viernes, 3 de octubre de 2014

EL DECLIVE DE CATALUÑA




 









 EL DECLIVE DE CATALUÑA. 
2013-09-12
Si hay un argumento que el nacionalismo catalán ha utilizado en los últimos años para sumar adeptos a la causa del independentismo, ése ha sido el económico. Del "Madrid ens roba" a las balanzas fiscales, los partidos políticos secesionistas y sus medios afines han repetido hasta la saciedad el mantra de que una de las claves del continuado declive económico catalán en los últimos 40 años reside en un injusto sistema de financiación, que hace que el resto de España viva de la riqueza de su región.
Y no hay duda de que su interiorización por parte de la sociedad catalana ha sido uno de los motivos del auge del independentismo en los últimos años. Los nacionalistas lo saben y actúan en consecuencia. Si consiguen que los ciudadanos de Barcelona o Gerona se lo crean, tendrán mucho ganado en su lucha por desmembrar España.
El problema es que hay muchos datos que no apuntan precisamente en esa dirección. Si quisieran, los partidos políticos con implantación nacional (básicamente PP y PSOE) podrían responder al nacionalismo en el campo de juego que éste ha escogido. No son pocos los argumentos que apuntan a que, en realidad, una Cataluña independiente no sólo no saldría ganando, sino que podría desplomarse víctima de una debilidad económica que es culpa, fundamentalmente, de los mismos políticos que se envuelven en la estelada cada día.

Al borde de la quiebra

La Generalidad catalana debe 50.945 millones de euros, más de una cuarta parte del total de la deuda de las 17 autonomías. Es una cantidad equivalente al 25,7% del PIB de la región, una ratio en la que sólo está por detrás de Castilla-La Mancha y Valencia. Por hacernos una idea, Madrid, una región con un peso en el PIB nacional muy parecido, debe 21.960 millones (un 11,7% de su PIB regional).
Eso dejaría al Gobierno de una Cataluña independiente al borde de la quiebra. Porque además, también tendría que hacerse cargo de su parte correspondiente a la deuda del conjunto de España. Y el problema es que su historial no deja mucho margen a la confianza. Desde la llegada del tripartito y luego de Artur Mas, las finanzas públicas catalanas se han hundido.
La excusa siempre es el sistema de financiación, pero Madrid, que aporta bastante más que Cataluña a la caja común y podría erigirse como la gran agraviada del sistema, casi ha mantenido el equilibrio presupuestario durante la crisis, siendo la región que menos déficit ha sumado y menos deuda ha acumulado.
En este sentido, las últimas colocaciones de bonos patrióticos han evidenciado que los inversores no confían en los políticos nacionalistas. Sólo el aval del Gobierno central y los fondos de liquidez autonómica (de ese "Madrid" tan odiado) han permitido a Artur Mas colocar su deuda y seguir financiando su escalada secesionista. Los servicios públicos catalanes se pagan gracias a que el Ministerio de Hacienda financia al Ejecutivo de CiU con una generosidad que no aplica con otras regiones.

Balanzas 'maquilladas'

Éste es el gran argumento del independentismo, repetido hasta la saciedad en los últimos años, a pesar de todas las falsedades que encierra. En todos los países, las regiones más ricas (y las ciudades o los barrios) aportan más con impuestos de lo que reciben en inversiones. En realidad, habría que recordar que los territorios no pagan tributos. Son sus ciudadanos los que lo hacen. Y si la renta per cápita de éstos es superior a la media, es lógico que las cuentas totales también salgan deficitarias.
El problema es que ni siquiera eso se cumple con Cataluña. Tal y como ha denunciado Convivencia Cívica Catalana (CCC), en los últimos años ha habido varios ejercicios en los que la balanza fiscal real ha tenido superávit para esta región. Las cuentas que Artur Mas ha presentado ante la prensa han sido convenientemente maquilladas.
No sólo eso. Cabría preguntarse por qué la Generalidad catalana, que tanto defiende la publicación de estos datos de las balanzas fiscales a nivel nacional, no publica las que tiene a su alcance: las regionales. Según los mismos criterios que Mas defiende para España, el resultado sería que Tarragona, Gerona o Lérida expolian a Barcelona. El Gobierno de CiU gasta mucho menos en esta provincia de lo que le correspondería. Por eso, en una Cataluña independiente, el argumento de las balanzas fiscales se volvería como un bumerán contra aquellos que llevan años lanzándolo.

Pensiones en rojo

En 2011, último año con las cuentas completamente cerradas, los gastos de la Seguridad Social en Cataluña ascendieron a 19.541 millones de euros, mientras que los ingresos se quedaron en 18.445 millones. Es decir, hubo casi 1.100 millones de déficit en las cuentas del organismo sólo en lo que tiene que ver con los pensionistas catalanes.
Habrá quien le eche la culpa a la crisis, que ha hundido el mercado laboral español. Pero no todas las regiones están igual. Por ejemplo, Madrid tuvo unos gastos en Seguridad Social en 2011 de 14.291 millones, mientras que sus ingresos llegaron a los 17.328 millones. Con esos tres mil millones de superávit se enjugaron, en parte, los números rojos catalanes. En caso de independencia no habría ese recurso. ¿Quién pagaría entonces las pensiones de los ancianos de la región?

Madrid vs Barcelona

El nacionalismo asegura que Cataluña podría ser la "Holanda del sur de Europa", pero habrá quien piense que también puede ser "la Grecia del oeste del Mediterráneo". De hecho, viendo las cifras de deuda y déficit público que apuntábamos antes, la imagen recuerda más al país heleno. La clave de la prosperidad futura del nuevo país residiría en su política económica y en su apertura al exterior. Lo ocurrido en los últimos años no invita al optimismo.
En los años 70, tras casi tres siglos de supuesto "centralismo opresor", Cataluña era la región más rica de España. En 2013, tras más de tres décadas de nacionalismo omnipotente, ya no es así. Cuanto más poder han tenido los políticos catalanes, más peso ha perdido su autonomía en la riqueza nacional.
El intervencionismo ha sido la norma, tanto con CiU como con el tripartito. Mientras en Madrid Esperanza Aguirre ponía en marcha las políticas económicas más liberales de España, los nacionalistas imponían restricciones en el comercio, en los horarios o en los impuestos, hasta convertirse en un auténtico infierno fiscal y en una de las regiones más intervencionistas.
La consecuencia es que la Comunidad de Madrid ha adelantado por la derecha al otro gran polo económico del país en renta per cápita (29.385 a 27.248 euros) y casi lo ha igualado en términos absolutos aunque tiene un millón de habitantes menos. No sólo eso, en las últimas décadas se ha dado una auténtica fuga de empresas desde Barcelona hacia la capital de España.
Hasta los años 80, cuando una gran multinacional se instalaba en nuestro país, casi siempre escogía la Ciudad Condal. Eso ha cambiado, y mucho, desde que los nacionalistas controlan el poder regional. Ahora, no sólo la mayoría escoge Madrid, sino que incluso aquellas que ya estaban en Barcelona están empezando a mover sus sedes. Nadie en el independentismo parece preguntarse cuál será la causa de este fenómeno.

Los modelos

A nadie se le oculta que dos de los grandes modelos para el nacionalismo catalán son Escocia y Quebec. El problema es que en lo que hace referencia a su desempeño económico, el independentismo de ambas regiones deja mucho que desear.
En Canadá, desde que a mediados de los setenta el movimiento quebequés tomó fuerza, comenzó el declive de su economía. Montreal, hasta entonces el motor del país norteamericano, dejó paso a Toronto, que poco a poco le fue superando en todos los indicadores. Quebec ha crecido menos que la media nacional, ha visto desplomarse su población activa y ha contemplado una auténtica fuga de cerebros hacia otras partes del país. Y al igual que en Cataluña, las grandes empresas han escapado hacia su gran rival. Ni siquiera ha hecho falta la independencia, sólo con la amenaza, la región francófona ha perdido la posición predominante que tradicionalmente había disfrutado.
En Escocia, el referéndum ya está previsto para 2014. El Gobierno británico, anticipándose a los nacionalistas, ha publicado varios estudios sobre las consecuencias económicas que tendría un "Sí". Y no son muy atractivas: caída en los flujos comerciales, incremento del gasto público, salida de profesionales de nivel medio-alto y desconfianza en los mercados internacionales.
Todos los informes sobre la cuestión alertan de la existencia del llamado efecto frontera: esa barrera imaginaria que, incluso en áreas de libre comercio, separa a dos regiones limítrofes de dos países distintos. Vamos, que es más fácil que una empresa catalana venda en Cádiz que en Lyon, aunque la ciudad francesa le quede más cerca y en la UE no haya barreras comerciales.

Los cálculos de Convivencia Cívica Catalana (CCC), con datos de ventas de Cataluña al resto de España y al mediodía francés, son significativos. Hablamos de pérdidas en las ventas superiores al 60%, de deslocalización de grandes empresas (sobre todo, aunque no sólo, multinacionales) y huida del capital humano. Hasta un 20% del PIB catalán podría estar en riesgo.
 (LibreMercado)



EL DECLIVE ECONÓMICO DE CATALUÑA.

Más centrada en cuestiones identitarias, Cataluña ha perdido buena parte de su liderazgo económico en los últimos ocho años. Desde el PIB a la inversión pasando por el consumo o el empleo, un informe de Convivencia Cívica de Cataluña destaca diez indicadores que revelan cómo la economía catalana ha empeorado en comparación con el resto de España, en gran medida por la incertidumbre y la rigidez regulatoria que ha impuesto el nacionalismo.


"Difícilmente empresas alemanas o francesas instalarán su filial española en un territorio cuyos políticos amenazan con irse de España. Y de la misma manera, industrias internacionales difícilmente visualizarán a Cataluña como una plataforma logística atractiva para introducir sus productos en la Unión Europea cuando Cataluña podría quedar excluida de ella", sostienen los autores del estudio. A continuación, les referimos las diez variables económicas:

1) Empleo
Según los datos de la EPA, pese a contar únicamente con el 16 por ciento de la población de España, Cataluña acapara el 24 por ciento de todos los empleos destruidos en el país desde 2005 hasta 2012, por encima del resto de comunidades. Peor incluso que Andalucía, que con el 17 por ciento de la población asume el 20 por ciento de los empleos eliminados en España. Y por supuesto muy lejos de las cifras que ofrece Madrid, que ha perdido un 5 por ciento de todos los puestos de trabajo suprimidos en España teniendo un 13 por ciento de la población.


2) Comercio exterior
Debido a su situación geográfica, Cataluña ha desempeñado habitualmente un papel de plataforma para los flujos de exportación e importación. De hecho, muchas regiones fronterizas suelen disfrutar de niveles de PIB superiores por esa misma razón. Pese a ello, Cataluña ha dejado escapar parte de su cuota de las exportaciones españolas, desde el 27 por ciento que ostentaba en 2005 hasta casi el 25 por ciento que tenía en 2012, el nivel más bajo nunca conocido desde que se registran datos. Los autores del estudio también subrayan que la economía catalana siempre ha experimentado un elevado déficit comercial con el extranjero y que si en 2005 acaparaba el 32 por ciento de todo el déficit de España con el exterior, ahora abarca el 62 por ciento.


3) Consumo
De acuerdo con los datos del INE de la Encuesta de Presupuestos Familiares, en 2006 el consumo medio por persona en Cataluña era superior en 1.412 euros al del resto de España. Pero en 2012 esta diferencia a favor de los catalanes descendió a los 872 euros (los 11.870 euros de media de Cataluña frente a los 10.998 euros de España). En comparación con Madrid, en 2006 la comunidad catalana consumía unos 176 euros menos al año. Y en 2012 esa diferencia aumentó hasta los 1.670 euros a favor de los madrileños (los 11.870 euros de los catalanes frente a los 13.541 euros de los madrileños).


4) Nivel de vida
Según las estadísticas de pobreza regional y exclusión social recogidas en Eurostat, Cataluña es la región de España donde más se ha disparado la pobreza en el periodo 2005-2011. La tasa de población en riesgo de pobreza y exclusión social ha aumentado desde el 16 al 23 por ciento. Estos datos contrastan con la media nacional, cuya ratio de riesgo de pobreza en esos años ha ascendido desde el 27 al 23 por ciento. Es decir, la tasa de pobreza en Cataluña ha aumentado un 40 por ciento frente al 15 por ciento de la media nacional, más del doble que el conjunto de España.


5) Mercado de la vivienda
Cataluña ha experimentado la mayor caída en licencias  de obra para edificación de nueva planta. Si en 2005 se concedían un 56 por ciento más en Cataluña que en Madrid, ahora han pasado a ser la mitad que en la comunidad madrileña (7.441 de Cataluña en 2012 frente a las 16.965 de Madrid). Mientras que en 2005 Cataluña copaba un 16 por ciento de todas las licencias otorgadas en España, en 2012 sólo representa un 12 por ciento del total.


6) Producto Interior Bruto
Entre 2005 y 2013, el PIB per cápita de Cataluña ha engordado un 12 por ciento, desde los 23.277 euros a los 26.134 euros. En cambio, tanto la media española como la de Madrid han avanzado un 15 por ciento. La de España desde los 19.266 euros a los 22.289 euros. Y la de Madrid desde los 25.202 a los 28.998 euros.


Así, si tomamos 100 como la media nacional, Cataluña ha caído del 2005 al 2013 desde los 120 puntos hasta los 117 puntos. Por el contrario, Madrid se ha mantenido en los 130 puntos.


7) Deuda pública
En 2005, Cataluña acumulaba el 23 por ciento de toda la deuda pública de las Comunidades Autónomas. En 2012, abarca ya el 27 por ciento. Y si se examina la deuda de las empresas públicas a fecha 1 de enero de 2013, la cosa empeora. Las empresas de la Generalitat tienen la mitad de la deuda de todas las empresas autonómicas existentes en España.


8) Coste de la vida
Cataluña es la región de España donde los precios más se han encarecido. Según los datos de IPC del INE, éstos han subido en el periodo 2005-2013 un 25 por ciento, por encima de la media nacional situada en el 23 por ciento. Y que el Govern se haya empeñado en imponer marcos regulatorios rígidos y límites a la libertad de competencia tiene una influencia directa sobre este fenómeno, argumenta el documento de Convivencia Cívica de Cataluña.


9) Creación de empresas
Cataluña ha cedido su liderazgo en la creación de empresas a Madrid. En 2005 los catalanes constituyeron el 19 por ciento de todas las sociedades mercantiles creadas en España frente al 18 por ciento de los madrileños. Pero en 2012 los madrileños constituyeron el 21 por ciento por el 18 de los catalanes. Por no hablar de que entre 2005 y 2012 Cataluña ha sufrido el mayor número de empresas concursadas: 6.889 frente a las 3.804 de Madrid.


10) Inversión extranjera
De 2005 a 2012, la inversión extranjera en Madrid ha sido cuatro veces la recibida en Cataluña, tal y como confirman los datos de inversión extranjera recogidos en las estadísticas del Ministerio de Economía. Por los 11.700 millones que ha atraído Madrid de media en esos años, Cataluña sólo ha obtenido 2.700 millones de promedio.


¿Y a qué se achaca este declive? Pues a un deterioro del marco institucional y regulatorio, el cual ha antepuesto otras cuestiones a la solución de los problemas reales de los ciudadanos y, en consecuencia, ha terminado alejando la inversión y el emprendimiento. Al igual que Quebec empezó a padecer un progresivo empeoramiento de su economía conforme se enraizaba el proceso soberanista, Cataluña ha sembrado una incertidumbre nada buena para la economía, concluye el informe de Convivencia Cívica de Cataluña.
 (VozPopuli/30/Septbre/2014.)
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Para completar el panorama.

Desafío separatista 2014-09-30

La república islámica de Cataluña


Artur Mas ha decidido introducir en los colegios catalanes la enseñanza del islam y el árabe. Y ha ofrecido al reino de Marruecos que sean sus autoridades quienes se hagan cargo de ella. También ha ofrecido a la comunidad musulmana la construcción de una gran mezquita, quizá donde hoy se levanta la Monumental de Barcelona. La oferta no está dirigida a ningún país concreto, pero alguna vez Arabia Saudí y Qatar han mostrado interés en financiar un proyecto así. Se ha interpretado que lo que quiere Mas es atraerse a la población musulmana para que vote "sí-sí" en la consulta del 9 de noviembre. Además, la idea de enseñar árabe en horario lectivo se supone que demuestra el deseo de insultar a quienes quieren enseñanza en castellano. Es probable. Pero, no creo que sean esos sus fines principales.

Si recuerdan, al poco de conocerse la noticia de que Marruecos enseñaría el islam en los colegios catalanes, saltó como una pantera el presidente de la Comisión Islámica Española y dijo algo muy sensato, que no puede dejarse ningún aspecto de la enseñanza en manos de una potencia extranjera. Y ahí es donde está la clave de las dos propuestas de Mas. Si se tratara de atraer a los musulmanes a la órbita independentista no tendría por qué haber hecho ninguna oferta a Marruecos y podría haberse limitado a firmar un convenio con la mencionada comisión. O si sólo tuviera la intención de insultar a quienes desean enseñanza en castellano, podría haber contratado directamente profesores de árabe.

En lo que está pensando Mas, me parece a mí, es en el día después de haber proclamado la independencia. Entonces, le será indispensable un rápido reconocimiento internacional porque un país independiente existe sólo en la medida en que los demás lo reconocen como tal. De la Unión Europea no puede esperar nada, al menos a corto plazo. Y, mientras la Unión no dé un paso, el resto de Occidente probablemente tampoco lo dará. Puede que algún Estado paria, como Venezuela o Corea del Norte, por tocar las narices, reconozca a Cataluña como independiente al día siguiente de haberse proclamado tal. Pero tal apoyo, mientras fuera aislado, apenas tendría valor.

 En cambio, el reconocimiento de la mayoría de países musulmanes sería un espaldarazo, no digo que definitivo, pero sí importante, al proyecto de una Cataluña independiente. Que se lleve cuidado Mas, no vaya a ser que Cataluña independiente acabe siendo una pseudo república islámica dominada de facto por los petrodólares y constituida en el centro europeo del islamismo más o menos radical, que es algo que ya ha empezado a ser. Una delicia. En especial, para los catalanes.
 (Emilio Campmany/ld)

1 comentario:

csc dijo...

Precisamente el declive económico que ha habido en Cataluña ha sido el mejor caldo de cultivo para el nacionalismo... desde el 15-J de 2011, Artur y sus secuaces empezaron a echar leña al fuego para traducir el malestar de la sociedad por la crisis a un odio a España... y en buena parte lo han conseguido.