(¿QUÉ DERECHOS NO TIENEN LAS MUJERES- EN ESPAÑA- QUE TENGAMOS LOS HOMBRES?)
EL FEMINISMO Y LA IZQUIERDA QUE PIENSA
En una estrofa de una canción de Raimon muy celebrada en su tiempo se dice que quien pierde los orígenes, pierde la identidad. Y es cierto. Desde que la izquierda dejó de modo definitivo de creer en el socialismo, algo que ocurrió en todos los rincones de Occidente allá a principios de la década de los años ochenta del siglo XX, empezó lentamente a dejar de creer en sí misma.
Y de ahí que algunas veces, si bien cada vez menos, gane elecciones, pero que pierda siempre la contienda ideológica; un terreno, el de los grandes conceptos rectores que legitiman el orden colectivo entre la población, en el que la derecha tomó la delantera durante aquellos mismos tiempos, la década de la ochenta, para ejercer una hegemonía cultural que no dejaría de ampliarse durante los siguientes lustros, hasta hoy.
Antes de ponerme a escribir estas líneas que siempre quiero breves, he estado ojeando El regreso liberal, ensayo firmado por Mark Lilla, uno de los contados intelectuales de izquierda norteamericanos que todavía es capaz de expresar algo inteligente en letra impresa.
Lilla habla ahí de Estados Unidos, pero el grueso de sus reflexiones abatidas a propósito de una izquierda, la suya doméstica, que va camino de perder el Norte, el Sur, el Este y el Oeste, podría aplicarse a España sin dificultad mayor.
Por cierto, en el libro se recoge una cita de Ted Kennedy que hoy, mientras PSOE y Podemos se tiran las banderas moradas a la cabeza en tantas calles y plazas de España, viene como anillo al dedo. Es esta: "Podemos y debemos ser un partido que se preocupe por las minorías sin convertirnos en el partido de las minorías". Está por ver que lo consigan.
Salvo en la de Ferrovial, la izquierda en el poder figura como perdedora clara en la totalidad de las encuestas serias que se vienen realizando aquí desde hace meses. Y yo me temo que ese pequeño cataclismo demoscópico del Ejecutivo nominalmente más izquierdista de la histórica contemporánea de España tiene bastante que ver con esa sentencia lúcida del hermano pequeño de John. Mucho, sí.
Porque mientras la derecha enfatiza el concepto universal de ciudadanía, la izquierda se centra de modo obsesivo en las identidades particulares, con especial preferencia por las de género. Un suicidio sin sentido. Y aún se extrañan de su suerte.
(José García Domínguez/9/3/2023/LD.)
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