jueves, 19 de junio de 2014

REBUZNANDO EN CATALÁN.













 REBUZNANDO EN CATALÁN.



Artur Mas, durante el acto de proclamación de Felipe VI
El presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha criticado esta tarde el discurso del Rey Felipe VI en su proclamación por insistir en que España es una nación.

«España no es una nación, es un Estado que tiene naciones», ha advertido Mas en una rueda de prensa en la sede de la Generalitat en Madrid tras asistir a la recepción en el Palacio de Oriente.
 (ABC)





En España hay algo que llamamos nación española, la que sea, con el tipo de Estado que sea, pero desde finales del siglo XV y principios del XVI hay una enorme continuidad en algo que no se llama así, pero acaba llamándose España, y que es percibida de forma inmediata y clarísima como tal por toda Europa -ese poder, esa Monarquía española, esa España o Monarquía, etc...-  

 (Juan Pablo Fusi.)



 Ah, no, yo soy rotundo en eso, yo creo que es a partir del siglo XIX cuando podemos hablar de nación española. No quita, y esto que quede bien claro, para decir y afirmar que a partir de los Reyes Católicos existe, como pionero en Europa, un estado moderno que se va a ir cohesionando poco a poco, pero el sentido nacional que implica emoción, sentimiento, etc., yo creo que es ciertamente un fenómeno de finales del XVIII y concretamente en España, del XIX. -   

(García de Cortázar) 


Así, con todas sus variedades internas, no mayores que las de otros muchos países,  España ha sido, insistamos en ello, una entidad política y cultural más estable y sostenida que casi cualquier otra europea. Pero, ¿constituye por ello una nación? Las discusiones en torno al concepto de nación han hecho correr ríos de tinta, nacidos a menudo en Bizancio. 

 Para evitar discusiones vanas, expondré mi concepto de nación con el que creo estará de acuerdo la mayoría: una nación es una comunidad cultural aceptablemente homogénea (lengua, tradiciones, costumbres, formas de derecho, religión, etc., que generan sentimientos de unidad e identificación entre sus individuos), discernible de las vecinas, y dotada de un estado. Si no hay estado, no hay nación, y si un estado se impone sobre diversas comunidades culturales, no es nacional, sino, por lo común, imperial. A veces se habla de “naciones culturales” (yo mismo lo he hecho) lo que solo embrolla la cuestión, ya que el estado es elemento imprescindible de la nación. Según este concepto, España es sin duda una nación, y una de las de más prolongada historia en Europa.

 (Pio Moa)


La hija de los Reyes Católicos, Juana, sufrió una enfermedad mental que ensombreció la vida de su abuela y el trono español pasó a una dinastía extranjera, los Austrias. Sin embargo, no podemos detenernos ahora en esos otros capítulos de la historia de España, una nación que no surgió a finales del s. XV, sino que para aquel entonces llevaba siglos pugnando por volver a ser la nación unida que existía con anterioridad a la llegada del islam. 

(César Vidal)


Si nos preguntásemos desde cuando se puede hablar de una España como nación, podríamos recurrir al gran historiador Sánchez Albornoz, quien sostiene que el nacimiento de España hay que situarlo en la época romana; opinión seguida por otros dos pensadores tan prestigiosos como Julián Marías y Domínguez Ortiz. Roma puso el germen de lo que llegaría a ser España. Antes de la conquista de Roma (S. III antes de Cristo), la Península era un mosaico de pueblos independientes, heterogéneos y dispersos. Roma los integró en una misma comunidad, regida por las mismas leyes, lengua y religión. Después de varios siglos, el cristianismo sería aglutinante de esa unidad y la aspiración de los indígenas era ser ciudadanos romanos en Hispania, provincia de Roma. Lo que no habían conseguido otros pueblos que nos invadieron, los fenicios, cartagineses, griegos, lo consiguieron los romanos, a través de un periodo multisecular de vertebración. 

(Ricardo Murillo y Murillo.)



Algunos historiadores afirman que España emergió como nación en 1808. ¿Cuál es su opinión?

–‘’El concepto de nación política apareció con la Revolución Francesa y en España ese concepto se fraguó con la Constitución de Cádiz. Sin embargo, debo decir que la idea de nación cultural surgió en España mucho antes. Podemos rastrear ese concepto en el Reino de Asturias y en 1469 con el matrimonio de Fernando e Isabel’’.

 (Gustavo Bueno.)

7 comentarios:

Don dijo...

Muy interesantes las aportaciones de los citados, con un pero: Mi admirado Pío Moa yerra al afirmar que sin Estado no hay Nación. Por ejemplo, Polonia estuvo desaparecida del mapa político europeo durante mucho tiempo al estar repartida entre Rusia, Prusia y Austria y no por eso dejó de ser una nación.
En cuanto a las declaraciones de Arturito, lo que cabe esperar de él. Si hubiera Justicia, ya estaría en la cárcel por sedicioso.

Sebastián Urbina dijo...

Es cierto. Tal vez habría que decir que Polonia siguió siendo una nación cultural durante este tiempo.

Sí. En país normal, Arturo estaría fuera del sillón de la Generalidad y, tal vez, en la cárcel. De Burgos, por supuesto.

Don dijo...

Don Sebastián, confío en que su mención a Burgos no aluda a la idea de que enchironar a Mas sería propio de franquistas.
Un saludo.

Sebastián Urbina dijo...

¿Acaso no podría comer exquisito cordero asado?

Don dijo...

Señor Urbina, supungo que estará usted en plan irónico. De nuevo, un saludo.


Arcoiris dijo...

Los nacionalistas son, con algunos otros, fundamentalmente, unos rebobinadores de la Historia. Sí. A algunos no les gusta como ha quedado el video de la Guerra Civil Española: pues a ver si vuelven la cinta hacia atrás y a empezar de nuevo, quizás hasta que derroten a Franco, a quien, por cierto, habrá que recuperar, que, se supone, estará algo desmejorado y muy poco por la labor. Los catalanes de principios del siglo XVIII se apuntan en una guerra de sucesión en el bando perdedor, no les gustan las consecuencias de su alineamiento y llevan tres siglos dando intermitentemente la vara con la cantinela de que aquello no valía, que “ara va de debò”, ahora es la buena. Y así hasta que todos volvamos a principios de los 1700, hasta que recuperen sus antiguas instituciones de autogobierno, L´Alguer, el Rosselló y los príncipes europeos, especialmente el rey Sol, se muestren, genuflexos, dispuestos a cantar “Els segadors” y prometan hacerse socios del Barça. No importa que los tiempos hayan cambiado, que a lo hecho, pecho, que ajo y agua, que haya muchos más inmigrantes que íncolas ni que gane siempre, siempre, siempre, la abstención al partido catalanista más votado en las urnas. ¡Valiente democracia representativa la nuestra!

Sebastián Urbina dijo...

Por supuesto que es ironía. Yo lo que quiero es que se aplique la ley. No solamente a los ciudadanos de a pie. O bien, esto NO es un Estado de Derecho.