lunes, 15 de junio de 2009

POLÍTICAMENTE CORRECTO.


POLÍTICAMENTE CORRECTO.


Comenzó la Copa Confederaciones con el partido inaugural que enfrentaba a Sudáfrica, organizadora del campeonato, y a Irak, selección campeona de Asia. Sonaban los himnos en el Ellis Park Stadium de Johannesburgo y la realización televisiva, como suele ser habitual, hacía un barrido de los jugadores que disputarían este partido. En ese momento un detalle hacía centrar la atención en el once inicial de Sudáfrica: Matthew Booth era el único jugador blanco de los 'Bafana-bafana'.

Pero la situación se tornaba complicada cuando, desde el primer minuto del encuentro, el defensa sudafricano era pitado cada vez que tocaba el balón. El público comenzó a abuchear a Booth desde el primer momento, una situación extraña al tratarse de un jugador de la selección anfitriona de la Copa Confederaciones. Sobre todo, porque el defensa central actúa en el Mamelodi Sundowns de la liga sudafricana.Varias son las razones que llevaron a esta reacción por parte del público.

Sin duda, la más evidente tiene que ver con la idiosincrasia del propio país. Sudáfrica es un país con mayoría de habitantes de raza negra que, históricamente, han sufrido problemas de discrimiación racial. Ahora, esta situación se ha revertido, y la minoría blanca sufre los mismos problemas de hace unos años, pero a la inversa. Unido a que, tradicionalmente, el fútbol ha sido un deporte prácticado por jugadores de raza negra y junto a las características de un país marcado por su historia y sus vivencias, provoca que Booth -nacido en Cape Town- no sea bien recibido por su propia afición.

Jugador de 1,90 metros de altura, organizado, con buena salida de balón y con un potente juego aéreo, siempre ha sido un referente en la zaga sudafricana. Desde que debutara el 20 de febrero de 1999 ante Bostwana, Booth se ha ganado la titularidad en el combinado nacional. Con tan sólo un gol en su haber (logrado ante Malawi), el jugador de raza blanca siempre ha cumplido con crecer en uno de los equipos más fuertes del continente africano.

De hecho, muy pocos jugadores de raza blanca han formado parte de la selección nacional de fútbol de Sudáfrica. Algunos de los más destacado son Rowen Fernández, Brett Evans, Craig Bianchi o Matty Pattison, aunque tampoco llegaron a ser jugadores de renombre en el plano internacional. Curioso es que el actual seleccionado de Sudáfrica es Bora Milutinovic, un trotamundos del mundo del fútbol, que ha pasado por infinidad de combinados nacionales de diverosos continentes, entre ellos Jamaica, Irak o Nigeria. Sin embargo, aunque también es blanco Milutinovic es muy querido por la afición sudafricana.

Pero la situación de Booth se agravó como consecuencia de las primas económicas para la Copa Confederaciones. El defensa sudafricano fue uno de los jugadores que alzaron la voz cuando la Federación rechazó las exigencias económicas del combinado nacional, y el público no ha dudado en recriminarselo. Esto, únido a su condición racial y a los problemas inherentes del propio país, han dado como consecuencia que Booth haya sido silbado duramente por su propia afición. (ElConfidencial).

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POLÍTICAMENTE CORRECTO.

Aquí se manifiesta la estupidez del lenguaje políticamente correcto. Se habla de 'idiosincrasia' y otras cosas para justificar las 'razones' por la que los espectadores negros pitaron al jugador blanco. Por ser blanco. Esto es racismo. Lo que sucede es que los gilipollas políticamente correctos sólo entienden el racismo si es al revés. Si hubiera un equipo de blancos que tuviera un jugador negro, y los espectadores blancos pitaran al jugador negro, el rojerío mediático bramaría con furia ¡Racismo, Racismo!

No me sorprende. Lo que me preocupa es que la gente, digamos normal, pueda creer a esta cuadrilla de indocumentados de izquierdas. Que, encima, se creen moralmente superiores. Aunque, bien pensado, seguro que hay acomplejados de derechas que creen estas idioteces. Para parecer de izquierdas. ¡Qué cruz!

Sebastián Urbina.

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SIGO RECOGIENDO INFORMACIONES DE LA PRENSA. NO TENGO INFORMACIÓN DE PRIMERA MANO, COMO OTROS.



El 'Nkosi Sikelele', el himno nacional sudafricano desde que Nelson Mandela recuperó al democracia plena en el país en 1994, es una canción de sufrimiento y afán de libertad. Los ciudadanos negros sudafricanos, oprimidos por el 'Apartheid' (régimen político y social que dominó el país de 1948 a 1994 y que institucionalizaba la segregación racial de los blancos sobre los negros), la cantaban para lanzar al mundo el lamento de sus desdichas. Significa, en xhosa (la lengua nativa de los sudafricanos de raza negra), 'Dios bendiga a África'.

Tras la reconciliación que trajo consigo Mandela, el país entero convirtió en suyo un himno que antes, para los blancos de la élite, significaba una amenaza. En el once inicial sudafricano de la Copa Confederaciones, Matthew Booth, el gigantesco central de 1,98 metros que es el único blanco del equipo, lo canta emocionado agarrado a sus compañeros. Él es un ejemplo de integración en un país que en el pasado institucionalizó la ignominia.

Nada de racismo
El fútbol es el deporte de los negros en el país anfitrión de la Confederaciones. Los guetos odiaban el rugby y el crícket, que representaban la opresión, y adoraban el deporte del pueblo. Lo siguen adorando. Los 'Bafana Bafana' ('Los Chicos') actuales, 10 negros pequeñitos y un gigante blanco, son el orgullo de todos. Y, como demostración del perdón entre las razas, el ídolo de la grada, poblada por los nativos de esa tierra, adoran a Matthew Booth.

MATTHEW BOOTH

"Simplemente son los aficionados diciendo mi nombre. ¡No me pitan!”

Y es que el defensor, que en febrero regresó a jugar a su país en las filas del Mamelodi Sundowns procedente del Samara ruso (país donde ha desarrollado gran parte de su carrera profesional), es un ídolo de masas entre los de la raza de sus compañeros de equipo. No le abuchean, sino que le gritan '¡Booooth, Boooth, Booooth!', el estilo del '¡Kun, Kun, Kun!' que suena en el Calderón para animar a Agüero y que no es sino un remedo del '¡Coop, Coop. Coop!' que gritaban los fans de los Lakers en los 80 a Michael Cooper.

Los aficionados del Mamelodi Sundowns le cantan eso mismo, un grito que se ha extrapolado a la selección. Nada de insultos racistas, como ha sugerido bastante prensa mundial. “¡Demasiados periodistas me lo han preguntado!”, decía un sorprendido Booth estos días. “Mucha gente que vaya al estadio pensará que me pitan, pero simplemente son los aficionados diciendo mi nombre. ¡No me pitan!”, incidía. El francés Henri Michel, entrenador de Booth en los Sundowns, ha sido el encargado de hacer ver su error a parte de la prensa mundial.

Una familia multicultural
Casado con una modelo negra (Sonia Bonneventia), sus dos hijos llevan en sus nombres la mezcla de culturas que representan: Nathan Katlego y Noah Neo tienen nombres ingleses, el origen de Booth, y africanos, por su esposa.

En 2003, Booth formó parte de un equipo de extranjeros de la Liga rusa que jugó un partido contra el racismo. Su sitio web muestra a un tipo inquieto que graba entrevistas con sus compañeros y las cuelga. En su diario explica lo que ocurre en la concentración sudafricana y mantiene contacto con los fans.

Nada de insultos racistas. Simplemente, el tipo blanco es el ídolo de la grada negra. Un ejemplo de cómo deberían ser las cosas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Cree el ladrón que todos son de su misma condición? Muchos medios occidentales que conocen muy poco el reconocimiento de Booth como ídolo nacional, pueden seguir propagando un rumor erróneo como ese. "Buz, Buz, Buz", dicen los sudafricanos con su pronunciación. ¿Porqué es uno de los más nombrados con diferencia. Es un ejemplo de integración, un anglosajón casado con una negra que juega en un deporte tradicionalmene blanco, con humildad y mucha entrega. La gente lo reconoce por eso. Desde las inferiores de Sudáfrica ya era querido. Estaría bien informarse más en vez de salir a opinar "mira como discriminan también los negritos". Me cansa tanta ignorancia ya.

Sebastián Urbina dijo...

Es una lástima que usted, con su sabiduría, no pueda informar a los medios occidentales y a los mortales de a pié acerca de cómo son las cosas en la realidad real.
No me extraña que le moleste tanta ignorancia. Tanto saber abruma. De todos modos, escriba a los medios que han publicado esta noticia. Tal vez reconozcan su error y le pregunten antes de informar.