(Depende de quién es el insultado. Si es cristiano, no es tan grave.)
El Gobierno Frankenstein de Donald Tusk llegó al poder con el mandato de darle la vuelta a Polonia como a un calcetín, «adaptándola» a los caprichos woke y globalistas de Bruselas a toda velocidad. Y el último ejemplo incide en dos de las obsesiones del pensamiento único: la primacía LGTBI y la censura bajo el eufemismo de «delitos de odio».
Así, el nuevo gobierno liberal de izquierda prepara una nueva ley de «discursos de odio» que podría condenar a los infractores a prisión por hasta tres años por contenido «ofensivo» contra las personas LGTBI, mediante una enmienda al Código Penal publicada en el sitio web del Ministerio de Justicia polaco.
(Carlos Esteban/La Gaceta/3/4/2024.)
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