(En el dibujo puede verse a Artur Mas oteando el horizonte. En el hombro izquierdo está subido Durán i Lleida, dando consejos de estrategia. El horizonte se ve negro. La gente de dinero empieza a moverse. Una situación de fuerte inestabilidad política y crisis económica no es el lugar más indicado para invertir. La pela es la pela.
Hay que celebrarlo. Tomen cava riojano, valenciano, extremeño. Miren la etiqueta. No tiene que haber corsarios. cat
PD. Al final de la información viene una cita de Ortega. Dice '...la posibilidad de que Cataluña esté a gusto en España es nula'. Es falso. Aseguro que si los populares y socialistas no hubiesen transferido las competencia educativas a Cataluña- utilizadas para enfatizar lo que nos separa, menospreciar lo que nos une, hacerse las víctimas, e incentivar el odio a España- la situación actual sería muy diferente. Y 'Cataluña' no estaría a disgusto en 'España'. No es el destino. Es la incompetencia, la mediocridad y la cobardía política de socialistas y populares. Ellos son los principales responsables.)
ILEGALES. CAT
La posibilidad de que se convoque un referéndum sobre la independencia de Cataluña es sencillamente nula. Aunque se celebrara en toda España y tuviera el visto bueno del Gobierno de la Nación, seguiría siendo ilegal y contrario a la Constitución, y su convocatoria imposible. Así lo han señalado fuentes parlamentarias en el Congreso y en la Comisión Constitucional.
En primer lugar, hay que distinguir la consulta local que puede convocarse en municipios o comarcas sobre intereses locales, del referéndum que está previsto en la Constitución,
para asuntos de interés general, en el que deben participar «todos» los
ciudadanos, y no solo los de una Comunidad Autónoma o provincia. Una
modalidad diferente sería la del referéndum para los Estatutos de Autonomía, en el que sí que participan solo los ciudadanos de la Comunidad correspondiente.
Definido el asunto de interés general, en este caso sería la separación de una parte del territorio nacional, no habría cauce legal para transformalo en referéndum,
ya que chocaría frontalmente con la Constitución misma, que en su
artículo 2 declara que se fundamenta en la indisoluble unidad de la
nación española. Los expertos en Derecho Constitucional consultados
señalan que el referéndum no puede convocarse sobre una materia que es inconstitucional en sí misma. Ni siquiera en el caso de que lo propusiera el presidente del Gobierno al Rey, previa autorización del Congreso.
Reforma de la Constitución
En todo caso, el referéndum podría consultar a los ciudadanos si desean una reforma de la Constitución.
Ese sería un camino legal, pero a partir de ahí, una vez conocida la
opinión de los españoles, se iniciaría la modificación de la Carta
Magna, pero también de manera legal, mediante el proceso pormenorizado
que se incluye en su articulado.
Los nacionalistas catalanes podrían presentar una iniciativa en el Congreso
para instar al Gobierno a la convocatoria del referéndum sobre la
independencia. En este caso sería rechazado por la mayoría
parlamentaria, como ya ocurrió con el plan Ibarretxe. El propósito de Artur Mas
es un callejón sin salida posible, y si convocara el referéndum por su
cuenta, el Gobierno, vía Tribunal Constitucional y Derecho Penal, lo
frenaría inmediatamente.
La única manera de salir de ese atolladero para Mas, si quisiera seguir adelante con su aventura rupturista, sería la insumisión total, la revolución. Y aun así el Estado podría protegerse a sí mismo, siempre con la ley en la mano. La aplicación del artículo 155 sería un opción, para obligar a la Comunidad a cumplir con sus obligaciones y para defender el interés general.
Un diputado resumía la situación recurriendo a Ortega: «La
posibilidad de que Cataluña se separe de España es nula. La posibilidad
de que Cataluña esté a gusto en España es nula. En medio estamos y en
medio seguimos». (ABC).
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