viernes, 20 de mayo de 2016

ESTELADAS, NO GRACIAS.










ESTELADAS, NO GRACIAS.

A finales de la Segunda Guerra Mundial, Branch Rickey (encarnado por Harrison Ford en la película 42), presidente del club de béisbol de los Dodgers de Brooklyn (Nueva York), bajo la firme convicción de que sus compatriotas estaban luchando contra el racismo en los campos de batalla de Europa, decidió fichar al joven afroamericano Jackie Robinson como estrella de su equipo.


Resulta evidente a todas luces que una bandera que representa la amputación de una parte del territorio español significa una provocación.

Los Dodgers competían en la liga mayor de béisbol y, hasta entonces, ningún jugador negro había jugado en esa competición. Durante varios años, Robinson tuvo que soportar los insultos y los improperios racistas proferidos no solo por el público sino por los jugadores de los equipos rivales durante los encuentros.
Para evitar esas actitudes, se introdujeron normativas que sancionaban los comportamientos racistas y poco a poco la situación se fue normalizando hasta nuestros días. Expongo este ejemplo ilustrativo para acreditar que lo que siempre se ha hecho no justifica que siempre se pueda hacer.

Recientemente la delegada del Gobierno en Madrid, acogiéndose a la Ley del Deporte, ha anunciado que se prohibirán las banderas esteladas en la final de la Copa de SM el Rey que se celebrará en el estadio Vicente Calderón, alegando que no se permitirá el acceso al recinto deportivo con banderas que inciten a la violencia, al terrorismo o que incluyan mensajes de carácter racista, xonófobo o intolerante.

La Ley del Deporte no es muy expeditiva en esta cuestión, sin embargo la Ley 19/2007 de 12 de julio contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte es muy clara en el mismo sentido, así su artículo 6 prescribe que queda prohibido introducir o exhibir banderas que inciten a la violencia.


Los juristas, y especialmente los doctores en derecho, cuando tenemos que interpretar una ley procedemos a disgregarla semánticamente, de la misma forma en que un cirujano disecciona una víscera. De esta forma, y de manera sistemática, se establece la siguiente consideración que justifica la prohibición de banderas esteladas en recintos deportivos:


No hay mayor intolerancia que utilizar el deporte con fines políticos.

A) Incitación a la violencia.

Resulta evidente a todas luces que una bandera que respresenta la amputación de una parte del territorio español significa una provocación a la afición sevillista y a la mayoría de la afición del F.C. Barcelona que se encuentre en el campo ese día, pudiendo desatarse conatos de violencia entre aficionados, incluso del mismo equipo.


B) Simbología terrorista.

La bandera estelada con triángulo amarillo era la bandera oficial de la banda terrorista Terra Lliure.


C) Inclusión de mensajes de carácter racista.

Sin entrar en consideraciones, como que la estelada era originariamente la bandera de Estat Catalá, organización simpatizante del nazismo, el hecho de pretender separar a Cataluña del resto de España constituye una actividad disgregadora de la población catalana, amparada por conductas etnocéntricas.


D) Inclusión de mensajes intolerantes.

No hay mayor intolerancia que utilizar el deporte con fines políticos.


Los racistas norteamericanos aprendieron que el béisbol, y el deporte en general, al margen de la sana competición, pretende hermanar a los hombres. Espero que los separatistas catalanes lleguen con el tiempo a la misma conclusión y, si no son capaces por sí mismos, la ley les ayudará. No olvidemos que la ley es la voz del pueblo.

 (Juan Carlos Segura Just/Crónica Global) 


 LA JUSTICIA EN ESPAÑA.


LD/Agencias
El juez ha admitido el recurso presentado contra la decisión de la Delegación del Gobierno en Madrid de impedir la entrada a la final de la Copa del Rey de fútbol con esteladas, de modo que los aficionados podrán mostrar banderas independentistas.
LOS EXPERTOS AVISAN DE QUE EL USO DE SÍMBOLOS POLÍTICOS GENERA VIOLENCIA.
Todo lo que suponga introducir en un recinto en el que se va a celebrar un acontecimiento deportivo y en el que, lógicamente, van a asistir aficiones enfrentadas, banderas, pancartas u otros elementos que supongan la provocación de unos sobre otros, es un factor que no contribuye a la seguridad, sino a todo lo contrario. 
 Expertos en la materia, consultados por LA RAZÓN, subrayan que todo esto se agrava si esas pancartas, banderas u otros símbolos tienen un tinte político. Ya no se trata de animar al equipo propio sino de provocar a los contrarios y, en general, al público que asiste al acontecimiento y que no comulga con las ideas que se dicen defender.

Si, como ocurre con la final de la Copa de Su Majestad el Rey de fútbol, un partido de alto riesgo en el que tiene que realizarse un importante despliegue policial, toda provocación está de más y sólo puede conducir a situaciones indeseadas.

La pretensión de un sector de la afición del Fútbol Club Barcelona, de acudir al estadio Vicente Calderón, con la «estelada», una bandera que es símbolo del separatismo catalán y que no es la constitucional es, en opinión de estos expertos, una clara provocación que había que cortar de raíz, como se ha hecho.

Hasta ahora, gracias a la prudencia de las autoridades y del buen hacer de las Fuerzas de Seguridad, no se han producido incidentes de gravedad cuando se han mezclado acontecimientos deportivos con manifestaciones de exaltación separatista. Lo que no quiere decir que eso no pudiera ocurrir en algún momento, por lo que lo más correcto es cortar de una vez por todas este tipo de iniciativas.
Asimismo, llaman la atención sobre el hecho de acudir al estadio con símbolos separatistas, cuando el acto estará presidido por Su Majestad el Rey, implica una clara voluntad de provocación.

El año pasado, al enfrentarse dos equipos, con aficiones en la que se hizo patente una fuerte presencia de ambiente nacionalista (Barcelona y Bilbao), la provocación fue hacía los representantes de las Instituciones del Estado. Este año no ocurre así, el Barcelona se enfrenta al Sevilla, y las provocaciones separatistas catalanas, el uso político del partido, puede tener consecuencias indeseadas, sobre todo si tuvieran que intervenir las Fuerzas de Seguridad, algo que siempre se quiere evitar.

Las citadas fuentes comentaron a este periódico que se ha detectado en Cataluña en las últimas horas a grupos que, al tener conocimiento de la prohibición de entrar con la «estelada» al estadio en el que se va a jugar la final, estudiaban hacerlo con la bandera de los Estados Unidos de Norteamérica, «porque tiene muchas más estrellas», lo que no deja de ser una «tontería». (J.M. Zuloaga/La Razón.)



Deportes - Fútbol

El manual de la Federación obliga a la seguridad a requisar las esteladas.

La prohibición de acceder a la final de Copa con banderas independentistas se apoya en el Código Disciplinario de la UEFA y en una ley de Zapatero (ABC)




 EN CONTRA DEL CRITERIO DE LA FISCALÍA.

La Justicia avala al separatismo y desautoriza al Gobierno.

El juez ha autorizado la entrada de 'esteladas' en el Calderón argumentando que "en ningún caso ha resultado probado que la exhibición de la estelada pueda incitar a la violencia, el racismo o la xenofobia".

(La Gaceta)

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  FC Barcelona. En las Instrucciones para los seguidores del equipo visitante.

El Barça prohíbe la entrada de símbolos políticos en el Camp Nou.

"La publicidad, los artículos comerciales, políticos o religiosos de cualquier tipo, como por ejemplo pancartas, carteles, símbolos y opúsculos" no están permitidos para los espectadores, según el Reglamento del Estadio del club azulgrana.

(Marca.)





 BANDERAS. CUANDO LOS INTOLERANTES PIDEN RESPETO.

 
El Gobierno ha prohibido la entrada de banderas independentistas en la final de la Copa del Rey que disputarán el Barcelona y el Sevilla el domingo en el Vicente Calderón. Para que se cumpla la resolución, los 2.500 agentes encargados de la seguridad vigilarán para impedir que el público asistente introduzca las llamadas 'esteladas'. La reacción de las autoridades catalanas ha sido inmediata: el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, han anunciado que no acudirán al Calderón como gesto de protesta.

El Gobierno alega que la medida es pertinente para evitar que la final se convierta en un escenario de "lucha política" entre las dos aficiones. Y quienes justifican esta decisión invocan varias disposiciones de la Ley del Deporte para prohibir estas banderas.

 Entre ellas, el artículo 21.1, que establece la prohibición de "símbolos, pancartas y emblemas que constituyan un acto de desprecio a las personas participantes en el espectáculo". 

El Ejecutivo se apoya también en que la UEFA ya ha sancionado con fuertes multas al Barcelona por la exhibición de 'esteladas' en dos partidos de la Champions, alegando que son símbolos de carácter político.

Un juez de lo contencioso-administrativo decidirá hoy sobre el recurso presentado contra la resolución de la delegación del Gobierno en Madrid. Sobra decir que su fallo debe ser respetado y ejecutado porque, por encima de la opinión pública, está el imperio de la ley.

Nuestro punto de vista es que las razones del Gobierno merecen ser sopesadas, pero no nos parecen convincentes porque nadie puede prohibir algo que está permitido por la norma y amparado en la propia Constitución como una libertad de expresión. Las banderas independentistas no son ilegales, como no lo son las republicanas, por lo que nadie puede impedir que las personas lleven a un acto público esos símbolos.

Otra cosa es que esas mismas banderas sean exhibidas en ayuntamientos e instituciones públicas, lo cual es un delito contra el que deberían actuar -ya lo han hecho- los tribunales. Nos parece además que será muy difícil la aplicación efectiva de esa medida, que supone registrar a fondo a todos los asistentes. Y, por último, creemos que la prohibición va a agudizar el problema que efectivamente existe y que deriva de que los nacionalistas quieren politizar los eventos deportivos.

Dicho esto, hay que criticar la hipocresía y el cinismo de Puigdemont y Colau, que no toleran la exhibición de símbolos nacionales en Cataluña y Barcelona y se ofenden porque se prohíban en Madrid unas banderas que no son oficiales. En un municipio catalán, el alcalde de ERC impuso una multa de 900 euros a un vecino por ondear la enseña española. Y hay cientos de ayuntamientos en esa comunidad que no cumplen la ley con la total connivencia política del Gobierno de Puigdemont, que alienta esas conductas. 

El nacionalismo catalán tiene un descarado doble rasero que cada día queda más en evidencia: sus símbolos son sagrados e intocables, pero la bandera española, el himno nacional o la figura del Rey no le merecen ningún respeto. Por ello, los independentistas carecen de toda autoridad moral para protestar por la prohibición.
El sectarismo del independentismo ha contaminado al Barcelona Club de Fútbol, cuyos dirigentes se han puesto al servicio de la causa hasta el punto de que una persona que exhibiera hoy una bandera española en las gradas del Nou Camp pondría en peligro su integridad física. 

No es el Gobierno quien ha creado este problema, aunque a nuestro juicio se haya equivocado. Ha sido el independentismo catalán, su falta de respeto hacia las leyes, sus proclamas de odio contra los símbolos nacionales y sus políticas sectarias y excluyentes. Ellos han creado un problema de convivencia donde no lo había.

Con la misma convicción que defendemos la libertad de cada uno de llevar los símbolos que quiera -siempre que no inciten a la violencia o al racismo-, defendemos la necesidad de que el nacionalismo catalán respete la bandera española, el himno y la figura del jefe del Estado.

Resulta un sarcasmo que los intolerantes recurran ahora a la tolerancia para que se respeten sus derechos. No hace falta porque los que no somos como ellos reconocemos que deben estar amparados por la libertad que niegan a los demás.
 

(El Mundo.)




 




- Seguir leyendo: http://www.libertaddigital.com/espana/2016-05-20/el-juez-permite-las-esteladas-en-la-final-de-la-copa-del-rey-1276574489/

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