sábado, 1 de abril de 2006

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Leo (ElSemanalDigital/1/Abril/2006) un artículo de A.M. Beaumont en el que, entre otras cosas, se dice:


'Los españoles piden a gritos firmeza, mano derecha desde la unidad y respeto a las víctimas, que deben ser las vencedoras. Nada de cesiones al terrorismo innecesarias, ni tampoco meterle el dedo en el ojo al contrincante por cuestiones que parecen ahora menores. Es la hora del centrismo formal en el PSOE y en el PP; de los gestos contenidos'.


Título de la noticia: SOCIEDAD COBARDE Y ACOMODADA (no toda, afortunadamente).


Los anteriores comentarios parecen reflejar firmeza y principios pero creo que es sólo una falsa impresión. Es cierto que se habla de 'firmeza' y de que 'las víctimas deben ser las vencedoras' pero también se dice que nada de cesiones INNECESARIAS al terrorismo. ¿Cuáles son estas cesiones innecesarias?. También se dice que 'NO HAY QUE METERLE EL DEDO EN EL OJO AL CONTRINCANTE'. No sabía que los terroristas fueran los 'contrincantes'. Por supuesto, no se puede referir a Rajoy o a Rodriguez. Si se habla desde la unidad no parece sensato hablar de meterese el dedo en el ojo. Parece, pues, que se refiere a los terroristas. ¿Por qué son ahora CONTRINCANTES?


Además, se nos añade que este deporte del dedo y el ojo no debe ejercitarse por cuestiones que 'AHORA PARECEN MENORES'. ¿Cuáles son? ¿A quién le parecen menores? ¿A las víctimas de los contrincantes, perdón, del terrorismo? ¿A Pepiño Blanco o Conde Pumpido?.



Por último, parecen exigirse 'GESTOS CONTENIDOS'. ¿Qué se quiere decir? Tal vez se quiera decir que cuando el Estado de Derecho imponga las condiciones a los contrincantes, perdón, a los terroristas, debe hacerlo sin poner mala cara. Tal vez se quiera decir que el Estado de Derecho, ejerciendo un 'CENTRISMO FORMAL' (?) no impondrá las condiciones a los contrincantes, perdón, terroristas. Tal vez se quiere decir que los representantes del Estado de Derecho deben negociar con gesto contenido para evitar que los contrincantes, perdón, los terroristas se enfaden de tanta provocación españolista.

Creo que estos planteamientos son expresión del sentir de una parte de la población y, por supuesto, de una parte de la clase política. Vivimos en una sociedad cobarde y acomodada (no toda, afortunadamente) que se arrodilló, primero, ante el terrorismo islamista del 11-M (suponiendo que se despejen todas las incógnitas que el Gobierno pseudosocialista no parece interesado en aclarar hasta el final) y ahora ante la amenaza, directa o indirecta, de los contrincantes, perdón, terroristas de ETA.

Si esto es así, y ojalá me equivoque, ningún buen futuro nos espera. Una sociedad arrodillada, acobardada, sin capacidad de lucha por ningún valor, excepto satisfacer la propia panza, es pasto del desprecio y de la amenaza de los profesionales del terror. Son malvados pero no (o no necesariamente) tontos. Saben a qué puerta hay que llamar. Saben a qué sociedad hay que amenazar. Primero lo más fácil. Amagar violencia y ver como el otro, por si acaso, se baja los pantalones. Por supuesto, no se dice así. Hay frases más elegantes para esconder la cobardía moral y la falta de principios.

Sebastián Urbina.

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