martes, 26 de junio de 2007

NOTICIAS BREVES





E. Múgica, Defensor del Pueblo, propone recuperar el ''usted'', y erradicar el tuteo, para combatir la violencia en las aulas. El Defensor del Pueblo destaca el respeto al profesor como clave para recuperar la disciplina escolar.




Durante toda mi vida como profesor universitario, traté de ''usted'' a los estudiantes. Y los estudiantes me trataban de igual modo. En treinta años sólo tuve una excepción. Sucedió, afortunadamente, en mi último año en la Universidad. Un estudiante, al que trataba de ''usted'', me tuteaba. Pude decirle que el mínimo sentido de reciprocidad (si no le afectaba el debido respeto al profesor) exigía que no me tuteara. Pero estaba en mi último año y no deseaba tener problemas. Estúpidos problemas. Porque esa es otra.

En cualquier caso, al fin se dan cuenta. El respeto, el esfuerzo y la disciplina son, desde la tierna infancia, aspectos centrales para la configuración de personalidades recias, capaces de proponerse un objetivo y cumplirlo. Aunque cueste, que normalmente cuesta. No son, por supuesto, los únicos aspectos importantes, pero han sido descuidados, cuando no despreciados, por una lamentable cultureta progre. Cultureta progre que forma parte de las leyes educativas como la LOGSE y, en buena medida, la LOE. Hechas, por cierto, a medida de ''la izquierda''.

Pero no es por ahí. El camino de la recuperación de nuestra penosa situación educativa exige un cambio de rumbo. Valores considerados de derechas, como el mérito, el esfuerzo, la disciplina, el respeto, son fundamentales para salir del pozo educativo. Hay que ser idiota para ver el mundo en clave de 'derechas/izquierdas'. En la que, además, unos son los 'buenos (las izquierdas) y otros son los malos (las derechas).

Así va el país. O sea, España.



Sebastián Urbina.

Según Naciones Unidas, España es el país en el que se consume más cocaína del mundo.


En España se consume cuatro veces más cocaína que la media de la Unión Europea.



¿Tendrá algo que ver con la ausencia, o minusvaloración, de los valores antes comentados?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es una cuestión de respeto, sí, pero también de distancia. Un profesor no es un padre. La función de los profesores consiste en transmitir a sus alumnos, en las primeras etapas de la enseñanza, unos conocimientos generales sobre las materias consideradas más importantes, o bien, ya en el ámbito universitario, sobre la materia que el alumno ha elegido estudiar para ejercer una profesión en consonancia (o estudiar por el simple placer de aprender, algo asimismo muy respetable). Pero actualmente, a los niños y jóvenes se les ha de educar para que sean ciudadanos respetuosos con la "diversidad", la "pluralidad de opciones" y palabritas similares. No deja de tener gracia que, a pesar de que cada vez la educación es de peor calidad, que los conocimientos básicos de los estudiantes son cada vez más deficientes, que cada generación escribe y lee peor que la que la precedió, se pretenda que en las escuelas se eduque a los alumnos, porque sus padres tienen, al parecer, otras cosas en qué pensar. (Si tienen otras cosas en qué pensar, que no tengan hijos.)Pero cada cosa vale cuando está en su lugar, y al colegio se va para estudiar, el profesor se limita a enseñar, y los modales, la ética y la moral, se aprenden en casa.

Anónimo dijo...

Comparto ese criterio. Los valores fundamentales se aprenden en casa. Pero no solo en casa, y el apoyo de los profesores viene muy bien; mucho más en los múltiples casos en que en casa, no enseñan nada.

Hace medio siglo, en la "oprobiosa dictadura", a los niños nos educaban también en el colegio. Recuerdo mi colegio, religioso, en el que se practicaba lo que hoy se llamaría "violencia psicológica" sobre los alumnos. O sea, existía el afan por la excelencia, la sana rivalidad, el respeto al profesor, y el temor al castigo, sabías que el que la hace la paga.

El buen comportamiento era una exigencia moral, pero si con eso no bastaba llegaba la sanción.No se de nadie que haya sufrido daños ni físicos ni mentales por aquella educación, que era dura y exigente. Si se que yo no iba al colegio a divertirme, y que hubiera preferido no ir; pero iba con la conciencia de que era necesario, había que cumplir, y punto. No cabía discusión.

Luego la vida me ha vapuleado mucho más que aquel colegio, y me han servido de mucho aquellos ejercicios de esfuerzo, disciplina.. y sufrimiento. Yo aprendí que la vida no es una felicidad continua, ni el ser humano está hecho para tener muchos derechos y pocas obligaciones. Sufrí injusticias, y aprendí que la vida no tiene que ser siempre justa, pero que eso no me legitima para agredir a nadie ni volverme antisocial. Simplemente, esa es la vida.

Y hoy agradezco a todas aquellas personas que me formaron, la preparación que me dieron para vivir de verdad. Gacias a ellos he sabido cómo lograr mis grandes o pequeños triunfos vitales; y también gracias a ellos he sabido sobrellevar mis desgracias y fracasos sin derrumbarme. Todo es una cuestión de dominio y disciplina.

Por supuesto que mis padre son quienes me educaron. Pero la formación de aquel colegio ha sido fundamental para llegar a ser el ser humano que soy hoy.

Nada de eso hubiera sido posible si se me hubiera consentido el colegueo con los educadores, ni si éstos me hubieran compadecido en mis esfuerzos en vez de exigirme cada vez más, y enseñarme que lo importante es intentar siempre superarse a uno mismo.

Lástima que los niños de hoy no tengan la suerte que yo tuve.A mi me aducaron; a ellos solo les divierten y entretienen... y les aguantan.

Sebastián Urbina dijo...

Le felicito por el comentario.