Pongo
en vuestras manos: HISTORIA DE LA RESISTENCIA AL NACIONALISMO EN
CATALUÑA, un libro que ha topado con la censura nacionalista, y un mundo
editorial espantado ante el riesgo comercial. Es el silencio escrito de
tres décadas de exclusión lingüística y construcción nacional. Hechos e
información que nos ocultaron y el texto deja al descubierto. Lo
fantástico de este recurso de micro-financiación es que ya nadie puede
controlarlo todo.
El contenido de la obra relata la
historia de la Resistencia surgida en Cataluña contra los fines
secesionistas del catalanismo político y su obsesión de expulsar de
Cataluña a la cultura española y su lengua común.
El
jueves, 25 de noviembre de 2009, las doce cabeceras de prensa más
influyentes de Cataluña publicaban un editorial conjunto contra el
Tribunal Constitucional por la sentencia pendiente sobre el Estatuto
bajo el título, “La dignidad de Cataluña”. El catalanismo mediático se
quitaba la careta. Dos años después, en la Diada del 11 de septiembre de
2012, a las claras y sin ambigüedades, todas las fuerzas catalanistas,
incluidas las de CiU, pedían de una forma u otra un referéndum de
independencia. La fuerza exhibida no estaba basada, como antaño, en
simular sus intenciones, sino en explicitarlas.
No
siempre fue así, en su lugar, el disfraz, la manipulación o la mentira a
secas fueron argucias cotidianas para deslizar el contrabando
separatista empaquetado en la razonable recuperación de la lengua y la
cultura. De hecho, desde que asumió Jordi Pujol la presidencia de la
Generalidad en 1980, toda la política nacionalista se esforzó en
enmascarar sus objetivos rupturistas con eufemismos y declaraciones de
lealtad a la gobernabilidad del Estado. El propio Jordi Pujol había sido
distinguido en 1984 por el ABC como “El español del año”. Se había
comenzado con la normalización del catalán para excluir el castellano
sin parecerlo y se había acabado con el derecho a decidir la
independencia por encima de la soberanía de todo el pueblo español.
¿Qué
había pasado entre 1980 y el 11 de septiembre de 2012 para abogar
abiertamente por romper con España? Pero sobre todo, ¿cómo habían
logrado la hegemonía cultural, moral y política que les permitía soñar
con un Estado propio? ¿Qué argucias y disimulos, con qué poderes
mediáticos, embustes históricos y controles de la escuela se habían
dotado para logarla? ¿Cómo fue posible que la ideología más reaccionaria
de la historia, como es el nacionalismo, la convirtieran en la
quintaesencia de la democracia, y cualquier crítica contra su política
de exclusión lingüística y avaricia fiscal, fuera tachada de
ultraderechista, franquista y facha? ¿Por qué la reivindicación de la
libertad, la tolerancia y la Constitución fue considerada una agresión
urdida por el centralismo de Madrid contra Cataluña?
Por
primera vez, el relato completo de esa Resistencia mostrará la gran
mentira del supuesto complot de España contra Cataluña denunciado por el
catalanismo. Demostrará que nunca fueron ataques ni de fuera ni contra
Cataluña, sino la Resistencia a la exclusión de una parte de ciudadanos catalanes hartos del abuso nacionalista.
Los hechos aquí relatados dejarán claro que tal Resistencia nunca fue
dirigida desde Madrid por obscuros funcionarios del Estado. Justo ha
sido lo contrario: la renuncia del Estado a hacer respetar la ley en
Cataluña y abandonar a los ciudadanos catalanes a su suerte, obligó a
que ciudadanos anónimos se levantaran contra el abuso en la más absoluta
indigencia. Sin medios, sin respaldo político, armados con la sola
voluntad de considerarse ciudadanos. La democracia cívica en estado
puro.
El
relato comienza a finales de los años setenta y termina la noche
electoral del 1 de noviembre de 2006 donde Ciudadanos (C’s) obtiene 3
Diputados. Es el periodo de tiempo en que el nacionalismo catalanista
elaboró con simulada estrategia la substitución lingüística y la ruptura
de la trama de lazos y afectos con el resto de España. Se trataba de
poner las bases de la justificación moral, política, económica y
cultural para arrastrar a la sociedad catalana a la secesión de España.
En lo que están ahora. No otra cosa persiguen mantras como el expolio
fiscal, España nos roba y el derecho a decidir que, ya sin careta y
amparados por el control de la escuela, los medios de comunicación y la
calle, pretenden imponer contra la Constitución y la soberanía del resto
de españoles.
El
relato acaba con la llegada de C’s al Parlamento, justo el periodo
hasta el cual la omertà nacionalista logró controlar sin fisuras medios e
instituciones para neutralizar y borrar mediáticamente cualquier
indicio de resistencia a sus planes monolingüistas y secesionistas. Esa
historia oculta y ocultada, es la que aparecerá en estas páginas. La
deriva soberanista, ahora sin máscaras, dejará al descubierto el
desenlace de una historia que siempre negaron y ocultaron. La mayor
parte es desconocida. Y sorprendente. Porque sorprendente resulta que en
una sociedad democrática se pudiera borrar de la realidad, parte de la
realidad misma. He ahí el gran triunfo del nacionalismo, lograr suprimir
de la historia, a la Resistencia que lo cuestionaba.
En
ese tiempo de impunidad catalanista se pasó de no poder estudiar en
catalán, a hacerlo sólo en este idioma, de no tener presencia en el
callejero o en la Administración, a convertirse en el único idioma
institucional, de no ser oficial, a multar los letreros comerciales en
castellano; de luchar en la transición por una Constitución democrática,
a negar a España y acusarla de expoliar económicamente a Cataluña; de
vanagloriarse de ser el motor económico de España a exigir un referéndum
para romperla. Todo ha sido diseñado con nocturnidad y alevosía,
gradualmente. Nada ha sido por casualidad. Unos han sido los agentes
activos, los nacionalistas; y otros, los verdaderos responsables de que
aquellos impusieran sus tesis por omisión de estos: el PSC y la
izquierda en general. Teniendo la responsabilidad de oponerse a los
nacionalistas, amordazaron, utilizaron y neutralizaron a sus bases
castellanohablantes para evitar que lo hicieran ellas.
A
la vuelta de más de tres décadas, les une el derecho a decidir y el
rechazo a España. Una tragedia que no llegó de golpe, sino a través de
renuncias y cobardías a lo largo de esas tres décadas, no sólo del
propio Estado, sino de la mayor parte de la sociedad civil catalana. El
resultado lo resume el desplante insurreccional del Presidente de la
Generalidad, Artur Mas: contra el derecho a decidir “no hay ni leyes ni
Constitución”.
El
libro ha sido un parto difícil. Sin referencias previas del conjunto de
este periodo, con las fuentes históricas alteradas por una prensa
subvencionada e ideologizada hasta la náusea y los acontecimientos
dependiendo de personas a menudo remisas a significarse públicamente,
han sido las vivencias personales y la documentación no oficialista, las
que me han guiado en la documentación. Toda, rigurosamente detallada,
nunca más podrá ser ocultada por el nacional catalanismo.
Antonio Robles
Barcelona, primavera del 2013.
No hay comentarios:
Publicar un comentario