lunes, 8 de junio de 2009

REVOLUCIÓN DEL 34.

REVOLUCIÓN DEL 34 (6)

Los paréntesis siempre son míos.

Javier Rodríguez Muñoz. La Nueva España de Oviedo. Fascículo 1.

Nos dice muy serio don Javier: “la chispa que desencadenó el conflicto fue la entrada en el Gobierno… cuya legitimidad democrática era negada por la izquierda”.

¡No! mi historiador lo sabe usted muy bien, golpe iba a haber con CEDA o sin CEDA, la chispa que desencadenó el asunto era la pérdida de las elecciones de noviembre, le recuerdo unos 2.000.000 de votos de diferencia, con una participación de unos 8.000.000 de votantes y 235 diputados de derecha por 95 de izquierda. ¿Puede haber más legitimidad democrática? Que más da lo que opinasen unos evidentes antidemócratas. Venían de colaborar estrechamente con la Dictadura que, ellos mismos, dijeron cruel y corrupta, luego naturalmente. Juntos machacaron a los otros partidos políticos y sindicatos sobre todo a la CNT que casi les doblaba en afiliación.

S. Juliá nada sospechoso de fascista: “ganan las elecciones las derechas. Largo insta ese mismo día a la Directiva del Partido a concretar “un movimiento revolucionario a fin de impedir un régimen fascista”. Prieto y De los Ríos accedieron a “alzarse vigorosamente”. Citas y reuniones, 19 y 26-XI-33, en Los Socialistas en la política española, p.199.

Nos dice don Javier: “De entre los muertos, alrededor de medio centenar correspondieron a civiles ejecutados por los revolucionarios al margen de los combates”. Nos cuenta otro historiador, este serio, su estudio es el más exhaustivo sobre el asunto: “un minino de 85 y un máximo de 115. A.D. Martín Rubio, Paz, piedad, perdón… y verdad, p.10-2.

Explica don Javier con harta inexactitud: “la violencia de los combates quedó testimoniada por los destrozos causados en la ciudad… La Universidad”. Sabe que no es cierto, en la ciudad no hubo ningún combate importante, salvo en el entronque de la calle Magdalena con el Campillín (Jefatura de Carabineros) y menos cerca de la Universidad el día de su incendio, que fue volada en plena retirada de los sediciosos el día 13, solo la Fábrica de Armas y el cuartel de Pelayo fueron atacados muy seriamente, simplemente fue volada por diversión, supongo, se dice que el dinamitero fue un hijo de Llaneza, un niño bien del socialismo; “la Cámara Santa”, sabe que miente, fue volada por lo mismo, solo había resistencia en la torre y la Cámara Santa, debería de saber, que está en el lado opuesto, fue dinamitada por ser la Cámara Santa, como la Universidad por ser la Universidad, de hecho el intento de entrar después en la catedral fue un amago, pues a la torre no le afectaría para nada; la Audiencia por lo mismo, allí, el día de su incendio, no había habido ni un solo tiro; El Campoamor, ve este fue incendiado, pero no por los revolucionarios sino por los guardias de Asalto, para evitar que su cuartel fuese tiroteado desde allí, que lo dominaba por completo.

Se olvida del Instituto Alfonso II, utilizado por los rebeldes como cárcel y polvorín, que fue volado con 100 presos dentro el mismo día que la Universidad, algunos consiguieron escapar a pesar de la explosión, los cazaron como conejos. El Palacio Episcopal incendiado sin un solo tiro, las Pelayas y tantos otros. Cerca de allí sí que el Pichilatu mató a 8 personas como a conejos con tiros de fúsil, entre ellas dos mujeres y un niño.

Clara Campoamor: “La impresión que produce Oviedo es desoladora. Por el contrario Mieres, Sama… el aspecto es normal… En general los únicos edificios destruidos… son los cuarteles de la Guardia Civil”. Revolución de Asturias, p.97. Como se ve solo hubo destrozos donde actuaron los sediciosos, no allí donde actuaron los soldados leales, y lo cuenta la nada fascista doña Clara. Casi lo mismo pasó con los asesinatos.

Nos cuenta don Javier, yo le contaré después: “tras la derrota siguió una represión inmisericorde. La entrada de tropas fue seguida de fusilamientos”.

Los combates fueron duros y hubo muchos muertos, lo de los fusilamientos ya es fantasía, es de suponer que alguno habría, no constan nombres y apellidos de los muertos, las referencias dadas por los de la cuerda de don Javier siempre son imposibles de verificar:

Del 14 al 17, sigue una dura lucha en las afueras de Oviedo llegando a la bayoneta en San Lázaro y Villafría donde hay muchos muertos por los dos bandos, naturalmente más de los sediciosos.

El día 12, ya saqueado Oviedo, habían huido con el dinero bien repartido entre ellos González Peña y sus cuates, cada uno llevaba un saco lleno de billetes.

Al pobre González Peña, menos “espabilao” que Belarmino Tomás, unos anarquistas de Grado le quitan el saco, el coche, el reloj Longines de oro y su amada pluma estilográfica Mont Blanc. F. Largo Caballero, en FPI (Fundación Pablo Iglesias), AFLC XXII, fols. 186-9. F. Aguado Sánchez, La revolución de octubre de 1.934, p.323.

En todas las publicaciones de izquierdas en España y Europa sale el informe: “Bueno (director del Avance Javier Bueno, era unos de los mayores propagandistas del futuro golpe socialista) “salvajemente torturado”. Tiene un brazo roto y una pierna medio desgarrada de los palos que le dieron… a Oliveira y a él les obligaron a cavar la fosa” (es difícil cavar una fosa con un brazo roto, pero como los revolucionarios eran tan sufridos a lo mejor lo hizo). El propio Bueno denunció “puñadas y culatazos”.

Posteriormente presentó una foto, que fue muy celebre en la prensa de todo el mundo con manchas oscuras y llagas en los brazos y pecho. J.S. Vidarte, El Bienio negro y la insurrección de Asturias: p.327. P.I. Taibo II, Asturias, 1.934, II.

Poco después sale la misma fotografía acompañada de dos certificados médicos, firmados por los conocidos doctores ovetenses Emiliano Combarros Álvarez y Teofilo Abad Fernández, diciendo que padece varios forúnculos y llagas furunculosas, muy anteriores a los hechos, en el pecho y brazos, por lo que se sigue con el tratamiento que venía llevando. El brazo estaba bien y en las piernas no tenía nada. No se volvió a hablar del asunto, del que se había hasta rugido en el Parlamento. En servicio de la República, La revolución de octubre en España.

Muerte sonada fue la del periodista Luis Higon Rosell (a. Luis Sirval) que había acusado a la Legión de brutalidades falsas, es muerto en la comisaría por el teniente legionario búlgaro Dimitri Ivanoff. La campaña de prensa en el extranjero es tremenda.

Se celebra (6-8-35) el Consejo de guerra contra los tenientes de la Legión Dimitri Ivanoff, Pando Caballero y Florit de Togores, por la muerte de Sirval. El teniente Ivanoff fue condenado por homicidio, los otros dos absueltos.

Los muros de París aparecen forrados de carteles: “España en sangre”. “mujeres y niños degollados, cinco mil trabajadores muertos. Heridos torturados. Ocho mil heridos. Setenta mil prisioneros políticos... Ciudades destruidas por la artillería, la aviación y los cruceros. Los muertos, incluidos los de gripe, durante la lucha fueron menos de 1.400.

La campaña antirrepresiva tuvo mucho efecto en el extranjero, autores que parecían serios escribieron.- Brenan: “Millares de detenciones fueron hechas y los prisioneros, excepto los asesinados en el camino, fueron llevados a los cuarteles… Una vez allí, fueron sacados y fusilados en serie. Los legionarios y los moros habían liquidado ya, según su costumbre, a todos los prisioneros caídos en el momento de la lucha. Es imposible decir cuantos cayeron en las ejecuciones realizadas por los pelotones de la guardia civil. Brian Crocier: “orgía de fusilamientos y violaciones de los moros de Yagüe, la ejecución de miles de prisioneros por la Guardia Civil y las sádicas torturas infligidas a los mineros capturados por un comandante de Policía (era de la Guardia Civil) llamado Doval”. G. Jackson.- “si un pequeño contingente de soldados cruzando territorio montañoso y hostil oía un disparo o una imprecación… éstos eran matados por los guardianes” claro que aclara: “es imposible saber cuantos hombres fueron matados de este modo”.

“Asturias fue arrasada como si fuera un aduar marroquí rebelde, Mas de cuatro mil muertos fue el balance de la luchas y de la represión de Octubre de 1934”. D. Ibárruri, Memorias, p.183.

Mundo Obrero (15-1-36): “Cinco mil trabajadores asesinados, cinco mil hijos de nuestra clase caídos bajo la tempestad de metralla, a golpes de machete, sucumbidos en los potros de tortura del crimen. Cinco mil héroes de la revolución”.

La Pasionaria decía en el Parlamento (16-6-36): “llegaron a extremos de ferocidad tan terribles, que no son conocidos en la historia... Millares de hombres encarcelados y torturados; hombres con los testículos extirpados; mujeres colgadas del trimotor por negarse a denunciar a sus deudos; niños fusilados; madres enloquecidas al ver torturar a sus hijos; etc.”.

Carrillo: “en Asturias donde se cometían atrocidades diarias”. No aporta ni un solo nombre de los represaliados. S. Carrillo, Memorias, p.120.

Ahora cuento yo:

En La Felguera coto de la CNT, se sublevaron y atacaron el cuartel de la Guardia Civil. Mataron dos guardias en el ataque, parte se rindieron y fueron respetados, parte de escaparon, fue la única población donde la rebelión no tuvo carácter sanguinario como en el resto de las localidades asturianas. J. Arrarás, Historia de la II República Española, V.II, p.544.

Declaraciones del sargento Vázquez, en su Consejo de Guerra (3-1-35): “Recibí la orden del Comité de ponerme al frente de una columna de prisioneros... para asaltar el cuartel de Pelayo. Los prisioneros irían delante, y al verlos desde el cuartel no harían fuego”. Se les conminó a que pasasen al campo de Santullano a sabiendas de que desde el cuartel dispararían sin cesar... obligaban a los presos a mantenerse erguidos… fue muerto el canónigo Francisco Sanz Baztan, pues no marchaba rápido”. El Liberal (periódico de Prieto), 21-2-36.

“la represión por parte de los revolucionarios… tres tenientes y veintidós guardias civiles fusilados en Sama (se habían rendido)… algunos guardias civiles capturados después de haber huido de los cuarteles (fusilados también), en Mieres fusilaron al ingeniero Rafael de Riego y al presidente de Acción Popular. En la Veguina ocho hermanos de la Doctrina Cristiana… el cura de Valdecuna…el párroco de La Rebollada, el de San Esteban… los canónigos Gomez Puertas y Gago. Tuñón de Lara, La España del siglo XX. Se olvida el señor Tuñón de varias decenas más, pero como pincelada ilustrativa no está mal.

“Dos guardias prisioneros, usados como parapeto… cayeron en la refriega. Grossi, (trotskista), La insurrección, p.84. Llano (socialista), Pequeños anales, p.104.

Lo dice hasta el muy requeterrojísimo Jackson, el mismo que luego dijo, Franco fusiló en la guerra 500.000 prisioneros: “de los 33 religiosos muchos de ellos fueron matados como conejos”. G. Jackson, La República española y la guerra civil, p.151.

“La represión no fue acertada: hubo demasiados detenidos, muy escasos castigos”. L. Suárez Fernández, Memoria de la Revolución de Octubre, Aportes, p.31.

No fueron prohibidos los partidos rebeldes, ni siquiera momentáneamente, y el estatuto catalán quedó suspendido, no abolido.

Choca con la represión del gobierno de Azaña y socialistas en la sublevación de Sanjurjo (10 muertos), cientos de deportaciones a Villa Cisneros sin juicios, se cerraron todos los periódicos de derecha (144) sin acusación, expropiaciones sin indemnización a todos los grandes de España, en su mayoría ajenos a la Sanjurjada.

Pacto de López Ochoa y Belarmino Tomás (18-10-34): además de otros puntos.

“En la ocupación de la zona rebelde no irían en vanguardia legionarios ni regulares.

Permitir la huida a don Belarmino” (que lo haría con el riñón bien cubierto con buena parte de los catorce millones de pesetas robados en el Banco de España de Oviedo, 85.000.000 € actuales, provechosa practica que repitió, esta vez con más millones, más prisa y menos gallardía en octubre del 37). J. Arrarás, Historia de la II República Española, V.II, p.634.

Las tropas coloniales regresan a Marruecos el 16-11-34. J. Arrarás, Historia de la II República Española, V.II, p.634.

Francisco Alamán Castro.

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