Es
triste que España sea el único país del mundo que haya dado este paso
(lo que para la doctrina alemana es ir «demasiado lejos»), dejando
completamente desprotegido al nasciturus (cuya vida se deja,
efectivamente, en un estado totalmente «hipotético o potencial» en las
14 primeras semanas), y a la mujer sola, sin apoyo y sin recursos,
cuando, de tenerlos, es obvio que trataría de salvaguardar la incipiente
vida humana.
Pero más triste es que la mayoría de los políticos juzgue
favorablemente el «derecho al aborto» consagrado en esa sentencia, y
mire con desdén y animadversión a quienes defienden que el Derecho y el
Estado jamás deberían de dejar a la intemperie a los más vulnerables.
- Aniceto Masferrer es Catedrático de Historia del Derecho en la Universidad de Valencia-eL DEBATE/1/7/2023-
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