lunes, 10 de enero de 2022

LGTBI: CORROMPER A LA JUVENTUD.

 

El movimiento LGTBI celebra un Orgullo más político y reivindicativo | El  CorreoLGTBI - Consell de Mallorca

 

DINERO AL LGTBI PARA CORROMPER A LA JUVENTUD.

La hija de una de las amigas más inteligentes que conozco apareció un día por casa para anunciar a su madre que era un chico. La niña tiene ya 16 años y es igual de inteligente que la madre pero había decidido contra la evidencia que a partir de ahora era un chico. Naturalmente, esto provocó una convulsión familiar. Cuando sucede algo tan insólito como inesperado es muy difícil de sobrellevar. De mantener la calma. No sabes qué hacer. Puedes encomendarte a Dios pero da la casualidad de que mi amiga no es creyente, o sea que esto tenía pocos visos de tranquilizarla.

En el colegio, la conducta de la niña resultó un contratiempo porque, entre otras cosas, declaró su voluntad de usar el baño de los chicos. Luego, cuando comprobó las consecuencias, pues los niños son de normal menos profilácticos se retractó. Pero esta pobre niña está pasando una situación personal complicada a pesar de que recibe tratamiento psicológico y parece que las cosas están un poco más enderezadas.

Les cuento esto porque cada vez que escucho que un gobierno concede una riada de dinero al colectivo LGTBI, y les permite acceder a las aulas para explicar a los jóvenes sus descabelladas teorías sobre la inexistencia de la naturaleza humana, la autonomía personal para determinar el sexo propio y demás ocurrencias derivadas del desquiciamiento mental y la degradación moral de esta grey no puedo dejar de pensar en el daño que causan  a la conciencia de la gente normal y de bien, como a la hija de mi amiga.

Por eso me pareció bien desde el principio la idea del pin parental de Vox, a fin de que los padres puedan aprobar qué clase de charlas dan en las escuelas algunos descerebrados y en su caso rechazarlas. De la misma manera que está fuera de lugar circunstancias de orden administrativo como que todas las obras que se hacen en Madrid tengan que contar preceptivamente con informes sobre su impacto por razón de orientación sexual, identidad o expresión de género que acaban encargándose a las asociaciones de los colectivos implicados. Esto es una ofensa al sentido común.

Todos estos progres que piensan que la naturaleza humana es un convencionalismo más impuesto por una moral dominante equivocada son un peligro para la humanidad. Habría que expulsarlos a patadas de los colegios, impedir su entrada en ellos y evitar que corrompan la mentalidad angelical, sana y prístina de nuestros hijos.

Yo no tengo nada en contra de las lesbianas ni de los gays. Convivo con ellos en paz y en armonía. Conozco a muchos y me parecen estupendos. Mi barrio favorito de Madrid es Chueca y hace tres años que compré un piso allí. Son gente encantadora, correcta y civilizada. Soy en cambio beligerante con los activistas del colectivo LGTBI, formado por unos perturbados que viven y usan el dinero público para tratar de influir nocivamente en la mentalidad de los jóvenes a fin de sumar acólitos y militantes de la causa en contra de las normas elementales de conducta que llevan rigiendo el universo con buen tino desde tiempo inmemorial.

Cuando me entero de que el alcalde de Madrid Almeida ha logrado aprobar los presupuestos de la capital a cambio de aumentar las subvenciones públicas a los chiringuitos LGTBI, como le pedían los despojos de los comunistas carmenistas de Más Madrid con los que se ha aliado, siento una gran repugnancia. Este es un dinero tirado a la basura que creará problemas reales complicados de resolver como el de mi amiga. Si quieren influir en la sociedad, y todo lo que hagan al respecto será en la dirección equivocada, que consigan el dinero preciso por sus propios medios, no a cuenta del erario público sino a cargo de la contribución privada de la progresía universal -normalmente colmada desde el punto de vista monetario pero que no gasta un puto duro en sus veleidades porque siempre prefiere que las juergas las paguen los demás, principalmente los enemigos-.

Todavía es más de chiste que los presupuestos se hayan aprobado gracias a haber concedido el honor de Hija Predilecta de Madrid a la malograda escritora Almudena Grandes. Y esto después de que PP, Ciudadanos y Vox se hubieran opuesto antes a tal pretensión. Este bandazo es una muestra de lo más hediondo a que puede dar lugar la política. Quizá Grandes haya sido una enorme novelista, a mi cuñada Idoya le encanta. Yo no he leído libro alguno suyo, o sea que no debo opinar. Lo que sí he leído es cada uno de los pequeños artículos que publicaba todos los lunes en el infame periódico El País, y puedo dar fe de que jamás me he topado con una escritora más sectaria, aviesa, totalitaria y divisiva como ella. Nadie que fuera tan capaz de trabajar en contra de la concordia civil ni de mancillar la imagen ni la honra del Madrid gobernado por la derecha, a la que si hubiera podido habría pasado por las armas, como tiene escrito.

En los tiempos que corren no hay desafío más perentorio ni más trascendental que dar la batalla cultural. Esta sobrepasa, y mira que hablo todos los días de ellas, a las cuestiones económicas. Oponerse y luchar para destruir el pensamiento dominante de la izquierda es un asunto crucial. Como parece evidente, el alcalde de Madrid tiene escaso interés al respecto, está preso de un pragmatismo corrosivo que salvará estos Presupuestos pero que puede provocar graves contratiempos a los ciudadanos que gobierna y que esperaban de él más altura de miras. Que confiaban que su designio, en combinación con el de Isabel Diaz Ayuso -que en lo que se refiere al colectivo LGTBI tendría que ser mucho más intransigente- iba a ser más transformador, y que atendería la influencia positiva de Vox en este terreno. No lo parece. Ha salvado sus cuentas públicas pero con un coste muy alto. A cambio de que el cotarro ideológico siga en manos de los de siempre. A cambio de que las supuestas víctimas de ayer se conviertan en los monopolistas de la vida pública de hoy gracias a la discriminación positiva y el riego del dinero de todos que se escatima para disuadir el aborto, fomentar la natalidad y combatir el cambio demográfico, que a diferencia del climático existe y es muy inquietante. A cambio de que los herederos de Carmena sigan monopolizando el patio cultural.

La mayor parte de la derecha pepera tipo Almeida ni aprende ni quiere aprender. Le basta con ganar las elecciones y procurar una gestión pública eficiente para resolver los desarreglos que provoca invariablemente la izquierda, pero luego cede a esta el magno terreno que importa, el ideológico, el de los valores, el de las ideas, y así se va dirigiendo indefectiblemente hacia la irrelevancia más absoluta. Así, a largo plazo, siempre ganarán ellos. Los malos. Que Dios nos pille confesados.

 

(Miguel Angel Belloso/OkDiario/10/1/2022.)

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