La escoria separatista
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"El separatismo amenaza a Feijóo con un "frente común" si potencia el castellano en la escuela catalana"… "Se trata de una indefendible huida hacia delante en favor de un modelo que no solo no funciona, sino que niega derechos fundamentales y alienta la persecución de quien únicamente invoca sus derechos". (ElMundo/28/6/2023.)
Alguno habrá, separatista, progre o exquisito, que lamente que haya personas que utilizan palabras fuertes, como las del título de este artículo. Pues bien, no me voy a defender, voy a atacar.
En primer lugar, yo no he iniciado- ni apoyado, por supuesto- el desprecio a derechos fundamentales de nadie. Esto lo iniciaron los antes llamados ‘nacionalismos periféricos’. En aquellos tiempos de la Transición recuerdo que muchos- yo también- participamos en manifestaciones, ‘llibertat, aministía, estatut de autonomía’. Y con este paquete también se defendía la enseñanza en la lengua materna. Yo también me tragué todas estas reclamaciones, creyendo que los ‘nacionalistas periféricos’ eran ‘buena gente’.
Nada más lejos de la realidad. Eran una cuadrilla- siempre con excepciones- de fanáticos antiespañoles. Esta infame cuadrilla pronto encontró el firme apoyo de la izquierda, (básicamente antiespañola), también con las excepciones de rigor.
Incluso con la comprensión de los biempensantes y centro centrados, de que habían sufrido tanto con el franquismo, que les debíamos un trato de favor.
Con el tiempo, nacionalistas periféricos (ahora separatistas antiespañoles) y la izquierda, cantaron cogidos del brazo. Ellos representaban la libertad, el progreso y el antifascismo. ¿Quién podía poner algún ‘pero’ a tanta hermosura democrática?
Sucedió que la derecha (simplificaremos entre apaches y séptimo de caballería) acomplejada y sin las ideas claras, se arrodilló, literalmente, ante las proclamas de la izquierda, que era las verdaderas. El que pusiera algún ‘pero’, era tachado de ‘fascista’. Incluso por la propia derecha.
Esto ha seguido así, con variaciones que no afectan a lo esencial, durante décadas. Con una ley electoral que beneficia a los enemigos de España (no los que ‘cuestionan’ a España, como dice el impresentable Zapatero), como muestra de la generosidad española ante los vascos, catalanes, gallegos, los únicos que habían sufrido horrores. Por supuesto, los beneficiados, los separatistas antiespañoles, utilizaron las ventajas en contra de España.
¿Cómo? Quejándose (dentro y fuera) de España y de la opresiva democracia española. Con mentiras, chantajes y victimismo. Y buena parte de los españoles (no separatistas antiespañoles) agachando la cabeza, ¡Pobrecitos, sufrieron mucho con el franquismo! Lo que tenemos que hacer es darles más facilidades y prebendas para que se sientan ‘cómodos’ en la puta España.
Dentro de la idiotez política generalizada, destacó (y eso que era difícil) el periodista Luis María Ansón. Es importante repetirlo para que se vea (los que quieran ver) el nivel de idiotez políticamente correcta que inundaba España. O sea, ‘este país’.
Pues bien, Luis María Ansón, director de ABC, declaró al Muy Honorable Jordi Pujol, ‘Español del Año’. Esto sucedió en la portada del periódico, el domingo 20 de mayo de 1984.
Este era el inaudito nivel de estupidez política que reinaba en España. ¿Por qué digo ‘inaudito nivel de estupidez’? En su libro ‘Historia de la resistencia al nacionalismo en Cataluña’, Antonio Robles explica que para llegar a lo que está ocurriendo en estos últimos años, ha habido una preparación de décadas detrás de la cual siempre ha estado Jordi Pujol. El que ha hecho que Cataluña sea lo que es hoy, ha sido Jordi Pujol.
En pocas palabras, Jordi Pujol ha sido el gran traidor a España, aprovechándose de la debilidad, cobardía y estupidez, de la gran mayoría de políticos, plumillas y exquisitos. Y a este gran traidor y gran estafador, se le nombra ‘Español del Año’.
Siento defraudar a los pocos que me lean que, además, sean progres. No, no tengo ningún odio. Habría motivos, pero no. Tuve la suerte de tener unos padres magníficos que me enseñaron mucho y bueno. Nada de odio. Pero sí me producen náuseas, porque el daño que han hecho, y siguen haciendo, a millones de personas, es imperdonable. Deteriorando el clima político, las instituciones, dando golpes de Estado y anunciando que repetirán. ‘Espanya ens roba’. Marginando y despreciando la lengua española y a los castellanohablantes, multando las rotulaciones en español. Y un largo etcétera de indignidades identitarias. Ahora socios del gobierno socialista.
Por cierto, también me enseñaron mis padres a no confundir la bondad con la cobardía. Por eso no puedo soportar el hedor de tantos meapilas- políticos y no-, que miran para otro lado, cuando la decencia exige mirar de frente y restaurar los derechos fundamentales pisoteados. Aunque haya manifestaciones progresistas amenazantes en contra, como las que habrá- probablemente- en Mallorca, capitaneadas por las falanges catalanistas y compañeros de viaje. La OCB califica el acuerdo PP-Vox (por la libertad lingüística) de "declaración de guerra" contra quien "ame la lengua, la cultura y a Baleares". Y la ya expresidenta Armengol: ‘Vivimos una emergencia democrática’.
Repugnante guerra civilismo de la izquierda, que trata de deslegitimar a la oposición. Pero con la libertad y los derechos fundamentales, no se juega. Pie en pared.
Última Hora. Gabriel Rufián acaba de advertir a Pedro Sánchez que ERC "subirá el precio" del independentismo si quiere volver a ser presidente.
Sebastián Urbina.
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