sábado, 31 de julio de 2010

CATALUÑA HA MUERTO.










CATALUÑA HA MUERTO.

Ya es una leyenda, pero dentro de un par de décadas su figura se convertirá casi en un personaje de ciencia ficción en Cataluña. Un muchacho de Santa Coloma de Gramanet, de padres y abuelos catalanes que llegó a ser matador de toros. Un hombre que llegó a participar en más de 200 festejos en Barcelona.

Una figura que conoció una Ciudad Condal con dos plazas funcionando a pleno rendimiento -La Monumental y Las Arenas- y que incluso pasó a la historia de la tauromaquia encerrándose con seis miuras ante sus paisanos una tarde de 1972. Es Joaquín Bernadó, para muchos aún hoy el mejor torero catalán de la historia, que sabe mejor que nadie qué ha sido, es y será la tauromaquia para los catalanes.

«La afición a los toros me vino por mi padre, que fue el primero que me llevó a ver una corrida», afirma el maestro Bernardó. Cuando era aún un niño su familia se trasladó de Santa Coloma al barrio del Raval en la capital catalana. Allí recuerda ver tabernas de ambiente taurino, con carteles antiguos y tertulias. «Había gente a la que no le gustaban los toros, por supuesto, pero no se hablaba de antitaurinos ni prohibiciones», recuerda.
Barcelona, capital del toreo

El maestro Bernardó debutó en la plaza de Las Arenas el 4 de julio de 1953. Recuerda que por aquel entonces la Ciudad Condal era la capital del toreo. «Madrid te convertía en figura, pero en número y calidad de festejos Barcelona ganaba por goleada», comenta.

Cosas de la vida, Bernardó guarda una medalla de oro concedida nada más y nada menos que por el Ayuntamiento de Barcelona en 1983. Se la entregó Pasqual Maragall, en ese momento alcalde. «Recuerdo que me dijo que me premiaban por mi estilo artístico y que los toros eran muy importantes para Cataluña», asegura.

Bernardó, hoy profesor de la Escuela de Tauromaquia de Madrid, pasó ante las cámaras de ABC para compartir en un vídeo sus recuerdos de la Barcelona más taurina. Una Barcelona que corre el riesgo de perder una de sus señas de identidad tradicionales a partir de 2012. «Para mí, Cataluña ha muerto», sonríe taciturno. (ABC)
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX

UNA MUERTE ANUNCIADA.



Hacer amigos. Esta es la consigna O dicho sin ironía. Acentuar, exagerar, distorsionar la realidad para parecer más diferentes. Para que nadie pueda decir que esta tierra es un trozo de España. Como ha sido siempre.




Tanto desprecio ha llegado a calar en millones de personas cuyas preocupaciones básicas son llegar a fin de mes y salir a cenar con los amigos.




Pero el desprecio es sistemático. Y no se olvida. Recordemos, una vez más, las Olimpiadas celebradas en Barcelona. Toda España se sumó a la fiesta y se volcó en la ayuda. Pero destacados catalanistas expresaron en público y en privado su deseo de que Madrid fracasara en sus intentos de conseguir unos Juegos Olímpicos.




Y no pasó nada. Como cuando la Ministra Carmen Chacón se puso el sweter con el lema 'Todos somos Rubianes'. Aquel rufián que dijo, en TV3, 'Me cago en la puta España'. Así son los socialistas.




Por no hablar del boicot a los productos españoles, iniciado por la organización catalanista Omnium Cultural. Generosamente subvencionada por la Generalidad de Cataluña.




O la vergonzosa discriminación contra la lengua española (la lengua de Franco, dicen estos enfermos), es decir, contra miles y miles de familias catalanas.
Y mienten como bellacos al negarlo. Porque lo niegan, especialmente cuando van a Madrid a exponer lo bien que va todo en el Oasis. Aunque exigen más dinero. Y más todo. Y se quejan.



Todo ello con la colaboración activa de los socialistas catalanistas y Zapatero. Y el complejo vergonzante del Partido Popular, para que no digan que son 'anticatalanes'.
O sea, tragan la propaganda del adversario político.



Es una lástima, pero el Oasis apesta. Boadella no pudo resistir el hedor y tuvo que marcharse. No está solo Boadella. Ni Joaquín Bernadó.



Sebastián Urbina.

No hay comentarios: