viernes, 9 de septiembre de 2005

Federalismo ¿para qué?

El título de este artículo podría recordar, a algunos, aquella desgraciada pregunta de Lenin ‘libertad, ¿para qué?. Como es sabido, no pretendía decir a los socialistas españoles que le visitaban que no tenía sentido la libertad sino que él quería saber para qué se iba a utilizar y dar, o no, su visto bueno. El título de este artículo tiene otro significado porque, entre otras cosas, el federalismo no es un derecho fundamental como lo es la libertad. Así pues, ¿para qué quieren algunos el federalismo?
Leo en El Mundo (27-10-2000) que el secretario general del PsdeG, Pérez Touriño ha dicho que apoya el ‘federalismo asimétrico’ ... ‘no puede ser un federalismo unitario sino cultural, institucionalmente asimétrico, pero solidario y cohesionado.’ También dijo que este modelo de Estado serviría ‘para acabar con problemas como el sobre peso político de los partidos nacionalistas, la falta de relaciones intergubernamentales entre comunidades, etc.’ Como se supone que las cosas se hacen para algo, trataré de mostrar para qué se apoya esta opción.
En primer lugar, debe quedar claro que esta es una propuesta legítima aunque a mí me parezca un error. En un Estado de Derecho las diversas propuestas no sólo son legítimas sino que enriquecen. Dicho esto, hay que añadir que un análisis del federalismo no debe hacerse en abstracto sino en relación al contexto en que se quiere aplicar, es decir, al Estado Español ya que se trata, al menos básicamente, de un modelo de Estado.
1. Parece claro, y así lo han dicho los proponentes, que se quiere reforzar la segunda cámara, el Senado, ya que defienden una mayor participación de las comunidades autónomas en la configuración de la voluntad del Estado, metafóricamente hablando. Se enfatiza la participación del Senado porque no resulta fácil (al margen de la mera retórica política) establecer líneas claras de separación entre el Estado de las Autonomías y un tipo de federalismo que se podría llamar asimétrico aunque se supone que, también, solidario. Por poner un ejemplo concreto, en el País Vasco se tiene el mayor nivel de autonomía de Europa. Si esto no es suficiente ¿significa que el Federalismo Asimétrico les va a dar más? ¿Qué es este ‘más’? Y si esto sucede con el País Vasco lo mismo sucederá con Cataluña, como nos recuerda constantemente Maragall. Este político catalán ha dicho que ‘la Constitución Española es un punto de partida’. ¿Dónde está la llegada? ¿Debemos entender que este Federalismo Asimétrico facilitará esta llegada? Como siempre que vamos de viaje hay que pagar un precio ¿qué precio hay que pagar para alcanzar este punto de llegada?
2. Uno de los aspectos destacables de la propuesta de Pérez Tourino y Maragall es que, según sus palabras, este Federalismo Asimétrico será ‘solidario y cohesionado’. Me parece muy bien pero en las actuales circunstancias (consideradas insuficientes por estos políticos del PSG y PSC) ya resulta muy difícil aprobar un Plan Hidrológico Nacional. ¡Y se trata de aprovechar el agua que sobra¡ Dado que el infierno está empedrado de buenas intenciones me gustaría saber cómo se va a producir este milagro. En las actuales circunstancias (que todavía sería centralista, según los insaciables) un informe de la Real Academia de la Historia, en el que han participado cuatrocientos especialistas en la materia, ha provocado indignación y gritos de guerra por parte de algunas autonomías. Entre otras muchas cosas se denuncia el rechazo sistemático de la palabra ‘España’ y las numerosas tergiversaciones de la gloriosa historia de cada una de las comunidades. La Ley de Humanidades no consigue salir adelante por el frontal rechazo de las comunidades que dentro de poco se convertirán en ‘solidarias y cohesionadas’ gracias al Federalismo Asimétrico. Aunque no sirve para nada diré, una vez más, que se confunde interesadamente entre unidad y uniformidad. La Historia de España que propugna la Real Academia no es uniforme ni pretende serlo. Una de las respuestas, por parte de un Consejero de Cultura de una comunidad, ha sido iniciar acciones legales contra la Academia. Por lo visto, todo esto se terminará cuando vivamos en el Federalismo Asimétrico. Será más fácil rememorar, en un Senado con mucho más poder, un pasado mítico en el que ciertas comunidades eran antaño naciones independientes, libres y felices, que comían perdices.
3. Un modelo federal basado en una clara y tajante separación de competencias del Estado central y de las Federaciones resultó poco eficaz y conveniente, como sucedió en los Estados Unidos. De ahí que el llamado Federalismo Dual se haya ido convirtiendo en un Federalismo Cooperativo (tanto en Estados Unidos como en Europa) que exige estrategias comunes y planificaciones conjuntas. Ahora bien, con este desprecio de ciertas comunidades hacia una historia común, una lengua común, etc, ¿cómo podrán estas mismas comunidades propiciar y conseguir un conjunto solidario y cohesionado?
>Con esto llego al final. Esta propuesta de Federalismo Asimétrico está condenada al fracaso a menos que vaya acompañada de lealtad constitucional, en este caso lealtad hacia la Constitución Española. Es decir, no puede ser un simple punto de partida, como dice Maragall. Si no existen elementos centrípetos (aspectos que realcen lo que nos une) se impondrán los elementos centrífugos (que realzan o inventan lo que nos separa). ¿Es este el viaje que se propone? ¿Hacen lo mismo las otras naciones europeas? ¿Acaso se avergüenzan de su lengua común, de su historia, etc.? ¿A quién beneficia el despiece?

Sebastián Urbina. Noviembre 2000.

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