jueves, 3 de mayo de 2012

SOCIALISMO ESPAÑOL





 







SOCIALISMO ESPAÑOL.

En ABC Isabel San Sebastián le da un repaso a Elena Valenciano por aquello de que el PP confunde mayoría política con mayoría social. 

Empieza echándole en cara que el "caprichito" de ésta "estudiante frustrada" de empezar dos carreras y no terminar ninguna porque se aburría nos ha costado 36.000 euros. "¿Qué es lo que pretende, deslegitimar la actuación de Mariano Rajoy? ¿Incendiar las calles? ¿Dar a entender que tiene más razón quien hace más ruido y no quien obtiene más apoyo en las elecciones?

 Es un síntoma grave de sectarismo pensar que la mayoría de la sociedad está contigo aunque no lo exprese" votando. "Mal que le pese a la señora Valenciano, el PP alcanzó el 20-N una hogadísima mayoría absoluta". Isabel, sé indulgente. ¿Si no acabó Politicas como va a saber que la mayoría política tiene alguna relación con la moyoría social que votó al PP? Valenciano debe pensar que los escaños le tocaron en una rifa. Los empollones de derechas siempre pidiendo peras al olmo. (es.radio)


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Empieza el acoso y derribo socialista
Ya lo dijo Elena Valenciano. Lo dijo también Tomás Gómez. Había que parar al Gobierno como fuese. Tomando la calle. Llevando la oposición a tres centímetros de la violencia en la calle para poder pasarse en muchos momentos

Y la primera acción coordinada de esa violencia la pusieron en marcha en el metro de Madrid una serie de vándalos. Y se pasaron los tres centímetros previstos. La vanguardia de la presión socialista siempre es la izquierda radical con técnicas de guerrilla urbana. Pero la acción de kale borroca que llevaron a cabo, deteniendo 13 trenes, no puede quedar impune. 

Sobre ellos tiene que caer todo el peso de la ley para que sirva de escarmiento. Y si hay que cambiar alguna ley para acabar con la tolerancia zapaterista con estos indeseables, que se haga

Porque ya están amenazando con vapulear a los madrileños el 15M. Como el año pasado. Como siempre que pierden en las urnas. La izquierda es así. (diarioliberal.com)

 

2 comentarios:

Arcoiris dijo...

Tienen, en general, baja prevalencia: menos de cinco casos por cada 10.000 habitantes. Empiezas por el síndrome de Aase y acabas con el de Zinnser-Cole-Engman, pasando por el blefaroespasmo o por el síndrome de boca ardiente, por citar alguno otro. Son las enfermedades raras o huérfanas, también llamadas minoritarias. Mal llamadas así, porque sospecho que, al menos una de ellas, la cansera o adinamia, es decir, el síndrome de la flojera, ya sea innata o adquirida, afecta a una inmensa multitud en nuestro país, es un mal endémico fomentado desde la izquierda, qué se le va a hacer, pero sigue pareciendo un padecimiento raro porque, con la excepción de nuestros líderes sindicales, la inmensa mayoría de los afectados suelen ser vergonzantes y arrastran su cruz casi in pectore y como de ocultis. A lo mejor usted lo padece y lo ignoraba hasta ahora. Le daré alguna pista: Se nace cansado, profundamente agotado, hecho polvo, de tal manera que uno aspira a pasar el resto de su vida tratando inútilmente de recuperarse, es decir, vacando, en un inacabable año “selvático”. Eso, los congénitos, porque también la enfermedad puede adquirirse en la vida extrauterina, ya que, aun cuando no parece infectocontagiosa, sí, quizás, se pueda transmitir con el ejemplo, la indoctrinación política y la dedicación apasionada, de ahí que algo tiene también de vocacional. Además, padecen una manifiesta intolerancia al trabajo, a casi todo tipo de esfuerzo; incluso pueden llegar a sufrir fatiga ante el triste espectáculo del curro ajeno. La actividad laboral propia les puede llevar, aparte el riesgo de quedarse sin las “ayudas”, desde la palidez cadavérica hasta la pérdida del control de esfínteres, pasando por las variadas formas de la flatulencia y, finalmente, la ominosa deshidratación por sudoración profusa; de ahí que, las pocas veces que osan, que osan poco, deban hacer contínuas interrupciones y pausas para hacerse un cigarrillo, irse al cuarto de baño, Dios sabrá para qué propósitos, o pedir la baja con las más pintorescas justificaciones como que se les ha vuelto a morir la abuelita. Va usted listo si tiene la desgracia de padecer alguno de estos desarreglos, porque ni los médicos los conocen bien ni la industria farmacéutica dispone de fármacos útiles, ya que la investigación no recibe un puto duro para su estudio. Con la excepción, única, precisamente, del síndrome de la flojera. Si le afecta, oiga, no se canse, no vaya al médico, no pierda su precioso tiempo: apúntese a un sindicato y/o vote “progresista”. No tema que puedan curarle, pero ellos procurarán que no le falte el dinero que otros curran y, a cambio, aunque se comprende que pueda resultarle terriblemente fatigoso, debiera de salir a manifestarse ocasionalmente contra quienes tratan de hacerle producir contra natura y, también, muy de tanto en tanto, a echar la papela para ver si ganan los que tanto hacen por usted y, a los demás, que nos den. Al ritmo que vamos, llegará el día que habrá más pacientes de este mal, más afectos que currantes, para cuando se invierta la relación entre productores y pensionistas, si no antes. Llegados a ese punto, no como ahora, los sindicatos (los mismos que en su día tendieron la mano para mantenerse en silencio, entonces, cuando tanto daño nos hicieron los silencios) organizarán masivas manifestaciones de auténticas famélicas legiones, no para protestar contra sus gobiernos, muy probablemente progresistas, que aquí no caben más tontos, no, sino para amenazar al cielo, el puño cerrado y elevado hacia lo alto, con ininterrumpidos y unánimes escupitajos por que no diluvia el maná que tanto prometieron.
Pero siempre hay que contar con la esperanza. Porque, acaso, ojalá, será verdad que “(…) Superarán otros hombres este momento gris y amargo, donde la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor.” ( Salvador Allende. 11-IX-1973)

Anónimo dijo...

Arcoiris:

Has estado magistral, como siempre.

Solo nos queda esperar que, llegado ese día, cuando los pensionistas superen en número a los currantes-que-curran-con-desgana-poco-y-mal,unos y otros hagan de la necesidad virtud, y no les quede más remedio que reconocer que ese no es el camino, y que si no rectificamos acabaremos todos formando parte de esas famélicas legiones que no van a ninguna parte.

¿Serán capaces entonces los españoles de mandar definitivamente a toda la progresía sociata a ese lugar infecto denominado mierda que es donde deben estar?

...ya veremos.