viernes, 13 de enero de 2023

LOA AVALES DE ICO Y EL POLVO DEL GRILLO

 

Los avales ICO y el polvo de grillo

Por Gabriel Le Senne

En lo más crudo de la pandemia, al poco del insólito confinamiento domiciliario de 2020, con la población aterrorizada pensando que íbamos a morir todos, el gobierno Sánchez dio con la fórmula mágica para mitigar el terrible coste económico de paralizar el país: los avales ICO.

La idea era que el Estado facilitara crédito a las empresas, avalando a través del ICO, Instituto de Crédito Oficial, el 80% -en el caso de las pymes- de esa financiación. Los empresarios, en muchos casos sin otra alternativa que el cierre inmediato, aceptaron los créditos, firmados a menudo por vía telemática, pues reunirse era entonces, supuestamente, poco menos que sentencia de muerte.

El truco estuvo en que muchos bancos exigieron a las pymes que también avalara la deuda el administrador persona física. O sea, lo que viene siendo el dueño de la empresa. Garantizando, en consecuencia, el pago de la deuda con todo el patrimonio personal.

Muchos pequeños empresarios, que por desgracia no tuvieron la precaución de consultar con un abogado que les revisara el contrato antes de firmar, entendieron que, en caso de que la empresa no consiguiera remontar el vuelo y acabara quebrando, el ICO asumiría el 80% de la pérdida, y el dueño únicamente el 20% restante.

Nada más lejos de la realidad: el empresario avalaba solidariamente, pero el ICO, en contrato aparte, no. De modo que, si la empresa no puede pagar, los bancos reclaman la totalidad de lo debido a su dueño. Sólo cuando éste quede completamente desplumado, entrará el ICO a salvar al banco de perder lo que falte.

Parece mentira, pero muchos aún no conocen ni a los bancos, ni a los medios de manipulación, ni a Sánchez. Los avales ICO fueron una ‘patada palante’. Y alguna más hubo, porque se han extendido plazos y carencias. Y llegó la guerra, y la inflación, y la subida de tipos de interés, y se acabó la moratoria concursal, que suspendía la obligación de solicitar concurso de acreedores en caso de insolvencia -otra patada palante-, y estamos ya en 2023, y a ver quién paga esto y si explota antes o después de las elecciones.

Porque se dieron más de 140.000 millones de euros de financiación, de los cuales más de 107.000 millones se avalaron por el ICO. De ellos, nos dicen que casi un 5% está ya en mora, y que casi un 23% están en ‘vigilancia especial’. ¡Casi la cuarta parte! Y es probable que aún haya más bajo el radar que se acaben impagando.

Es lo que tiene el simular que se regala pasta, aunque en realidad sea ‘de Huelva’: ¡euros, euros, me los quitan de las manos! ¡Con el aval público, soliciten ya sus euros! ¡Confínese tranquilo con los euros del Dr. Sánchez!

Total, que la broma nos va costar decenas de miles de millones del erario público, y miles de empresarios que no sólo acabarán perdiendo sus empresas, sino sus casas y hasta la camisa. Además de miles de litigios, que ya veremos cómo acaban, porque estos empresarios no están tan protegidos como los consumidores de las preferentes y demás timos de la anterior crisis.

Considerando que probablemente se haya hecho algo similar en otros países, cualquiera diría que esto más que una ayuda era una trampa para pymes. Igualmente, si esta inyección de crédito, junto a los famosos fondos ‘uropeos’ next generation -¡más deuda!- para paneles solares y páginas web -técnicamente, para la recuperación, transformación y la resiliencia-, con toda seguridad tuvo que ver con la espiral inflacionaria, tampoco es descartable que su retirada, junto con la subida de tipos y la guerra, nos conduzca a un ‘credit crunch’, o sea, otra depresión. Pero no nos pongamos cenizos ni conspiranoicos.

Por cierto, la deuda pública ha alcanzado los dos billones (pasivos reales de las Administraciones Públicas), y la UE ha aprobado el polvo de grillo como alimento de uso humano. ¿Justo a tiempo?

1 comentario:

Álvaro dijo...

El PSOE, lecciones de economía, no puede dar:

- L.Caballero: 1.000.000 de parados.
- F. González: 3 M.
- ZP: 5 M

A ver cómo termina el "Doctor" Sánchez.