domingo, 26 de agosto de 2018

¡SINVERGÜENZAS!

(Si se confirma que el gobierno español, ante este ataque vergonzoso e inadmisible contra España y el Estado español, no defiende al juez Llarena, Pedro Sánchez y su gobierno estarán a la altura del golpista Puigdemont.

Y si los españoles le apoyan, no merecen vivir en una sociedad democrática. Prefieren a golpistas- xenófobos y racistas- y a políticos que les defienden, o les comprenden.

Realmente, vivimos momentos dramáticos. Sólo espero que no haya violencia.

PD. Última Hora. Incluso la asociación progresista 'Jueces para la democracia', apoya que el Gobierno apoye a Llarena. RECTIFICACIÓN. Parece que los jueces progres ven bien dejar desamparado a Llarena.) 

  VERGONZOSO DESAMPARO AL JUEZ LLARENA.

Ni aunque se lo haya pedido expresamente el CGPJ... El Gobierno no tiene pensado mover un dedo para defender al magistrado Pablo Llarena, instructor de la causa contra los golpistas catalanes, de la campaña de acoso contra él emprendida, en formato de demanda civil, por Puigdemont y el resto de los forajidos huidos a Bélgica.
Las asociaciones mayoritarias de jueces y de fiscales (solo algunas de las que se autodenominan progresistas se han negado a hacerlo) han suscrito un comunicado en el que acusan al Ejecutivo de «dejación de funciones» ante lo que creen una «fiscalización» de la jurisdicción española por parte de un tribunal extranjero.
Incluso la Abogacía del Estado cree que concurren los requisitos para que España se persone en dicho procedimiento en defensa de Llarena, en contra de la mezquina teoría del Ministerio de Justicia, que estima que no debe inmiscuirse en los «actos privados» que se le atribuyen en la demanda de Puigdemont.
La ministra Dolores Delgado está haciendo un flaquísimo favor a España, pues lo que está en juego no es ya la probidad de un funcionario del Estado (que ya sería bastante), sino la defensa misma del Estado democrático español, puesto en cuestión en esa desvergonzada demanda por quienes lo han agredido de forma grave y continuada.

Que la asociación de fiscales a la que pertenece Delgado se haya sumado finalmente al escrito que pide el amparo a Llarena dice bastante del enorme error cometido por la ministra
Sánchez debe abandonar ya su meliflua actitud con los golpistas de ayer y los de mañana (si nos atenemos a la amenaza de Torra de «atacar al Estado»). Pero será difícil que lo haga pues su estancia en La Moncloa depende de los separatistas que le auparon al poder, a los que no parece dispuesto a enojar aunque deje sin amparo a un cabal servidor del Estado y se mancille el nombre de España.

 

¡SINVERGÜENZAS!

La demanda contra Llarena de la que se desentiende el Gobierno: "España es un Estado delincuente, como Kazajistán''.

2 comentarios:

Arcoiris dijo...

Lo ve un ciego. Lo ve un ciego que quiera verlo: lo nuestro no es una democracia. Le podemos llamar partitocracia, infundibulocracia, ¡yo qué sé! Pero ¿democracia? El pagafantas, el blasillo español, ¿se siente “soberano”? ¿Se cree de veras que participa y decide en el destino de su nación? ¿Piensa realmente que sus políticos le representan, están a su servicio y defienden y protege sus intereses personales y los de su Patria? Más aún, ¿son patriotas nuestros políticos y partidos u obedecen a otras fidelidades? ¿Se equivocan los manifestantes actuales cuando siguen pidiendo democracia (¿no la teníamos ya?) y libertad?

Arcoiris dijo...

Lo dicen los libros de texto (en catalán). A principios del s. XX había en Cataluña, escasos, no llegaba, dos millones de personas, actualmente finados, todos. Sin embargo, hoy día pese al crecimiento vegetativo negativo de nuestras carnes, somos casi ocho millones, si no más, fruto de sucesivos aludes inmigratorios, fundamentalmente desde otras partes de España y castellanohablantes. Supongo que hasta los más fanáticos aceptarán que representamos las cuatro quintas partes, aproximadamente, de la ciudadanía catalana actual (la otra quinta parte controla los centros de poder y ahí comienza el lío). Candel diría que somos los “nous catalans” y don Narcís Soler Masferrer, entonces profesor de Prehistoria en la Universidad de Gerona, diría que somos los indígenas catalanes del momento, de acuerdo con su aserto: “…en todos los lugares los indígenas no son más que los últimos en haber llegado… ” Y así parece que se entiende fuera de Cataluña. P. ej., Mr. Valls, nacido en Barcelona, fue Ministro francés. La alcaldesa de Paris, si estoy bien informado, gaditana. O bien, los Obama, los Sinatra, los Schwarzenegger, etc., ¿son menos americanos que los descendientes de Toro Sentado? Así las cosas, ¿cuál sería la lengua propia de la Cataluña actual? ¿Cuál la lengua impuesta? O, desde otra perspectiva, en los USA, hoy, ¿se habla algún idioma amerindio o el inglés, la lengua de los primeros pioneros?