domingo, 26 de marzo de 2006

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Hay gentuza, y conozco a algunos, que dicen que el PP está triste porque ETA deja de matar. No es necesario ser del Pepé o del Papá para indignarse. Basta tener algo de decencia para contestar o, simplemente, ignorar a estos miserables, que los hay.


Leo (LibertadDigital/26/3/2006) las declaraciones del Presidente Rodriguez en las que equipara 'ACCIDENTES' a 'ASESINATOS'. es decir, si en esta 'negociación con ETA, la banda terrorista asesina a alguien, hay que tomarlo como 'un accidente'.



¿Por qué? Porque tomarlo como lo que es, un asesinato, supondría la ruptura de las negociaciones y, previsiblemente, la pérdida de las próximas elecciones . El Presidente Rodriguez parece que está dispuesto a casi todo para mostrarse como el 'campeón de la paz'. El problema, una vez más, es la calidad humana, la dignidad moral de la mayoría de los ciudadanos. Si una parte importante de la ciudadanía permite cualquier, o casi cualquier, cesión a la banda de asesinos, ganaremos una 'paz falsa' que se venderá como un 'éxito histórico'.



Mucho cuidado porque la capacidad de autoengaño de los seres humanos es alta. Especialmente cuando hay situaciones difíciles. La tendencia es, 'no quiero problemas, quiero ir de copas'. Pero la realidad es tozuda y esconder la cabeza debajo del ala no funcionará. Aunque se tratará de descalificar a los que defiendan principios de dignidad democrática, como 'intolerancia casposa'. ¡Cuidado!



El vocal del Consejo General del Poder Judicial, José Luis Requero, ha calificado las anteriores declaraciones del Presidente Rodriguez de 'insulto a la razón y a la dignidad de las víctimas'. Me repito y me repetiré más. No sólo nos jugamos la dignidad de un Gobierno (que pinta mal aunque debamos dar un margen de esperanza) sino la dignidad de una ciudadanía. La cosa es grave. Muy grave. Yo aclaro mi posición desde el principio.



Los terroristas no pueden poner condiciones al Estado de Derecho sino al revés. Una paz sin libertad y sin coacciones es una paz falsa. Los terroristas deben entregar sus armas, pedir perdón por sus crímenes y pagar el precio que marcan las leyes democráticas. Luego, en la victoria, podremos ser generosos. Consultando a las víctimas. Otra cosa es entrega vergonzosa y miserable. Y si llegara este caso (espero y deseo que no será así) anuncio que lo pagaremos caro. La cobardía y la miseria moral nunca son gratis. La insolidaridad con los que sufren injustamente nunca es gratis. Yo no haré esto. No quiero darme asco a mí mismo.



Sebastián Urbina.

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