martes, 3 de diciembre de 2013

HOMBRE DE PAJA






(Hace pocos días, Juan Horrach publicaba un artículo 'Hombre de paja' en ElMundo/Baleares. Decía, entre otras cosas, que la Fundació Jaume III reconocía claramente que el mallorquín es un dialecto del catalán.

 
Se le contesta (desde la Fundació Jaume III) diciendo que sus afirmaciones son 'un cúmulo de despropósitos'. No lo dudo, Pero no se aclara si la Fundació Jaume III defiende que el mallorquín es un dialecto del catalán, o no lo es. ¿Tanto cuesta definirse?

 
En fin, les deseo lo mejor. Que les vaya bien.)





HOMBRE DE PAJA.

Juan A. Horrach. Hace unos días, Eduardo Jordá señalaba toda una serie de fantasías delirantes que se cree muchísima gente, sin fisura alguna: que Hitler sobrevivió a la guerra, la CIA inventó el sida y creó Facebook, el Vaticano mató a John Lennon y Scotland Yard a Lady Di, etc. La creencia en disparates no es algo exclusivo de épocas oscuras, teñidas de fervor religioso, sino que invade de pleno nuestra moderna realidad cibernética. Basta pasearse por las redes sociales para ver cómo se aceptan informaciones chocantes de forma automática, sin tomarse la mínima molestia de comprobarlas. La inmediatez acucia de tal manera que no tenemos tiempo más que para engordar nuestras cóleras y obsesiones. Los llamados fakes son la excusa para dar rienda suelta a nuestro populismo más irredento, aquel que nos convierte en turba que no razona ni contrasta.
Estos fenómenos nos conducen al terreno de la falacia más recurrente en momentos de confrontación, como es la del hombre de paja, que consiste en el intento de desfigurar los argumentos o intenciones del adversario para así facilitar un ataque a su posición. Si la falacia ya de por sí es un terreno en el que se vive acogedoramente, porque permite asentar las torceduras de nuestra mala fe, en este caso se alcanza su grado máximo, pues nos regala el lujo de inventarnos el rostro de nuestro oponente, dejándolo a merced de una condena fulminante. La premisa es tribal, porque deformando al otro permitimos que nuestros principios se reafirmen con la violencia que excluye toda reflexividad o debate.

Ejemplos hay muchos, a todos los niveles, pero el más chocante y reciente, en Mallorca, es el que se refiere a la nueva fundación Jaume III, que se presentó hace dos semanas. Para alguien, como es mi caso, que sabe exactamente qué pretende dicha entidad, porque conoce a sus dos principales impulsores (Joan Font y Xavier Pericay), asombra leer las acusaciones que se le están dirigiendo en ciertos ámbitos. Estamos ante una falacia del hombre de paja de manual, porque se grita histéricamente “¡gonellisme!”, cuando la fundación admite claramente que el mallorquín es un dialecto del catalán, o que se trata de unos “defensors del monolongüisme castellanista”, siendo Font y Pericay bilingües que tienen al catalán como lengua materna. En fin, un cúmulo de despropósitos que no tiene otro objetivo que intentar, con malas artes, obstaculizar un debate interesante y necesario sobre la cuestión lingüística (concretamente sobre una riqueza léxica arrinconada por la aplicación excesiva del estandard catalán), demonizando a sus antagonistas con los ropajes de la mentira y la difamación. “Ave hombre de paja, morituri te salutant”.
Publicat a El Mundo-El Día de Baleares, el 2-12-2013, i recollit en es blog de s'autor.

3 comentarios:

chicholorenzo dijo...

Me puse en contacto con un miembro de la Fundacion para ver "de que iban" aunque antes ya me advirtieron desde las posiciones mas puristas de la defensa de Sa Llengo Baléà, que eran defensores de lo que se ha dado en bautizar catalanollorquin, ósea un mallorquin totalmente contaminado por el catalán. Despues de visitarlos en su sede y dejar mi numero de tf, recibi a los pocos dias la llamda de uno de los fundadores, periodista del mundo, que efectivamente defienden el catalanollorquin y que para ellos los miembros de S´Academi de sa Llengo Balea, que defienden el mallorquin, con una impresionante labor desde hace años y apoyados por filólogos, sin esa contaminación, eran el hazmereir entre los antipancas. Dicho ademas en un tono despectivo y beligerante. Cuanto odio entre unos y otros en el lado que defiende la cultura la lengua y la identidad de baleares, mientras el enemigo común, bien organizado y bien pagado, se hace cada vez mas fuerte.

Sebastián Urbina dijo...

Así es. Yo participé inicialmente porque no lo sabía. Ya me he enterado y me he alejado de ellos.

Porque hay suficientes razones históricas para rechazar la idea catalanista (y asimilados) de que el mallorquín es un dialecto del catalán.

joan dijo...

molt de parlar del mallorquí…en castellà!