miércoles, 19 de marzo de 2025

¡QUÉ BUENO PAGAR IMPUESTOS!

 

Cuándo un impuesto es confiscatorio? - El Cronista

¡QUÉ BUENO PAGAR IMPUESTOS!

Hacienda gasta nueve millones en contarnos lo bueno que es pagar impuestos’.

Creo que pocas personas discutirán que pagar impuestos es algo necesario y conveniente. Yo tampoco lo discuto. ¿Entonces?

Casi nadie discute- yo tampoco- que necesitamos impuestos para tener educación pública para que todo el mundo pueda acceder a la educación o sanidad, con independencia de sus recursos económicos.

Sin embargo, debo aclarar que- a diferencia de lo que dicen los defensores de la sanidad pública como la única sanidad- yo creo que esto es un disparate. Lo más importante es que las personas enfermas puedan ser atendidas, lo mejor posible. Y creo que  es mejor con la colaboración de sanidad pública y sanidad privada.

En Suecia, por ejemplo, la atención sanitaria está subvencionada, en gran medida, por el gobierno. O sea, nadie dejará de ser atendido si está enfermo, tenga o no tenga recursos económicos. Aunque se tengan que pagar veinte euros por visita. Supongo que para evitar los habituales abusos del gratis total.

‘La Gaceta Médica’ dice que la colaboración público-privada en el sector sanitario ofrece múltiples beneficios para las administraciones sanitarias, los pacientes y el sistema sanitario asistencial en su conjunto. Los 10 beneficios más destacados:

Incremento de la eficiencia económica-Mejora de la capacidad de innovación- Aumento de la cobertura y acceso a los servicios sanitarios-Fortalecimiento del tejido empresarial- Promoción de la equidad social- Sostenibilidad el sistema sanitario- Mejora en la calidad de vida de los pacientes- Fomento de la competencia empresarial- Todas las regiones se apoyan en la sanidad privada a nivel asistencial- El progreso se basa en la colaboración.

Aunque pudiera parecer que lo que estoy diciendo no tiene nada que ver con el tema de los impuestos, lo tiene.

Los airados manifestantes progresistas a favor de la sanidad pública, entendida como exclusiva, se equivocan, no solamente por excluir el enorme potencial médico que tiene la sanidad privada. Hay también una razón política que está directamente vinculada al tema de los impuestos.

Las huelgas y manifestaciones a favor de la sanidad pública, como sanidad exclusiva, las realizan- excepciones aparte- gentes de izquierdas. Su objetivo es que todo sea público. No solamente la sanidad sino también la educación.

Las personas que quieren sanidad y educación públicas y exclusivas son- excepciones aparte- personas que desprecian a los empresarios y a la economía de mercado.

¿Y esto que tiene que ver con los impuestos? Tiene mucho que ver, porque estas personas que desean que algo tan importante como la sanidad y la educación sean públicas, en sentido exclusivo, desean una sociedad intervencionista y estatalizada. O sea, ‘lo privado’ desaparece.

Para los que no quieren creerlo, veamos un ejemplo. ‘Podemos’ censura que Amancio Ortega done recursos contra el cáncer. Pablo Iglesias ha asegurado en un acto en Palma "la sanidad pública no puede aceptar donaciones de Amancio Ortega" porque una "democracia digna no acepta limosnas de millonarios’. (El Mundo/2019)

 

Para casi toda la izquierda, lo bueno es que seamos iguales. O sea, igual de pobres, excepto los dirigentes.  

El anuncio de que ‘pagar impuestos es guay’, significa que desean una sociedad civil empequeñecida y un Estado grande y todopoderoso, dirigido por ellos. Resumiendo, ruina socialista.

 

El ‘Caudillo Sánchez’ (el ‘puto amo’ es Puigdemont), en el Congreso del PSOE en Valencia, febrero 2025, dijo que ‘ser socialista es estar en el lado correcto de la historia’. Lo dramático es que hay idiotas fanatizados que aplauden y le votan.

 

No deseo sanidad pública y educación pública, en exclusiva, como no quiero sanidad y educación privadas, en exclusiva. Creo que la colaboración pública/privada es mejor para la sociedad. Desconfío de la concentración de poder. Público o privado.

 

Defiendo un Estado eficaz, pero mucho más pequeño, que no someta a la sociedad civil. Confío mucho más en los ciudadanos, su iniciativa y su libertad, que en los políticos intervencionistas.

 

 Ninguna sociedad totalitaria acepta la colaboración pública/privada. ¡Todo público! Como los manifestantes de izquierdas.

 

El Instituto de Estudios Económicos ha estimado que las partidas presupuestarias, sumadas las municipales, autonómicas y estatales, se podrían reducir en 60.000 millones de euros anuales sin que se resintiesen la educación, la sanidad, las pensiones, el subsidio de paro y demás servicios esenciales.

Si es cierto, estamos en manos de sinvergüenzas. Dicho suavemente.

 

Estas críticas se dirigen a la izquierda gobernante. Que es populista, corrupta, antiespañola y sin escrúpulos. La derecha centro centrada, no es una verdadera oposición. Salvo honrosas excepciones, es un funcionariado acomplejado, que añora a Felipe González.

Finalmente, millones de feligreses- enfermos de sectarismo- aplauden cualquier infamia, si es de los suyos.   

Esto NO es democracia. Es el Titanic hispánico.

En el original, la orquesta tocaba: ‘Más cerca, mi Dios, de ti’. Aquí se cantará ‘La Internacional’.

 

Si el pueblo se ha convertido en populacho, estará a la altura de muchos políticos. Rectifico, nunca alcanzarán su infame altura. No es lo mismo ser bobo, que ser miserable.

 

Sebastián Urbina.

 (Publicado en Periodista Digital)

 

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