Freud, en tantas cosas un fraude, definió un concepto enormemente útil para entender a la izquierda: proyección, el fenómeno por el que un individuo achaca a los demás las intenciones perversas que alberga él mismo.
Por eso solo oímos hablar incesantemente de los ultras para referirse exclusivamente a la derecha, de los extremistas y de su violencia. Por eso Joe Biden,
en su primer discurso nada más llegar a la Presidencia, defendió muy
serio que la mayor amenaza a la seguridad nacional estaba en la derecha
trumpista y, sobre todo, en el virtualmente inexistente «supremacismo
blanco».
Ya hace falta imaginación, cuando solo unos meses antes, durante la campaña electoral, un grupo de inspiración marxista llamado Black Lives Matter organizó algaradas violentas en una veintena de ciudades norteamericanas, con incendios, pillaje y algún muerto (daños colaterales, supongo).
(Carlos Esteban/OkDiario/12/9/2025.)
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