lunes, 29 de enero de 2007

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Leo (periódico gratuito ADN/29/1/2007) pero también en casi cualquier periódico, 'Más de mil voces por el diálogo', apoyando el proceso de paz'. Una señora llamada Anna María Borell dice: 'el diálogo continúa siendo el único camino para lograr la paz, aquí y en Palestina'.


Título de la noticia:Empalagoso, amilbarado y atosigante.





PRIMERO.

El título de la noticia es una manera, forzadamente cursi, de evitar decir unas cuantas palabrotas. O sea, estoy harto de las estupideces que se dicen sobre el ''diálogo''. Puedo entender que muchas personas, en su esfuerzo diario por llegar a fin de mes y solucionar los problemas diarios, suyos y de sus hijos, no tengan una idea, mínimamente clara, de lo que es el diálogo. Pero los políticos, y otros personajes mediáticos, sí tienen la obligación de no ser tan profundamente ignorantes, en el mejor de los casos, o bellacos, en el peor.


SEGUNDO.

El diálogo fue inicialmente ejercido, fomentado y escrito por Platón. Más modernamente, diversos autores importantes, como Rorty o Gadamer, etcétera, han hablado del diálogo. Destacando el papel de la hermenéutica y la tradición han criticado, entre otras cosas, el conocimiento como representación exacta de la realidad o la escisión sujeto-objeto. Pero, en estas breves líneas, parece interesante referirse a las aportaciones de Apel y Habermas.

Muy resumidamente. Frente a la racionalidad monológica, en la que un individuo intuye los valores y decide, al margen de cualquier intercambio comunicativo, oponen la racionalidad dialógica. En ésta, los valores se obtienen, no aisladamente, sino por medio del diálogo, en el que los participantes deben (tienen la obligación de) justificar racionalmente sus comportamientos, por medio de una discusión LIBRE E IGUALITARIA.



TERCERO.

No hace falta ser muy inteligente, pero sí un poco más que los Pepiños de rigor, para darse cuenta de que dialogar con una banda criminal no es, en realidad, dialogar. ¿Por qué? Porque con una banda criminal no hay discusión libre e igualitaria. ¿Por qué, seguiría preguntando el progre de turno, con ansias infinitas de pazzzz? Porque si alguien discute con una pistola, y yo no, no existe discusión (?) igualitaria.

Si mi interlocutor se enfada y me pone bombas y yo no le pongo bombas a él o a su grupo, no hay discusión (?) igualitaria. Otra cosa distinta es que usted, el señor (X), esté tan asustado que prefiera arrodillarse ante los criminales. Pero un Estado de Derecho no puede hacerlo, por muchas ansias infinitas de pazzzz que tengan sus penosos representantes.

Esta es la razón última por la que políticos inteligentes (al margen de los defectos y errores que tuvieran), como F. González o J.M. Aznar, ofrecieran la posibilidad de que los terroristas entregaran las armas. Nada de diálogo político, porque es un FALSO diálogo. De igual modo que una paz sin dignidad y en posición de rodillas, es una FALSA paz. Un Estado de Derecho no puede humillarse y humillarnos a todos, dialogando con una banda de criminales.

Los políticos que no entienden esto son unos cretinos, en el mejor de los casos, y unos canallas, en el peor.

CUARTO.

Las exigencias típicas de la racionalidad discursiva (o sea, del discurso racional) son algo más complicadas, pero no creo que en este breve comentario sea necesario aludir a ellas. Repetiré unas palabras escritas por D.Miguel de Cervantes:

'La libertad es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra, ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra, se puede y se debe aventurar la vida'.

Claro que si uno tiene el alma de esclavo ...

Sebastián Urbina.

2 comentarios:

Esperit Lliure dijo...

¿Porque será que resulta tan grato escuchar lo que parece obvio, como si fuera una revelación?
Porque hay una mayoría de sectarios o pesebreros que ocupan la mayoría de los medios de masas al dictado del grupo en el poder en cada cantón intentando desesperadamente ocultar lo obvio, tapar la luna con el dedo, y llega un momento en que, efectivamente,aunque sea por cansancio parece que la tapan, hasta que alguien da un manotazo al dedo ocultador,como hacen estas líneas suyas, y por supuesto, allí, detrás del dedo sigue estando la luna, resplandeciente.

Sebastián Urbina dijo...

Veo que no me he 'cargado' sin querer este comentario de Francisco Javier. Me alegro.