sábado, 31 de julio de 2010

DIFICULTADES EN EL OASIS.





DIFICULTADES EN EL OASIS.

La Generalitat de Cataluña tiene problemas de tesorería para hacer frente a sus pagos comprometidos.

El síntoma más evidente de esta situación son los retrasos constantes que tiene el departamento de Sanidad en el pago de las facturas a los centros hospitalarios concertados y cuyo importe asciende a unos 600 millones de euros.

De estos 600 millones, 440 corresponde al abono de facturas por prestación de servicios de hospitales concertados. Desde el pasado mes de abril, estas facturas han sufrido retrasos en los pagos. Además de las facturas, Sanidad también aporta otros 170 millones de euros mensuales en concepto de complementos salariales al personal sanitario.

En una reunión celebrada el pasado miércoles, la Generalitat también anunció el aplazamiento a 60 días de los pagos. Hasta ahora el abono se hacía con un plazo de 30 días. Esta medida puede generar un profundo malestar entre los profesionales del sector aunque los hospitales tienen la obligación legal de hacer frente al pago de las nóminas.

Desde abril

Las dificultades de financiación de la administración catalana se arrastran desde abril. En esas fechas y ante las dificultades que ya existían en los mercados financieros occidentales, el consejero de Economía catalán, Antoni Castells, emprendió una gira por Japón para tantear una emisión de bonos samurai (títulos emitidos en yenes por una entidad extranjera).

No se fijó una cantidad al tratarse ésta de una decisión inmediatamente anterior a la emisión. La operación, prevista para unas semanas después, no se ha llevado a cabo debido a que la agencia de calificación Fitch rebajó el nivel de la deuda catalana. Además, en aquellas fechas, la Unión Europea obligó al Gobierno español a aplicar un severo plan de ajuste para garantizar su solvencia.

En los tres primeros meses de 2010, Cataluña había conseguido colocar hasta 2.150 millones de euros en bonos. Lo hizo en las dos primeras operaciones de una serie que a lo largo de todo este año deberían alcanzar los 9.000 millones, cifra necesaria para hacer frente a las necesidades de tesorería. El precio pagado en las emisiones fue de entre el 4,95 y el 3,87%.

Tanteó a los bancos

Ante el cierre de los mercados y para hacer frente a sus pagos, la Generalitat sondeó a las principales entidades bancarias españolas. La intención era firmar un crédito sindicado de 1.000 millones. La mala acogida también ha paralizado esta operación. Según algunas fuentes sólo La Caixa y Caixa Catalunya estaban dispuestas a aportar una parte de ese préstamo.

Para hacer frente a los pagos más inmediatos, a principios de mes el departamento de Economía colocó pagarés por un importe de seis millones, en una subasta ordinaria cuya única adjudicataria fue La Caixa. Cuatro millones de euros se lanzaron a tres meses, con un tipo marginal del 1,41%; un millón de euros más a seis meses a 1,84%, y otro millón a 12 meses al 3,3%. (El Economista).

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Tal vez deberían crear más Embajadas.

el pensamiento de izquierdas.











BIBIANA AÍDO SE CONFIESA EN EL MUNDO

"Si Lehman Brothers hubiera sido Lehman Sisters, todo cambiaría"

No podría tener una pareja que fuera de derechas. Tampoco soporta que la llamen "pro muerte" por impulsar el aborto o que haya gente que quiera llevar la razón en todo. También cree que otro gallo hubiera cantado a Lehman Brothers si hubiera sido "Lehman Sisters". Así es Bibiana Aído. (LD).

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'La izquierda no tiene ideas. Sólo enemigos'. (Alain Finkielkraut)

Por cierto, me olvidaba de otra gran idea de la izquierda feminista. Poner cofia a los hombres. En fin, tomaré una aspirina.

Me pregunto (aunque no debería), ¿habrá muchos españoles y españolas- con perdón- que estén a la altura estratosférica de Doña Bibiana Aido? No, no me conteste.
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¿Y SI HUBIESE SIDO ZAPATERA?

la responsable del Ministerio de Igualdad, una de esas monstruosas burocracias que en pos del sentido común y la austeridad deberían ser eliminadas de inmediato, que la actual crisis económica habría resultado mucho más llevadera si el banco de inversión Lehman Brothers se hubiera denominado 'Lehman Sisters', esto es, si hubiese estado dirigido por mujeres.

Por extraño (o no) que puede parecer, la estupidez no es original de Aído, ni siquiera de la directora de Informativos de Antena 3, Gloria Lomana, quien hace unas semanas repitió esta misma boutade. Tampoco la bobada fue alumbrada por la diputada laborista Harriet Harman, quien hace meses insistió en este mismo discurso.

La gestación de esta consigna parece haberse originado hace año y medio en una mesa redonda organizada por la periodista del semanario inglés The Observer, Ruth Sunderland, sobre el papel del machismo en esta crisis. En el panel, las diferentes ponentes –todas mujeres– expusieron la opinión mayoritaria de que "sin lugar a dudas, el excesivo machismo ha jugado un papel decisivo en esta crisis; ha sido la idea de que siempre debes ser mejor que el resto y batir a tus rivales"; "si hubiese habido más presencia femenina en las empresas, habríamos adoptado una visión más largoplacista"; o "necesitas una influencia moderadora de toda esa testosterona".

No sólo debería preocuparnos que nuestros políticos y periodistas sean presas fáciles de las ocurrencias disparatadas de una mesa redonda organizada por una periodista inglesa –así se teje la propaganda que más tarde se traduce en políticas públicas dirigidas a estrangular nuestras libertades y nuestros bolsillos–, sino también la facilidad con la que la población asimila unos argumentos tan torpes que apenas saben distinguir entre una débil correlación de directivos masculinos y crisis económica y una firme relación de causalidad entre ambas variables.

No está de más recordar que la hipótesis básica en que se basan la mayoría de las ponentes es simplemente falsa: aun en el supuesto de que las mujeres fueran más conservadoras y largoplacistas que los hombres, hasta 2007 prácticamente todos los inversores –hombres o mujeres– no fueron conscientes de los riesgos en los que estaban incurriendo al apalancarse para adquirir activos de bajo rendimiento.

La expansión crediticia inducida por los bancos centrales creó unas expectativas de crecimiento insostenibles y redujo a su mínima expresión el riesgo percibido de iliquidez e insolvencia. Las burbujas son eso: períodos de euforia colectiva que la inmensa mayoría de agentes creen que durarán indefinidamente ('la nueva era', 'la nueva economía', 'la nueva altiplanicie'...). Sólo unos pocos inversores cuentan con los conocimientos y la habilidad de resistirse a esa orgiástica tendencia que puede durar años –de hecho, durará hasta que los suficientes ilusos se sumen a la burbuja– y nada me indica que esa habilidad esté más relacionada con el género que con la formación.

Tomemos por ejemplo el grupo de inversores más largoplacistas y con mayores rentabilidades históricas: los llamados inversores de valor y asimilados. Todos ellos son hombres: Benjamin Graham, Warren Buffett, Seth Klarman, Peter Lynch, Monish Pabrai o en España Francisco García Paramés y Álvaro Guzmán. O tomemos al grupo de economistas que cuenta con una mejor y más completa teoría para explicar lo que está sucediendo, los economistas austriacos. También casi todos ellos (con alguna muy saludable excepción) son hombres: Menger, Böhm-Bawerk, Mises, Hayek, Machlup, Röpke, Rothbard, Kirzner, Fekete, Huerta de Soto o Mike Mish.

¿Significa ello que las mujeres están incapacitadas para invertir a largo plazo con éxito y para anticipar los ciclos económicos? No, significa que hasta el momento la mayoría de inversores que se han acercado a la filosofía value o a la teoría económica austriaca han sido hombres.

Por el contrario, si nos vamos al Gobierno más desastroso de la historia de España, nos topamos con que también ha sido el Ejecutivo más paritario y en el que más responsabilidades económicas han tenido las mujeres. ¿Deberíamos llegar a la conclusión de que a mayor presencia de mujeres en nuestras carteras ministeriales, mayor catástrofe nacional? No creo que nadie digiriera bien semejante razonamiento. El problema de De la Vega, Salgado, Aído o Trinidad Jiménez no es que sean mujeres, sino que son socialistas. Pero esta tara la comparten con Corbacho, Sebastián, Moratinos y, sí, Zapatero. Ni hombres ni mujeres son inmunes al virus de la estupidez.

El origen y la persistencia de la crisis no deben buscarse en el machismo institucional tan frecuentemente denunciado por el victimismo feminista-hembrista, sino en unas pésimas instituciones financieras –la banca central monopolística de dinero fiduciario– y en una más nefasta ideología política –el socialismo. Cámbiense los dos y obtendrá políticos y empresarios responsables, hombres o mujeres. Persistan los dos, y el desastre lo tendrá asegurado, con hombres o con mujeres.

Claro que a la superflua ministra de Igualdad le interesa más desviar el foco de atención. Con otras instituciones y otro discurso político, ella jamás habría alcanzado una posición con tanto poder, privilegios y emolumentos. No por mujer, pero sí por torpeza e incapacidad. Por eso sale más a cuenta reflexionar sobre tonterías como las Lehman Sisters que sobre el papel de la banca central en una sociedad libre. (Juan Ramón Rallo/LD).

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La economía explicada por los ovarios. Es cierto, no toda la izquierda es tan imbécil.

REFORMA LABORAL ZP.






REFORMA LABORAL PROGRESISTA.

''Insuficiente, tímida, no aborda los problemas fundamentales del mercado laboral español''.

Ese mercado en el que, según denuncian los expertos, ''una empresa en crisis no tiene otro remedio que despedir, al no poder adaptar horarios ni salarios''. Esto último lo dice Fernando Moreno, abogado laboralista de Cuatrecasas, pero no es el único que denuncia ésta y otras muchas de las situaciones anacrónicas que se seguirán dando después de la entrada en vigor de la nueva norma.

Todos los abogados y catedráticos de Derecho Laboral consultados por este periódico coinciden en afirmar el reducido espectro que abarca lo aprobado ayer. Opinan que se han dejado fuera asuntos tales como la revisión del papel del juez a la hora de determinar la ''viabilidad'' de una empresa o la “mínima razonabilidad” de los despidos; tampoco se ataja, si acaso se queda a medio camino, la problemática del absentismo, fundamentalmente el colectivo, que puede llegar a provocar que ''unos ganen sin trabajar lo que otros trabajando'', en palabras de Juan Antonio Sagardoy, catedrático de Derecho del Trabajo; y no se encara, tampoco, la flexibilidad interna de unas empresas atadas de pies y manos por los sindicatos a cuenta de los convenios.

Lea la información completa en la edición impresa de LA GACETA.

CATALUÑA TIENE UN PROBLEMA.





CATALUÑA TIENE UN PROBLEMA.


Si es cierto -que lo es- que “España tiene un problema” con Cataluña como escribió el padre de la Constitución, Miquel Roca, tras conocerse el fallo del TC sobre el Estatuto de 2006, también lo es que Cataluña, de puertas adentro, tiene otro no menor que consiste en el cuarteamiento del llamado catalanismo político y social. Una clase dirigente muy por debajo de los requerimientos del momento histórico que vive la Comunidad, está llevando la convivencia catalana a un enfrentamiento como nunca antes había sucedido. La proyección de una Cataluña homogénea y cohesionada ha saltado por los aires y el oasis catalán, tan publicitado, se ha convertido en un espacio político y social inusualmente convulso.

La prohibición de las corridas de toros en Cataluña -asunto tratado hasta la saciedad en su significación cultural y político- incorpora connotaciones hostiles hacia la simbología de la llamada “fiesta nacional” (dígase lo que se diga, la medida de interdicción conlleva un ánimo político e ideológico indudable, por más que no excluya otro tipo de motivaciones no estrictamente políticas), pero supone también, y de manera grave, una profunda escisión en la sociedad catalana como lo demuestra el hecho de que el Parlamento autonómico se quebrase en dos facciones: contra la tauromaquia, 69 votos, a favor, 58 y 9 abstenciones. Estos guarismos parlamentarios demuestran que los diputados catalanes –de diferente extracción socio-cultural y económica, incluidos tanto en el PSC como en la propia CiU- no son ya capaces de integrar mayorías rotundas en temas de carácter transversal, que era lo que distinguía al catalanismo.

La viva –incluso virulenta- polémica que ha seguido a la prohibición de las corridas de toros, afición ciertamente declinante allí, remite a un enfrentamiento subterráneo pero progresivamente visible en el que emergen catalanes con percepciones muy diferentes, alejadas algunas de la corrección política que tanto unifica el tono general de los pronunciamientos públicos en el Principado. Puede haber muchas razones para prohibir los toros, pero las hay más –y más contundentes- para prohibir el boxeo, si, como está ocurriendo con la clase política en España, se sucumbe al intervencionismo prohibicionista que atenta contra el principio de mínima intromisión de los poderes públicos en las actividades -sean cuales fueren- de los ciudadanos, en lo individual y en lo colectivo.

La tauromaquia, que con variantes, ha tenido históricamente una gran tradición en Cataluña aunque en progresivo abandono en las últimas décadas, no consiste sólo en la lidia sino en un universo de manifestaciones culturales, históricas y sentimentales que la acompañan. Hay una prosa taurina; una poesía de inspiración tauromáquica; una pintura imperecedera vinculada a una estética torista y torerista; un género periodístico específico protagonizado por grandes plumas y una economía en torno a la fiesta de los toros que no sólo propicia riqueza, trabajo y bienestar, sino que actúa también en la vertiente conservacionista de las especies y en la ecológica de las dehesas.

En definitiva, la tauromaquia es espectáculo, es cultura, es tradición y es industria. Sea uno taurino o no lo sea -como es mi caso- simplificar como se ha hecho en Cataluña la fiesta taurina a una cuestión animalista, es un reduccionismo que no podía por menos enfrentar ácidamente a los catalanes entre sí y a una buena parte de sus elites culturales.El Parlament durante el debate de prohibición de las corridas de toros (Efe)

Pero la ruptura interna de la clase política catalana y con la ciudadanía no es cosa de ahora. Se vio ya cuando el Estatuto de 2006 fue refrendado por poco más de un tercio del censo electoral de Cataluña, contó con la negativa del PP y de ERC y sedujo lo justo a los nacionalistas de CiU. Luego, la desunión de las fuerzas políticas catalanistas en la defensa del texto autonómico –demostradamente inconstitucional en aspectos de gran importancia cualitativa- se acreditó con su incapacidad para sacar adelante una resolución conjunta en el debate sobre el estado de la Nación –ni siquiera la pactada por el PSOE y el PSE-, tras el magro logro de una declaración de mínimos en el Parlamento catalán que se limitaba a reiterarse en el preámbulo del Estatuto al que el TC, en lo referente al carácter nacional de Cataluña, ha privado de eficacia jurídico-interpretativa.

La manifestación del 10-J, mal gestionada por los partidos, fue la expresión más extrema -fuese cual fuese el número de manifestantes- de la incapacidad de respuesta institucional y madura a un problema institucional de enorme envergadura. La Generalitat abdicó en la calle una respuesta que -por su trascendencia- debió tener una altura política y jurídica de la que, obviamente, careció. A tono, es cierto también, con la rasante del presidente del Gobierno y de su Gabinete.

El laberinto de desconcierto y enfrentamiento en el que se ha introducido la política catalana llega hasta el punto de la máxima discrepancia en el desarrollo estatutario. El Parlamento catalán -con el voto en contra de CiU y PP- ha aprobado la muy importante Ley de Veguerías que pretende una forma de sustitución de las provincias, al modo de tradición catalana. El texto, no sólo colisiona con la sentencia del TC, sino también con el dictamen del Consejo de Garantías Estatutarias, organismo consultivo autonómico de ámbito estrictamente catalán. Hay territorios catalanes -no es cuestión de entrar en detalles- en radical desacuerdo con la distribución comarcal que delimita esa norma que, con otras, está en el alero de la inconstitucionalidad.

¿Qué decir de la cohesión del tripartito? La mezcolanza de un PSC con una ERC independentista y el izquierdismo radical de ICV ha sido una fórmula más que para gobernar, para evitar que CiU lo hiciera, y como en todo Ejecutivo reactivo, en su seno se ha dado -y se siguen dando- todo tipo de incoherencias, desajustes y diferencias sustanciales de criterio. Esta extraña alianza entre organizaciones tan disímiles ha tensionado -y no sabemos hasta donde- la relación federada del PSC con el PSOE cuyo secretario general, Rodríguez Zapatero, purga ahora sus muchas responsabilidades en una política gubernamental hacia Cataluña errática y frívola.

Por fin -aunque el listado de graves problemas catalanes, puramente internos podría continuar- Cataluña es el escenario de episodios presuntos y probadamente claros de corrupción que afectan a su clase dirigente: los casos Millet y el llamado Pretoria, sin olvidar otros menores que afectan al Ayuntamiento de Barcelona, no son temas pequeños en el rebrote de la corrupción política por el que atraviesa nuestra democracia. Cataluña no se libra, en consecuencia, de aquellas lacras que sus dirigentes fustigan con tanta energía verbal desde los púlpitos de las instituciones centrales, mientras lo hacen tan quedamente desde las locales.

Es cierto lo que decía Miquel Roca: España tiene un problema con Cataluña porque no hemos resuelto definitivamente -¿será resoluble alguna vez?- su inserción en el conjunto nacional; pero Miquel Roca debería convenir –y como es un observador perspicaz lo hará- que Cataluña tiene un problema en el tratamiento de su propia cohesión interna, en el manejo de su pluralidad y en la ruptura –con extremosidades decisoras y políticas divisivas- de ese catalanismo que habiendo tenido siempre significaciones distintas, ahora ha quebrado hacia dentro y hacia fuera provocando una sensación de desconcierto y de enfrentamiento en la Comunidad como no se recuerda en décadas. Y ese guirigay cuyos ecos llegan a Madrid es de la íntegra responsabilidad de sus dirigentes. La prohibición de los toros no es más que el síntoma de una deriva de un catalanismo otrora amplio, liberal y cohesivo con vocación de proyectarse en España como elogió (“hay que catalanizar España”) el eximio Miguel de Unamuno. ¿Escribiría hoy lo mismo? (José Antonio Zarzalejos/ElConfidencial)

EL REBAÑO ESPAÑOL.






EL REBAÑO ESPAÑOL.

Sobre Nueva historia de España (VIII)

P. ¿Pueden los separatismos consolidar nuevas naciones en la Península Ibérica?

R. Pueden, evidentemente. Llevan muchos años tratando de crear antagonismos, antipatías, sentimientos de superioridad y hostilidad, y algo han conseguido. Si, de un modo u otro, lograsen la secesión, y en Cataluña ya están al borde de ella, impondrán con todas las ventajas del poder su visión histórica, la transmitirán masivamente desde la escuela, de hecho llevan años haciéndolo, y ello creará un sentimiento difícil de revertir. Ya he dicho que las naciones son previas a los nacionalismos, pero a su vez los nacionalismos pueden crear nuevas naciones.

P. No obstante, las relaciones económicas, la integración en la UE, etc., impedirán que la secesión se produzca de forma traumática

R. La secesión sería un grave trauma, se produjera como se produjera. Y la economía tiene en estos asuntos mucha menos importancia de la que suele creerse. Las relaciones económicas entre las grandes potencias europeas antes de la I Guerra Mundial eran ya intensísimas, así como la interpenetración de capitales, y ello no impidió un intenso nacionalismo y la misma guerra. En España, la industria de Barcelona y la de Bilbao se desplegaron con la máxima ayuda de Madrid, que las protegió en exceso. Fue un fenómeno completamente ajeno a los nacionalistas vascos y catalanes, y sin embargo estos lo tomaron como signo y prueba de superioridad “racial” y nacional, y lograron meter esa idea en la cabeza a mucha gente. Claro que no lo habrían logrado sin el “desastre” psicológico del 98, como explico en Nueva historia y, con más detenimiento, en otros libros. Nunca han sido tan intensas como hoy las relaciones económicas entre las distintas regiones españolas, y nunca habían calado tanto los separatismos, ni flojeado tanto el patriotismo hispano, que apenas se expresa fuera del fútbol, debido a una actitud de los políticos que puede calificarse propiamente de traición.

P. ¿Y qué me dice de la UE?

R. Como habrá notado en el libro, soy bastante escéptico hacia la UE. Es una idea que en muchos sentidos va contra la propia historia de Europa, un intento de homogeneizarla cultural y políticamente, contra la tradición de diversidad tan típicamente europea y tan fructífera. También es el intento de descristianizarla, lo que supone cortar una de sus principales raíces culturales, por no decir la principal. El único argumento real es que así se impedirán nuevas guerras entre Alemania, Francia e Inglaterra, pero ese peligro desapareció, al menos por mucho tiempo, después de la II Guerra mundial. Con ese pretexto se ha elaborado un designio que quería hacer del continente una nueva superpotencia, y arrastrar a los demás países bajo la dirección de un eje París-Bonn al principio, y luego bajo la hegemonía cultural anglosajona, a pesar de que Inglaterra es uno de los países más euroescépticos. Observe, por lo demás, que aunque la UE se ha convertido en una superpotencia económica (con muchos problemas de difícil solución) ha perdido casi por completo, desde 1945, su potencia cultural, su originalidad, y eso es muy significativo.

Hay, además, un toque bastante ruin en todo ello. Europa occidental --excepto España, Portugal, Suecia y Suiza-- debe a Usa su democracia, la raíz de su prosperidad y su propia subsistencia frente a la URSS, y sin embargo hay en Europa un extendido sentimiento antiuseño. Supongo que es el resentimiento del deudor.


En cuanto a España, naturalmente es un país europeo, con o sin UE, no tenemos esa deuda enorme con Usa, y menos aún con el resto de Europa, de cuyas guerras hemos estado afortunadamente ausentes. Y sin embargo domina en España un sentimiento realmente servil hacia lo que llaman “Europa”. Esto es un síntoma de decadencia y debilidad psicológica, que arrastramos también desde el 98. No, la UE no va a resolver nuestros problemas, puede incluso agravarlos, como ya hizo con Yugoslavia.(Pio Moa)

CATALUÑA HA MUERTO.










CATALUÑA HA MUERTO.

Ya es una leyenda, pero dentro de un par de décadas su figura se convertirá casi en un personaje de ciencia ficción en Cataluña. Un muchacho de Santa Coloma de Gramanet, de padres y abuelos catalanes que llegó a ser matador de toros. Un hombre que llegó a participar en más de 200 festejos en Barcelona.

Una figura que conoció una Ciudad Condal con dos plazas funcionando a pleno rendimiento -La Monumental y Las Arenas- y que incluso pasó a la historia de la tauromaquia encerrándose con seis miuras ante sus paisanos una tarde de 1972. Es Joaquín Bernadó, para muchos aún hoy el mejor torero catalán de la historia, que sabe mejor que nadie qué ha sido, es y será la tauromaquia para los catalanes.

«La afición a los toros me vino por mi padre, que fue el primero que me llevó a ver una corrida», afirma el maestro Bernardó. Cuando era aún un niño su familia se trasladó de Santa Coloma al barrio del Raval en la capital catalana. Allí recuerda ver tabernas de ambiente taurino, con carteles antiguos y tertulias. «Había gente a la que no le gustaban los toros, por supuesto, pero no se hablaba de antitaurinos ni prohibiciones», recuerda.
Barcelona, capital del toreo

El maestro Bernardó debutó en la plaza de Las Arenas el 4 de julio de 1953. Recuerda que por aquel entonces la Ciudad Condal era la capital del toreo. «Madrid te convertía en figura, pero en número y calidad de festejos Barcelona ganaba por goleada», comenta.

Cosas de la vida, Bernardó guarda una medalla de oro concedida nada más y nada menos que por el Ayuntamiento de Barcelona en 1983. Se la entregó Pasqual Maragall, en ese momento alcalde. «Recuerdo que me dijo que me premiaban por mi estilo artístico y que los toros eran muy importantes para Cataluña», asegura.

Bernardó, hoy profesor de la Escuela de Tauromaquia de Madrid, pasó ante las cámaras de ABC para compartir en un vídeo sus recuerdos de la Barcelona más taurina. Una Barcelona que corre el riesgo de perder una de sus señas de identidad tradicionales a partir de 2012. «Para mí, Cataluña ha muerto», sonríe taciturno. (ABC)
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UNA MUERTE ANUNCIADA.



Hacer amigos. Esta es la consigna O dicho sin ironía. Acentuar, exagerar, distorsionar la realidad para parecer más diferentes. Para que nadie pueda decir que esta tierra es un trozo de España. Como ha sido siempre.




Tanto desprecio ha llegado a calar en millones de personas cuyas preocupaciones básicas son llegar a fin de mes y salir a cenar con los amigos.




Pero el desprecio es sistemático. Y no se olvida. Recordemos, una vez más, las Olimpiadas celebradas en Barcelona. Toda España se sumó a la fiesta y se volcó en la ayuda. Pero destacados catalanistas expresaron en público y en privado su deseo de que Madrid fracasara en sus intentos de conseguir unos Juegos Olímpicos.




Y no pasó nada. Como cuando la Ministra Carmen Chacón se puso el sweter con el lema 'Todos somos Rubianes'. Aquel rufián que dijo, en TV3, 'Me cago en la puta España'. Así son los socialistas.




Por no hablar del boicot a los productos españoles, iniciado por la organización catalanista Omnium Cultural. Generosamente subvencionada por la Generalidad de Cataluña.




O la vergonzosa discriminación contra la lengua española (la lengua de Franco, dicen estos enfermos), es decir, contra miles y miles de familias catalanas.
Y mienten como bellacos al negarlo. Porque lo niegan, especialmente cuando van a Madrid a exponer lo bien que va todo en el Oasis. Aunque exigen más dinero. Y más todo. Y se quejan.



Todo ello con la colaboración activa de los socialistas catalanistas y Zapatero. Y el complejo vergonzante del Partido Popular, para que no digan que son 'anticatalanes'.
O sea, tragan la propaganda del adversario político.



Es una lástima, pero el Oasis apesta. Boadella no pudo resistir el hedor y tuvo que marcharse. No está solo Boadella. Ni Joaquín Bernadó.



Sebastián Urbina.

EL REBAÑO.


A solicitud reiterada de un comentarista habitual, reproduzco esta imagen de un rebaño. Que cada uno interprete la metáfora a su leal saber y entender.

viernes, 30 de julio de 2010

IGNORANCIA Y RENCOR.


IGNORANCIA Y RENCOR.



El nuevo secretario general de Izquierda Unida, Cayo Lara, ha asegurado que «si queremos tener unas arcas saneadas, será necesario subir los impuestos, y desde IU entendemos que los impuestos deben subirse a los más ricos, los que se han enriquecido durante estos quince años de bonanza».



La izquierda no es un páramo unificado sino diverso, plural. Ahondando en esta diversidad, recuerdo que el peor Presidente de nuestra democracia, Rodríguez Zapatero, dijo: ‘bajar impuestos es de izquierdas’.



Dado que ‘ser de izquierdas’ es bueno por definición, bajar impuestos, al ser de izquierdas, es igualmente bueno por definición. Y así, de idiotez en idiotez, las mentiras de la izquierdas son propagadas a los cuatro vientos por los medios de difusión subvencionados. Y lo que es peor, por los medios que dirían lo mismo sin subvencionar. Y lo que es, todavía, peor, mentiras que son creídas por millones de ‘progresistas’ españoles. En fin, unos forman el ‘rojerío mediático’ y otros configuran la reserva espiritual emancipatoria del planeta.



Una característica que no es exclusiva de la izquierda pero que, en ésta, adquiere cumbres de perfección inalcanzables para el resto de los mortales, es la ignorancia de los hechos adversos. No solamente ignorancia en el sentido de que no saben de qué va la cosa. Es más que esto. Pueden conocer ciertos hechos pero, al ser desfavorables, no se tienen en cuenta. De ahí que la izquierda (no en exclusiva, es cierto) tenga tanta afición a la mentira. Afición y pericia. No hay que escatimar los méritos ajenos.



Nos dice Guy Sorman que la economía, al menos en ciertos aspectos, es una ciencia de la que podemos fiarnos. Y pone el ejemplo de políticas económicas erróneas que devastaron el planeta. Entre ellas, la colectivización, la hiperinflación, o la creación descontrolada de dinero.



Por el contrario, las políticas económicas acertadas han arrancado de la pobreza a unos 800 millones de personas en todo el planeta, principalmente en China e India. Desde hace unos 25 o 30 años. Y bien ¿cuáles son las políticas económicas que los hechos han mostrado nefastas, por una parte, o beneficiosas, por otra?



Por una parte, la pobreza ha sido generada por el socialismo de Estado y el intervencionismo. Por otra parte, los buenos efectos se han producido gracias a la economía de mercado.



Johan Norberg nos dice que, en Asia y en África, algunos países han crecido económicamente y otros se han empobrecido. Por ejemplo, en los años sesenta Corea del Sur y Zambia tenían un nivel de riqueza similar. Hoy, Corea del Sur es veinte veces más rica que Zambia. ¿Por qué? Porque Corea del Sur ha seguido el camino de una economía capitalista, orientada hacia el exterior y Zambia se ha enfrascado en políticas intervencionistas y planificaciones económicas, y no se ha abierto al exterior.



¿Qué tiene que ver todo esto con el representante de IU, señor Lara? Pues que el señor Lara es tan buena persona que quiere exprimir a los ricos para dárselo a los pobres. Como Robin Hood. Pero esta visión ‘repartidora’ de la economía es contraria al desarrollo económico. El capital huye cuando no tiene seguridad jurídica o cuando los políticos son tan ‘generosos’ como Lara.


La izquierda quiere repartir (el dinero de los demás) y los partidarios de una economía de mercado quieren crear riqueza. Los hechos dicen que esta es la mejor vía. La otra es peor. Pero les da igual.



La ideología predomina sobre los hechos. Los adversos quiero decir. Creen que pueden exprimir las ubres de la vaca, llena de leche capitalista sin que haya que sufrir consecuencias negativas. Basta que ellos lleguen al prado y con sus manos solidarias vacíen las ubres y repartan la leche. A su manera, por supuesto. Y después, recomiendan a las vacas que sigan produciendo leche, como si nada. Y las vacas hacen una butifarra al izquierdista de las manos solidarias y generosas. Por supuesto, se trata de vacas egoístas.



¿Qué significa todo esto? Que, como sucedió con la socialdemocracia en Suecia, cuando la presión recaudatoria se hace insoportable, la gente se defiende como puede. No son tan ‘generosos’ como Lara. Y así sucedió que en esta rica y moderna sociedad sueca se desarrolló el trueque. Una forma de intercambio propia de sociedades primitivas. ¿Por qué? Para evitar que la mano solidaria de Hacienda hurgara aún más en los bolsillos de los ciudadanos. O sea, para no tener que pagar más impuestos.


Al final, los suecos han tenido que adelgazar considerablemente el Estado del Bienestar para que éste pueda sobrevivir. Y la izquierda sueca, más sensata que la nuestra, no ha intentado modificar la nueva situación, que inició el conservador Carl Bildt en 1991-1994.



Pero todo esto no sirve de nada si la mayoría de la gente no se entera de que la izquierda y sus principios son una desgracia para nuestra economía. Aunque los dirigentes de izquierda fuesen buenas personas (que algunos hay), sus principios les empujarían a seguir una senda equivocada.


Con algunas excepciones. Recuerden que el Gobernador del Banco de España, Fernández Ordóñez, al proponer la reforma del obsoleto mercado laboral, fue insultado por altos cargos de UGT. ¡A tu puta casa!, le dijeron los reflexivos sindicalistas.



Por cierto, ahora Rodríguez Zapatero ha dicho que va a subir los impuestos. Recordemos que antes era de izquierdas bajar los impuestos y ahora será de izquierdas subirlos. Y si es de izquierdas, es bueno y solidario.


¿Quién no quiere ser de izquierdas? Es un chollo. Hagan lo que hagan y digan lo que digan, es bueno y solidario. ¿No es maravilloso ser de izquierdas?



Sebastián Urbina.

BIENVENIDO EL SEGUIDOR nº 34.


BIENVENIDO EL SEGUIDOR Nº 34.

BIENVENIDO EL SEGUIDOR nº 33.


BIENVENIDO EL SEGUIDOR Nº 33.

jueves, 29 de julio de 2010

Christophe Lemaitre



El primer blanco (Christophe Lemaitre) que conquista el título europeo de 100 metros de atletismo (desde 1982)

(EstrellaDigital)

13 JULIO 1936.







prieto y el asesinato de calvo sotelo.


El autor de los disparos a la nuca de Calvo Sotelo, en la noche del 12 de julio, fue Luis Cuenca, un guardaespaldas distinguido de Indalecio Prieto en su equipo de protección llamado La Motorizada, y autor de otros asesinatos;

y el director del grupo, Condés, era también hombre de confianza de Prieto e instructor de la misma Motorizada en tareas que solo pueden considerarse de terrorismo.

Poco después de cometido el crimen, Condés fue a informar a Vidarte, otro alto dirigente del sector socialista de Prieto, y fue a ocultarse en casa de Margarita Nelken. Y luego Condés informó al mismo Prieto, que le encubrió y le buscó protección.

Otros dos miembros de la expedición, Ordóñez y Garcés, también pertenecían a La Motorizada como hombres de mano de Prieto, y durante la guerra fueron muy favorecidos por su jefe. Garcés fue jefe nacional del SIM, la temidísima policía política montada por don Indalecio a sugerencia del jefe de la policía soviética en España, Orlof; y Ordóñez fue nombrado jefe del Servicio de Informaciones del Estado. Estos hechos, y otros como el robo a mano armada del sumario en los primeros días de la guerra por milicianos prietistas, abonan fuertemente la idea de que el líder socialista estuvo detrás del crimen.

Otra versión apunta a un complot masónico. Las dos versiones no son necesariamente contrarias.

En la reunión de la Diputación permanente de las Cortes, el día 15, Prieto pretendió equiparar los asesinatos de Calvo Sotelo y del teniente Castillo, un oficial de la Guardia de Asalto también instructor de las milicias socialistas. La comparación, desde el punto de vista del alcance político, es grotesca, y revela la verdadera intención del jefe socialista de encubrir un crimen con otro. Pero revela también una verdad: las fuerzas de seguridad del estado, de un estado en plena descomposición, no diferían de grupos terroristas como el que mató a Castillo. (Pio Moa/LD)

IMBÉCILES. CAT




















«Huguet quiere quitar las flamencas y los toros de las tiendas de las Ramblas.
» El líder de Ciudadanos (C's), Albert Rivera, recordó ayer durante el debate sobre la prohibición de los toros la animadversión del consejero de Innovación, Turismo y Universidades de la Generalitat hacia determinados objetos de recuerdo que se venden en las tiendas de las Ramblas barcelonesas y de las principales localidades turísticas del litoral catalán. Unos iconos de la españolidad que, a juicio de Esquerra, no deberían tener espacio como recuerdos de un paso por Cataluña.

De hecho, la batalla la inició el líder de Esquerra en el Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Portabella, quien en 2006, entonces como tercer teniente de alcalde del Consistorio, anunció una campaña para eliminar los sombreros mexicanos de los puestos de venta de las Ramblas, aduciendo su nula relación real con Cataluña. Una propuesta a la que se añadió rápidamente la erradicación de las muñecas vestidas de flamenca y los toros y toreros de plástico.
Portabella ha dejado el gobierno municipal, pero su semilla sigue teniendo adeptos, concretamente el líder de ICV en el Consistorio y segundo teniente de alcalde de Barcelona, Ricard Gomà. El dirigente ecosocialista defiende una Rambla «limpia» de puestos de venta de pájaros y de souvenires, e instó a aprovechar la reconversión abierta de los puestos para rescatar la concesión y hacer que en el paseo más emblemático de la capital catalana sólo se vendan flores y prensa.

A esa misma reconversión se refirió ayer Huguet, en su calidad de responsable de Turismo y Comercio de la Generalitat, para cuestionar los souvenires excesivamente flamencos. Al calor del debate sobre los toros, el consejero reiteró en TV3 que «trabajamos para combatir esos iconos turísticos» con la propuesta de «artesanía propia catalana». (ABC)
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Compre productos catalanes. Preferentemente, de rodillas.

LA MISERIA MORAL DE LA IZQUIERDA.















TIENE 23 ASESINATOS A SUS ESPALDAS

Rubalcaba traslada a "La Tigresa" a la prisión donde "no hay etarras"

El Gobierno sigue con su política de acercamiento de etarras al País Vasco. Una de sus más sanguinarias terroristas, Idoia López Riaño "La Tigresa", condenada por 23 asesinatos, ya descansa en una cárcel vasca tras ser trasladada por Interior a Nanclares de Oca, prisión en la que según Rubalcaba "no hay etarras". (LD)

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¿Será usted tan miserable como ellos? ¿Piensa votarles?
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ESTA ES LA DIGNIDAD Y JUSTICIA DEL GOBIERNO"

Las víctimas de La Tigresa no se lo creen: "Si se reía de nosotros en el juicio"

TOTALITARISMO. CAT






HACIA EL TOTALITARISMO.


Hace años, durante la horrorosa postguerra franquista, cuando ampliaba estudios en el extranjero, hastiado de un país totalitario del que me evadí -porque casi todo estaba prohibido- tuve que responder muchas veces a las preguntas que me hacían los extranjeros sobre la tradición taurina en España.

Muchos de mis interlocutores sostenían la tesis de que las corridas de toros, con tanto auge entonces, eran producto del subdesarrollo económico y que, a medida que España conociese la modernización, acabarían desapareciendo. Nadie, -sostenían- querría jugarse la vida si era posible dedicarse a una ocupación menos peligrosa.

España es uno de los 10 países más desarrollados del mundo y los toros continúan atrayendo el fervor de muchos españoles y también de extranjeros. ¿Qué significa entonces esta supervivencia de la Fiesta? Pues simplemente, que forma parte del patrimonio cultural -guste a unos y a otros no- de nuestro país. Tierno Galván llegó a escribir, tal vez exageradamente, que «los toros son el acontecimiento que más ha educado social, e incluso políticamente, al pueblo español». Sea lo que fuere, el hecho es que la afición a los toros ha marcado profundamente la literatura, la poesía, la escultura o la pintura españolas, confiriendo así un rasgo característico a nuestra cultura que la hace especialmente atractiva para los ciudadanos de muchos países.

Por consiguiente, al margen de la posible crueldad para unos del espectáculo taurino, el arte que comporta su práctica, que hizo inspirarse a poetas como Lorca, forma parte del patrimonio histórico, cultural y artístico que el artículo 46 de la Constitución obliga a que los poderes públicos garanticen radicalmente.


Y, más adelante, el artículo 149.1.28, insiste en la misma idea, señalando como competencia exclusiva del Estado la «defensa del patrimonio cultural, artístico y monumental español»; dejando, en su caso, únicamente a las comunidades la gestión de ese patrimonio pero, en ningún caso, la legislación y, menos aún, la prohibición de cualquiera de sus facetas. En consecuencia, el Parlamento catalán, que, tras la entrada en vigor del desdichado Estatut, se halla borracho de soberanismo, se ha excedido en una competencia que no le corresponde, pero de la que se ha apropiado en su artículo 127. Al mismo tiempo, la Generalitat no deja de dar pasos hacia el alejamiento de España y de acercamiento al totalitarismo.

Los aficionados catalanes pueden sortear esta prohibición acudiendo a las plazas de toros del sur de Francia, de igual modo que hace 50 años se iba a ver a Perpiñán las películas prohibidas por el franquismo o, en todo caso, les cabe esperar a que se apruebe una ley estatal que garantice lo expuesto en el artículo 46 de la Constitución. (Reggio´s/Jorge de Esteban)

CARADURA CATALANISTA.















En nombre del amor a los animales, camuflaje bajo el que se ha aglutinado nacionalistas e independentistas antiespañoles, se prohibieron ayer las corridas de toros en Cataluña. En memoria de las tradiciones ancestrales se salvaron de esta nueva inquisición los miles de festejos que se celebran cada año en cientos de pueblos catalanes con el toro como argumento central. Los habitantes de Miami Platja, muy cerca del pueblo donde reside Josep Carod Rovira, seguirán teniendo vaquillas por San Jaime.
Los vecinos de Santpedor, localidad de la que es hijo predilecto Josep Guardiola y cuya alcaldesa, Laura Vilagra de ERC, fue en 2004 promotora de la «declaración antitaurina de Barcelona», continuarán abarrotando con más 2.000 participantes la Plaça dels Sindicats para enfrentarse a las «vaquetes» que defienden un jamón.

«Bous al carrer» (encierros), «bous embolats» (con sendas antorchas enganchadas a su cormaneta que pasean durante horas acosados por las peñas), «bous capllaçats» (atados con una soga y paseados de arriba abajo por el pueblo), concursos de recortes, vaquillas por la calle... En definitiva, el toro como epicentro de las fiestas de buena parte de los municipios catalanes. Desde la urbana Badalona, a la pequeña Mas de Barberans (600 habitantes), que anunció sus fiestas de abril con un cartel totalmente taurino: tarde de vaquilla para el miércoles, toro embolado, la noche del jueves, concurso de recortes, el viernes y de fin de fiesta la actuación del matador Alejandro Rodríguez. El año que viene todo se repetirá, menos lo que más se parece al arte, el cara a cara del torero con la bestia. La Fiesta Nacional hace sufrir al animal según los políticos catalanes; las fiestas populares, con fuego, petardos, lazos y cientos de personas, no. Esa es la incongruencia y la trampa. Lo que el Parlament prohíbe es lo que le huele a España, no lo que daña a los toros. (ABC)
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EL SANTO OFICIO.

29/07/2010 (13:06h) (ElConfidencial)

El filósofo vasco Fernando Savater publicará el próximo mes de septiembre su próximo ensayo, “Tauroética”, que aborda la cuestión taurina y el trato de los animales en un momento de candente actualidad. El intelectual, que se posiciona entre los defensores de la Fiesta, rompe una lanza a favor de las corridas de toros con un artículo que publicó este jueves en el diario El País y que cuestiona la potestad misma de un Parlamento como el de Cataluña para prohibir “una costumbre arraigada, una industria, una forma de vida popular”. Algo que, en su opinión, necesita una “argumentación muy concluyente”, mientras que “la que hemos oído hasta la fecha dista mucho de serlo”.

Savater encabeza su artículo con un titular explícito: “Vuelve el Santo Oficio” y concluye señalando que no está de acuerdo con que se trate “de una toma de postura antiespañola”. “No señor, todo lo contrario”, añade. “El Parlamento de Cataluña prohíbe los toros pero de paso reinventa el Santo Oficio, con lo cual se mantiene dentro de la tradición de la España más castiza y ortodoxa”.

El escritor se pregunta si son inmorales las corridas y argumenta, en este sentido, que “la moral trata de nuestra relación con nuestros semejantes y no con el resto de la naturaleza”. Y sobre la cuestión de si las corridas son una forma de maltrato animal, el filósofo responde con otros argumentos: "Dejemos de lado esa sandez de que el aficionado disfruta con la crueldad y el sufrimiento que ve en la plaza: si lo que quisiera era ver sufrir, le bastaría con pasearse por el matadero municipal. Puede que haya muchos que no encuentren simbolismo ni arte en las corridas, pero no tienen derecho a establecer que nadie sano de espíritu puede verlos allí”.

¿Es papel de un Parlamento establecer pautas de comportamiento moral para sus ciudadanos, por ejemplo diciéndoles cómo deben vestirse para ser “dignos” y “dignas” o a qué espectáculos no deber ir para ser compasivos como es debido?”, se pregunta. “¿Debe un Parlamento laico, no teocrático, establecer la norma ética general obligatoria o más bien debe institucionalizar un marco legal para que convivan diversas morales y cada cual pueda ir al cielo o al infierno por el camino que prefiera? A mí esta prohibición de los toros en Cataluña me recuerda tantas otras recomendaciones o prohibiciones semejantes del Estatut, cuya característica legal más notable es un intervencionismo realmente maniaco en aspectos triviales o privados de la vida de los ciudadanos. (Daniel Forcada).

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EL MOTÍN DE MONTILLA.

No descubro nada nuevo si digo que esta España de nuestras entretelas es un país mágico. No hace tanto tiempo, Carlos III acometió un sinfín de reformas con la encomiable intención de conducir a nuestro pueblo hasta la modernidad. Una de ellas fue la liberalización del comercio de granos, que produjo un incremento brutal del precio del pan. La actividad reformadora también obligó a aumentar la presión fiscal y el descontento se extendió a todas las clases. Pero el español era un pueblo sumiso, que soportaba con estoicismo este abanico de reformas como podía haber soportado cualquier otro.

Y en esto va el marqués de Esquilache y ordena recortar las capas y que los anchos chambergos se recojan hasta convertirse en sombreros de tres picos. La disposición tenía la finalidad de evitar que los embozados se permitieran toda clase de crímenes sin poder ser reconocidos precisamente por eso, por ir embozados en sus largas capas y ocultos bajo las alas de sus sombreros. Y, sin que se sepa muy bien por qué, el adocenado pueblo español dijo que hasta ahí podíamos llegar y que no había nacido extranjero que le tocara la capa y el chambergo. El motín iniciado en Madrid se extendió a otras ciudades y, aunque pudo ser finalmente controlado, Carlos III no tuvo más remedio que devolver a Italia a su insensato ministro siciliano.

Podría ser que con lo de los toros en Cataluña pasara algo parecido. Allí está prohibido desde hace años estudiar en español, a pesar de ser la lengua materna de la mayoría de los catalanes, y nada ha ocurrido. Tan sólo ha habido protestas aisladas de padres coraje que se han dejado la piel y la de sus hijos tratando de llegar hasta la última instancia por ver si así despertaba la conciencia popular. Nada consiguieron. Y ahora va el Parlamento catalán y prohíbe la fiesta de los toros y se arma la marimorena, dentro y fuera de Cataluña. Es la primera vez que he visto imágenes en televisión de ciudadanos de Barcelona indignados por habérseles prohibido algo enfrentarse a los nacionalistas que llevan lustros imponiendo en las calles su ideario bajo la protección de la policía autonómica.

Me dirán que este asunto de los toros no sólo ha tenido repercusión en España sino también fuera de ella. Es verdad, pero eso ha sido porque dentro se ha organizado el revuelo que otras represiones no han producido. Si, cuando se prohibió enseñar en español en los colegios catalanes, los perjudicados por esa medida hubieran salido a las calles como hoy lo han hecho los defensores de los toros, la atención internacional también se habría disparado. De hecho, la opinión pública europea sabe hoy que los toros están prohibidos en Cataluña, pero no tiene ni idea de que allí no se puede estudiar en español, cosa insólita que hubiera llamado tanto o más su atención si previamente nos la hubiera llamado a nosotros.

No tengo excesivas esperanzas de que la prohibición de las corridas produzca en Cataluña una reacción generalizada contra la represión que esa comunidad sufre como la prohibición de la capa y el chambergo llevó en su día a la revuelta frente al reformismo absolutista. Pero esa rebeldía que la prohibición de la Fiesta ha provocado en algunos catalanes quizá se extienda a los muchos damnificados por la represión nacionalista que Cataluña va acumulando. Al fin, una tenue luz en la oscuridad. (Emilio Campmany/LD)

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LA ÚLTIMA CORRIDA. Mario Vargas Llosa.

Aunque las corridas de toros han tenido siempre detractores -entre ellos mi admirado Azorín- hasta ahora nunca estuvieron en peligro de desaparecer. Eso ha cambiado en nuestra época debido a la creciente sensibilidad que la cultura occidental, signada por el ecologismo, ha desarrollado frente a temas como la preservación de la naturaleza y la necesidad de combatir la crueldad de que son víctimas los animales, el anverso y reverso de una misma medalla. La decisión del Ayuntamiento de Barcelona de declarar a la ciudad condal anti-taurina podría ser el principio del fin de la fiesta. Recordemos que desde hace algún tiempo dormita en el Parlamento Europeo un proyecto de prohibición de las corridas en la Unión Europea que, luego de la iniciativa catalana, podría ser activado y, si es puesto al voto, seguramente será aprobado.


¿Por qué, en el reciente debate suscitado por este asunto, quienes defendemos las corridas hemos estado tan reticentes y tan parcos y prácticamente dejado el campo libre a los valedores de la abolición? Por una razón muy simple: porque nadie que no sea un obtuso o un fanático puede negar que la fiesta de los toros, un espectáculo que alcanza a veces momentos de una indescriptible belleza e intensidad y que tiene tras él una robusta tradición que se refleja en todas las manifestaciones de la cultura hispánica, está impregnado de violencia y de crueldad. Eso crea en nosotros, los aficionados, un malestar y una conciencia desgarrada entre el placer y la ética, en su versión contemporánea.

Ahora bien, reconocido el hecho capital e insoslayable de que la fiesta de los toros somete al astado a unos minutos de tormento que preceden a su muerte y que para ciertas personas esto resulta inadmisible, todo debate sobre este tema está en la obligación, para ser coherente, de desplegarse dentro del contexto más general de si toda violencia ejercida sobre los animales debe ser evitada por inmoral, o si sólo la taurina es condenable y otras, más disimuladas, pero incluso mucho más multitudinarias y feroces, deben ser toleradas como un mal menor. De todo lo que he leído al respecto, sólo J. M. Coetzee me parece haber llegado hasta las últimas consecuencias, a través de su álter ego, Elizabeth Costello, para quien los camales donde se benefician vacas, corderos, cerdos, etcétera, son equivalentes a los hornos crematorios en que los nazis incineraron a los judíos. Por lo tanto, ningún ser viviente puede ser sacrificado sin que se cometa un crimen. Me pregunto cuántos de los partidarios de la supresión de las corridas están dispuestos a llevar sus convicciones hasta este extremo y aceptar un mundo en el que los seres humanos vivirían confinados en el vegetarianismo (o peor, en el frutarianismo) radical e intransigente de Elizabeth Costello.

Los enemigos de la tauromaquia se equivocan creyendo que la fiesta de los toros es un puro ejercicio de maldad en el que unas masas irracionales vuelcan un odio atávico contra la bestia. En verdad, detrás de la fiesta hay todo un culto amoroso y delicado en el que el toro es el rey. El ganado de lidia existe porque existen las corridas y no al revés. Si éstas desaparecen, inevitablemente desaparecerán con ellas todas las ganaderías de toros bravos y éstos, en vez de llevar en adelante la bonacible vida vegetativa deglutiendo yerbas en las dehesas y apartando a las moscas con el rabo que les desean los abolicionistas, pasarán a la simple inexistencia. Y me atrevo a suponer que si les dejara la elección entre ser un toro de lidia o no ser, es muy posible que los espléndidos cuadrúpedos, emblemas de la energía vital desde la civilización cretense, elegirían ser lo que son ahora en vez de ser nada.

Si los abolicionistas visitaran una finca de lidia, se quedarían impresionados de ver los infinitos cuidados, el desvelo y el desmedido esfuerzo -para no hablar del coste material- que significa criar a un toro bravo, desde que está en el vientre de su madre hasta que sale a la plaza, y de la libertad y privilegios que goza. Por eso, aunque a algunos les parezca paradójico, sólo en los países taurinos como España, México, Colombia y Portugal se ama a los toros con pasión. Por eso existen estas ganaderías que, con matices que tienen que ver con la tradición y las costumbres locales, constituyen toda una cultura que ha creado y cultiva, con inmensa dedicación y acendrado amor, una variedad de animales sin cuya existencia una muy signifitiva parte de la obra de García Lorca, Hemingway, Goya y Picasso -para citar sólo a cuatro de la larguísima estirpe de artistas de todos los géneros para los que la fiesta ha sido fuente de inspiración de creaciones maestras- quedaría bastante empobrecida.

¿Es más grave, en términos morales, la violencia que puede derivar de razones estéticas y artísticas que la que dimana del placer ventral? Me lo pregunto después de leer el impresionante artículo de Albert Boadella (Abc, 18-4-04), acusando de fariseos a quienes, horrorizados por las crueldades taurinas, piden que se cierren las plazas y no tienen empacho, sin embargo, en atragantarse de sabrosas butifarras catalanas. ¿Qué requiere la elaboración, en la actualidad, de esta exquisita delicatessen mediterránea? Que diez millones de cerdos vivan "toda su existencia en apenas dos metros cuadrados, mientras intentan equilibrar constantemente sus patas sobre unas rejas por las que fluyen los excrementos. Su único movimiento posible se reduce a inclinar ligeramente la cabeza para comer pienso, ya que el transporte al matadero se efectúa en idénticas condiciones". No sólo los cerdos son brutalmente torturados para satisfacer el caprichoso paladar de los humanos. Prácticamente no hay animal comestible que, a fin de aumentar el apetito y el goce del comensal, no sea sometido, sin que a nadie parezca importarle mucho, a una barroca diversidad de suplicios y atrocidades, desde el hígado artificialmente hinchado de las aves para producir el sedoso paté hasta las langostas y los camarones que son echados vivos al agua hirviendo porque, al parecer, el espasmo agónico final que experimentan achicharrándose condimenta su carne con un plus especial, y los cangrejos a los que se amputa una pata al nacer para que la otra se deforme y agigante, y ofrezca más alimento al refinado degustador.

¿Y qué decir de la caza y de la pesca, deportes tan extendidos como prestigiosos en los cinco continentes? Es verdad que, en los países anglosajones, en especial aquí, en Inglaterra, hay periódicas campañas contra la caza del zorro, animal que es despanzurrado por millares en cada estación, apenas se levanta la veda, por el puro placer del cazador de matar a balazos un animal cuya carne no se va a comer y con cuya piel no se va a abrigar. Pero también es cierto que si su reproducción no fuera de algún modo conteni

da dentro de ciertos límites, terminaría provocando verdaderas catástrofes ecológicas.

¿Y en cuanto a la pesca, actividad que hasta ahora, que yo sepa, con la sola excepción de la caza de ballenas, no ha movilizado en su contra a los militantes del Frente de Defensa Animal ni a los pacifistas a ultranza? Recomiendo a los amantes de literatura sádica -y sobre todo a los practicantes del sadismo- el artículo donde Luis María Ansón ("La pesca recreativa y las corridas de toros", publicado por la Fundación Wellington, abril 2004) describe los pormenores de la pesca del lucio, en un río que caracolea entre las montañas suizas. Aunque es silente, y no corre la sangre, la operación es de un tal refinamiento en el ejercicio de la crueldad que pone los pelos de punta, sobre todo al final de la larga agonía, cuando el pez, con el paladar ya destrozado por el anzuelo de triple punta, va muriendo asfixiado, con los ojos saltados y atónitos, entre coletazos que se apagan en cámara lenta.

¿Mal de muchos, consuelo de tontos? No estoy tratando de demostrar nada con estos ejemplos, que se podrían alargar hasta el infinito, sino diciendo que si se trata de poner un punto final a la violencia que los seres humanos infligen al mundo animal para alimentarse, vestirse, divertirse y gozar, ideal perfectamente legítimo y sin duda sano y generoso aunque de tremebundas consecuencias, habrá que hacerlo de manera definitiva e integral, sin excepciones y, a la vez, sacrificando al mismo tiempo los toros y los zoológicos, y, por supuesto, los placeres gastronómicos, especialmente los carnívoros, y las pieles y todas las prendas de vestir y utensilios u objetos de cuero, piel y pelambreras, y hasta las campañas de erradicación de ciertas especies de insectos y alimañas (¿que culpa pueden tener el anófeles hembra de trasmitir el paludismo, la rata la peste bubónica y el murciélago la rabia? ¿Se extermina acaso a los humanos portadores del sida, de la sífilis o del contagioso catarro?) de modo que el mundo alcance esa utópica perfección en la que hombres y animales gozarán de los mismos derechos y privilegios. Aunque, claro está, no de los mismos deberes, porque nadie hará entender a un tigre hambriento o a una serpiente malhumorada que está prohibido, por la moral y por las leyes, manducarse a un bípedo o fulminarlo de un picotazo.

Mientras no se materialice esa utopía seguiré defendiendo las corridas de toros, por lo bellas y emocionantes que pueden ser, sin, por supuesto, tratar de arrastrar a ellas a nadie que las rechace porque le aburren o porque la violencia y la sangre que en ellas corren le repugna. A mi me repugnan también, pues soy una persona más bien pacífica. Y creo que le ocurre a la inmensa mayoría de los aficionados. Lo que nos conmueve y embelesa en una buena corrida es, justamente, que la fascinante combinación de gracia, sabiduría, arrojo e inspiración de un torero, y la bravura, nobleza y elegancia de un toro bravo, consiguen, en una buena faena, en esa misteriosa complicidad que los encadena, eclipsar todo el dolor y el riesgo invertidos en ella, creando unas imágenes que participan al mismo tiempo de la intensidad de la música y el movimiento de la danza, la plasticidad pictórica del arte y la profundidad efímera de un espectáculo teatral, algo que tiene de rito e improvisación, y que se carga, en un momento dado, de religiosidad, de mito y de un simbolismo que representa la condición humana, ese misterio de que está hecha esa vida nuestra que existe sólo gracias a su contrapartida que es la muerte. Las corridas de toros nos recuerdan, dentro del hechizo en que nos sumen las buenas tardes, lo precaria que es la existencia y cómo, gracias a esa frágil y perecedera naturaleza que es la suya, puede ser incomparablemente maravillosa.

© Mario Vargas Llosa, 2004. © Derechos mundiales de prensa en todas las lenguas reservados a Diario El País, SL, 2004.


miércoles, 28 de julio de 2010

LOS ENGAÑOS DE LA IZQUIERDA.













LOS ENGAÑOS DE LA IZQUIERDA.

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El ministro de Fomento indicó que la gente "siempre vota por expectativas de futuro y desde luego el PP es cualquier cosa menos una expectativa estimulante de futuro".

En un acto este martes en la Escuela de Arte 'León Ortega' de Huelva para formalizar la candidatura de Petronila Guerrero a la Alcaldía de Huelva para las elecciones municipales de mayo de 2011, Blanco apuntó que aunque "algunos creen que estamos acabados, no es así" y resaltó que "el viento empieza a soplar del otro lado, las cosas están mejorando y la confianza del país se está recuperando".

Tras justificar la política de reformas para garantizar "aquello en lo que creemos los socialistas: el estado de bienestar, la igualdad y la justicia social", explicó que es el momento de "hacer una pequeña poda para que el árbol del bienestar crezca más fuerte" y añadió que

"si gobernara la derecha no haría una poda, sino que lo cortaría de raíz para que no creciera el árbol del bienestar".

Lamentó que el PP "siempre mire hacia atrás; nos plantean lo que ha pasado como respuesta al presente y siempre nos dicen tenemos que volver a hacer la política del 96, política que apoyaba a los especuladores que es donde se sustenta buena parte de lo que ocurre ahora" y, ha subrayado que "hay que apoyar a los emprendedores y a quienes tienen ambición de mirar hacia adelante".

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VALORES DE DERECHA Y DE IZQUIERDA.



Es un lugar común distinguir entre ‘derecha’ e ‘izquierda’. Pero ¿qué significa ser ‘de derechas’ o ser ‘de izquierdas’? Definiciones hay muchas, aunque, tal vez, la que utiliza la mayoría de ciudadanos es la que asigna a partidos de izquierda la defensa de valores como la igualdad de oportunidades, la tolerancia, la participación, la justicia social, un Estado garantista y protector, etcétera; y a partidos de derecha, principios como el del mérito, el trabajo, la confianza en la economía de mercado, la apuesta por un Estado mínimo y poco regulador, una autoridad fuerte, etcétera.



Sería preocupante que la mayoría de los ciudadanos creyera, en serio, que los partidos de izquierda y de derecha responden a estos parámetros. En todo caso, veámoslo más de cerca.



Se dice que la izquierda defiende la igualdad de oportunidades. ¿Quiere decirse que la derecha no la defiende? Ya no se trata de opiniones a favor o en contra. Es que, como cuestión de hecho, los partidos de derecha defienden la igualdad de oportunidades, al menos como los partidos de izquierda. Parece, por tanto, que deberíamos eliminar este criterio, el de ‘igualdad de oportunidades’, que, supuestamente, diferencia la derecha y la izquierda.



Incluso podríamos poner algunos ejemplos. La actual enseñanza, de pésima calidad, no ayuda a la igualdad de oportunidades. Los hijos de familias de clase media baja y baja, tenían (cuando la enseñanza pública era de mayor calidad) la oportunidad de mejorar social y económicamente. La LOGSE es, en gran medida responsable, de este deterioro, y es obra de la izquierda. O sea, ha perjudicado, aunque por vía indirecta, la promoción social y la igualdad de oportunidades.



Podría decirse que uno de los ideales de la izquierda es, más que la igualdad de oportunidades, la igualdad de resultados. Este tipo de igualdad, aplicado a la enseñanza ha tenido, y tiene, nefastos resultados. Es cierto que ha igualado el nivel estudiantil. Pero lo ha igualado a la baja. Y los informes PISA de educación, nos sitúan en los últimos lugares de Europa en calidad educativa.



Otro valor de la izquierda sería la ‘tolerancia’. Hay que tener grandes tragaderas para creer que la izquierda monopoliza la tolerancia, o el valor de la tolerancia. También como cuestión de hecho, es falso.


De todos modos, primero habría que aclarar qué se entiende por tolerancia. Pongamos un ejemplo. Gracias, otra vez, a la LOGSE y a la ideología de izquierdas, se ha minado la autoridad de los profesores. ¿Supone esto más tolerancia? Las aulas son, ahora, más conflictivas y ruidosas. Los profesores tienen más bajas laborales por depresión. Y los buenos estudiantes tienen más dificultades para estudiar y aprovechar el tiempo. ¿Esto es tolerancia?



¿Tal vez se refieren, por ‘tolerancia’, a que han legislado a favor del matrimonio homosexual? Pero una cosa es la tolerancia y otra la demagogia. Solamente tres o cuatro países en el mundo aceptan el matrimonio entre personas del mismo sexo.


¿Qué dice la derecha represora? En general, apuesta por las ‘uniones civiles’. Las personas del mismo sexo que quieran convivir pueden hacerlo y, además, acceder a los mismos derechos que los cónyuges de un matrimonio. Pero no son un matrimonio. No manipulemos el lenguaje.



Desde la noche de los tiempos, el matrimonio se refiere a la unión entre hombre y mujer. ¿Es tolerancia despreciar el significado de las palabras?




Cuando las palabras pierden su significado, la gente pierde su libertad’. Confucio.



La ‘participación’ sería otro valor típico de la izquierda. Por tanto, la exclusión y el silencio serían típicos de la derecha. ¿A quién pretenden engañar con estas falsedades? Hay que ser un sectario de izquierdas para tragar estas simplezas demagógicas. ¿Quieren decir que cuando la derecha gana las elecciones se termina la participación de los ciudadanos y que se retoma al ganar la izquierda? Hay que tener tragaderas muy grandes.





¿Se acuerdan del antidemocrático Pacto de Tinell? ¿Y del ‘cordón sanitario’? Son ejemplos de cómo entiende la izquierda (y sus amigos nacionalistas) la participación. ¿Cómo se puede hablar de ‘participación’ como un valor de la izquierda, cuando han tratado de excluir de las instituciones democráticas al principal partido de la oposición?



Por cierto, recordemos que el reconocimiento del voto a las mujeres, durante la II República española, fue obra de la derecha. No de la izquierda. Como lo oyen. Eso es participación.



Otro valor de la izquierda sería ‘la justicia social’. Recordemos la propaganda del partido socialista durante la época felipista. Sacaron a relucir el amenazante doberman, y dijeron que si ganaba la derecha quitarían las pensiones a los jubilados. Por supuesto, todo era mentira. Tanta mentira nos obliga a recordar que Prusia fue el primer país en crear un sistema público de pensiones, llamado de reparto. De la mano de Bismarck, el llamado Canciller de Hierro (1815-1898). Tampoco fue la izquierda.



Como dice M. Rojas, en ‘Reinventar el Estado del Bienestar’, Suecia ha sido un modelo para los socialdemócratas. Pero ha sido este país el que ha puesto de manifiesto las debilidades de este modelo cuando se sobrepasan ciertos límites. Suecia ha iniciado, a partir de la profunda crisis de los años 90, la búsqueda intensa de un Estado del Bienestar más viable. M. Rojas cuenta cómo Suecia ha pasado del Estado benefactor al Estado posibilitador, con gran éxito.



Con otras palabras, frente al Estado Benefactor, dispuesto a controlarlo todo y a decidirlo todo desde la cuna a la tumba, típico de la izquierda, se ha impuesto el Estado Posibilitador. Éste se entiende como un complemento (para la justicia social) del vigor de la sociedad civil. De la creatividad y la dinamicidad de la economía de mercado. Pero no se trata de un Estado mínimo y desregulador. Aunque es la propaganda de la izquierda contra la derecha malvada.




O sea, que el Estado del Bienestar, en manos de la izquierda, entró en un callejón sin salida por no controlar el gasto público, ni las prestaciones sociales. Eso sí, las intenciones eran buenas.



En fin ¿cuáles son los valores típicos de la izquierda?




Sebastián Urbina.