jueves, 18 de junio de 2009

SOCIALISMO AUTÉNTICO.







SOCIALISMO DE DOLCE&GABBANA.

Aunque se trate de una posibilidad muy remota, tal vez el presidente del Gobierno supiera lo que estaba diciendo cuando, en la inauguración de la nueva terminal del Prat, le espetó a un sonriente José Montilla esto que sigue: "Ahora, president, toca la financiación. Este nuevo modelo colmará las necesidades de Cataluña y será por primera vez una financiación per cápita por encima de la media del conjunto del Estado". Es decir: president, no te lo pierdas, acabo de inventar el socialismo Dolce & Gabbana y su corolario matemático, la solidaridad Louis Vuitton.

En consecuencia, procederé sin mayor demora al reparto territorial de la renta al servicio de los ricos, que serán generosamente becados por los menos pudientes (en España, ya se sabe, no hay pobres) en cuanto fuere menester. A mayor gloria, pues, del Gato de Cheshire y su lógica desquiciada, Extremadura, Andalucía y Galicia, entre otras, habrán de ceder gustosas parte de sus actuales ingresos fiscales a Cataluña, Madrid, Valencia y Baleares. Todo ello, huelga decirlo, en nombre de los supremos ideales de la igualdad, la fraternidad y la justicia distributiva.

No hay que descartar, por otro lado, que Zapatero conozca la letra –y no sólo la música– del Estatut. Y es que, merced a ese tratado internacional, la Generalidad de Cataluña se arroga, por ejemplo, la muy soberana potestad de fijar cuántos y cómo han de ser los hospitales, universidades y guarderías públicas de Albacete, Orense o Tenerife. Así, pasándose la Constitución española por el forro de la capa de Wifredo el Belloso. Repárese al respecto en el artículo 206 de la cosa, el que advierte a feijóos, griñanes, barredas et altri que Cataluña únicamente cooperará a que los servicios estatales alcancen niveles similares de calidad si las comunidades beneficiarias llevan a cabo "un esfuerzo fiscal también similar".

En fin, sea como fuere, y al margen de cuántas neuronas per cápita queden a estas horas en el Consejo de Ministros, al disparate jurídico de la financiación catalana, esa fantasía bilateral de una noche de verano, sólo le queda una salida al mar: la declaración de inconstitucionalidad. Y ello por la muy simple razón que ya identificó el clásico en su día, a saber, que lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible. ¿O no, señora Salgado? (José Garcia Dominguez/LD)


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¡Viva el socialismo zapateril! ¡Vivan las masas concienciadas de solidaridad interterritorial! Me pregunto ¿no les da vergüenza?

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ZP promete a Cataluña dieciocho Ronaldos





Ya es temporada alta en Cataluña y ayer despegó en el nuevo Prat las Cuatro Semanas Fantásticas en las que el Gobierno de Zapatero pondrá en el escaparate ofertas irresistibles para el tripartito que preside Montilla. De entrada, el Estado lleva invertidos en el aeropuerto barcelonés la friolera de 3.500 millones de euros y aún quedan otros 2.500 por desembolsar. Sólo la flamante nueva T-1 ha supuesto casi 1.300 millones del ala. Además, no tardando mucho, el Gobierno de la nación concederá, todo o en parte, la gestión del aeropuerto a la Generalitat.

La relación de grandes ofertas se complementa con la financiación, que será "por encima de la media" del resto de los españoles, según solemne promesa hecha ayer por Zapatero a pie de pista. Llega tarde, es verdad, casi con un año de retraso, pero Montilla sabrá venderla como una espera que ha merecido la pena. Que en estos turbulentos tiempos de crisis, con cuatro millones largos de parados y unos impuestos imparables, no es moco de pavo que la caja del Estado reparta a manos llenas en Cataluña el equivalente al menos a 18 Ronaldos anuales, nuevo patrón monetario acuñado en Madrid equivalente a cien millones de euros la unidad.



Finalmente, la temporada de rebajas se rematará con la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut, que desde hace dos años y medio almacena telarañas a la espera de que el tripartito catalán lo desarrolle y sea imposible dar marcha atrás, como los edificios construidos ilegalmente que nadie se atreve a derribar porque ya están habitados. Lo de menos de la sentencia del Constitucional será su orientación, ni chicha ni limoná; lo grave es que no servirá ya para nada. Llega tarde e inservible. Salvo para Zapatero, que habrá vuelto a sorprender al respetable catalán con otro de sus trucos, ¡ale hop! Y el resto de los españoles, con la boca abierta. Para que luego diga Carod-Rovira que en Madrid nunca dan nada. (ElSemanalDigital)

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¿Se dejarán los españoles o se merecen lo que les está pasando?

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