miércoles, 26 de octubre de 2022

¿IDIOTAS O MENTIROSOS?

 

¿Idiotas o mentirosos?

Por Sebastián Urbina

Miguel Ángel Revilla, presidente de Cantabria:

‘Yo creo que Pedro Sánchez ha hecho cosas buenas. Por ejemplo, ha solucionado el tema Cataluña, que era el gran problema de España’. (Marca/13/10/2022.)

Pablo Planas, un catalán que escribe en Libertad Digital y que conoce mucho mejor ‘el tema Cataluña’, dice:

‘En Cataluña no existe el Estado. Quedan algunos restos casi arqueológicos, como el abandonado edificio que albergó el Gobierno Civil de Barcelona, una decorativa delegación del Gobierno, un puñado de cuarteles y comisarías en un estado más bien lamentable, las delegaciones de Hacienda, dos inspectores de Educación que recuerdan a los soldados japoneses que sobrevivieron décadas emboscados en remotas islas desiertas tras la II Guerra Mundial y poco más’. (‘Ser español en Cataluña/LD/)

Resumiendo, Revilla, como presidente de Cantabria tiene la obligación de no mentir y no decir idioteces. Como no es posible que sea tan tonto que no se entere de lo que pasa en Cataluña, es de suponer que miente. ¿Por qué miente? Normalmente, la mayoría de los políticos mienten para obtener beneficios. Así que Revilla esperará sacar algo de ‘Pedro, el mentiroso’. Si lo consiguiera, lo presentaría como ‘un logro para Cantabria’. Ojalá me equivoque.

Veamos algunas cuestiones relacionadas con la mentira. Decir la verdad es una de ellas. Contestaciones habituales: ‘Bueno, todo es relativo. Lo que para ti es una mentira, para otro puede ser la verdad. Etcétera.’

Digamos, para empezar, que no estoy postulando una sociedad angelical. Nada de eso. Sólo aspiro a no tener que chapotear en una pocilga. Pondré un ejemplo. Hace ya muchos años, un poeta de la antigua Unión Soviética, Eugeni Yevtushenko estaba en París, de viaje. Las autoridades comunistas le dejaban viajar por el mundo occidental para demostrar que, en la Unión Soviética, había libertad. Y había gente que tragaba. Yo era uno de ellos. Como ahora los gilipollas de Podemos y similares, que cantan las alabanzas de Cuba, Venezuela, etcétera.

Pues bien, el poeta ruso era entrevistado por un periodista, que le preguntó si mentir estaba mal. El poeta contestó con un ejemplo. Suponga que mi madre tiene dos vestidos. El de los días corrientes y el de los domingos. El día de su cumpleaños, se acicala, se pone el vestido de los domingos, se planta ante mí, y me pregunta:

¿Qué tal estoy?

Yo le diría que muy bien, contestó el poeta. Y yo haría lo mismo. Aquí podemos ver dos clases de mentira. Porque no es cierto que todas las mentiras sean iguales.

Revilla miente (no puede ser tan tonto o ignorar lo que sucede en Cataluña) porque cree que puede obtener alguna ventaja (supuestamente para Cantabria) peloteando al presidente Pedro Sánchez. Es la pocilga realmente existente.

El caso del poeta ruso Eugeni, es diferente. Eugeni tiene un espíritu delicado y miente, no para sacar provecho de nada, sino para no herir a su madre, que sólo tiene dos vestidos. Aplausos para Eugeni y repulsa para Revilla.

Cuando la búsqueda de la verdad se sustituye por el relativismo, se puede hacer cualquier cosa, y nadie puede criticar. ¿Por qué? Porque todo es relativo. Tanto vale una cosa como otra. Si en el sistema educativo/adoctrinador y en los medios de comunicación/manipulación se transmite la idea de que ‘nada es verdad ni es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira’, estamos perdidos. Se está perjudicando a las nuevas generaciones y, de paso, a la sociedad entera.

¿Para qué esforzarme en la búsqueda de la verdad si la verdad no existe? Es mucho más bonito que cada uno tenga su verdad. Por ejemplo, en Cataluña no pasa nada, hay plena normalidad lingüística. Ahora mucho mejor porque el presidente Sánchez (según Revilla) ha solucionado ‘el problema catalán’. Solamente los fachas lo niegan. O sea, se puede estudiar en español sin problemas. No es cierto que multen a los comercios que rotulen es español. En las televisiones catalanas se habla, indistintamente, el catalán y el español. Etcétera.

O bien,

‘La Generalidad de Cataluña pretende eliminar el idioma español de la enseñanza en todos sus niveles, de las guarderías a las aulas universitarias. El plan es público y notorio y los principales prebostes del separatismo se jactan de que esa operación de "limpieza lingüística" es uno de sus objetivos prioritarios’. (Edit. LD/16/9/2022.)

¿Quién tiene razón?¡El que usted diga, faltaría más! El siguiente paso es imponer la visión de la realidad que ellos (socialistas, comunistas, golpistas catalanistas y filoetarras) quieran. Con la ayuda de las criadas mediáticas subvencionadas y el profesorado progre adoctrinador. Pero cuando han conseguido imponer su sectaria visión de la realidad, la proclaman como una verdad absoluta, un dogma, convirtiendo en ‘facha’ al discrepante ¿Se entiende la jugada, Alberto?

Las sociedades que han interiorizado esta porquería relativista (que se supone progresista), están condenadas al más rotundo de los fracasos. Por ejemplo. Algunos- especialmente los catalanistas y los ‘revilla’ de turno- ven- con toda claridad- que Cataluña es un Oasis, la Dinamarca del Mediterráneo. Y sería la envidia mundial sin la opresión y el robo españolista. El que no lo ve es un facha centralista. ¿Qué se puede esperar de esta locura identitaria fanatizada? Socios de Sánchez, por cierto.

Por si hay algún despistado. La derecha (por simplificar, aunque la simplificación no es mala si se es consciente de ella) también miente, por supuesto. Aunque viva como un gestor acomplejado, excepto Isabel. La diferencia es que la izquierda (con las excepciones de rigor) gana todos los campeonatos mundiales y olimpiadas de la mentira, en reñida lucha con sus socios separatistas y comunistas.

Y esto no es de ahora. El insigne médico Gregorio Marañón (académico de número de cinco reales academias) ya nos avisaba, en la II República, de la izquierda: ‘esa constante mentira es lo más irritante de los rojos’. Se olvidó de los pelotas y aprovechados, como Revilla.

La izquierda, a veces, no se conforma con mentir. Establece oficialmente la verdad y castiga al discrepante. Como hacían los comunistas soviéticos. Ahora lo hacen ‘Pedro, el mentiroso’ y su cuadrilla. Pero, tranquilos, el peligro es Vox. Repítalo conmigo. En voz alta, coño.

Veamos la penúltima infamia de este gobierno traidor y antiespañol. Aragonès (presidente de la Generalidad) reconoce (en TV3) que pactó con el Gobierno central (Pedro Sánchez) que no se aplicara el 25% de español en las aulas. En contra de la sentencia del TSJC. ‘Somos la izquierda’.

PD. España es el único país europeo occidental donde el Estado impone una lectura única y obligatoria de su historia reciente.

Hay que tener mentalidad de súbdito, o ser de izquierdas, para tragar esta bazofia.

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