lunes, 31 de diciembre de 2012

NO ES EL MOMENTO DE NIÑERIAS



(Ya pasó el tiempo de los fuegos artificiales. Es de verdad.)







¿Sabe que España puede terminar fraccionada o enfrentada?

Si no se ha enterado, o bien no vive aquí, o se ha instalado en la 'luna de Valencia'. En este caso, no es un demócrata español.

¿Piensa hacer el avestruz, o hablar claro y alto?

No es tiempo de cobardes, meapilas y  'pragmáticos'. Las cosas son como son, y hay que afrontarlas.

¿O prefiere hacer como Rajoy? 'Pasar página'. Pero ya no hay más pagínas que pasar. No se engañe.

Asuma sus responsabilidades. No sea un niño, o un irresponsable.

¡Feliz Navidad! ¡Suerte para 2013!

EL AUTÉNTICO AROMA. CAT




(Por si se quiere enterar)






ARIZA GOLPEA A FERNÁNDEZ Y DENUNCIA LA LUCRATIVA FARSA DEL INDEPENDENTISMO CATALÁN

Julio Ariza es un hombre muy inteligente que destaca por su simpatía personal, por la coherencia de sus ideas y por la firmeza con que las defiende. En muy pocos años y contra viento y marea ha levantado un considerable imperio mediático. El pasado jueves publicó un gran artículo periodístico. Bien escrito y contundente. Ariza ha denunciado los abusos del poder en Cataluña y algunos de los personajes citados están en la obligación de explicarse.

Jorge Fernández, el ministro del Interior, queda duramente vapuleado en el artículo de Ariza. “Atrapado entre su entrega sin condiciones a sus amigos soberanistas, con los que ha compartido casi todo, y su lealtad a quien le ha hecho ministro, trata de no acabar calcinado”.

Denuncia Ariza las corruptelas en torno a los Juegos Olímpicos del 92, que llenaron “de rubor a las personas decentes que callaban y sufrían la presión de los rateros”. El reparto del momio olímpico amplificó la corrupción y las mamandurrias, según Ariza, que subraya también el escándalo de las presiones sobre el Consejo General del Poder Judicial donde la clase política catalana “ha colocado a personajes deleznables, como el corrupto juez Estevill, que no era más que la guinda de un apestoso pastel de estiércol”.

Ariza golpea también a los dirigentes del PP. Mientras el partido languidecía, ellos se forraban los bolsillos, sin importarles un pimiento que el paro y la miseria se extendieran. Las subvenciones de la Generalidad a muchos medios de comunicación garantizaban la impunidad y cebaban la complicidad. “Muchos catalanes de buena fe -concluye Ariza- van a poder entender claramente para qué sirve la alocada búsqueda de independencia”.

Al margen de sus posiciones ideológicas, Julio Ariza ha dejado negro sobre blanco una muy documentada denuncia pública que exige la explicación y, de no haberla, la acción del fiscal y la Justicia. (El Imparcial/Luis Maria Ansón)

AGRADECIMIENTOS A MAS Y CUADRILLA. CAT














Aproveche los últimos momentos del año 2012 y emborráchese con el cava catalán. 

¡¡¡Compre, compulsivamente, productos catalanes!!!

¡¡¡Hay tanto que agradecerles!!!

LA CUESTIÓN CATALANA

 
 
 

 
 
 
 
 
La “cuestión catalana” (I)
Ante todo, la Constitución.
Lakoff es un inteligente sociólogo americano que ha encandilado a la izquierda en general y al nacionalismo catalán en particular al constatar que los republicanos en los Estados Unidos habían conseguido estructurar e imponer un marco referencial de principios y valores que presidía el debate político americano en la medida que los demócratas lo aceptaban inconscientemente al ser incapaces  de oponer “otro” marco referencial de principios y valores de la izquierda estadounidense. La consecuencia era que, al margen de victorias o derrotas electorales, los demócratas habían interiorizado los valores republicanos que, de hecho, monopolizaban el debate político norteamericano.
 
A la vista de las reacciones políticas y mediáticas ante el “órdago secesionista” catalán parece claro que estamos ante un ejemplo empírico del análisis lakoffiano: el nacionalismo catalán ha conseguido fijar un marco de referencia indiscutido y aceptado por la opinión pública española. De hecho, el 90% de las reacciones han hecho referencia a cuestiones que, con ser importantes, son secundarias a la cuestión fundamental: la Constitución como punto de referencia indiscutible que configura España como un estado de derecho en el que rige el imperio de la ley. 
 
Salvo una alusión casi de pasada de Rajoy a la Constitución, lo que se ha debatido son cuestiones colaterales referidas al coste económico que supondría para Cataluña su independencia y, lo que es más grave, la admisión- no discutida casi por nadie-  de un “derecho constituyente” de Cataluña para decidir su destino, lo cual implica una transferencia de la soberanía nacional  constitucionalmente residenciada en el pueblo español (incluido el catalán) a un ente territorial español. Estamos instalados en un marco de referencia definido por el nacionalismo catalán, cuyos presupuestos son admitidos de hecho incluso por los discrepantes del órdago.
 
¿Alguien se imagina que Texas decidiera, ante sí y por sí, proclamar su “independencia” de los Estados Unidos? ¿ O a Baviera  separándose de la Alemania Federal? ¿ O a Bretaña o Aquitania decidiendo “irse” de Francia? ¿O al Valle de Arán proclamando su “independencia” de Cataluña?  Serían fulminadas por los respectivos gobiernos y parlamentos, por los respectivos tribunales constitucionales y, en última instancia, `por la pura y dura intervención militar. La ONU no admite secesiones de territorios nacionales decididas unilateralmente. Y la Unión Europea no admite en su seno “naciones” escindidas sin el consentimiento del Estado nacional.
 
España, como todas las democracias liberales existentes en el mundo, es un Estado constitucional cuyo titular de la soberanía nacional- el pueblo español- se autoconfiere una Constitución a través de un proceso democrático  impecable. Una Constitución no es una broma, ni un referente de quita y pon, ni un documento a tomar a beneficio de inventario, sino un texto que define la arquitectura del Estado, los valores superiores que lo impregnan y los derechos y libertades de los ciudadanos. 
 
Una Constitución es la materialización del Estado de Derecho en el que rige el imperio de la ley, con todas sus consecuencias positivas y negativas. Una abrumadora mayoría de ciudadanos la han votado y sancionado. Y su itinerario es fruto del consenso de todas las fuerzas políticas, incluida Convergencia i Unió  que, no sólo la aprueba, sino que participa en su diseño y génesis. ¿Qué tontería es esta de que no hay que “sacralizar” la Constitución para justificar su violación  precisamente en su principio fundante y fundamental: la integridad del territorio nacional?
 
Más  aún: si prosperara la infamia unilateral del secesionismo catalán, España, como Estado, saltaría hecha añicos: sería el fin de uno de los proyectos democráticos que, en su momento, admiró al mundo entero y prestigió a nuestro país que supo resolver, pacífica e inteligentemente, el tránsito de un estado autoritario a un Estado democrático. Fuera de la Constitución, cualquier ejercicio de soberanía que no se manifieste  a través del pueblo español en su conjunto y de acuerdo con los preceptos constitucionales es, en teoría y salvo dimisión intolerable del Estado, un imposible jurídico, político, constitucional, físico y metafísico. 
 
De ahí que resulte descorazonador el panorama de un Gobierno de la Nación débil, una oposición más débil y confusa aún y el espectáculo de un debate sencillamente frívolo que acepta el escenario de los secesionistas de forma acrítica. Si los partidos nacionalistas catalanes- que “no son” Cataluña aunque de forma mostrenca se autoatribuyan dicha condición- aspiran a la secesión lo que procede es que utilicen los mecanismos constitucionales para plantear su pretensión. Lo contrario resultaría, sencillamente, inadmisible, tanto para los que transitaran por  caminos anticonstitucionales como para los que, desde la alta responsabilidad del Estado, lo toleraran.
 
(El Grupo Ramón Llull publicará tres artículos más sobre el tema catalán que harán referencia a las consecuencias económicas de una eventual secesión, a las causas que han hecho posible la actual crisis de Estado y a las consecuencias que tendría para Baleares una secesión de Cataluña)
Integran el Grupo Ramón Llull, Miguel Nigorra, Sebastián Urbina, Román Piña, Joan Font y Sebastián Jaume.
La cuestión catalana (II)
 
 
La construcción nacional
Grupo Ramón Llull
No es ninguna casualidad que los nacionalistas catalanes se nieguen en redondo a rebajar el número de canales de radios y televisiones públicas. Tampoco lo es cuando se les conmina a acatar y hacer cumplir las sentencias del Tribunal Supremo en cuanto al derecho del castellano a ser también lengua vehicular en las aulas. Y no es ninguna casualidad porque la llamada construcción nacional, un eufemismo de ingeniería social al totalitario modo, ha pivotado en torno a estos dos grandes ejes: los medios de comunicación de masas y la enseñanza.
 
 Hay que remontarse a regímenes autoritarios o totalitarios para encontrar un control de los medios semejante al de Cataluña donde el nacionalismo se ha convertido en una ideología transversal que impregna la línea editorial de todos los periódicos, las radios y las televisiones, públicos o semipúblicos. 
Asumida por todas las partes, la ideología nacionalista se ha situado fuera del debate público, a diferencia del País Vasco por ejemplo donde la mitad de su población se resiste a ser asimilada. El nacionalismo era la base, la premisa que debía aceptarse de principio para ser alguien, para poder tener voz en Cataluña. Que una decena de cabeceras firmaran el mismo editorial a favor del Estatut no es una mera anécdota de sumisión lanar al poder político, es la constatación de la asfixia a la que se ha sometido a los no nacionalistas que, en aras a su propia supervivencia civil, no les ha quedado más remedio que pedir perdón.
 
No ha sido menor el efecto de una enseñanza en manos de los nacionalistas y de los movimientos de renovación pedagógica. Las aulas se han convertido en fábricas de militantes nacionalistas. El lavado de cerebro ha sido absoluto. La Historia ha sido reemplazada por esta colección de leyendas y desvirtuaciones tan habituales en el nacionalismo. La Geografía se ha degradado hasta caer en el localismo donde era más importante saber cuál era la capital de comarca del Berguedà que en saber si Berlín estaba al norte o al sur de Moscú. Y sobre todo, se les metido en sus lindas y vacías cabecitas que el catalán era la lengua “propia” de Cataluña sin la cual era imposible integrarse en la tierra de acogida. Había que acentuar los aspectos que más diferenciaban a los catalanes de los españoles y así tratar de disfrazar lo mucho que se parecen, algo que exaspera profundamente a los nacionalistas. 
 
La virtud de la clase política catalana ha sido convertir una gran mentira en una verdad a fuerza de repetirla machaconamente. Basta leer libros como “Historias ocultadas del nacionalismo catalán” de Javier Barraycoa para percatarse de hasta qué punto todos los símbolos, referentes y tradiciones que nuclean el imaginario nacionalista forman parte de una tradición inventada. 
 
La cuestión que hay que hacerse es como un piélago de burdas mentiras, manipulaciones interesadas y falsificaciones históricas –esta historia anclada en el romanticismo que tanto repugnaba a Josep Pla– ha logrado abrirse camino en una sociedad democrática uno de cuyos fundamentos debe ser la verdad. La respuesta es muy sencilla: la democracia como tal ha brillado por su ausencia en Cataluña, sustituida por unos partidos que se han subrogado la función de pensar en nombre del ciudadano, una sagrada misión que ha encontrado la complicidad de periodistas, maestros y artistas, todos ellos bien untados de dinero público. 
 
La sedición de Cataluña no obedece pues a razones objetivas como los agravios económicos, históricos o lingüísticos –Baleares está en la misma situación sin que nunca los nacionalistas isleños hayan pasado de ser una ruidosa minoría– que avienta constantemente la propaganda nacionalista, sino a un esmerado proceso de ingeniería social que desde mediados de los años ochenta se puso en marcha desde los medios de comunicación de masas como TV3 y desde la enseñanza pública catalana. 
 
Enfrente el nacionalismo no ha tenido a nadie, tampoco al Estado, que ha dimitido de sus funciones esenciales, ocultando, para que no hubiera dudas de su dejación, los signos externos de su poder legítimo como la bandera, la lengua del Estado, la alta inspección educativa, la Guardia Civil o la cultura española como los toros. Incluso los dos grandes partidos nacionales, PP y PSOE, han renunciado a elaborar un relato nacional español que matizara cuando menos el discurso identitario anti-español cada vez más asfixiante. El Estado ha dimitido en Cataluña y como en política no existe vacío de poder, éste ha sido inmediatamente ocupado por otros. El nacionalismo, como ideología oficial e institucional, ha ocupado el papel del Estado en Cataluña.
 
Hay que reconocer que en pocos lugares de Europa como en Cataluña se han puesto la enseñanza y los medios de comunicación de masas al servicio de la construcción nacional con tanta eficacia. TV3 nació como un instrumento de normalización lingüística, convirtiéndose con el paso del tiempo en un auténtico “constructor de la realidad, de referencia simbólica, de espacio de identidad”, como ha admitido Vicenç Villatoro, director del Institut Ramon Llull. Villatoro reconoce, con un absoluto desprecio por la verdad, que los sentimientos de pertenencia o los proyectos colectivos de futuro se construyen en y desde los medios de comunicación de masas. Esta realidad que se construye desde los medios, por falsa e interesada que sea, “acaba siendo realidad”.
 
El nacionalismo catalán no ha vacilado en tomar ejemplo de la máquina más evolucionada y más perfecta de construir la realidad moderna, el cine y la televisión americanos, para ponerla al servicio de su causa. Sin la fuerza positiva, optimista y romántica del sueño de una Cataluña libre e independiente, el independentismo no se hubiera abierto paso entre el tradicional pragmatismo de la burguesía catalana y el ya clásico “peix al cove” de CiU. El nacionalismo en su conjunto sí tenía un proyecto, un sueño que vender a los más jóvenes, ávidos por cambiar el mundo, un sueño por el que valiera la pena vivir y redimir a sus antepasados. España, con sus complejos de culpa que arrastra desde la muerte del dictador, no.
 
Será difícil devolver las turbulentas aguas a su cauce porque el sueño ha prendido mucho más allá de los elementos más díscolos de la burguesía catalana o de estas cuatrocientas familias que, se dice, controlan la sociedad civil catalana. El peligro radica en que el independentismo se haya convertido ya en un movimiento popular, interclasista. El catalanismo burgués puso en marcha un movimiento que se le ha ido de las manos y que amenaza con dejarlo en la obsolescencia.
 
 
La “cuestión catalana” (3)
                   CONSECUENCIAS DE LA SECESIÓN
            Ni la memoria de Wifredo el Velloso, ni el rechazo a la unión con Aragón por el matrimonio de Petronila, hija del rey Monje de Aragón, con el conde de Barcelona Ramón Berenguer IV, ni la demonización del Compromiso de Caspe por elegir a un Trastámara  para rey de Aragón, ni la sublimación de la resistencia de Barcelona en la Guerra de Sucesión un once de septiembre. No, al final, ¡quién lo iba a decir!, el detonante que ha movido a los catalanes hacia la secesión ha sido una retahíla de supuestos agravios económicos que en otros lugares de Europa no tienen otro correlato que la extrema derecha xenófoba. El proceso de construcción nacional a base de crear sentimientos patrióticos y antiespañoles mediante la tergiversación de la Historia, o en base a la persecución de la lengua española, no terminaban de cuajar para atreverse a dar el salto definitivo.
 
 Y ello a pesar de los ingentes medios dedicados a sembrar la semilla del odio durante tres décadas de adoctrinamiento nacionalista en la enseñanza y en los medios de comunicación autonómicos. No, para que cuajase la idea separatista han tenido que acusar a España del paro, de la deuda, de los recortes y de todos los males mientras prometían una Cataluña feliz y próspera si finalmente era capaz de quitarse de encima el lastre de los indeseables vecinos españoles, pobres y vagos.
           
            Pero este artículo no se refiere a los orígenes sino a las consecuencias de una eventual segregación, por si los partidos nacionales y nuestro Jefe de Estado, haciendo dejación de su obligación de defender la unidad de España, traicionando al total del pueblo español donde reside la soberanía y la capacidad de decidir, permitieran la secesión unilateral de Cataluña. Desde el punto de vista económico, hay diversidad de opiniones. Los políticos nacionalistas y las asociaciones cívicas pro-independencia, ¡cómo no!, prometen un esplendoroso futuro económico para la Cataluña libre. El resto de analistas lo ven totalmente diferente.
 
 Prevén un desastre para Cataluña a) por la pérdida del mercado español, que podría suponer una caída del 60% de sus ventas, b) por la salida del euro y dejar de ser país miembro de la Unión Europea y c) por la obligada devolución de su deuda, y de la parte proporcional de la española, salvo que España se la regalara, lo cual no cabe ni en el peor de los sueños de los españoles. Su probable expulsión de Europa centra gran parte del debate. 
 
De entrada, en un ejercicio de “wishful thinking”, los políticos catalanes no creen que Cataluña fuera expulsada de la Unión Europea y desean verse todavía como un estado dentro de Europa. O sea, quieren una unión, sentirse hermanos de lituanos, griegos, ingleses o daneses, con los que les separa la historia, la geografía, la cultura, la religión y, sin embargo, son incapaces de convivir en unión con sus verdaderos hermanos de hace siglos, milenios: los aragoneses, los españoles con los que les une todo: la historia, la geografía, la cultura, la religión, disfrutamos de una lengua en la que entendernos....., nos une todo, todo, hasta el agua, hasta el aire. 
 
Pero no, no es previsible su entrada en Europa, porque sobre sus deseos prevalece la legislación y los intereses de los estados actuales de la Unión, y es imposible que Reino Unido, Francia o Italia aceptasen a Cataluña, alentando así al secesionismo dentro de sus propios estados. En cuanto a la necesidad de abrir nuevos mercados, algo se deben oler los políticos catalanes cuando están instando a los empresarios catalanes a que cambien su mercado, o sea, a que olviden y desprecien a sus clientes españoles de toda la vida y se vayan a China, Brasil, Tanzania, o donde sea, a vender sus mercancías.
 
             Por otro lado, los efectos no serían sólo de origen económico. Las consecuencias de tipo personal, social y cultural serían inmensas. Las rupturas y enfrentamientos personales entre hermanos, amigos o parientes deben darse por seguros, no solo en Cataluña donde millones de catalanes no nacionalistas se quedarían huérfanos −abonando un caldo de cultivo que posiblemente desemboque en la confrontación civil−, sino en la relación que mantienen los catalanes con el resto de españoles. La intercomunicación entre el mundo universitario de Cataluña y el resto de España se resentiría fuertemente. La investigación y la ciencia, tanto en España como en Cataluña, sufrirían un duro golpe por la disminución de recursos y por el quebranto de la siempre necesaria coordinación entre centros; la movilidad de profesionales de cualquier tipo se dificultaría, si no impediría; las fundaciones benéficas perderían parte de sus contribuyentes… Una gran muralla se levantaría entre los residentes en Cataluña y el resto de españoles, y el odio fomentado desde Cataluña, la incomprensión, el despecho, difícilmente se curarían en varias generaciones.
 
            Las Islas no quedarían al margen de estas consecuencias. En primer lugar, se incrementaría el “pressing” del catalanismo insular que va a tratar por todos los medios de engancharnos a todos al tren de la independencia de sus hermanos mayores, como están reconociendo dirigentes de la OCB, ERC y PSM. Su poco peso específico en las Islas, más allá de algunos ámbitos muy restringidos como la educación, la universidad y la cultureta, hacen improbable que las Islas se planteen siquiera seguir la estela de Cataluña. No obstante, no debemos despreciar su capacidad de agitación que a buen seguro se traducirá en una mayor conflictividad civil, así como en una mayor violencia política en la calle. Los efectos sobre las Islas de una improbable secesión serán motivo del próximo y último artículo sobre la cuestión catalana.
Integran el Grupo Ramón Llull: Joan Font Rosselló, Sebastián Jaume Muñoz-Maldonado, Miguel Nigorra Oliver,  Román Piña Homs y Sebastián Urbina Tortella. 
 
 
LA CUESTION CATALANA (y IV)
Frente a la Gran Cataluña
Grupo Ramón Llull
Las consecuencias de una hipotética secesión de Cataluña serían inmediatas en Baleares. En primer lugar, la presión del catalanismo se acrecentaría hasta extremos insufribles. Los catalanes de Mallorca, la OCB, PSM, ERC y STEI, están ahora mismo eufóricos y tratarán de que las Islas se enganchen al carro de la secesión de sus hermanos mayores. Esta quinta columna contará con el firme apoyo de una parte del pueblo catalán en plena efervescencia identitaria que no dudará en multiplicar las subvenciones, la propaganda y los cantos de sirena dirigidos a nuestros anexionistas. 
 
Es la historia de un deseo, la multisecular obstinación de las élites catalanas de fagocitarnos en el magma de una Gran Cataluña y no dejar que los isleños decidamos por nosotros mismos. La historia del pueblo balear se ha forjado precisamente a partir de nuestra lucha secular contra esta patológica obstinación de los catalanes para subsumirnos en su proyecto: anexión del reino independiente de Mallorca; ninguneo de nuestras instituciones políticas para incorporarnos a las Cortes Catalanas; tentativas de subordinar nuestras prácticas y relaciones comerciales en los siglos XIV y XV a los intereses de los catalanes; nos arrastraron en sus aventuras sediciosas contra a la monarquía, desde Juan II a Felipe V durante la Guerra de Sucesión; patrocinaron el incontrolado desembarco anarquista del capitán Bayo en la Guerra del 36, que la propia República desestimó; y un larguísimo etcétera donde no es precisamente menor el intento de transformar, desde la llegada de la autonomía balear en 1983, los rasgos identitarios de la mallorquinidad –el idioma para empezar y continuando con el folklore, nuestra historia, nuestros héroes o las costumbres– como expresión de una forzada catalanidad. 
 
Esta infiltración cultural y lingüística, siendo la más pacífica, ha resultado la más peligrosa ya que está en vías de arramblar con la identidad balear convirtiéndola en mero apéndice de la cultura catalana. Resulta incomprensible que a día de hoy el Govern balear siga promocionando del brazo de una Generalitat separatista la cultura balear en el exterior a través del Instituto Ramón Llull, escenificando ante el mundo nuestra fagocitación en la cultura catalana. Flaco favor a la identidad balear.
Tampoco la economía balear, basada en el turismo, se libraría de las repercusiones de una, esperemos, improbable secesión catalana. La inestabilidad política, no digamos alentada por una confrontación civil, provocaría la fuga de inversiones y la deslocalización hacia destinos más seguros.
 
No es descartable que la confrontación civil que probablemente se produzca en Cataluña, tanto si es en forma de guerra abierta como si es en forma de violencia política entre separatistas y constitucionalistas si finalmente se consuma la secesión, termine contagiando a las Islas. En Baleares contamos con firmes partidarios de la anexión con Cataluña que, si bien en franca minoría frente a una inmensa mayoría que se sienten españoles y mallorquines, no han dejado de ganar una batalla tras otra, gracias a su incansable labor proselitista y a su activismo, muy superiores a cualquier otro movimiento organizado. Es más, casi el 100% de la violencia política en Baleares es atribuible a los catalanistas isleños. Estos factores aventuran no sólo un aumento de la conflictividad política en Baleares sino la posibilidad de un terrorismo de baja intensidad teledirigido desde Cataluña. El peor escenario sería, sin duda, el de unas Islas Baleares en disputa entre la España constitucional y una Cataluña separada. Cualquiera de estos escenarios ocasionaría un daño irreparable a la imagen turística de las Islas. Recordar que, a día de hoy, Cataluña es ya la autonomía, debido a su inestabilidad política, con mayor huida de inversores de toda España.
 
Otro dato que a menudo se soslaya es que las economías de las Islas y de Cataluña no son convergentes sino competidoras. La insularidad no sólo es la base de nuestra identidad sino también la base de nuestra economía. Turísticamente, somos sus competidores. Integrarnos en Cataluña nos convertiría en un apéndice no sólo cultural y político, sino también económico. El futuro de Mallorca está en una España integrada en Europa, nunca en una Cataluña fuera de la Unión Europea, con el aislamiento a todos los niveles que ello supondría. Es un monumental error caminar en sentido contrario al espíritu de los tiempos, el de la unidad fiscal, financiera y política europeas, algo que naturalmente les trae al pairo a los catalanistas isleños, en su mayoría sin ningún conocimiento económico y en caso de tener alguno, cegado por la ideología nacionalista. 
 
En definitiva, Cataluña es, desde todos los puntos de vista, un mal negocio. Creemos que ha llegado el momento para que nuestras autoridades tomen conciencia del tremendo error histórico que ha supuesto rendirse a los cantos de sirena del catalanismo cultural ya que, como algunos advertimos en su día a riesgo de ser tildados de casandras, en su esencia anidaba un incuestionable proyecto político: una lengua, una nación, un Estado. 
 
La cacareada unidad de la lengua ha sido la coartada para una uniformidad lingüística, cultural y en último término política. La destrucción de la identidad balear al subsumirla como una simple singularidad dentro de la cultura catalana, así como la erradicación de los lazos comunes con el resto de España, forman parte del mismo proyecto de construcción nacional de la Gran Cataluña o de los llamados Països Catalans. Con las cartas boca arriba, ahora toca a los partidos de vocación integradora hispánica asumir su error histórico y empezar a desandar lo andado, desvinculando la identidad balear de todo el proyecto político catalanista y estrechando los lazos de fraternidad que nos unen al resto de España.

CABRONES. CAT

 

 (Ya lo avisamos desde el Grupo Ramón Llull. Ahora volveré a 'colgar' los artículos sobre 'La cuestión catalana'.)

 

 

 ¡¡¡FUERA CABRONES. CAT!!!

España / españa

Junqueras intenta prender la mecha independentista en Baleares

Día 30/12/2012 - 21.15h. (ABC)

El líder de ERC acude a una marcha en Palma de Mallorca por la «autodeterminación de los Países Catalanes» y critica que el «futuro» de los baleares esté «en manos del Gobierno español»

 

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Así quedó el Toro de Osborne tras la agresión separatista

Jorge Campos (Círculo Balear): "El PP calla ante el vandalismo catalanista contra un bien cultural''.

Las irracionales cornadas de las minorías radicales

Esquerra Independentista Arran reivindica el corte parcial de los cuernos y la frente del toro de Osborne de la finca de Son Real de Mallorca por ser un "símbolo españolista y de la dominación a la que está sometida la isla de Mallorca y los Países Catalanes"

 

domingo, 30 de diciembre de 2012

TONTOS DE LIBRO

 

 

 

 (No son más tontos porque no se entrenan. Además, no tienen ni idea de qué es 'territorio dominado'. ¡Pobrecitos! 

¿Son así de burros o lo hacen para darse importancia?)

 

 

 

TONTOS DE LIBRO.

Baleares

La izquierda independentista corta los cuernos a un toro de Osborne en Mallorca

Día 30/12/2012 - 16.54h (ABC)

La organización de la izquierda independentista Arran lo hace para denunciar la «dominación» del Estado español a la que se ven «sometidos» algunos territorios.

DERECHO A DECIDIR


 (O sea, productos españoles de verdad. Ya me entiende.)










DERECHO A DECIDIR

Ya puestos ¿por qué no comprar productos de españoles que quieren serlo?

¿Tiene sentido comprar productos de españoles que reniegan de serlo, e insultan a España y a los españoles?

Pues eso. Derecho a decidir.

VICTIMISMO REPUGNANTE

 (Victimismo repugnante. Es una de las señas de identidad del catalanismo. Podemos añadir algunas más: 'chantaje', 'corrupción', 'deslealtad'....


Si tuvieran un poco de dignidad no podrían mirarse al espejo. Se darían asco.

Usted como si nada. A comprar productos catalanes. En agradecimiento.)

 

 

 

 VICTIMISMO REPUGNANTE.

Francesc Homs

“La sentencia de muerte, Madrid ya hace tiempo que la ha dictado. O reaccionamos colectivamente o morimos. O nos espabilamos o moriremos''.

(LaVozdeBarcelona)

sábado, 29 de diciembre de 2012

REBUZNOS DE IZQUIERDAS







 (Cayo Lara no se entera. Pero tiene la obligación de saber de qué habla. Al menos un poquito. O sea, el PP no ha realizado políticas neoliberales. Insisto en el reciente libro de Rallo. 'Una alternativa liberal para salir de la crisis'.

Un secretario general de un partido político no puede rebuznar tanto. Lea, don Cayo.)






 REBUZNOS DE IZQUIERDAS.
 abc punto radio

Cayo Lara: «Rubalcaba no tiene credibilidad''.

/ . El coordinador federal de IU acusa al PSOE de ser «copartícipe de las políticas neoliberales del PP» (ABC)

RESPONSABILIDADES PENALES.

 

 (¡Coño, Mariano! ¡Que la cosa parece que va en serio!¡Puede que no valga templar gaitas!)

 

 

 

 

 

 

RESPONSABILIDADES PENALES.

Rodolfo Martín Villa, ex ministro y ex vicepresidente del Gobierno

Cataluña 'es el problema más grave que tenemos los españoles sobre la mesa'.

"Debemos llamas a las cosas por su nombre. Lo que se está planteando es un proceso de secesión de España", dice el que fuera miembro del Gobierno de Adolfo Suárez, quien avisa a Rajoy que podría incurrir "en responsabilidades penales" si permite la consulta separatista. (LVL).

HACER AMIGOS

 

 

 (Usted, en agradecimiento, debe comprar, compulsivamente, productos catalanes.)

 

 

 

 

 HACER AMIGOS.

separatistas catalanes gritan "independencia" a la salida del teniente general José Manuel Muñoz de la toma de posesión de Artur Mas

La Asociación de Militares Españoles denuncia ofensas a las Fuerzas Armadas en Cataluña

La Asociación de Militares Españoles (AME) ha denunciado este viernes la declaración de intenciones de separatismo por parte del nuevo Gobierno de la Generalidad y las reacciones al mensaje de Navidad del Rey, "que han tenido como remate las ofensas a los representantes de las Fuerzas Armadas", en referencia a un vídeo que muestra cómo separatistas catalanes aguardan a la salida de la toma de posesión de Artur Mas para gritar "independencia" a la salida del teniente general José Manuel Muñoz, la más alta autoridad militar en Cataluña. (El Imparcial)

DUDAS RAZONABLES

 

 (Se dice que el asesor de don Mariano, Arriola, apodado el 'no corras que es peor', está dudando entre estos dos modelos de dodotis en el previsto 'diálogo' entre el bravo Arturo Mas (rey de los Pirineos) y el 'templagaitas de las Rias Baixas'.

Hay cierto acojono entre la gente española decente por las palabras que pronunció el Presidente de la mayoría absoluta varios días después de que Arturo (también llamado 'el magnífico'; pronúnciese 'magnífic', con fuerte acento en la primera 'í') anunciara públicamente su referendo soberanista ilegal. 

'Hay que pasar página' dijo el 'templagaitas'. Y lo jodido del caso es que si se marcha el 'dodotis galaico' nos queda Rubalcaba, la Chacón y otros dañinos ejemplares de la fauna ibérica.

¡Dios mío¡¡Qué cruz!)

 

 

 

 

 DUDAS RAZONABLES.

Reacción ante las palabras del presidente del Gobierno

Ciudadanos pide a Rajoy que aclare a Mas que le caerá 'el peso de la ley' si hace la consulta.

"No podemos permitir al presidente de la Generalitat que declare insumisión a la legalidad, al Estado de Derecho y amenace con un golpe de Estado civil", ha dicho su portavoz, Jordi Cañas. (LVL)

viernes, 28 de diciembre de 2012

NEGOCIOS REDONDOS

 
 (Deje aparte sus simpatías o antipatias personales. La Justicia, si lo es, ha de estar al margen de esto. Pues bien ¿qué justificación tiene que una mujer (o un hombre, si fuese al revés) que se separa de su marido, que tiene dinero propio más que suficiente para vivir bien (si así no fuera apoyaría una buena pensión), que no tiene hijos que alimentar, cobre -legalmente- 36 millones de euros (treinta y seis) al año. Por haberse separado o porque el marido se ha separado.

¿Se casó a la fuerza? De cada vez me cuesta más entender el casamiento. No creo que las drogas o la venta de armas sean tan lucrativas como ciertos casamientos. Y, encima, con todos los parabienes judiciales, gracias a las leyes vigentes. ¡Casarse es un negocio redondo! Lo han conseguido.
 
Habría que tener un gran respeto por las putas profesionales.)
 
 
 
 
 
 
 
 
100.000 euros diarios a su ex mujer
A Berlusconi le sale caro el divorcio
J.M. BALLESTER
El polémico político y empresario conserva, sin embargo, la propiedad de la mansión lombarda que pretendía su ex esposa. (La Gaceta).

VIOLENCIAS MULTICULTURALES

 
 
 (La principal responsabilidad de tratar a ciertos colectivos siempre como víctimas y nunca como responsables, se debe a la mediocridad y cobardía de nuestra clase política. Que conducirá (desearía no verlo) a mayores males. Pero ellos se quedarán tan panchos. No se responsabilizan por la crisis económica (o, al menos, por su profundización) y así seguirán con lo que sea. Pero claro, la máxima ilustrado de atreverse a pensar por uno mismo, es costosa. Y tiene riesgos. 'El calor del establo' puede mucho, como dijo Federico.)
 
 
 
 
 
 
 
VIOLENCIAS MULTICULTURALES.
 

Les supongo informados de los altercados producidos en las urgencias de cardiología del hospital Son Espases hace dos semanas, en los que una veintena de personas de una misma familia, tras la muerte por infarto de uno de sus miembros, arremetió contra médicos, enfermeros, pacientes y mobiliario de forma demencial. Lo sorprendente de todo el asunto, además de la violencia desplegada (que obligó a cerrar el servicio de cardiología), fue que la policía dejara libres a los responsables. Ni una sola detención. La excusa: que eso podría haber empeorado las cosas. Sin embargo, en otras ocasiones, por ejemplo en una manifestación de personal sanitario protestando por el aparcamiento de pago, sí se produjeron detenciones, por supuesto con menor justificación. Parece que se es peligrosamente más tolerante con aquellas conductas que, por su alto grado de beligerancia, deberían ser controladas con mayor eficiencia y premura.

 
No es la primera vez que se constata una cierta condescendencia policial y judicial con conductas de violencia practicada por una turba, “una ola única y monstruosa” (Canetti), sobre todo si son llevadas a cabo por colectivos minoritarios, y en este caso recordemos que los protagonistas pertenecen a la etnia gitana. Ya son varios los hechos de idéntica naturaleza vistos últimamente. Entre ellos, hace un par de años, bajo la alcaldía de Aina Calvo, la detención de unos sospechosos en la mezquita de Joan Bauzá llevó a una multitud de fieles a presionar exitosamente a las autoridades ante el cuartel de la Policía Local. Más espectacular todavía fueron los sucesos de Son Gotleu de hace algo más de un año, entre nigerianos y gitanos, que acabaron con un fallecido y medio barrio destrozado. Tras la vorágine incendiaria de los acontecimientos, el resultado fue la absolución de todos y cada uno de los implicados, incluso en casos de evidente destrucción del mobiliario público (registrado por las cámaras de televisión); reconociéndose además que el fallecido trataba de escapar de unos perseguidores cuando cayó al vacío. 
 
Es sorprendente que delitos tan serios se salden con una generosa impunidad, a cuento de un supuesto apaciguamiento de tipo multicultural. Y si resulta peligrosa esta práctica es en gran medida porque puede acabar produciendo aquello que se intenta prevenir: un aumento de la xenofobia. No se trata de considerar exaltadas opiniones racistas de cierta población autóctona, sino de aplicar la ley al conjunto de la ciudadanía por igual, sin cuota alguna de discriminación positiva.
 
El principio que subyace a esta forma de tolerancia es que ciertos colectivos son siempre víctimas, y nunca pueden ser responsables de nada. Es el discurso de cierta progresía que lo justifica todo en base a un victimismo acrítico fuera de lugar. Los hechos, sin embargo, demuestran que el mayor peligro de conflicto recíproco no se centra tanto entre los autóctonos y los inmigrantes, sino que incide en los diversos colectivos inmigrados o minoritarios, pues en estos casos las políticas de rechazo a la xenofobia no han sido tan efectivas, más que nada porque no se han realizado. En un ámbito local, el racismo sigue activo aunque se controla su expresión tangible, pero no sucede lo mismo entre colectivos minoritarios entre sí. (Blog Juan Antonio Horrach).

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Valenciano cree que las leyes

"antiburka" aislan más a las mujeres

La secretaria de Política Internacional y Cooperación del PSOE, Elena Valenciano, se muestra en su blog "totalmente" en contra de aprobar "leyes especiales" para prohibir el 'burka' en lugares públicos. La socialista cree que éstas pueden aislar más a las mujeres. (LD).

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EL BURKA MENTAL DE ELENA VALENCIANO.

La diputada socialista Elena Valenciano dice que prohibir el burka aislaría, aún más, a las mujeres que lo llevan. Sorprendente. ¿Por qué dice este disparate?

Porque, como buena socialista, cree en el multiculturalismo. ¿En qué consiste? La versión habitual se basa en el reconocimiento y en el respeto de cualquier manifestación cultural, especialmente si es minoritaria. Esto supone, para empezar, el relativismo. Con el que la izquierda está encantada. Por lo visto.

De acuerdo con la socialista Valenciano (y, en general, la izquierda, además de conservadores despistados) deberíamos respetar no solamente el burka (que degrada la dignidad de la mujer) sino todas las tradiciones. Por ejemplo, sajar el clítoris de las niñas o cortar las manos a los ladrones. ¿O no?

Si la socialista Valenciano dice que no hay que respetar todas las tradiciones, tendrá que explicar porqué quiere respetar el burka (una indignidad) y, en cambio, no está dispuesta a respetar otras tradiciones, como las mencionadas. Estamos a la espera de los criterios que justifican un trato diferencial entre unas tradiciones y otras. Pero, en cualquier caso, resulta sorprendente que sea comprensiva con los tratos vejatorios a un ser humano. En este caso, a una mujer. Cosas del progresismo.

Si, por el contrario, la sra Valenciano dice que hay que respetar todas las tradiciones, el espanto va en aumento. A los ejemplos aducidos antes podemos añadir la costumbre de ahorcar a los homosexuales.

El multiculturalismo respeta cualquier cultura, dado que todo es relativo y nosotros (blancos opresores) no somos nadie para decir si algo está bien o está mal. Esto conduce a la balcanización de la sociedad. Es decir, conduce a la creación de guetos, que es el camino de la balcanización. Y esto supone la inexistencia de lazos comunitarios, de lazos de integración. Es decir, la creación de mundos separados y, supuestamente, autónomos. Nadie puede meterse en ‘su mundo’ porque nosotros pertenecemos a ‘otro mundo’.

No podemos imponer nuestras leyes, de ahí que debamos respetar el burka aunque sea una vejación para las mujeres. Por tanto, el multiculturalismo implica que cada grupo puede hacer lo que quiera dentro del grupo. De este modo, las mujeres que quieran dejar las costumbres del grupo (llevar el burka, por ejemplo) no podrán hacerlo, porque la presión del propio grupo se lo impedirá. Esto no es una hipótesis. Esto es real. Real y vergonzoso. Y aceptado por algunos.

Retomo el disparate inicial de la sra Valenciano, al decir que prohibir el burka aislaría aún más a las mujeres. ¿Aisladas de qué o de quién? Parece que la sra Valenciano quiere que las mujeres no puedan salir del gueto en que se encuentran. Allí no están aisladas. Al contrario, están sometidas por la presión de su grupo. Con el que nadie puede interferir. ¡Faltaría más!

El desprecio de la izquierda, en general, por Occidente es tan enfermizo, que llegan (Valenciano, Bibiana Aído y otros) a aceptar cualquier indignidad o vejación si lleva el sello de una tradición que no sea nuestra. Por supuesto, la izquierda no respeta a la Iglesia Católica como respeta al Islam. ¿Por qué? Porque el Islam, al menos el radical, es enemigo de Occidente. El que obliga a llevar burka, el que mata infieles, o se alegra que otros lo hagan.

Volviendo a la sra Valenciano. ¿Cuál será el siguiente paso, después del burka? ¿Piscinas para mujeres musulmanas? Seguro que a los socialistas se les ocurre algo.

El odio de la izquierda, en general, por los valores occidentales, que resumen como explotación, corrupción y violencia, es un peligro para nuestra libertad. Que muchos occidentales se den cuenta, es vital para nuestra supervivencia.

Sebastián Urbina.

DEMOCRACIA COJONERA

 (Después de la contestación de Artur Mas a Mariano, hay incontenida euforia en el Oasis. Le dijo: 'Haremos referéndum con permiso o sin él'. Con un par.)
 
En la foto pueden ver a una catalanista entusiasmada con los atributos de Artur Mas. Por el módico precio de cinco caganets (la nueva moneda del Oasis) usted puede disfrutar de la potencia sin límites del catalanismo en libertad, tocando suavemente las esencias catalanas.)
 
 
 
 
 
 
 DEMOCRACIA COJONERA
 
Y lo llama "diálogo" (ld)

Mas se reunirá con Rajoy para decirle que hará la consulta con permiso o sin él.

SOCIALISMO NACIONALISTA

 

 (Sorpresa en las filas socialistas. Les dicen que han copiado a los nacionalistas. ¡Dios mío! ¡Con perdón! ¡Quería decir Marx mío! ¿Será verdad?

Claro, merluzos. Ahora que se hunde vuestra caseta de feria, algunos se dan por enterados. Pero sóis tan sectarios que uno duda de que...)

 

 

RECLAMA “DISCIPLINA” CON EL PSC

Bono acusa al PSOE de “desdibujar su proyecto nacional” e “imitar a los nacionalistas”.

(El Confidencial)

BORREGOS CON PASTOR




 (Imagen de las masas catalanas caminando hacia la libertad. De la mano de CIU, ERC,ICV y PSC. ¿Podrán resistir tanta felicidad. cat?

Por cierto, el PSC ha cambiado el significado de sus siglas. Ahora es: 'Partido Sin Criterio'.











Cataluña 2012-12-27

Apóstoles para la independencia

 


La promesa de Pere Navarro, del PSC, de abstenerse en cualquier votación parlamentaria sobre el derecho a decidir es la más patética evidencia de la sumisión de los socialistas catalanes a la hegemonía cultural y moral del nacionalismo. Es tal el terror a ser considerados traidores a la terra, que no tienen siquiera opinión. La imagen que proyectan es la del acomplejado incapaz de mostrar su carácter y tener agallas para defender sus derechos.

La actitud de Navarro es desoladora, porque muestra el grado de sometimiento de la sociedad catalana al poder intimidatorio de la ideología nacionalista. Como si no se pudiera pensar ni gesticular fuera de ella. Algo inaudito en un Estado de Derecho, insoportable para una ideología engendrada para combatir la alienación humana.
El error de Navarro no reside en que ha optado por una decisión equivocada; el error de Navarro es que renuncia a utilizar la razón para contrastar sus valores con los del nacionalismo. Cree, en su cobardía intelectual y política, que no oponerse a la tramposa y peligrosa consulta por el derecho a decidir le salva del capiroche españolista. Cree que oponerse no es democrático. ¡Como si fuera la postura ideológica y no la insumisión a la ley lo antidemocrático!

Y como si pudiera evitar irritar a la tribu y estar a la vez con la Constitución, brinda a los nacionalistas cooperación para hacer el referéndum siempre que sea legal. ¡Como si pudiera oponerse si fuera legal!

Un referéndum legal es constitucional, y por tanto amparar esa legalidad es obligación de todos los ciudadanos e instituciones. ¡Faltaría más! Pero lo que está aquí en juego no es estar de acuerdo o no con un referéndum legal, sino apoyar o no el tocomocho de la consulta del derecho a decidir, que sólo es un eufemismo para envenenar las relaciones con España y emprender el camino de la ruptura. El derecho a decidir ya lo tenemos en el ordenamiento constitucional; por el contrario, su derecho a decidir no es un mecanismo para enaltecer los valores democráticos de la población, sino para lograr la independencia a espaldas de la ley. Si tuvieran algún interés en lograrlo dentro de ésta, no tendrían obstáculo alguno. La ley se lo permite.

No se trata de templar gaitas, sino de afrontar la responsabilidad de oponerse a la insumisión. Aunque parezca impopular. El derecho a decidir tiene la forma de un derecho, pero en realidad es una máscara para poder erosionar la legalidad sin parecer un fascista. Podrían solicitarlo al Congreso, pero como no aceptan la soberanía nacional ni cuentan con mayoría para llegar a la independencia, tiran por el camino de en medio como vulgares golpistas.


 Y ese atajo es la rebelión contra las leyes, aunque lo nombren con expresiones populistas como la del derecho a decidir. A esto es a lo que se tienen que oponer Pere Navarro y su PSC. Meter la cabeza bajo el ala, abstenerse para no poner palos en las ruedas y aparecer ante los ciudadanos como aseados demócratas, cuando serlo exige lo contrario, es cooperar con el mal. "Lo único que es necesario para que el mal triunfe es que los hombres de bien no hagan nada", sentencia Edmund Burke.
 
Si hubiera en ello la más leve pizca de sinceridad democrática, ¿por qué se opondrían al derecho a decidir de los padres en lo relacionado con la lengua en que han de estudiar sus hijos?

Con su abstención, el PSC colabora en los preparativos de la ruptura con España. Los doce apóstoles para la independencia que constituyen el Gobierno recién nombrado por Artur Más, con el más radical independentista –Francesc Homs– como consejero de Presidencia y la prevaricadora Irene Rigau en Educación, deberían hacer reflexionar a los del PSC. Pero no reflexionarán, porque están en el ajo, ¿sin saberlo? 
 (Antonio Robles/ld)