domingo, 18 de junio de 2006

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ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LA SITUACIÓN ACTUAL.





PRIMERA.

El Presidente Rodríguez ganó las pasadas elecciones. Es decir, utilizando la terminología clásica, se podría afirmar que tiene legitimidad de origen. Dicho esto, la victoria electoral (que coincidió con el atentado terrorista más grave de la historia de España) fué corta. Esto significa, en términos democráticos, que los ciudadanos no le otorgaron poder para hacer grandes cambios. Si lo hubieran querido, la victoria no habría sido tan escasa. A pesar de ello, el Presidente Rodriguez (incluso con los anuncios de talante dialogante) ha seguido y sigue por una camino muy diferente al de la moderación y la prudencia.

SEGUNDA.

Una de las más claras manifestaciones de la falta de talante dialogante del Presidente Rodriguez es su aceptación (al menos en el terreno de los hechos) del vergonzoso y antidemocrático Pacto del Tinell. Como es sabido, el Partido Socialista Obrero Español (que cada uno piense si estas siglas reflejan la realidad) ha aceptado el acuerdo de los partidos catalanistas de excluir, de las instituciones democráticas, al principal partido de la oposición. Esta es una declaración de guerra, no una declaración de talante dialogante. Ningún Presidente de sociedad democrática se ha atrevido a esta repulsiva treta antidemocrática. Para que se entienda mejor. ¿Qué sucedería si el Partido Popular hiciera lo mismo?

Supongo que recuerdan las manifestaciones de 'la izquierda' por el caso Prestige (¡Ahora el PSOE rectifica y dice que la causa del desastre se debió al mal estado del barco¡), Irak y lo que haga falta. ¡Asesinos! Ataques a las sedes del Partido Popular, acoso a los dirigentes y militantes de este partido, lanzamiento de huevos, piedras y basura. Por cierto, estas actitudes antidemocráticas se han repetido en Cataluña, en diversos actos políticos en los que participó el Partido Popular. Ninguno de los partidos catalanistas sufrió acoso o agresión. Pero el oasis catalán no se inmuta.

Solamente se indignarían si les agredieran a ellos. Este es un claro signo de enfermedad moral. Pero, claro está, no lo reconocen. Por eso están enfermos. Difícil diagnóstico. Los medios de difusión hacen su trabajo, con variantes más o menos dignas, y los políticos catalanistas, algo parecido. En todo caso, apagamiento mediático. En el fondo, se lo han buscado. Ya lo dijo la diputada de I.U., Angeles Maestro, cuando el atentado de las Torres Gemelas: 'Se lo estaban buscando'. Esta es la superioridad moral de 'la izquierda'.


TERCERA.

Hay un amplio sector de 'la izquierda' que no acepta que 'la derecha' sea una opción más en el juego democrático. De esta actitud antidemocrática debemos excluir a los socialistas dignos y respetables como Nicolás Redondo, Rosa Díez, Maite Pagaza, Gotzone Mora y un largo (pero insuficiente) etcétera.

Curiosamente (para algunos, no ya para mí) 'la izquierda' en el poder ningunea (en el mejor de los casos) o excluye y desacredita (en el peor) a los mejores. A los ejemplos anteriores podemos añadir, entre otros, a Cristina Alberdi. Si se comportan de forma tan miserable con 'los suyos', qué no harán con los 'peperos', a los que desprecian y califican como 'fachas'. Ya lo dijo Alain Finkelkraut, 'La izquierda ya no tiene ideas; sólo tiene enemigos'. O sea, desacreditemos a los que no aceptan lo que decimos. Mintamos. Nuestra superioridad moral nos lo permite. Es por una buena causa. La nuestra. Los más tontos o ilusos, incluso, se lo creen. Son los 'progres' buenas personas, que los hay.

Por cierto, tal vez no tengan 'enemigos' pero ya han molestado a mucha gente con su sectarismo.Por ejemplo, las Víctimas del Terrorismo ('fachas'), buena parte de la Iglesia ('reaccionarios'), parte del Ejército ('franquistas') y recientemente la Policía o parte de ella. Creo que están estudiando el insulto adecuado. Por no hablar de los diez millones de votantes del Partido Popular. El Presidente Rodriguez no ha gobernado, ni gobierna, para el consenso. Este es el problema. En todo caso, consenso con partidos independentistas que desprecian a España para modificar la Constitución via (fraudulenta) Estatutos de Autonomía. Ahora, Naciones o Realidades Nacionales.


CUARTA.

La 'derecha' está demasiado acomplejada. Aquí mismo, Pere Rotger promociona el .cat catalanista independentista. ¿Será que quiere parecer nacionalista? ¿Creerá que ser nacionalista es progresista? ¿Qué cree? Otro político, el concejal Araujo, hace pinitos nacional-catalanistas, forzando a que la alcaldesa Cirer le de un tirón de orejas. A otro nivel, más culto e inteligente, Ruiz Gallardón hace lo mismo. Antes de actuar mira de reojo a 'la izquierda'. ¿Se enfadarán? ¿Lo habré dicho bien? ¿Qué dirán de mí?

La última estupidez de Ruiz Gallardón (lo que sorprende en alguien culto e inteligente, pero muestra la fuerza de los complejos) ha sido aconsejar que se olvide el 11-M. ¡Olvidar el mayor atentado de la historia de España! ¡Todavía no aclarado! ¡Lo único claro es que no está claro! Pero Alberto no quiere incomodar a la izquierda. ¡No seamos antiguos, escuchemos a 'la izquierda'! ¡Olvidemos lo que ellos dicen que debemos olvidar! Pero el Presidente Rodriguez revive la guerra civil (la que le conviene para sus propósitos de permanecer en el poder a cualquier precio) y trata de revivir las dos Españas. Es decir, por una parte, 'los buenos' (Ellos) y por otra, 'los malos' (Los Otros). O sea, talante dialogante.


QUINTA.

La responsabiliad no es sólo de los políticos. Por ejemplo, la vergüenza que producen ( a cualquier persona decente) los recientes hechos anti-PP en Cataluña, no son exclusiva responsabilidad de los políticos sino, también, de buena parte de los catalanes. No condenan pública y rotundamente estos hechos antidemocráticos. ¡No sea que me confundan con alguien del PP!

Si los catalanes aprueban el Estatut, incorporarán la bilateralidad (Estado y Comunidad Autónoma, ahora Nación Catalana), se apropiarán de competencias propias del Estado y, además, las blindarán. Se trata de crear una Administración única cuya consecuencia inmediata es la expulsión del Estado, representado por el Delegado del Gobierno. O sea, solidarios como el que más. El catalán como única lengua oficial, con funciones discriminatorias. Ya se ponen multas de 1.800 euros porque el ticket de venta esté en castellano. ¡Aún antes de aprobar el Estatut! ¡Qué nos espera! Estas y otras tropelías ilegales y desvertebradoras, nos encaminan a un futuro incierto y, cada vez, más crispado. Excepto, tal vez, para Otegui y sus muchachos a los que el PSOE lleva años mirándoles a los ojos, como aconsejaba Pepiño Blanco. ¡Encima se creen que somos tontos!

Esperemos que la crisis económica (si viene a final de año) no agudice más la frustración y el malestar de, aproximadamente, diez millones de votantes. Aunque la mansedumbre acomplejada es signo de diferenciación de buena parte del PP ¿aceptarán siempre que les traten como basura política y sin enfadarse en serio? Se está jugando con fuego.


Sebastián Urbina.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Viva España! ¡Viva la nación democrática! ¡Viva la ciudadanía! He ahí tres exclamaciones vivificadoras: la síntesis del referéndum sobre el Estatuto de Cataluña. La idea de España, de nación española, ha ganado. El resto es retórica. Vamos a ella. El referéndum ha sido un fracaso estrepitoso de la clase política española, que lleva años dando la espalda a la ciudadanía. Una debacle. La referencia política fundamental de Zapatero ha fracasado. Mucho tiempo lleva secuestrada la voluntad política de los ciudadanos catalanes, pero la respuesta ha sido inequívoca. La abstención es todo. Poco importa que la presentación de los datos de participación haya sido opaca. Tampoco interesan las mentiras de las primeras declaraciones de la elite política. El escándalo es de tal magnitud que deslegitima al sistema político. Los índices de participación son tan pobres que no sólo ponen en cuestión al nacionalismo catalán, sino al “conductor” de los nacionalismos separatistas, Zapatero.

La desconexión entre la clase política y la ciudadanía es total. La abstención sumada al “no” son demoledores. Mil interpretaciones pueden hacerse. Voto de castigo. Vale. Voto de desprecio. Vale. Voto contra un régimen político opaco. Vale. Un asunto es preciso, claro y distinto: la clase política española está muy por detrás de la ciudadanía. Los ciudadanos españoles residentes en Cataluña quieren seguir siendo españoles. Esto no podrán ocultarlo. La clase política catalana ha quedado deslegitimada. Es en su conjunto impresentable. Respecto a los medios de comunicación catalanes la cosa no puede ser más contundente: han estado engañando a la opinión pública. En términos personales, la cosa es clara: todo lo que toca Zapatero es un fracaso. Este hombre es el problema de España. Si alguien tuviera alguna duda, repase lo sucedido en Cataluña. Quería comenzar la destrucción de España con la aprobación de un Estatuto separatista, pero la ciudadanía le ha hecho, con perdón, un corte de mangas.

La abstención, en fin, sólo tiene una traducción: lárguense, señores. Zapatero, lárguese. Punto. Maragall, lárguese. Punto. Más, lárguese. Punto. Carod, lárguese. Punto. Piqué, lárguese. El régimen político catalán ha quedado deslegitimado. Cataluña, la nación catalana, es una mentira sin España. La democracia de los ciudadanos, definitivamente, ha ganado.

Si con estos “datos”, por decir algo, el PP no da el salto democrático, la regeneración del sistema político, entonces prepárense para lo peor, o sea, deserción cívica y cinismo político. Al fondo: enfrentamiento civil.

Anónimo dijo...

La verdad es que estoy muy de acuerdo con Usted en esta aportación, pero me atrevería a ir un poco más allá.

Mi sensanción es que el Partido Popular se encuentra anclado en una difícil posición: por una parte, acosado por el resto de grupos políticos con representación parlamentaria, quedando "aislado" (reconozco que no me gusta esta palabra) en el margen derecho del arco político; pero, por otra parte, no deja de ser menos cierto que el propio Partido Popular no hace nada para salir de este "anclamiento" aislado en el que se ubica.

Personalmente creo que el PP no hace nada para adaptarse a la nueva situación política. Entiendo que reconocer la derrota electoral es siempre duro, pero esto no justifica que no deba hacer un esfuerzo y, como mínimo, aceptar la legitimidad del actual Gobierno de Zapatero, que lo hará mejor o peor, pero no deja de ser un legítimo Gobierno democrático.

Esta regla es esencial en democracia: entre muchas otras cosas, la democracia es aquél sistema en el que la fuerza mayoritaria no puede ni debe eliminar a la minoritaria, y en el que la minoritaria debe aceptar la condición de mayoritario del ganador. Y esto, que es garantía para el buen y correcto funcionamiento del sistema, creo que no se da hoy en nuestro país: el afán del PSOE por aislar al PP, por un lado, y la ruptura, a instancias del PP, del canal de diálogo que debe existir siempre entre unos y otros, son claros síntomas de que algo y alguien aquí falla.

Más importante que un Gobierno eficiente es tener una oposición alternativa y fiable. ¿Es fiable una oposición que se cierra en banda? ¿Es fiable una oposición que cree estar en posesión de la verdad absoluta? ¿Es fiable una oposición que parece basarse (es mi opinión, evidentemente) en las tesis rupturistas y demagógicas de ciertos medios de comunicación en lugar de hacerlo en el pacto y diálogo con el resto de fuerzas políticas del arco parlamentario?

Reitero pues que, a pesar de personalmente identificarme más con los planteamientos políticos de la izquierda, creo que el Gobierno ha fallado y falla en muchos aspectos de su gestión; pero no deja de ser menos cierto que el Partido Popular, lejos que presentarse como una esperanza y como una alternativa clara y fiable (como sí lo hizo y lo fue en 1996), ahora parece estar anclada en un oscuro pasado del que ni puede salir (porque no le dejan) ni, lo que es peor, quiere salir (por voluntad propia).

Un saludo de un ex alumno desde Madrid.