El fiscal general del Estado vulneró los derechos fundamentales de un particular porque su dux está obsesionado con destruir a una adversaria política. Para García Ortiz el fin justifica los medios. Pero también nos engaña respecto del fin: si fuese la verdad, hubiese preservado los medios.
Su fin real es rendir pleitesía y saciar la sed del césar. Para ello escenifica la guerra de Sánchez: su fiscal contra el Supremo".
"Por primera vez en democracia el fiscal general del Estado en ejercicio declaró ayer como imputado. La sola imagen de Álvaro García Ortiz encaminándose a su cita en el Tribunal Supremo retrata el descrédito al que arrastra a la institución con su obstinación en no dimitir.
Sin embargo, el país asistió a una anomalía aún más grave: el fiscal general se confirmó ante el Supremo como el estandarte de la estrategia deslegitimadora de la Justicia que el Gobierno está desplegando desde todas sus áreas de influencia".
(Pilar Díez/LibertadDigital/30/1/2025.)
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