miércoles, 25 de mayo de 2016

EL ENGAÑO SOCIALISTA

 (El gran 'cambio' empieza a mostrar sus vergüenzas. La receta milagrosa de Sánchez es crear empleo público.

 

Lo que no entiendo es como hay gente que, todavía, se deja engañar.


Y el engaño de Sánchez- el famoso 'cambio'- es poca cosa comparado con la ruina que provocaría Pablo Iglesias y sus bolivarianos.


¿Tanto imbécil hay en España?)

 

 

 

 

EL ENGAÑO SOCIALISTA.

DESPILFARRO SÁNCHEZ

 

SE ENFRENTA AL PARO CREANDO 217.000 EMPLEOS PÚBLICOS.

Acabáramos. En lugar de reducir el gasto público, en lugar de combatir el derroche y el despilfarro, Pedro Sánchez se suma a lo más negativo de la gestión socialista y anuncia que creará al año 217.000 empleos… públicos. Es decir, 217.000 puestos de trabajo innecesarios, para enchufar en ellos a parientes y amiguetes y que serán pagados -sueldos, vacaciones, jubilaciones, “viajes de trabajo”, gastos de oficina- por los impuestos con los que se sangra hasta la hemorragia a los contribuyentes españoles.

España necesita reducir en más de un millón el empleo en las cuatro Administraciones, la central, la autonómica, la provincial y la municipal, y eliminar el 95% de las empresas públicas, casi todas innecesarias, casi todas deficitarias. Resolver el problema del paro a base de crear empleo público es un error, un inmenso error. La economía española está cuarteada, en gran parte, por un gasto público desaforado. De lo que se trata es de hacer todo lo contrario a lo que pretende Sánchez. Hay que disminuir el empleo público de forma no traumática. Basta con una ley que diga: “De cada diez funcionarios que se jubilen solo será sustituido uno hasta que se reduzca el número de empleados públicos a una cifra total de 1.500.000”.

Si Pedro Sánchez se mueve ya en la tropelía de combatir el paro multiplicando el empleo público, ¿qué hará Pablo Iglesias? Pues convertir a todos los ciudadanos en empleados del Estado como en la Hungría o la Polonia comunistas, provocando en solo unos años, muy pocos, la quiebra del Estado.
 
(Luis Maria Ansón/El Imparcial)

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