jueves, 6 de octubre de 2022

ESTÁ TÓ PAGAO... CON TU DINERO

 

Está tó pagao...con tu dinero

Por Gabriel Le Senne

Se acercan las elecciones, ergo llegó la hora de ponerse serios y hacer política. “¡No me digas que no hay dinero para hacer política!”, como le soltó ZP a Solbes cuando le puso peros a sus cheques bebés y demás dispendios preelectorales.

Luego la estratagema viene de lejos. Hay quien dice que ya en la república romana los líderes populistas tejían sus 'redes clientelares', como se dice hablando fino. En plata: comprar votos y organizar bandas de parásitos para amarrarse (y amorrarse) a la poltrona. Con el dinero público, o sea, con el nuestro.

Es exactamente lo que anuncian tanto los amados líderes nacionales como locales, tanto Sánchez como Armengol, valga como ejemplo paradigmático de estas taifas nuestras.

Así, Sánchez se dispone a gastar a manos llenas elevando el gasto a niveles nunca vistos. Proyecta un incremento del gasto de la Administración Central (la suya) de un 12,2% (apenas 39.000 millones más, una miseria), principalmente en pensiones y gastos de personal. Para pagarlo cuenta con recaudar un 8% más, y, como ni eso le basta, saldría un déficit de unos 30.000 millones. Todo ello calculado con un modelo de crecimiento del 6,5 % del PIB y otras variables estimadas convenientemente, que ya ha salido el Banco de España a corregir. Es decir, que no sólo nos va a robar más que nunca, sino que además va a seguir endeudándonos mucho más de lo que admite ahora.

Armengol, por su parte, ha anunciado una estrategia de 25 “grandes medidas” valoradas en 200 millones de euros para "llegar directamente al bolsillo de casi un millón de personas" de las islas. Las medidas son tan variadas y arbitrarias que parece un poco una tómbola bastante folclórica. Considerando que la población es de 1,19 millones y que pretende agraciar a un millón, resultaría que el 84,17% de los baleares deberían recibir alguna migaja, aunque sea una pedrea o un reintegro. Sólo con estas medidas de ahora. Sumando todas las existentes, ¿tendremos todos alguna paguita?

Pues mire, a modo de ejemplo, hoy mi mujer ha ido de compras, y le ha dicho la dependienta que se aprovechara, que había un bono del Ayuntamiento y que por cada 30 euros de gasto le pagaban 15. Se ha llevado un abrigo de 190 euros pagando sólo 130. ¿Es o no es para votar al Excmo. Sr. Alcalde, el inigualable Almirante Hila? Mi mujer estaba ya decidida, cuando le he dicho que esperase, que algo me olía raro.

Entonces hemos visto el vídeo de Carlos Cuesta que explica el robo fiscal que venimos sufriendo las dos últimas décadas: en el año 2000, la recaudación entre impuestos nacionales y cotizaciones sociales ascendía a 219.000 millones de euros. En el 2021, fue de 441.000 millones. Un 101% de aumento. Les habrá bastado tamaño incremento de la recaudación para financiar el Estado, ¿no? Pues no. Además, la deuda pública ha pasado de 374.000 millones de euros en el año 2000, ¡a 1,427 billones, con B de burro, en el 2021! Un incremento del 281%. La inflación no explica tales aumentos, porque fue ‘sólo’ del 59% en el periodo. Inflación, por cierto, que es otro impuesto más, causado por los gobiernos, sólo que oculto.

Pues bien, en este contexto espeluznante, Francina Armengol tiene el rostro de decir que proponer bajar impuestos es “populismo fiscal”. Tócate el nas. Repartir regalitos sin ton ni son es lo serio. Respetar el dinero de los ciudadanos es populismo. El mundo al revés.

En fin, si este tipo de políticas se repiten una y otra vez, conduciéndonos a la ruina, es porque una ciudadanía sin moral ni conocimientos lo permite. Sin moral, porque consiente este latrocinio simplemente porque cree que le beneficia, y porque piensa que está bien robar a quien tiene mucho. “Lo pagan los ricos”.

Una ciudadanía sin conocimientos, porque encima la premisa es falsa. La gran mayoría lo pagan las clases medias y bajas. Ni siquiera son conscientes de los impuestos que pagan, que están diseñados para ‘desplumar al ganso sin que grazne’. Ni saben lo que pagan, ni entienden un mínimo de las finanzas públicas y del peligro del déficit permanente (“estructural”) y de la bomba de deuda pública que seguimos cebando, ni del funcionamiento de la economía y por qué este sistema nefasto nos perjudica a todos.

Circula una cita, quizás apócrifa, de Marco Tulio Cicerón: "El presupuesto debe equilibrarse, el Tesoro debe ser reaprovisionado, la deuda pública debe ser disminuida, la arrogancia de los funcionarios públicos debe ser moderada y controlada, y la ayuda a otros países debe eliminarse para que Roma no vaya a la bancarrota. La gente debe aprender nuevamente a trabajar, en lugar de vivir a costa del Estado." Se non è vero, è ben trovato.

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