miércoles, 11 de enero de 2023

¿QUÉ ES UN GOLPE DE ESTADO?

 Un golpe de Estado a plazos

¿QUÉ ES UN GOLPE DE ESTADO?

Cuando un presidente acomoda la Ley apoyado en los partidos que la violan para salvarlos del delito porque depende de ellos para seguir en el poder, cuando anula con artimañas el debate parlamentario de dichas reformas y, cuidado, cuando amenaza con cárcel a los que traten de impedir el asalto, no estamos ante una democracia. De ninguna manera.

En el puente de la Constitución, para mayor chulería, Pedro Sánchez ha presentado dos reformas legales encaminadas a controlar el Tribunal Constitucional y a proteger a ERC, su socio fundamental, del golpe de Estado de 2017. Y un golpe sólo puede taparse con otro. O con otro episodio del original, el que anuló el Parlamento regional, proclamó la república de Cataluña y hasta sustrajo armas a la Guardia Civil, pero que se juzgó sin haber concluido.

Dice Patxi López desde su habitual, molesta y rotunda ignorancia que el PP es un partido "antisistema" y "antidemocrático" y que, por el contrario, el de Pedro Sánchez es un Gobierno "elegido democráticamente por los ciudadanos y ciudadanas de este país". Eso es mentira. Una de las más repetidas, aunque Patxi haya tenido que leerla. Y es importante resolver este extremo porque la legitimidad que tanto se esgrime requiere de ciertas señales que tampoco son visibles en el actual gobierno.

Pedro Sánchez prometió que jamás pactaría con Bildu ("Si quiere lo digo cinco veces o veinte: con Bildu no-vamos-a-pactar…"), calificó a ERC de racista y luego dijo aquello de que "no dormiría por la noche" si tuviera a Podemos en el Gobierno. De hecho basó ese miedo, como le confesó a Antonio Ferreras, en la falta de preparación de los morados para enfrentarse a leyes o a la simple gestión. En contra de lo que prometió, pactó con todos: con ERC, con Bildu y con Podemos, para llegar a lo que él jamás alcanzaría con el PSOE. Su gobierno no lo eligió democráticamente ciudadano alguno y el votante socialista tenía bien claras las opciones de pacto de Sánchez porque las anunció a bombo y platillo y con su insoportable y vacua retórica política. Todo en Sánchez es mentira. Y con esa mentira se está tejiendo un golpe a la democracia sobre los escombros de otro anterior que sigue provocando efectos sin posibilidad de ser juzgados.

El golpe del PBOE

Lo definió bien Isabel Díaz Ayuso: "Sánchez quiere ser el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo y el Poder Judicial, todo en uno". Desde que llegó al Gobierno se presentó como el líder del Partido del Boletín Oficial del Estado que no necesita de un Parlamento para calzarse las leyes con las que ir chapoteando entre los poderes del Estado hasta embarrarlos en una sola ciénaga. Cuando preguntó al periodista de RNE de quién dependía la Fiscalía General del Estado resumió sus intenciones. Ahora ya está en plena ejecución del plan.

 

El 'Golpe del Puente' se ha perpetrado en el Congreso de los Diputados, durante el puente de la Constitución y la Inmaculada, mediante el registro de enmiendas para reformar el Código Penal. Se elige esta vía porque ya estaba abierta por PSOE y Podemos al haber presentado ellos la proposición de Ley que eliminaba el delito de sedición. Así, consiguen sortear al Consejo de Estado, al Consejo Fiscal y al CGPJ, claro. Socialistas y comunistas, de la mano para salvar a los independentistas y de paso hacerse con la Justicia o viceversa. Un perfecto Frente Popular.

La burla se permite reformar la Ley del Poder Judicial del 85, la que nos trajo el sistema de reparto político de los jueces, pero reducir a mayoría simple la mayoría cualificada que era necesaria en el seno del CGPJ para elegir a los dos magistrados del Tribunal Constitucional que le corresponden. Y si algún vocal pusiera pegas, "incurrirá en las responsabilidades de todo orden que se deriven del ordenamiento jurídico, incluidas las penales". A la cárcel. Somos la envidia de Nicolás Maduro.

Ante tamaña coz al orden constitucional cabría preguntarse en primera instancia si, como dicen los golpistas peruanos de Pedro Castillo para exculparle, estará Pedro Sánchez bajo los efectos de una ingesta involuntaria de drogas. Sería todo mucho más fácil, pero no, no hay delirio ni subidón ni bloqueo mental. Está todo calculado.

Como sostiene Libertad Digital en su editorial, de Perú podemos aprender que las amenazas se convierten en realidad, pero también que es crucial una reacción instantánea ante los delirios caudillistas. Eso no significa que Dina Boluarte sea garantía alguna para la democracia peruana pero a Castillo se le han parado los pies en seco, sin contemplaciones. Aquí, en España y en Europa, la sola mención de un artículo restrictivo de la Constitución, el 155, que ni siquiera es lo que debería ser porque quisimos derogar la LOAPA, causó y causa ampollas en las delicadas pieles de los políticos que ansían poder personal pero carecen del valor necesario para defender la democracia. Consciente de ello, Sánchez derriba las defensas de la Constitución desde el poder. Macron sonríe, Europa silba. A ver PP, Vox y lo que quede de Ciudadanos… Es la última.

¿En qué momento se jodió… España? Hay unos cuantos desde el big bang de Zapatero, llave de la mazmorra, pero podemos apuntar este 9 de diciembre de 2022 como uno de los que más ayuda a comprender en qué consiste un golpe de Estado moderno.

 

(Javier Somalo/LD/10/12/2022.)

 

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