jueves, 1 de diciembre de 2011

BALEARES






UNA SENTENCIA INSTADA POR UNA MADRE CORAJE


La sentencia del Tribunal Superior de Justicia de las Islas Baleares que declara ilegal la inmersión obligatoria en catalán es algo que debería avergonzar a todos los gobiernos- del PP y del Pacto- que durante estos treinta años de autonomía han violado un derecho fundamental de los ciudadanos a elegir la lengua vehicular de la enseñanza en la etapa de la primera enseñanza. Todos los gobiernos- unos más que otros: la izquierda ha llevado las cosas al paroxismo- no sólo han violado obvios derechos humanos de los ciudadanos, el sentido común y el deseo claramente mayoritario- la demoscopia no deja el menor resquicio para la duda- de la ciudadanía, sino que han violado la ley, la propia ley que se habían otorgado unos ejecutivos que, por cobardía o sectarismo, han mostrado un carácter antidemocrático y violentador del Estado de Derecho.


Han cooperado, con entusiasmo y delectación, a la infamia todos los medios de comunicación escritos, radiofónicos y televisivos, con la única excepción de El Mundo/El Dia de Baleares. Al resto del periódicos- Ultima Hora, Baleares y Diario de Mallorca- ya les iba bien esta vulneración de la ley, estas libertades y derechos fundamentales, en nombre de un fascismo lingüístico de la peor especie.







Tarde, pero al fin, ha llegado el ucase jurisdiccional, reponiendo las cosas en el sitio que deben estar: en la libertad de elección y, sobre todo, en el sentido común. Sin ir en contra de nada ni de nadie, sino a favor del derecho inalienable del ciudadano a escoger la lengua vehicular que desea para sus hijos. Ni que decir tiene que, como efecto colateral, pero no menos importante, esta sentencia avala las políticas educativas del actual govern del PP que ya no tiene excusa alguna para demorar su aplicación, con celeridad y urgencia. Aquí, y en Cataluña, los políticos y las instituciones que gerencian se han puesto por montera leyes y sentencias. Por una vez, esperemos que los ciudadanos no permitan lo que, en definitiva, sería una humillación del Tribunal que se ha pronunciado de forma tan clara como contundente.






Esta sentencia ha sido un gran triunfo de la sociedad civil, representada por esta corajuda madre que, contra viento y marea, se ha rebelado contra la ignominia. Sin duda esta madre se merece el homenaje de las miles y miles de familias que han tenido que soportar el fanatismo de los fanáticos y la cobardía de los gallináceos. Un madre, una sola madre, ha ganado la partida a todas las instituciones. Señal de que el estado de derecho existe. Y funciona.
 (Antonio Alemany/Libertad Balear)

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