lunes, 7 de mayo de 2012

IZQUIERDA Y RELIGIÓN


 

 

 

 

 

IZQUIERDA Y RELIGIÓN.

 

Hace ya cierto tiempo, Francisco Vázquez acusó a Rubalcaba de recurrir al "anticlericalismo casposo", con sus ataques a la Iglesia en el Congreso del PSOE. Recuerda que los acuerdos con la Santa Sede, son "total y absolutamente constitucionales", al ser votados en el Congreso y el Senado.

Estas declaraciones del socialista Francisco Vázquez muestran que no toda la izquierda es casposa. Que hay honrosas excepciones. Pero la ‘cabra tira al monte’ y, en general, es de buen tono progresista reírse (al menos) de la religión, en general, y de la Iglesia Católica, en particular.

He dicho de la religión ‘en general’ porque es bastante corriente que la izquierda española (aunque la estupidez no tiene fronteras) centre sus groserías y desprecios en la Iglesia Católica, mientras pasa con disimulo por el Islam.

Recordemos que el anterior Presidente sonriente, cuando se publicaron unas viñetas satíricas contra Mahoma, en un periódico danés, dijo ‘que había que actuar con respeto’. Creo que lo dijo en compañía de Erdogan, el Presidente turco.

Pero resulta que, hace unos años, en Extremadura, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) apadrinó una exposición fotográfica en la que había fotos de la Virgen María haciendo una paja a Jesucristo. Entre otras groserías progresistas. Con esta exposición se ofendía a los católicos, pero los católicos no ponen bombas en el culo de la gente anticatólica. O sea, que los socialistas extremeños (sin protestas del ex Presidente sonriente y CIA), además de unos groseros impresentables, son unos cobardes.

Pero bueno, todo esto es sabido. Ahora quiero referirme a otra cosa, aunque relacionada directamente con la religión y la izquierda.

Norberto Bobbio, un destacado intelectual de izquierdas, nacido en Turín y fallecido en 2004, sí tenía la inteligencia y sensibilidad suficientes para valorar determinados aspectos del sentimiento religioso que la mayoría de la izquierda ignora. Por puro sectarismo.

Bobbio decía que las mayores cotas de generosidad y solidaridad las veía en personas de inspiración religiosa. Reconocía su carencia altruista en comparación con estas personas. Decía que sus límites altruistas se limitaban a su familia y a los amigos íntimos, pero no a cualquier otro.

Por supuesto, no pretendo decir que todas las personas de inspiración religiosa tengan una profunda e intensa conducta altruista, comparable a Teresa de Calcuta. Hay que ser un cretino para ironizar en este sentido. Bobbio lo sabía muy bien, como lo sabe cualquier persona con dos dedos de frente.

Lo que quería decir Bobbio, es que la inspiración religiosa es capaz de ampliar nuestros límites altruistas más allá de los reducidos límites familiares y de amistad íntima. Podemos ver ejemplos delante de nuestras narices. Los sindicatos mayoritarios (que presumen de ser de izquierdas y no sé cuántas cosas más) a pesar de la porrada de millones de euros que han recibido (especialmente de sus camaradas socialistas) no tiene comedores sociales. Y si los tienen (que lo dudo) no se nota. Si los tuvieran ya habrían salido por las televisiones progres y asimilados, mañana, tarde y noche. Por cierto, Televisión española sigue en manos socialistas, todavía. ¿Serán merluzos los del Partido Popular?

A lo que iba. Caritas (de la Iglesia Católica) hace una labor social extraordinaria, y recibe mucho menos dinero que los sindicalistas de UGT y Comisiones Obreras. Esos que tenían que darle mucho cariño al ex Presidente sonriente. Por no hablar de los miles de curas y monjas repartidos por el mundo, haciendo el bien y sacrificándose por los demás.

Ya sé, la gente de izquierdas solamente se fija en esta ínfima minoría canallesca (pederastas) que ha abusado de niños. Algo repugnante que ha sido condenado (tolerancia cero) por el Papa. O sea, expulsión de la Iglesia con independencia de las responsabilidades jurídicas que correspondan.

Bobbio reconoce la carencia de no ser religioso, ya que se da cuenta de que las personas con inspiración religiosa tienen ‘algo más’, según sus propias palabras. Algo más de lo que tengo yo, dice. Aún reconociendo que su visión del mundo es profana, y no religiosa.

Con buen criterio decía Bobbio que, en este aspecto, no hay mucho que hacer. O se tiene fe, o no se tiene. Lo que no funciona es querer tener fe para conseguir algunas supuestas ventajas. Por ejemplo, morir en paz. Esto es lo que nos enseña Woody Allen en su película ‘Hanna y sus hermanas’.

Mickey (Woody Allen) es productor de televisión y, un día,  sufre unas molestias en un oído. Va al médico y le dice que no es nada importante pero que, en una amplia gama de posibilidades, está el tumor cerebral. Aunque sólo es una posibilidad, y no una probabilidad, Mickey entra en estado de pánico. De repente, percibe que su vida es corta. Que puede morir en cualquier momento. Lo que es cierto para todo el mundo pero nadie quiere darse cuenta. En fin, Mickey piensa que sus esfuerzos profesionales carecen de sentido. La muerte está tan cerca....

Entonces acude a la religión para que le permita vivir en paz y, en su caso, morir en paz. Va pasando por diversas religiones para encontrar el consuelo que necesita. En vano. Todo falla. ¿Por qué? Porque la ‘inspiración religiosa’ es un subproducto. Como el amor, o la amistad. No aparece cuando yo quiero, por motivos interesados. No puedo chasquear los dedos y, de repente, aparece el fierabrás que curará todos mis males. ¡Chas! aquí un amor, aquí un amigo.

No, no es así. Incluso los casposos pueden entenderlo. Espero.

Sebastián Urbina.

 

 

 

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