miércoles, 1 de abril de 2020

LA PRÁCTICA DEL SOCIALCOMUNISMO


 (El socialcomunismo ha fracasado en todos los sitios en los que ha gobernado. ¿Por qué debería ser ahora una excepción?

La solución está en la sensatez de los españoles. Cuanto más infantiles sean - políticamente hablando- más creerán en las soluciones milagrosas que promete la izquierda.

Una vez más, debo recordar el nefasto papel de la canalla mediática. Espero que algún día los españoles se den cuenta de su manipulación.)





Entrevista a Juergen B. Donges, catedrático emérito de la Universidad de Colonia.

«Prohibir los despidos es una medida a todas luces absurda».

El economista advierte de la dificultad que tendrá volver a poner en marcha la actividad.

 

(ABC/1/4/2020.) 

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El Gobierno cobra la cuota a los autónomos con el negocio cerrado: "Buscan dinero y agotarnos con las reclamaciones".


Los trabajadores por cuenta ajena podrán pedir la devolución de la cuota, pero envueltos en una maraña burocrática lenta e inasumible.


Elena Berberana 











El descontrol y el caos que está generando el Gobierno con las medidas de moratoria y cuotas a los autónomos ha enfurecido al sector por las imprecisiones y presuntas falsedades en sus comparecencias.

Los trabajadores por cuenta propia se sienten cada vez más engañados y abandonados, y por lo pronto, las cuotas las siguen pagando con sus negocios cerrados a cal y canto. Están que trinan y no es para menos. El Gobierno de cara a la galería promueve un paquete de ayudas para los autónomos que no se ajusta a lo que están viviendo los afectados.

"Están buscando dinero como sea de forma rápida, como tenemos domiciliados los recibos nos encuentran rápido. Primero cobran las cuotas y ahora tenemos que iniciar las reclamaciones pertinentes para la devolución con todo lo que ello conlleva: tiempo, lentitud burocrática, saturación de las gestorías y un sinfín de gestiones que te desgastan. Quieren dinero en efectivo y agotarte con las reclamaciones", reitera a Libre Mercado Pedro García, vicepresidente de la asociación Autónomos Unidos para Actuar (AUPA).

"Nos están enredando mientras perdemos liquidez. Si ya estábamos mal este mes, ahora peor. En mi sector textil ya se ha comprado la nueva temporada, y no tenemos liquidez. Estamos pasando calamidades que se juntan con la crisis que ya veníamos padeciendo", insiste García.

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Gobierno social-comunista y televisiones subvencionadas: hacia la 'dictadura perfecta'.

- Seguir leyendo: https://www.libertaddigital.com/opinion/editorial/lo-que-maquilla-el-gobierno-y-sus-subvencionadas-televisiones-90385/


Una cosa es que el calamitoso Gobierno de Pedro Sánchez no haya tenido más remedio que incluir la actividad de los medios como uno de los "servicios esenciales" a los que no afecta su más que discutible, por draconiano y empobrecedor, endurecimiento de la regulación del estado de alarma, y otra muy distinta que se dedique, tal y como se temía Vox, a subvencionar a determinados emporios afines, que –no hay más que asomarse a la mayoría de las televisiones en abierto– se están caracterizando por la contención de su cobertura sobre el brutal impacto del coronavirus y por su escandalosa ausencia de crítica a la manera en que el Ejecutivo está afrontando la pandemia.


Ese periodismo entendido como servil correa de transmisión copa las parrillas de Atresmedia y Mediaset, que, a pesar de sus multimillonarias ganancias en 2019, van a ser los principales destinatarios de los más de 15 millones de euros en subvenciones para las televisiones en abierto que contempla el borrador del decreto-ley de medidas económicas complementarias para paliar los efectos del Covid-19.

Ya resultó bochornosa la forma en que las cadenas del duopolio alentaron en su día las imperdonables manifestaciones feministas del pasado día 8. 

Con todo, aún más deplorable resulta la forma en que desde entonces vienen informando del impacto del Covid-8M. Así, en lugar de fijar la atención en el dato más fiable, el número de fallecidos por la epidemia, inciden en uno tan engañoso como el del número de contagiados, imposible de conocer por la sencilla razón de que España es uno de los países en donde menos pruebas y tests se están haciendo.


Estas televisiones, algunas de las cuales exigieron al Gobierno del PP dimisiones a causa de la crisis del ébola –en la que falleció una persona y se sacrificó a un perro–, con más de 8.200 muertos a causa del coronavirus se dedican a cacarear la consigna gubernamental de que "estamos más cerca del pico de contagios", al tiempo que dejan en segundo plano hechos tan dramáticamente elocuentes como el de que España ya es, en términos relativos a su población, el país con el mayor número de fallecidos del mundo (dejando siempre al margen a la intoxicadora y manipuladora China comunista, gran responsable de la pandemia, cuyos datos no hay manera de contrastar) y el que presenta un mayor número de contagios entre el personal sanitario. 


Sin poder conocer el dato real de contagiados es absurdo hablar de "estabilización en el ritmo de contagios", y más ridículo todavía es decir que estamos "más cerca del pico", aseveración tan exacta como estúpida, por cuanto es imposible violar las leyes de la física que nos impiden viajar hacia atrás en el tiempo.


España sufre una de sus peores crisis socio-sanitarias con un Gobierno tan sectario como incompetente, copado por comunistas implacables que pretenden aprovechar la funesta ocasión para perpetrar un cambio de régimen. Y los grandes emporios mediáticos, en lugar de cumplir con la función reservada a la Prensa en las sociedades libres, fiscalizar al Poder, con gusto se dejan comprar y devienen maquinarias de agitación y propaganda gubernamentales. 


Cada vez cobran más relevancia las claras advertencias de Cayetana Álvarez de Toledo sobre las cadenas que hacen "negocio con la erosión de la democracia". Si no se le planta cara, el Gobierno social-comunista de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, socorrido por sus medios subvencionados, puede acabar implantando en la España devastada por el coronavirus una suerte de distópica dictadura perfecta.

(Edit.ld/1/4/2020.) 

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MARKETING PARA OCULTAR EL CAOS.



El Gobierno reafirmó ayer su campaña de propaganda y autodefensa frente a las críticas por su manera caótica de enfocar la crisis del coronavirus y por las consecuencias económicas que ya se aprecian en múltiples sectores. 

El Gobierno de Pedro Sánchez organizó una rueda de prensa conjunta a Nadia Calviño y a Pablo Iglesias para simular que no hay tensiones en el Consejo de Ministros, sino una falsa paz interna basada en la actuación conjunta y coordinada. Nada más lejos de la realidad. El medio centenar de nuevas medidas económicas para paliar la tragedia empresarial que se cierne sobre España sigue repleta de medias verdades, de confusa letra pequeña y de una nebulosa inseguridad jurídica carente de sentido. 


El Gobierno sigue improvisando de manera alarmante, adoptando medidas sobre la marcha, aprobando a medianoche decretos ilegibles y despreciando el valor del apoyo institucional y responsable de la oposición. Por eso Sánchez se ha quedado solo frente a una pandemia para la que son insuficientes las burdas operaciones de marketing político.

 De nada sirve la profusión de ministros a todas horas en televisión leyendo una retahíla de medidas sobre un papel como si fuesen letanías siniestras a favor «de la gente», como repitió ayer Pablo Iglesias. De nada sirve que pidan perdón por los errores cometidos si esa actitud no es sincera, porque a continuación releen, como un guión de mercadotecnia política, un sinfín de propuestas tan restringidas que solo una pequeña parte de la ciudadanía podrá acceder a ellas.


El empobrecimiento de España está garantizado con este Gobierno, en el que se han impuesto el adoctrinamiento marxista de Podemos, la colectivización de los medios de producción y las insinuaciones de futuras expropiaciones si los impuestos que se obtengan de la maltrecha clase media no son suficientes para remontar. 


Es lógico que el Gobierno se preocupe de los españoles más desfavorecidos. Faltaría más en un Estado solidario como es España, y así lo lleva demostrando durante cuatro décadas de democracia. El Estado del bienestar no ha llegado con Sánchez e Iglesias. Los españoles lo construyeron hace mucho tiempo a base de un esfuerzo generoso que ahora se les prohíbe continuar, cerrando a cal y canto el 80 por ciento de la actividad empresarial. 


¿Quién va a pagar la política bolivariana que pretende imponer Iglesias con la aceptación de Sánchez? La única respuesta posible es Europa, pero bajo las condiciones de un rescate draconiano. El gasto público y el déficit deben tener un límite incluso en circunstancias excepcionales, y penalizar al empresario es cegar cualquier base de hipotética recuperación. 

Frente a eso, presentar ante la opinión pública a un Estado dadivoso que realmente está en quiebra técnica es un engaño masivo y un error que pagaremos con un empobrecimiento a muy corto plazo. 

- Seguir leyendo: https://www.libertaddigital.com/opinion/editorial/lo-que-maquilla-el-gobierno-y-sus-subvencionadas-televisiones-90385/

- Seguir leyendo: https://www.libremercado.com/2020-04-01/gobierno-cobra-cuota-autonomos-negocio-cerrado-buscan-dinero-reclamaciones-1276655082/

  (Edit.ABC/1/4/2020.)

 

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El Gobierno acaba de calificar a los policías y guardias civiles como profesiones de bajo riesgo de contagio del coronavirus. Esta clasificación ha sido respaldada por los dos grandes sindicatos: UGT y CCOO.


Los propios sindicatos han alertado de que ya hay más de 5.000 casos posibles –no se los confirman porque no les hacen los test– entre policías y guardias civiles. Pero mientras lo denuncian admiten que se le califique la exposición que los agentes tienen al coronavirus como de bajo riesgo.


Mientras, estos profesionales no dejan de exponerse a potenciales focos del virus sin contar con mascarillas y guantes generalizados en todos y cada uno de los controles que efectúan para hacer cumplir el estado de alarma. 


Y es en este preciso momento, sin medios y expuestos al peligro, cuando el Gobierno encuentra el respaldo de CCOO y UGT para no reconocer la labor de Policía y Guardia Civil.


El Gobierno ha encuadrado a los celadores, camilleros y personal de limpieza de los hospitales españoles como profesionales con “bajo riesgo” de contagio

Y aún pueden sentirse contentos de que no los haya mandado al grupo inmediatamente inferior, al de muy bajo riesgo, pues allí sí que ha incluido a los policías y guardias civiles.

 Todos ellos, para Pedro Sánchez y su Ejecutivo, forman parte de los colectivos con bajo riesgo de infección por el coronavirus o, incluso, con escasa exposición a la enfermedad.

(Carlos Cuesta/OkDiario/1/4/2020.) 
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EL FIN DE LA PROPIEDAD PRIVADA.


Para el socialismo, la democracia no es un fin, sino un medio. También parece serlo la pandemia de Covid-19, que algunos ministros de este Gobierno están aprovechando para sus propios objetivos políticos como los carniceros aprovechan del cerdo hasta los despojos.


Sólo así se explican las amenazas de nacionalización de toda la riqueza nacional lanzadas por Podemos, pues así interpretan los simpatizantes de la dictadura de Nicolás Maduro el artículo 128 de la Constitución: como la puerta abierta que la Carta Magna deja abierta a la imposición de un régimen en el que sólo rija el derecho a la propiedad privada mientras el Estado no desee apropiarse de ella. 


Dicho de otra manera. Como la puerta abierta a un régimen democrático sólo en el nombre. Porque el capitalismo puede existir sin democracia, pero no existe democracia sin capitalismo, y porque es posible encontrar países democráticos poco prósperos, pero imposible encontrar ningún país muy capitalista que no sea muy próspero


A esta sencilla conclusión, empíricamente demostrable, no parece haber sido capaz de llegar nuestro Gobierno. Con la excepción, dicen, de Nadia Calviño, que tiene madera de barón socialista por su rapidez en poner pie en pared frente a los desmanes chavistas de sus compañeros y su aún mayor rapidez en retirarlo en cuanto el resto de su partido la llama al orden. 


Hace sólo 48 horas, Teresa Rodríguez, líder de Podemos en Andalucía –partido conocido como Arsa Batasuna en la región–, exigía "una banca pública que pueda poner los ahorros de los ciudadanos a disposición de lo que la sociedad necesita". Es decir, en los bolsillos de los que gestionarían esa banca pública –sindicalistas y miembros del partido– y que repartirían esos ahorros ajenos entre sus afines.


Eso sí, con criterios de "eficiencia, justicia y equidad". Es decir, con criterios de partido, que es el que decide lo que es eficiente, justo y equitativo. 


"Calviño pierde el pulso e Iglesias toma el rumbo de la economía", titulaba el diario ABC este martes. "Giro radical contra las empresas", titulaba el suplemento de economía Invertia en EL ESPAÑOL. "El pánico se desata: Iglesias instaura un régimen comunista", titulaba Libertad Digital.


No estamos siendo benévolos con los titulares. Pero supongo que tampoco lo eran los titulares en la Venezuela de 1999. Entramos ahora en terreno inexplorado: el del primer Gobierno de extrema izquierda de la España democrática al mando de una pandemia que podría provocar una contracción de la economía de hasta el 20% del PIB, según el Deutsche Bank


Pero el Gobierno ya tiene al culpable de la pandemia y este no es el virus sino Isabel Díaz Ayuso, el PP, la ultraderecha, el capitalismo, los empresarios y cualquier español que haya sido capaz de ahorrar un solo euro a lo largo de los últimos años. Volvemos a las viejas recetas de la ideología de los millones de muertos y de quiebras.


El orden histórico tradicional ha sido este: intervención del libre mercado, apropiación de la riqueza de los ciudadanos, impago de la deuda, quiebra del país, régimen autoritario socialista. Veremos en qué punto de la loma se baja el PSOE del trineo, si es que se baja. 


"Votasteis Venezuela y tendréis Venezuela", dije ayer en mi cuenta de Twitter y los primeros en darse por aludidos fueron los votantes del PSOE.

No los votantes de Podemos, que saben perfectamente lo que votaron y no necesitan por tanto que yo se lo recuerde. Sino los del PSOE, que por lo visto creían votar a Kennedy y se encontraron con esa mezcla de capitán Schettino y Paco Sanz del marketing político que lidera hoy el PSOE.  

"Nosotros no votamos Venezuela", me decían los votantes del PSOE. Pero la noche de las elecciones cantaban "con Rivera no". ¿En qué quedamos, amigos socialistas? 


"Yo no he pedido que el náufrago se ahogara, sólo he pedido que no se le lanzara un salvavidas", es el retruécano argumental con el que la izquierda suele solventar sus contradicciones vitales. Ellos nunca piden comunismo. Sólo impiden que se pacte con partidos democráticos. El resto se da por decantación del destino.


El PSOE lo sabía y los votantes del PSOE lo sabían. Sabían que el PSOE nos conducía hacia los márgenes de la democracia. Y lo pidieron a gritos como buenos turistas del ideal que son.


Sus mensajes de alegría en las redes sociales mientras Chile, un país antiguamente próspero, ardía a manos de los matones del Foro de Sao Paulo, son la prueba de que siempre lo han deseado.
Y no en secreto: explícitamente

(Cristian Campos/El Español/1/4/2020.)

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CENSURA SOCIALCOMUNISTA.


El 90% de los grandes periodistas españoles firman un manifiesto contra la censura del Gobierno.


 

Es la primera ocasión que periodistas de varios medios españoles firman un documento de estas características para denunciar los impedimentos del ejecutivo de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias para informar libremente.

 

 

El prestigioso New York Times ha vuelto a criticar la gestión tercermundista de Pedro Sánchez en la crisis del coronavirus. En un vídeo ha recogido los testimonios de varios sanitarios que explican cómo se enfrentan al virus sin el material adecuado. La cabecera estadounidense les ha bautizado como «sanitarios kamikazes».

No es un halago al ingenio español en plena pandemia mundial. Todo lo contrario. La imagen de médicos y enfermeras confeccionando trajes de protección con bolsas de basura retrata a la perfección la gestión del Gobierno socialcomunista en una de las peores crisis que ha vivido la humanidad desde el final de la Segunda Guerra Mundial.

 

El Gobierno exige a los guardias civiles borrar los datos que muestran sus contagios en acto de servicio.

(OkDiario/1/4/2020.)


 

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