Nuestras sociedades ricas, con problemas de envejecimiento y de inmigración muy serios, es decir, económicos y culturales, podrían ensayar una solución a la romana (y sin esclavitud).
La IA y la robotización industrial pueden hacer el papel de los esclavos sin derechos laborales ni civiles, sustituyendo a los trabajadores humanos.
El aumento de la productividad y reducción de costes así conseguido (por ejemplo, el de automatizar la administración acabando con la burocracia y sus centenares de miles de empleos) aportará los recursos necesarios para mantener la masa de nuevos desempleados y pensionistas.
En un mundo más tecnificado, en manos de unas pocas empresas y organizado en imperios políticos, el precio de la seguridad material será, como en la Roma final, ceder la libertad
Sería un sistema radicalmente desigual, pero atractivo para quienes se contentan con tener la vida material resuelta y diversiones para hacerla agradable.
(Carlos Martínez Gorriarán/VozPopuli/7/2/2025.)
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