domingo, 30 de diciembre de 2012

DERECHO A DECIDIR


 (O sea, productos españoles de verdad. Ya me entiende.)










DERECHO A DECIDIR

Ya puestos ¿por qué no comprar productos de españoles que quieren serlo?

¿Tiene sentido comprar productos de españoles que reniegan de serlo, e insultan a España y a los españoles?

Pues eso. Derecho a decidir.

1 comentario:

Arcoiris dijo...

Sí. Y ya puestos, también, y además, ¿porqué pagarles a ciertos pollos tan escandalosas pensiones vitalicias? En “El Periódico de Cataluña” del 1-X-2006, una carta al Director (traduzco): “Al leer que la pensión vitalicia que le quedará a Pascual Maragall por haber sido presidente de la Generalitat durante tres años será de 126.735 euros anuales, no puedo evitar pensar en el agravio comparativo que eso representa para muchos ciudadanos de Cataluña que malviven con pensiones ínfimas después de trabajar toda una vida (…)” (En esas mismas fechas, poco más o menos, la Fundación Justicia y Paz publicaba que se podrían llenar diez Camp Nou con los pobres que se contabilizaban en Cataluña, es decir, casi el 20% de la población. ¡Y aún no se hablaba de crisis ni pollas en vinagre!).
Dudo mucho de la eficacia y de la justicia de una tal medida de boicot (quizás sería más adecuado establecer una “Marca España”, como he leído por ahí, y despreciar aquellos productos que no la exhiban). Pero no me cabe la menor duda de que es inadmisible toda legislación que ampare que con dinero de todos los españoles hayamos de abonar pensiones, astronómicas o no, a reconocidos odiadores y enemigos de España. Como también me parece un contradiós que con dineros públicos se mantengan a partidos, políticos, patronales y sindicatos, en especial cuando se manifiestan abiertamente antiespañoles. Y, por último, creo que habría que acabar con la intangibilidad judicial de que gozan nuestros políticos. Antes al contrario, habría que contemplar como un agravante su condición cuando se produzcan malos manejos del dinero público, que es falso que no sea de nadie: ¡es nuestro, carape!