Lo que tiene más visos de cristalizar y sobre lo que trabaja el PP, es que todo se le complique a Sánchez y no le quede otra.
La prórroga de los Presupuestos Generales de 2023 y la complicada aritmética parlamentaria que se adivina tras las autonómicas vascas y las catalanas, sumado al previsible revolcón en la europeas del 6 de junio, son dinamita para la UTE -la unión temporal de empresas y partidos- montada por Sánchez con Bildu, PNV, ERC y Junts.
Desde hace unos días, el partido de Feijóo alimenta la tesis de que esta legislatura ha iniciado su cuenta atrás, porque el golpista Puigdemont apretará el ‘botón nuclear’ si no lo hacen ‘honorable president de Cataluña’.
Los más osados dan incluso fecha: noviembre de 2024.
Yo no lo sé, pero me llevaría una alegría.
Lo que les garantizo es que tengamos a no generales este año, nosotros vamos a seguir dando la matraca con la corrupción del PSOE hasta que Armengol, Puente, Torres, Marlaska, López, Ábalos, Sánchez y Begoña Gómez -que es por donde terminará rompiéndose el muro- aprendan tagalo.
(El Repaso de Alfonso Rojo/Periodista Digital/2/4/2024.)
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