jueves, 30 de octubre de 2014

EN CATALUÑA NO HAY DEMOCRACIA



 EN CATALUÑA NO HAY DEMOCRACIA. TAL VEZ SE QUIERA ENTERAR.






Francisco Caja ha echado en falta "durante los últimos 30 años que a los nacionalistas se les haya hecho respetar la Constitución”. “Han entregado la nación a los intereses y delirios de un grupo que se ha hecho hegemónico en Cataluña y que ha utilizado el poder para expoliar a los españoles, para robar y acumular una inmensa fortuna”, subraya Caja, presidente de la plataforma Convivencia Cívica Catalana y profesor universitario. 

-¿Qué opina del proceso soberanista catalán?
 
-Hay un desafío al orden constitucional en toda la regla y por parte del Gobierno de la nación no parece que haya muchos movimientos y que esté respondiendo adecuadamente.

-¿Por qué?
 
-Lo único que hace es llevar algunas decisiones de Gobierno ante el Tribunal Constitucional. Eso está bien, pero hay una serie de mecanismos previstos en la Constitución española…

-¿Qué echa en falta?
 
-He echado en falta durante los últimos 30 años que se haya hecho respetar a los nacionalistas la Constitución. Esa actitud por parte de los grandes partidos nacionales de pacto, de cesión, de algo que no podían ceder, que son los derechos de los ciudadanos. Estamos exportando, por ejemplo, un régimen lingüístico escolar.

-¿Los distintos gobiernos no han hecho respetar la Constitución?
 
-No la han hecho respetar durante años, sino todo lo contrario. Se ha entregado el poder y los derechos de los ciudadanos a los nacionalistas, que han campado a sus anchas y en una escalada progresiva. Han entregado la nación a los intereses y delirios de un grupo que se ha hecho hegemónico en Cataluña y que ha utilizado el poder para expoliar a los españoles, para robar y acumular una inmensa fortuna. 

-Explíquese.

-Me refiero al Pujolismo. No sólo a la familia Pujol. Aquí están los socialistas y los de Esquerra… todos están salpicados por los mismos escándalos. No ha habido ningún tipo de control. De todas maneras, han ido cediendo progresivamente, tanto unos como otros, dejando la ley de política lingüística, el famoso pacto de Majestic…  Diferentes pactos que ha habido con los nacionalistas, de tal forma que han montado una gigantesca trama clientelar que no tiene nada que ver con la democracia. Tienen controlada la prensa. En Cataluña no tenemos ningún medio que sea independiente. O son públicos o están subvencionados por el poder. Y esto todos lo sabían perfectamente. Nosotros venimos denunciándolo desde hace mucho tiempo, pero obtenemos sentencias judiciales que luego no se ejecutan.

-¿Cuáles no han sido ejecutadas?
 
-Todas y cada una de ellas. Como es el Tribunal Superior de Justicia quien las ejecuta tienen control sobre los tribunales. Otro de los grandes problemas que tiene la democracia en Cataluña es que no hay separación de poderes. Estos escándalos que ahora están saliendo a la luz se han producido desde hace siglos. Por ejemplo, el ‘caso Pallerols’. ¿Quién fue condenado? 15 años ha durado la instrucción y cuando ha llegado por fin a juicio ha habido un apaño entre Fiscalía y han quedado impunes

¿Cuánto tiempo lleva esta trama que ahora ha salido a la luz del 3 por ciento? En 1986 Felipe González concedió patente de corso a Jordi Pujol exonerándolo, él personalmente, del delito de una quiebra fraudulenta y de un montón de delitos. A partir de ahí, con la modificación en 1985 de una ley que designaba a los miembros del CGPJ tenía patente de corso y se ha dedicado a robar sistemáticamente.

-¿El caso Pujol era un secreto a voces?
 
-Lo sabía todo el mundo. En 1996 se publicó un libro en la editorial Akal en donde se cuenta la vida y milagros de la familia Pujol y cómo roban sistemáticamente a los españoles. Se vendieron 20.000 ejemplares, por lo que 20.000 ciudadanos conocían las andanzas de Pujol, del delito sistemático de él y su familia. En Cataluña, la codicia de unos y otros han engendrado un monstruo político, que es un sistema corrupto hasta la médula, pero no sólo económicamente. Aquí no hay democracia. Esto es lo que ha venido pasando en Cataluña hasta que se han encontrado con lo que han engendrado ellos. De esos polvos vienen estos lodos. Patente de corso a un grupo hegemónico, el Pujolismo, del que se han lucrado el resto de partidos políticos. Han exportado al resto de España los procedimientos y ahí estamos.

-¿A qué se enfrentan quienes no comulgan con el nacionalismo?
 
-Cualquiera que se atreve, como nosotros, a manifestar una opinión que no es la obligatoria, automáticamente se le declara la muerte civil. Rajoy no tiene problemas, pero los ciudadanos en Cataluña que no comulgamos con el nacionalismo sí que los tenemos.

-¿Qué cree que pasará después del 9-N?, ¿irá a más el problema?
 
-Es imprevisible, pero por supuesto que irá a más. Están huyendo hacia adelante. ¿Por qué un partido conservador se tira al monte y tiene la misma estrategia que ERC? Evidentemente, no es porque se hayan vuelto independentistas porque un ángel les haya iluminado, sino que es la única manera para quedar impunes. Es la impunidad lo que están persiguiendo con la independencia. 

 Llega un momento en que ya no tienen nada que perder porque, además, les sale gratis toda esta broma. Encima, les darán un premio de la reforma constitucional a unos individuos que han desafiado el orden constitucional hasta lo indecible. Lo previsible es que haya un pacto entre el PP y el PSOE para tapar sus propias vergüenzas, que hagan un apaño de reforma constitucional y le den lo que no se puede dar al gobierno catalán. Si no consiguen la independencia, les concederán más ventajas políticas. Más privilegios. 

-¿Hay visos de que se ponga en pie el país?

-
Esa política ha conducido al desastre y no hay visos de que se cambie de política y que se ponga en pie el país. No en el caso de Rajoy y del actual PSOE. En una democracia, los ciudadanos deberíamos saber de antemano lo que va a hacer nuestro Gobierno, pero nuestro presidente no ha salido que diciendo “estén tranquilos los ciudadanos catalanes y los del resto del país porque en el caso de que se haga esto, nosotros haremos lo otro, aplicaremos el artículo 155 o el 116, que el estado de alarma, excepción y sitio también está previsto en la Constitución”.

-Zapatero lo declaró en la huelga de controladores…
 
-Sí, y los militarizó. Ese tipo de mecanismos son perfectamente legales para impedir el chantaje sistemático que llevan 30 años practicando los nacionalistas. La consecuencia es que nos roben y que nos supriman los derechos más básicos, como que nuestros hijos puedan recibir una educación bilingüe. Le trae sin cuidado a Rajoy. Lo ha demostrado cuando ha tenido oportunidad con la LOMCE.  Con esto ha incumplido otra promesa electoral, y así suma y sigue. En estas circunstancias, si no se respetan los más elementales derechos, si no se cumplen las leyes y no se ejecutan las sentencias no estamos en un Estado de Derecho y eso es lo que han conseguido entre unos y otros. Los que sufrimos la falta de derechos y el expolio al que nos someten los partidos políticos somos los ciudadanos de a pie. 

(La Gaceta)

1 comentario:

Arcoiris dijo...

Que en Cataluña no hay democracia, lo ve un ciego. Pero, más lamentable aún, ¿la hay en el Estado Español?
Así, por ejemplo, ¿porqué le suceden a éste las derrotas sistemáticamente ante los distintos tribunales en diferentes cuestiones, desde las liberaciones de etarras hasta el revolcón a la Ley Parot? ¿Es que nuestro Estado contrata por sistema a los consejeros legales más torpes de cada Facultad o será que así, con esas debacles, consigue satisfacer las exigencias de sus oponentes salvando la cara ante el resto de la población? Otrosí, ¿porqué se entrega el destino de una comunidad a una facción separatista cuando son minoría demográfica? ¿Representa a la población catalana el Parlament o casi exclusivamente a la clientela nacionalista? En todas las convocatorias electorales, en Cataluña, siempre ha vencido la abstención al ganador en las urnas, siempre. En las elecciones del 2006, cuando se convocaba al pueblo para opinar sobre el nuevo “Estatut”, el censo total ascendía a poco más de cinco millones de personas, de los que sólo se prestaron a votar 2.570.256 y, de ellos, votaron sí tantos como 1.882.533 criaturas para una abstención total de 2.631.459 ciudadanos. Sin embargo, se dio por aceptado el “Estatut d’autonomia” casi por aclamación: ¡73%! ¡Olé las cositas de nuestra democracia! Y en las elecciones para el Parlament del 2012, ganó en las urnas CiU con 1.116.259 votantes, mientras los abstencionistas sumaron tantos como 1.745.558 ciudadanos; con los votos de los peperos de Cataluña y los de C’ sumaron 2.492.246 por los 2.139.090 de la suma de los que se inclinaron por CiU, ERC y PSC. A pesar de estas cifras, ese Parlament pretende desgajarse de España, afirma hablar en nombre de toda la población catalana y se arroga una representatividad que, evidentemente, no tiene. ¿Porqué se consienten estas anomalías? ¿Esta cosa se merece el nombre de democracia?