lunes, 10 de octubre de 2005

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Leo (en ABC-10-10-2005) las declaraciones del ex-Presidente JORDI PUJOL. Sostiene que ha llegado la hora de España ante el proyecto del nuevo Estatuto de Cataluña, la hora de la reflexión sin prejuicios, de la aceptación de la realidad y del coraje que todo esto requiere. Pujol recomienda que España se mire en el espejo y se pregunte si tan desquiciada es Cataluña, tan mezquina y poco digna de crédito como para que su propuesta no merezca más respuesta que un rechazo indignado o un gesto de menosprecio'.

Aquí hay varios errores (para el caso de que Pujol ignore de lo que habla) o varias estupideces voluntarias, en el caso de que lo sepa.

1.'España' no se puede mirar en ningún espejo, ni dejar de mirarse. La personalización de la tierra, de fenómenos naturales como la lluvia, etcétera, es una constante de los pueblos primitivos. Sabemos, hace tiempo, que los responsables de las acciones son las personas. Por tanto, el que tiene que mirarse al espejo (¿cuál?; ¿el espejo catalán?) son los ciudadanos, en general, y los políticos, en particular.

2. 'Aceptación de la realidad'. Sólo una persona torpe o carente de principios, acepta, sin más, la realidad. Imaginemos la Alemania Nazi. ¿Había que aceptar la realidad? Además, no hay 'la realidad' sino interpretaciones de la misma. El grupo 'Ciudadanos por Cataluña', que me merece mucho más respeto personal e intelectual que las tropas nacional catalanistas, opina de forma muy diferente. La 'realidad catalana' es mucho más mediocre, suvencionada y culturalmente opresiva, de lo que dice Pujol. Según éste, un oasis.

3. Lo mismo que dije de 'España', digo de 'Cataluña'. Los nacionalistas suelen personalizar entes colectivos, que no tienen realidad como las personas concretas. Pero, repito, los que son poco dignos de crédito son ustedes, no Cataluña. Han dado suficientes pruebas de que no son de fiar.

Sebastián Urbina.

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