuese algo excepcional. Pero no lo es. La mayoría de la izquierda considera a Vox- y a un sector del PP- como de extrema derecha. Y, tal vez, la llamada ‘derecha acomplejada’ opine algo parecido.

A la opinión de Sotillos se adelantó M. Hidalgo, en El Mundo, en diciembre de 2013. En su artículo ‘Novedad’ anunciaba la aparición de un nuevo partido: ‘‘Va a ser una extrema derecha de ‘cuello blanco’ que no se reconocerá como tal, que no cuestionará públicamente la democracia, pero que abogará por un autoritarismo reaccionario.’’

En febrero de 2010, los diputados populares Gil Lázaro e Ignacio Cosidó pusieron contra las cuerdas a Rubalcaba por el ‘caso Faisán’. Pero el socialista respondió: "Usted va contra mí para lucirse en las cadenas de extrema derecha". A principios de junio (2014), el secretario de organización del PSOE, César Luena, dijo que el aislamiento del Gobierno de Rajoy se debía a sus políticas de ‘derecha extrema’. Ya no se trata sólo de facciones del PP.

Aquí y ahora, llamar a alguien de ‘extrema derecha’ supone una grave descalificación. ¿Por qué? Porque la ‘cultura progresista’ sigue siendo dominante. Son tan arrogantes que reparten carnés de ‘demócratas’ y ‘fachas’ (extrema derecha).

¿De dónde viene todo esto? En pleno siglo XX, y dado que ni los conflictos bélicos, ni la revolución rusa bastaron para alcanzar los objetivos revolucionarios de la izquierda, había que cambiar, no de objetivos, pero sí de medios. Se trataba de modificar las conciencias. En lenguaje marxista, controlar la llamada superestructura. De ahí que haya tanto progre, no sólo en la Universidad y en los medios de comunicación sino, también, en el llamado ‘mundo de la cultura’.

Dicho esto, aclaremos el significado de ‘extrema derecha’ para saber a qué se refieren. Dado que en el diccionario de la Real Academia Española no aparece la voz ‘extrema derecha’, acudo a Wikipedia:

Extrema derecha o ultraderecha son términos utilizados en política en sentido peyorativo para describir movimientos y partidos políticos con tendencia populista que sostienen un discurso ultranacionalista, xenófobo y autoritario, en defensa exacerbada de la identidad nacional que no aboga por el mantenimiento de las instituciones y las libertades democráticas.’

En España, ser de ‘extrema derecha’ supone situarse en el fascismo o aledaños, o en un sistema autoritario que desprecia la democracia. O sea, Vox y el Partido Popular.

Estos partidos, supuestamente de ‘extrema derecha’, tendrían las siguientes características: autoritarios, xenófobos y ultranacionalistas españolistas.

Autoritario.

El diccionario de la RAE dice en su cuarta acepción: ‘Dicho de un régimen o de una organización política: Que ejerce el poder sin limitaciones’. Sería un poder político sin limitaciones, que no aboga por el mantenimiento de las instituciones y libertades democráticas. En consecuencia, el nuevo partido, Vox, no sería democrático. Y tampoco el PP, o facciones. Hay que ser muy ignorante para creer que, en un sistema democrático, se puede ejercer el poder sin limitaciones. ¿Mala fe, o es que no saben de lo que hablan?

Xenófobo.

‘... hemos conocido la noticia de que el primer ministro británico abanderó la introducción a última hora en el Parlamento de una nueva regulación que restringirá el acceso a las prestaciones sociales de los inmigrantes europeos, a fin de disuadir a aquellos que pretendan "vivir del Estado". El Gobierno conservador-liberal demócrata tramitó la normativa con urgencia para que pueda entrar en vigor el 1 de enero de 2014... (18/diciembre 2013/ld).

En nuestro entorno europeo tendríamos partidos de ‘extrema derecha’, como sería el caso del gobierno conservador de Cameron. El gobierno alemán, a partir de septiembre de 2014, expulsa a los europeos que no encuentren trabajo en seis meses para impedir a los inmigrantes abusar de su sistema. En la sanidad pública, todos los países europeos imponen algún límite temporal, o de servicios, para los inmigrantes irregulares. Todos de extrema derecha.

Excepto nuestros progres, que permitirían que todo el mundo se quedase en España. Gratis.

Ultranacionalista españolista.

No es bueno dejar que la progresía diga tonterías políticamente correctas sin contestar. España es uno de los pocos países (tal vez el único) en el que mucha gente se avergüenza de enarbolar, en público, la bandera nacional. Podría ser acusado de ‘facha’. Es uno de los pocos países (tal vez el único) en el que tararear el himno nacional es peligroso indicio de ser de ‘extrema derecha’.

Resumiendo. Si a usted le irritan los ilegales desafíos independentistas (golpe de Estado incluido) en Cataluña y País Vasco, y su deslealtad constitucional, es de extrema derecha. Si usted va a misa y a comulgar los domingos, es de extrema derecha. Si usted cree que el aborto no es un derecho y que debería ser regulado en forma de plazos o supuestos, es de extrema derecha. Si usted cree que no es bueno imponer clases de sexualidad a los niños de seis años, es de extrema derecha. Si usted cree que cargarse la escuela concertada es malo, es de extrema derecha. Si usted cree que comunistas, filoetarras y golpistas no deberían participar en un gobierno democrático, es de extrema derecha….

Hoy como ayer, siguen mintiendo.

Adriana Lastra, portavoz del PSOE. ‘Son ustedes un partido fascista’, dirigiéndose a Vox. 22/10/2020.

ERC quiere que el Congreso condene a la extrema derecha y su erradicación sea objetivo de Seguridad Nacional. ABC/25/12/2020.

¿Por qué la izquierda y separatistas quieren prohibir la existencia de partidos democráticos de derechas? Lean. Estatutos Vox. Artículo 3. Fines:

‘La defensa de la libertad individual, el Estado de Derecho, el imperio de la Ley, la independencia de la Justicia y el sistema democrático’.

Este gobierno incompetente y sectario quiere una oposición amaestrada, como la mayoría de los medios de comunicación. Así entienden la democracia. PSOE (mentirosos compulsivos), Podemos (comunistas), ERC (golpistas), Bildu (filoetarras)…

O sea, la izquierda reaccionaria en todo su esplendor. ¡Despierte!



(MallorcaDiario/30/12/2020.)

domingo, 27 de diciembre de 2020

PROFUNDAMENTE IDIOTAS

 (Esta pobre imbécil- de izquierdas, naturalmente-, aparte de su grosería y mal gusto, presume de algo que ha recibido de la naturaleza.

 

Todos, incluso los imbéciles como esta socialfeminista, nacemos con unos determinados órganos sexuales. Ningún mérito por nuestra parte. Por tanto, presumir de algo que nos ha venido dado por la naturaleza es de idiotas.

 

Tal vez no tenga nada de que presumir, aparte de su coño.)

 

 La vulgar líder del PSOE, el coño y su felicitación de Navidad: la Virgen María pariendo al niño

 

"Para que recordemos cuánto vale nuestro coño”

La vulgar líder del PSOE, el coño y su felicitación de Navidad: la Virgen María pariendo al niño.

El mensaje navideño de Sandra Gómez, la socialista vicealcaldesa de Valencia es el colmo del mal gusto: “hasta Dios salió de un coño”

 

 

viernes, 25 de diciembre de 2020

IDIOTAS DE CAMPEONATO

 (Cuando la enfermedad está muy avanzada, es muy difícil que estas gilipolleces ayuden a mejorar algo. Todo es cuesta abajo. Incluso con 'hecho diferencial'.)

 

 

(Campeonato mundial de idiotas. Disputadísimo primer premio.)

 

Urkullu pide hablar "en euskera" para combatir la pandemia: "Nos ayuda a superar las dificultades".

 

(ElEspañol/2/12/2020.)

LOS SEPARATISTAS BRAMAN CONTRA EL REY

 

El separatismo brama contra el Rey y asegura que no se ha desmarcado de la corrupción

Los dirigentes independentistas aprovechan el tradicional homenaje a Macià para arremeter contra el monarca.

- Seguir leyendo: https://www.libertaddigital.com/espana/politica/2020-12-25/discurso-navidad-felipevi-separatismo-brama-contra-rey-asegura-no-desmarcado-corrupcion-6693450/

jueves, 24 de diciembre de 2020

NAVIDAD 2020

 

Navidad 2020

La verdad es que este año la Navidad nos llega en un momento espantoso en todos los aspectos, pero intentemos hacer de la necesidad, virtud. Las circunstancias pueden ayudarnos a recuperar la esencia de la Navidad: la fiesta en que celebramos que Dios vino a nuestro encuentro al nacer como un niño más. Para celebrarla no son indispensables reuniones, banquetes ni regalos. Bastan silencio y oración para contemplar el misterio.

Son tiempos recios para los cristianos: perseguidos físicamente en muchos lugares, espiritualmente en otros. La descristianización de Occidente parece avanzar sin freno, poniendo en entredicho cada aspecto de la sociedad cristiana, tal vez de la sociedad natural: el nacimiento, la educación, el matrimonio, el trabajo, la muerte.

Los Diez Mandamientos coinciden con los principios liberales: vida, libertad, propiedad. No matarás, no robarás, no codiciarás los bienes ajenos. En nuestra sociedad no sólo se va permitiendo matar, sino que van a matar los propios médicos, mientras está completamente normalizado el robo a través de los impuestos motivado por la envidia hacia quien tiene más. Y la libertad es cada día menor, hasta el punto de que amenazan con quitarnos a los niños.

Eso sí, se cambian las palabras. El aborto, matar al no nacido, es ‘interrupción voluntaria del embarazo’, como si algún día pudiera reanudarse. Al robo lo llaman ‘redistribución de riqueza’ y ‘lucha contra la desigualdad’, como si toda desigualdad fuera intrínsecamente mala, cuando a menudo lo injusto sería la igualdad. A imponer una educación determinada en contra de los deseos de los padres lo llaman ‘lucha contra la segregación escolar’. Las familias desintegradas son ‘nuevos modelos de familia’. Matar a enfermos y ancianos es ‘ayudarles a morir’.

Estas falacias -en el sentido de argumentación equivocada- se filtran por todo, impulsadas por unos altavoces mediáticos omnipresentes, alcanzando ya no sólo nuestro hogar, sino también nuestros bolsillos. A veces puede dar la sensación de que es imposible contrarrestarlo, y llevarnos a perder la esperanza.

Pero esto sólo puede ocurrirle a quien está alejado de Dios. Porque quien está cerca renueva cada vez que ora la Esperanza, con mayúscula, de quien sabe que Dios es Señor de la Historia, y por tanto no hay nada que temer; sólo debemos confiar. Eso no significa que vaya a ser fácil: Dios no ahorró la Cruz a Jesucristo, ni el martirio a sus discípulos, ni evita los regímenes criminales que nosotros mismos nos damos o aceptamos por nuestra inmoralidad. Pero sí proporciona a quienes le siguen la fortaleza para sobrellevarlo, y es capaz de sacar bien del mal, y así la Cruz es la victoria sobre el mal, y la Iglesia se fortalece con el ejemplo de sus mártires.

¿Que hay pecadores en la Iglesia? Bien lo sabemos. La diferencia es que los cristianos reconocemos nuestras miserias e intentamos luchar contra ellas con la ayuda de Dios, mientras otros lo que intentan es convencerse y convencernos de que todo lo que hacen está bien, y se ofenden enormemente si se les muestra la verdad.

Dios actúa en un doble plano. El primero es el de cada persona, el del diálogo íntimo con cada alma, a través de todo lo que experimentamos. Los acontecimientos, las personas con que nos cruzamos, los pensamientos que albergamos. Dios está en nuestro mismo centro, hablándonos a través de todo lo que nos ocurre, esperando que acudamos a él. El segundo es el plano colectivo, la historia. Dios la dirige según su plan, integrando en él todo lo que decidimos en el ejercicio de nuestro libre albedrío.

Por eso podemos estar completamente tranquilos: sólo debemos confiar, y buscarle para que nos ayude a hacer todo el bien posible. Y para facilitárnoslo se ha hecho niño, como lo fuimos nosotros, y ha vivido una vida de hombre, como nosotros, con todo lo que ello implica, incluido el sufrimiento, para servirnos de ejemplo.

Feliz Navidad a todos, especialmente a quien haya disgustado este artículo. También te queremos. A ti, sobre todo.

 

(MallorcaDiario/24/12/2020.)



¿DE QUÉ HABLAMOS ESTA NOCHE?

 

¿DE QUÉ HABLAMOS ESTA NOCHE?

  • "Sospecho que esta Nochebuena, muchos compatriotas que estarán siguiendo el discurso del Jefe del Estado se van a preguntar si son monárquicos o republicanos", Pablo Iglesias, vicepresidente del Gobierno de España. Sospechoso habitual.

    Y ahí estamos los tres. Como una familia más nuclear que nunca. Replicados en las mesas de todos los que en esta noche deberíamos estar juntos. Cruzando el Atlántico con nuestras voces y proyectándonos hacia una imagen del verano austral que va y viene al ritmo de la incierta cobertura, porque no hay más.

    Y de ahí a la Península (llamar así al resto de España es cosa de insulares) y luego a cada una de las mesas que tendrían que ser la nuestra, en diferentes calles de Palma.

    El móvil, como en el confinamiento, nuestro aliado y a la vez un pobre sucedáneo de la gente con la que no estamos y de los abrazos que no nos damos. Casi ya una costumbre.

    Pero qué suerte tener comida rica en la mesa, nadie cercano desgranando las horas solo en un hospital, ninguna ausencia irremediable y hasta la fe suficiente para dar sentido a lo que celebramos. Qué suerte, sí.

    No la tienen todos. Habrá a quien en la mesa le falte de todo menos la incertidumbre y la desesperanza y hasta puede que a veces, el aliento. Los que estén solos. Los que midan el aforo de su cena con la regla de la gente que se les ha ido. Los que siempre odiaron la Navidad y ahora preferirían no tener un buen motivo para hacerlo. Los que esperan al que no saben si llegará a tiempo, al que está pendiente del resultado de una prueba, al que acabó su turno, al que no se decide porque tiene miedo.

    Encenderemos la tele. ¿Monárquicos o republicanos? No creo. En la vida real andamos muy hartos de polémicas de gente bien comida y peor vestida o de las peleas de cuñados de los veintidós ministros y la multitud que les cuelga.

    La mascarilla ha mutado para muchos en mordaza y aun sin ella, nunca se nos ha apartado tanto del debate –sobre la Educación, sobre la muerte, sobre la propiedad– como para que, precisamente esta noche se nos suponga o se nos imponga uno. No, gracias.

    Júpiter y Saturno confluyendo en el cielo, quizás eso fue la estrella de Belén y precisamente estos días el milagro se repite. No hay villancicos ni entrechocar de copas. Antes el bicho lo traían las gotículas y ahora son los aerosoles, no de las lacas o desodorantes, sino del puro respirar. Y por si faltaba algo, las nuevas cepas que nos llegan del Reino Unido y que tienen varados a nuestros camioneros en el canal de la Mancha. No tenemos ni idea, no tienen ni idea.

    Y allá en el horizonte, la vacuna, como el verano que con su calor se iba a llevar por delante al maldito virus. Y la desconfianza, no tanto en el remedio como en los que tienen que administrarlo. También en eso creyentes y no creyentes. Yo me la pondré enseguida por solidaridad. Yo esperaré por lo mismo. ¿Monárquicos? ¿Republicanos?

    Lo cierto es que cuando veamos al Rey en la pantalla del televisor, cuando empiece su discurso, la mayoría pensaremos: menos mal.

     

    (Gary Durán/El Español/24/12/2020.) 



miércoles, 23 de diciembre de 2020

GLOBALISMO VS SOBERANÍA NACIONAL

 

Globalismo vs soberanía nacional

Cristina Losada: ‘El nacionalismo es la guerra’‘Hoy prefieren hablar, por ejemplo, de recuperación de la soberanía nacional. Han incorporado el lenguaje de la democracia, pese a que el nacionalismo, por su propia tendencia excluyente, colisiona con el pluralismo de la democracia’.

 

Estoy de acuerdo, pero matizaré sus palabras. El proceso de construcción europea tuvo, entre sus motivos principales, evitar los enfrentamientos bélicos de antaño. Y para este loable objetivo es buena idea desinflar los nacionalismos.

 

Por esto, es escandaloso que, en España, la mayoría de políticos, periodistas, escritores y similares, simpatizan con los nacionalistas catalanes y vascos. Lo hicieron los populares. Ahora, más con el socialista Sánchez. Los miman- igual que el comunista Iglesias- porque necesita sus apoyos parlamentarios para gobernar. ¿No habíamos quedado en que los nacionalistas son un grave peligro para la convivencia democrática?

 

Los socialistas sanchistas- carentes de dignidad- quieren otra ración de ‘encaje’ para los nacionalistas antiespañoles. Darles más competencias y pasta. Pero estos comportamientos chocan frontalmente con las opiniones que los propios socialistas- y otros muchos políticos y periodistas tienen de Marine Le Pen. ¿Acaso Le Pen es nacionalista y los separatistas vascos y catalanes no lo son? ¡Y son socios del gobierno social comunista de Sánchez/Iglesias! ¡Qué indecencia!

 

Luego está la cuestión de la construcción europea y globalismo versus soberanía nacional. En mi opinión, hay una crisis, no tanto en la construcción europea como en el tipo concreto de construcción europea. ¿Por qué?

 

Los miles de burócratas- que cuestan una millonada- de Bruselas, organizados en diversas instituciones, están suplantando, aunque sea en parte, a los políticos democráticamente elegidos en los diferentes países europeos. Y esto plantea un problema de legitimidad. Aparte de la superinflación de regulaciones comunitarias.

 

No deseo que se recupere soberanía nacional para encerrarse cada uno en su país. Si esto fuera posible, que no lo es. Me parece mejor que la construcción europea actual, un expreso y real proyecto de fomento e intensificación las relaciones económicas, culturales, y de todo tipo, entre los ciudadanos de los diferentes países.

 

¿Cuál es la diferencia entre lo que digo y la construcción europea actual? Primero, que las decisiones políticas estarían directamente avaladas por los votos de los ciudadanos de los respectivos países. En segundo lugar, que este proceso- aunque probablemente más lento- sería, también, más profundo, porque no sería un proceso ordenado desde ‘arriba’, por las burocracias bruselenses sino un proceso desarrollado- principalmente- por los ciudadanos de los diferentes países europeos. Tercero, las instituciones y organismos se crearían, solamente cuando las relaciones de los ciudadanos europeos exigieran- para su mayor fluidez y garantía- tales instituciones y organismos.

 

Resumiendo, mucho más protagonismo ciudadano- que debería fomentarse desde las instituciones- y menos protagonismo político-burocrático comunitario. Una construcción ‘desde abajo’, con el apoyo expreso de los ‘de arriba’. Protagonismo ciudadano que no consiste en sustituir a los políticos, sino que las relaciones entre los ciudadanos europeos se vean mucho más facilitadas y fomentadas.

 

Pero sin un compromiso firme de los líderes políticos europeos, en el sentido indicado, la nueva construcción/integración europea- desde ‘abajo’- no funcionaría adecuadamente.

 

Los sistemas de enseñanza de los diferentes países europeos deberían reforzar este programa de fomento de las relaciones entre los ciudadanos europeos. Con el objetivo de ir intensificando la integración. Es decir, fomentar lo que tenemos en común: ser europeos. Algo parecido- no igual- a los intentos fallidos de fomentar las muchas cosas que los españoles tenemos en común. Intento fallido por el fracaso de PP/PSOE, la deslealtad de los nacionalistas antiespañoles, y la comprensión de estas deslealtades, por los mayoritarios medios de difusión progresistas. Y, a veces, apoyo directo.

 

Resumiendo, los burócratas bruselenses no deberían diluir la soberanía nacional de países que se han forjado a lo largo de siglos. Pero la idea no es volver a un pasado indeseable, vinculado a guerras mundiales. La idea es construir la integración europea, de otro modo. La soberanía nacional no debería desaparecer por las decisiones de unos políticos. Los ciudadanos tienen que decidir, paso a paso, qué dirección quieren tomar. Y a qué velocidad. Ahora no es así. Porque los políticos de la UE tienen demasiado protagonismo. También ideológico. Imponiendo, prácticamente, un consenso progre, LGTBI, pacifismo, ecologismo, feminismo, multiculturalismo, relativismo…

 

Una cuestión de gran importancia, además del terrorismo yihadista, es la inmigración. Aunque no basta hablar de ‘inmigración. Hay que concretar. ¿Tiene sentido hablar de inmigración ‘regular’ e inmigración ‘irregular’? Si todo es igual, ¿para qué fronteras? Hay una estúpida y suicida carrera para ver quién es ‘más bueno’. ¿Por qué no invitamos, a los inmigrantes africanos a que vayan -gratis- a los hoteles de Canarias, como ahora sucede? Mientras tanto, el gobierno social comunista envía ilegalmente, inmigrantes irregulares de Canarias a diversas ciudades españolas peninsulares.

 

El gobierno de España es una fuente de desinformación con el Covid y la inmigración’. Reporteros sin fronteras. (14/12/2020.)

 

Según la ética de la convicción (Max Weber), solamente debemos regirnos por principios morales, con independencia de las circunstancias y consecuencias previsibles. Los progres se apuntan al ‘buenismo’, que es irresponsable y peligroso. Pero lo usan para mostrar- falsamente- que son moralmente superiores. Mienten. Los pocos medios de comunicación responsables que quedan, deberían denunciar este suicida progresismo de salón, que supone la aplicación del ‘Fiat iustitia et pereat mundus’.

 

 Que ni siquiera es justicia. Porque no es lo mismo ser buena persona, que ser idiota ‘buenista’. Creen que bastan sus ‘buenas intenciones’, mientras se despreocupan de las peligrosas y previsibles consecuencias de la masiva inmigración incontrolada. ¿No hay límites? Entre los que vengan de otros países africanos y Marruecos, en los próximos años, vendrán cientos de miles de ilegales y este gobierno social comunista no hará nada. Dudo que el PP hiciera algo. ¡Una bomba de relojería! Suponiendo que no se infiltren terroristas.

 

La antropóloga Maryon McDonald, escribe: ‘es cada vez más difícil criticar a la UE sin ser considerado un lunático de extrema derecha, fascista, racista o nacionalista’.

 

O sea, no te atrevas a criticar el consenso progre y socialdemócrata. ¡Facha!

 

PD. El Parlamento Europeo se niega a poner un belén porque "puede resultar ofensivo". (ld/19/12/2020.)



(MallorcaDiario/23/12/2020.)

martes, 22 de diciembre de 2020

IDIOTAS DE PROGRESO

 

(Idiotas de progreso.)

 (¿Qué se puede esperar de esta tropa?)

 

 

Ministerio de Igualdad

El Ministerio de Montero: “Los hombres dan alcohol y drogas a las mujeres para aprovecharse de ellas”.

 

(OkDiario/22/12/2020.)