domingo, 22 de marzo de 2020

LA DERECHA ES MALA; LA IZQUIERDA, PEOR


 (Me ratifico, una vez más, en que la derecha es mala y la izquierda, peor.


Peor, sin duda alguna. Siempre que ha habido algún problema- importante o muy importante- y gobernaba la derecha, la izquierda ha actuado salvajemente. En la calle y en los medios de comunicación.


Incluso en estas dramáticas circunstancias, si gobernara la derecha, la izquierda actuaría como siempre ha hecho.


Como gentuza sin escrúpulos.)






MENOS MAL QUE GOBIERNAN SÁNCHEZ E IGLESIAS.

Escuchaba esta semana a un periodista de los que tienen un pie en la política y otro en la cultura, plus de esplendor, decir en una tertulia de gran audiencia: "me tranquiliza que en España se haya serenado el debate respecto al partidismo, el hecho de que Casado haya renunciado a sus armas de oportunidad, a su oportunismo…" Y pensé en el refrán ese de "consejos traigo..." 


Qué gran oportunidad para recordar que si en algún momento en España alguien ha renunciado, renuncia y renunciará a la crispación y a la agitación, ese alguien siempre será de derechas o aledaños, incluyendo en este caso a VOX que, en la crisis del coronavirus, positivamente calla. A la izquierda no le hace falta ver autocumplido ese deseo atávico de silenciar a las derechas, ya se callan ellas solas.

¡Cuánta alegría produce en la izquierda mediática con su calendario de vacunas al día contra el PP, que la oposición abandone el derecho a la crítica! El deber del escrutinio.

Se necesita poca imaginación y una sospecha de andar por casa para pensar que lo contrario nunca sucedería. Si hoy gobernara el PP las tertulias radiofónicas y televisivas estarían al rojo vivo. No habría extintores suficientes para aplacar la enfervorizada denuncia, el escándalo mayúsculo, la vergüenza, el asco que sentiría el periodismo izquierdista que ratificaría en sus púlpitos la ilegitimidad de una derecha en el poder, donde la sitúa de vez en cuando el votante español.

 Me temo que ni este tertuliano, ex trabajador de El País, habría abandonado la crispación ni habría dado un aplauso, uno y cortito, a Pablo Casado. ¿Se imaginan al PSOE y Podemos haciendo una oposición silenciosa y responsable? Ya vimos que no.


(Nuria Richart/ld/22/3/2020.)

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