lunes, 26 de marzo de 2018

FEMINISMO Y HEMBRISMO








FEMINISMO Y HEMBRISMO.

El politólogo Agustín Laje, azote de la izquierda, asegura que le gustaría ver marchas LGTB y feministas ante la embajada de Irán, donde 300 homosexuales son condenados a muerte cada año.
El politólogo Agustín Laje se ha convertido en el azote del progresismo en Hispanoamérica a través de sus obras. La última es ‘El libro negro de la nueva izquierda’, escrita junto a Nicolás Marquez. En ella afirma que la ideología de género es “una revolución gradual y pasiva” que pretende “reconvertir la vieja izquierda oxidada”.

A su juicio, la ideología de género, que se ha convertido en una “moda” bajo el “engaño” de que las ideas nuevas son verdaderas y buenas, y las ideas viejas son falsas y malas, y pone límites a la opinión y por consiguiente “límites a la hora de pensar”, lleva simplemente la dialéctica de clases a otro terrero vendiéndolo con palabras “bonitas” como diversidad, inclusión, tolerancia o liberación.
En una entrevista concedida a La Contra TV, Laje declara que hoy predomina un tipo de feminismo radicalizado que es la contra cara del machismo. “Me gusta llamarlo hembrismo. No pelea en favor de la mujer sino que la deconstruye y dice que no existe. Es un feminismo sin mujer contra lo que se llama el régimen del patriarcado y que traslada el odio contra todo lo masculino (…) en él hay una guerra de sexos y una reivindicación en términos bélicos contra el hombre”, dice.

En este sentido, manifiesta que en occidente la demanda de igualdad ante la ley entre hombres y mujeres ya se ha cumplimentado, al contrario que en Medio Oriente y en los países islámicos: “ahí el feminismo jamás pone sus ojos e incluso muchas veces lo apoyaParece que hoy es más opresivo usar un bikini en una playa que un burka”.

Finalmente, dice que le gustaría que “las marchas feministas en lugar de terminar en una iglesia católica tirando excrementos contras la paredes (…) acabaran ante una mezquita o ante la embajada de Irán, donde sabemos que al año mueren más de 300 homosexuales colgados en horcas o arrojados en los montes”.

 (La Gaceta)




HOMBRES MALTRATADOS.

La campaña MeToo no solo ha puesto encima de la mesa la realidad de las mujeres maltratadas, sino que también ha servido para ver la agresividad social hacia los hombres maltratados.

Meritoriamente hemos visto como muchas mujeres han dado un paso al frente y se han unido a la campaña MeToo. El movimiento social ha puesto a las mujeres maltratadas, sobre todo físicamente, en el centro del tablero; motivando las siempre oportunistas promesas políticas de cambio y lucha contra este maltratado. Pero es ese mismo movimiento el que ha marginado la posibilidad de suma y de una verdadera ayuda.
Los hombres maltratados existen, el abuso masculino existe. No es una estrategia de marketing que exista esta columna, es una necesidad de concienciación.

El 40% de las denuncias por maltrato doméstico son de hombres hacia mujeres. Eso son muchas personas, muchos seres humanos. Sin embargo, la sociedad, la opinión pública y los movimientos que la componen parecen querer erradicar esta realidad. La campaña MeTooque inicialmente fue enfocada como, efectivamente, de abuso de hombres hacia mujeres ha producido un impacto global que difícilmente puede ser replicado. Conforme crecía era de esperar que se permitiera la suma de más colectivos. Si el objetivo es hace una sociedad más igualitaria, no tendría sentido no dejarse sumar a colectivos en igual situación de desprotección.

Sin embargo, sistemáticamente se ha visto como los colectivos de hombres maltratados se les ha negado la posibilidad de sumarse. Los movimientos, por considerarlo una estrategia de origen machista destinado a minusvalorar el daño producido a las mujeres; la sociedad, por considerar por esa misma narrativa machista que un hombre no puede ser maltratado por una mujer.
A los primeros, les haría falta la reflexión de que se encuentran en la misma situación que cuando a una mujer le preguntan si es que no iba provocando a su marido o pareja, si era toda una estrategia calcula; a los segundos, les hace falta la reflexión de que el maltrato no es de hombre a mujer, sino de ser humano con poder a ser humano desprovisto totalmente de él.

  
Cuando no se cuenta con un movimiento social, cuando tampoco se cuenta con el reconocimiento público; solo puede quedar la lucha jurídica. Nuestro sistema, perversamente retorcido para invisibilizar el maltrato masculino, aún no ha podido abstraerse de la condición del hombre maltratado como ser humano. La defensa es posible, la lucha por mejorar al amparo de la ley una situación es posible. Pero solo un asesoramiento jurídico experto será capaz de conseguirlo.
En Patón y Asociados luchamos por conseguir esa igualdad efectividad y dar a nuestros clientes la protección que se merecen y todo el apoyo que la sociedad le niega.

Por Juan Rivera Crespo, de Patón & Asociados



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