viernes, 17 de octubre de 2014

DELIRIUM TREMENS. CAT









 DELIRIUM TREMENS. CAT

Ramón de España

‘A Mas lo controlan Junqueras y dos harpías’


El columnista barcelonés señala que "TV3 es un aparato de propaganda, ‘La Vanguardia’ siempre ha estado con el que mandaba y que a la izquierda le da cosita meterse a opinar por miedo a que les tachen de fachas". 

Hastiado del nacionalismo, vuelve a la carga con 'El derecho a delirar' (La Esfera de los Libros), un análisis cargado de ironía que repasa peripecias y personajes del 'delirio' catalanista. Este nuevo ensayo es el resultado de un año en 'El manicomio catalán',  su anterior obra que, a pesar de alcanzar cinco ediciones, "fue prácticamente silenciada en Cataluña".

Ramón de España dice del sucedáneo de consulta de Mas para el 9-N le parece que "una puesta en escena ridícula, que se supone que dura 15 días y en la que parece que pueden votar hasta los animales domésticos". Considera que Mas debe dimitir por dos motivos, pero que éste "se agarrará al sillón hasta que lo saquen con agua hirviendo". 

Advierte de que "se ha producido un control social entre la educación infantil y los medios de comunicación". Sobre TV3 señala que "dejó de ser una televisión pública y es un aparato de agitación y propaganda de la Generalitat" y de ‘La Vanguardia’, que "ha recibido auténticas millonadas y de ahí, aquella época en la que parecía que el Conde de Godó se había vuelto independentista". "‘La Vanguardia’ siempre ha estado con el que mandaba. Estuvo con la República, con Franco, con Pujol. El conde siempre está con los que manda. No está para buscarse problemas. Esta vez casi se rompe un brazo con el cambio de chaqueta", añade.
También afirma que a la izquierda "le da cosita meterse a opinar por miedo a que les digan que son unos fachas". 

-¿Cómo ve a Cataluña?
 
-Está en un sainete absoluto, sobre todo después de la última jugada de Mas de cambiar la consulta suspendida por una especie de no se sabe muy bien qué. Cada vez es todo más confuso y más pesado. Personalmente, creo que Artur Mas debe dimitir por dos motivos. Primero, por aquellas elecciones adelantadas y ahora, por no cumplir lo prometido. Pero parece que su prioridad es agarrarse al sillón hasta que lo saquen con agua hirviendo.

-¿Qué ‘delirios’ repasa en su obra?
 
-Son tantos y tan continuados que nos hemos convertido en la principal fuente de diversión para todo el país. Desde el Congreso de España contra Cataluña, que era de traca, hasta todas las declaraciones. Es como una acequia de los despropósitos que no termina nunca. Ni se toca fondo ni se llega a ninguna parte. Es mantener un pulso, pero por parte presidente es ya únicamente para agarrarse al sillón. Después de esto o dimites o llegas hasta el final y esperas a que te detengan, te inhabiliten. Darse de baja ante la suspensión, intentando hacer creer que no te das de baja es muy miserable, muy mezquino.

-¿Qué cree que hará Mas ahora?
 
-De momento, intentar colar esto, aunque puede que se la suspenda también el Constitucional. Es muy probable. Ya ha dicho el ministro que si las preguntas son las mismas van a tener que suspenderla. Si no se suspende será como aquellas consultas que hacían en los pueblos hace unos años en donde participaban el 15 por ciento del censo y ganaba el sí por goleada. Es una puesta en escena ridícula, que se supone que dura 15 días y que parece que pueden votar hasta los animales domésticos. A parte, a saber cómo evoluciona la cosa con el rebote que se han pillado los de Esquerra y la CUP.

-¿Quién manda en Cataluña?
 
-Se da un caso único en el mundo. El jefe de la oposición y el socio de Gobierno es la misma persona, Oriol Junqueras. A Mas lo veo controlado por él, pero sobre todo por las dos harpías de la ANC y de Òmnium Cultural, que son las que llevan el Comité de Festejos, las que montan las manifestaciones y sacan a la gente a la calle. Ellas dicen, aunque no se lo cree nadie, que viven de las cuotas de los afiliados, pero todos estamos seguros de que hay ahí un fondo de reptiles del que se deben beneficiar notablemente.

-¿Y qué le parece la actuación del Gobierno en este asunto?
 
-Rajoy ha hecho el gallego a conciencia y también de Don Tancredo. De ir esperando hasta que el otro metiera la pata para zurrarle entonces. Al principio, parecía pasividad e ineptitud, pero con el tiempo he llegado a pensar que igual es lo mejor que se podía hacer para no histerizar aún más la situación. A Mas lo que más ilusión les haría sería ver a la Guardia Civil yendo a requisar urnas. Tampoco lo van a conseguir porque en ese caso el cuerpo encargado son los Mossos. Ya han dicho que están por la legalidad y que no cuenten con ellos, salvo un grupito de Mossos independentistas que no llegan a 300 en un total de 17.000.

-¿Hasta dónde cree que llegará este dislate independentista?
 
-Es una pesadez. Empieza a ser muy aburrido ya y empiezo a detectar cansancio incluso entre los independentistas. Empieza a cundir una sensación de estarse pegando cabezazos contra una pared que no cede. La tabarra va a continuar muchos años.

-Usted ya cargó contra el nacionalismo en su libro 'El manicomio catalán. ¿Se la silenciaron en Cataluña?
 
-Sí. Y también en otros medios españoles. Este es un tema que no sé por qué a la izquierda le da como cosita meterse a opinar por miedo a que les digan que son unos fachas o algo así. El libro funcionó bien por el boca-oreja y llegamos a cuatro ediciones. De los poderes establecidos no puedes esperar absolutamente nada.

-¿‘Societat Civil Catalana’ denuncia manipulación de medios catalanes como, por ejemplo, TV3, a la que tacha de Tele Independencia?, ¿qué opina usted?
 
-TV3 dejó de ser una televisión pública. Es un aparato de agitación y propaganda de la Generalitat. Todos los medios públicos controlados por el Gobierno están dedicados a esto. Sé que en la empresa medran los nacionalistas y son enviados al pasillo los que no están por la labor. A eso le sumas todo el dinero público que la Generalitat  ha repartido entre la prensa, concretamente ‘La Vanguardia’, ha recibido auténticas millonadas

De ahí, aquella época en la que parecía que el Conde de Godó se había vuelto independentista. ‘La Vanguardia’ siempre ha estado con el que mandaba. Estuvo con la República, con Franco, con Pujol. El conde siempre está con los que manda. No está para buscarse problemas. Esta vez casi se rompe un brazo con el cambio de chaqueta. Ser grande de España y estar defendiendo la independencia de Cataluña… Está en una situación complicada. Cambió el director, que era el principal responsable de la deriva. Se ha producido un control social entre la educación infantil y los medios de comunicación.

-¿Cómo se puede combatir ese adoctrinamiento?
 
-No se me ocurre. Veo que es más eficaz que el adoctrinamiento franquista, que sufrimos muchos, que simplemente no nos lo creíamos y sabíamos que lo que se nos decía era al revés. Pensaba que pasaría algo parecido con el sistema catalán, que tampoco se diferencia tanto, pero no. Por eso, quieren que voten los chavales de 16 años, que salen del cole más independentistas que nadie. Esto ya lo tenía en mente Pujol desde 1980. Gran parte de la culpa la tienen los gobiernos centrales, que se han dedicado 30 años a mirar hacia otro lado. Ahora se rasgan las vestiduras…

-¿Cuál cree que es la imagen que ofrece Cataluña en el exterior?
 
-Patética. Todos los esfuerzos de Diplocat han sido un desastre detrás de otro. El famoso libro ‘Catalonia Calling’ se lo enviaron a todo el mundo y nadie dio ni acuse de recibo. Como lo que montó la ANC de extender una sábana con la cara de Obama. Será para ver si lo pilla algún satélite de la NASA y da parte al presidente. Es un quiero y no puedo muy ridículo, sobre todo cuando se les ha dicho desde cualquier instancia internacional que esto es un problema interno de España. Es evidente que en la UE no se ve con buenos ojos. Como es una cuestión de fe no hay nada que hacer. Es una cuestión sentimental.

 (Rosalina Moreno/La Gaceta)

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