martes, 3 de enero de 2006

AÑO 2006/ NOTICIAS COMENTADAS (60)

Leo (El Mundo de Baleares/2-1-2006) lo que dice el amigo Román Piña en su artículo 'La Historia es así, colega Bennàssar'.

En el fragor de su polémica con un colega, dice:

'Y al Toni profesor también, pero a este último le pido orden, puesto que o jugamos a constitucionalistas o a filósofos. Las reglas de juego del constitucionalismo parten de un texto. Las del filósofo, de lo que sea, con tal de rizar el rizo. Y es que Toni Bennàssar, antes que profesor de Constitucional, lo fue de Filosofía del Derecho y se le nota'.

Comentaré, brevemente, los errores de Román Piña.

PRIMER ERROR.

Si alguien 'ha pasado por la Historia del Derecho' y dice una tontería, la responsabilidad es suya, no de la Historia del Derecho. Similarmente, si alguien que 'ha pasado por la filosofía del derecho' dice una tontería, la responsabilidad es suya, no de la filosofía del derecho.


Además, Román debería explicar qué sucede con Radbruch, Kelsen, Bobbio, Hart, Dworkin y tantos otros, que 'han pasado por la filosofía del derecho' y, sin embargo, son figuras del pensamiento jurídico contemporáneo. Le aconsejo a Román que los lea. Se les nota.

SEGUNDO ERROR.

La filosofía del derecho parte de un texto, o mejor, de un lenguaje concreto, el lenguaje de un derecho positivo. Repetimos: la filosofía del derecho ( un metalenguaje) habla de otro lenguaje (llamado lenguaje objeto) que es un derecho positivo. No habla, pues, 'de lo que sea', sino de textos jurídicos. Eso sí, las gafas conceptuales que utiliza no son de corto alcance. Esto lo vió un renombrado civilista, Federico de Castro, que hablaba de derecho civil. Decía, 'Siempre habrá que aplicar normas que no son leyes; así, fuera de la ley está la regla que dispone cómo esta ley ha de ser entendida'. Casi parece que hubiese 'pasado por la filosofía del derecho'.

Sólo añadir que la filosofía del derecho se exterioriza en tres ramas: la teoría del derecho, la teoría de la ciencia jurídica, y la teoría de la justicia. No es el lugar para extenderme pero lo explico en clase.

Conclusión: no hay que despreciar lo que se ignora.

Sebastián Urbina.

PD. Dado que yo no puedo acceder al periódico del amigo Román y él tiene abiertas las puertas de mi blog, le invito a que las utilice cada vez que quiera 'pecar' contra la filosofía del derecho.

2 comentarios:

Joan Mesquida Sampol dijo...

El comentario de Román Piña me sorprendió, imagino, tanto como a tí, aunque cada vez tiendo a sorprenderme menos ante las manifestaciones más o menos jocosas de la gente. En todo caso, se trata de una situación triste e impropia de una persona de su talla.
Por eso, prefiero pensar que se trató de un exceso verbal fruto de la precipitación y que en unos días veremos su rectificación.

Anónimo dijo...

El comentario del Profesor Piña es sorpendente, tratándose de una persona que viene del ámbito académico se le debería exigir más.
Intentaré puntualizar ;El conocimiento teórico sobre el que se sustenta, o debería, la aplicación práctica, está en clara decadencia(basta ver la caida tanto del número de alumnos como de las cualificaciones de estos en los últimos años), prima por tanto el conocimiento práctico-técnico sobre el académico.Es decir lo importante es tocar el instrumento aunque sea de oido. Yo por mi parte prefiero aprender primero ,o conjuntamente , las bases de la harmonía.
En mi caso particular siendo médico , se me exige la solución de problemas inmediatos,sin embargo detrás de todas las armas diagnosticas o terapeuticas que nos ofrece la ciencia , hay una fundamentación teórica que las ha hecho posibles.No es necesario saber a priori que las imágenes de la resonancia magnética se obtienen por la detección de átomos de hidrógeno en movimiento,si a mi lo que me interesa es tener finalmente una imagen y sobre ella tomar decisiones. Pero a mi nunca se me ocurriría decirles a los señores que inventaron dicho artilugio que las explicaciones teóricas sobre las que se fundamentan sean sólo especulaciones para perder el tiempo, al menos mostraré interés o respeto.
Los diferentes campos de aplicación de la filosofía ofrecen la posibilidad de intentar arrojar luz o plantear cuestiones a problemas de difernte magnitud, muchas veces en un lenguaje complejo , es decir rizando el rizo.
¿Quizá sea mejor dejar de hacer preguntas o plantearse los problemas desde un punto de vista más pragmático? de esta forma nos quitaríamos de encima a los supuestos encantadores de serpientes.
En mi experiencia el tener un fuerte conocimiento teórico siempre aumenta las posibilidades de obtener finalmente un mayor rendimiento en la aplicación prática, aunque el camino sea más largo y por tanto el esfuerzo mayor.