jueves, 20 de marzo de 2008

IRAK, IRAK, IRAK,


20/3/2008.


20/3/2008.



IRAK, IRAK, IRAK.


Cristina Losada.

Era peligroso asomarse al exterior.


De todos los países que apoyaron la guerra contra Sadam Hussein, ha sido España el que ha vivido, a cuenta de ella, las consecuencias políticas internas más espectaculares y, por lo visto, duraderas. Tales efectos se debieron al rechazo que provocó en la opinión pública el respaldo del Gobierno de Aznar a la decisión de los Estados Unidos. Y es justo por ello que resulta paradójico. Pues los españoles se declaran mayoritariamente desinteresados por la política exterior de sus gobiernos y en general por los asuntos que los periódicos incluyen en la sección Internacional.

Sin embargo, hace cinco años, cuando el ejército norteamericano iniciaba la invasión de Irak, las calles españoles habían acogido ya una ristra de masivas manifestaciones contrarias. No hay manera de explicar el éxito de aquella campaña por la existencia de un arraigado pacifismo. Hasta ese instante, tanto la opinión pública como los artífices del "no a la guerra" habían asistido imperturbables a los conflictos bélicos que ensangrentaban éste o aquel rincón del mundo. El ejército español había participado en la guerra del Golfo, también contra Sadam, y luego en intervenciones en los Balcanes, sin que ello suscitara más protesta que el ritual paseo de monigotes del Tío Sam por parte de la extrema izquierda.

Entre aquellas guerras y la de Irak sucedieron los atentados del 11-S. Un miedo cerval se apoderó entonces de una parte de Occidente. Un temor que reflejó aquel infausto titular del diario de Prisa (El mundo en vilo a la espera de las represalias de Bush), y que se alimentaba de un inmoral y suicida desplazamiento de la culpa: la amenaza no eran los islamistas autores del horror, sino los yanquis que los provocaban. Venía siendo éste el cliché de que echaba mano la izquierda de cualquier lugar del globo, pero tras el 11-S se convirtió en best-seller. Fue el parapeto intelectual de un deseo de apaciguar al enemigo que emergió con fuerza comparable a la que había tenido frente a la Unión Soviética –gran impulsora del "pacifismo"– y antes, frente a Hitler.

Zapatero y sus incondicionales de la farándula y la tele, explotaron en España aquella oleada de pavor. La reorientaron de Bush a un Gobierno que no envió tropas a la guerra, pero apoyó la decisión de un aliado imprescindible. Quien crea a estas alturas que eran apóstoles de la paz y les importaba el sufrimiento de los iraquíes padece una ingenuidad incorregible. Nunca se oyó lamentar a ninguno de ellos las masacres perpetradas por Sadam. Algunos se fueron a Bagdad a respaldar al tirano. Las filas del noalaguerra se nutrieron del miedo. Del pánico a un nuevo 11-S que, mira tú por dónde, fue 11-M y ocurrió en España, ya sabemos cuándo. Una parte de los españoles culpó del atentado al Gobierno, como había culpado de los ataques del 2001 a los norteamericanos. Ahí terminó una historia y empezaba ésta en la que andamos o reptamos.

Bien mirado, la paradoja no es tal. Si la guerra de Irak tuvo consecuencias políticas en España fue, en buena medida, por el desinterés de la opinión pública por los asuntos mundiales. Se percibieron los peligros de asomarse al exterior y, en 2004, se decidió que no había que sacar la cabeza por la ventana. Es así que hoy nos podemos cocer en nuestra propia salsa.



Mentiras y verdades de la Guerra de Irak

Inocencio F. Arias


La Guerra de Irak ha sido una de las intervenciones más impopulares del último medio siglo. La aversión que despertó en la opinión pública, especialmente en la europea, no ha disminuido cinco años después. Sus consecuencias son generalmente vituperadas. Lo que lleva, en la consiguiente condena, a deformar en ocasiones la realidad. Examinaré 11 asertos relativos al conflicto para mostrar, a mi juicio, los que pueden ser correctos, cuestionables o disparatados:


1) Antes de la intervención, se aseguró que la guerra sería corta y que se recibiría a las tropas estadounidenses con palmas de olivo. A corto plazo, la afirmación pudo ser cierta; a medio plazo, no. El conflicto comenzó el 19 de marzo y la enorme estatua de Sadam Husein en el centro de Bagdad fue derribada el 9 de abril. Momentáneamente, muchos iraquíes, traumatizados por la brutalidad que habían soportado durante el régimen baazista, acogieron bien a las tropas aliadas. La frase pronunciada por McCain: «Los iraquíes estarán agradecidos a quien asegure su libertad», pareció fugazmente incontestable. Sin embargo, el desarrollo de los acontecimientos cuestionaría lo dicho por McCain y más aún la frase de Bush, cuando desde un portaviones militar proclamó: «Misión cumplida». Ni lo estaba ni lo está ahora. El primer embate contra el prestigio estadounidense llegó cuando se supo que sus tropas, en los saqueos que iniciaron los iraquíes, sólo habían recibido órdenes de proteger el Ministerio del Petróleo. Después llegaron otros hechos, como el desmantelamiento total del ejército y del aparato administrativo iraquí, las infames fotos de Abu Graib, etcétera, que contribuyeron a cuartear la imagen de EEUU en Irak y en el mundo.


2) Bush fue totalmente por libre y se inventó lo de las armas de destrucción masiva para justificar la intervención. Incorrecto. En su país, Bush estaba totalmente arropado. Legalmente, 77 de 100 senadores le dieron luz verde legal. Popularmente, casi el 80% de los encuestados apoyaban la intervención. Y mediáticamente, prácticamente ningún medio repudió la intervención. Muchos analistas americanos han entonado posteriormente un mea culpa por su seguidismo. Los atentados del 11-S les habían traumatizado y cegado. En el plano internacional, Bush no consiguió la autorización del Consejo de Seguridad de la ONU, pero sí tenía un buen número de gobiernos que lo apoyaban. No se inventó las armas de destrucción masiva. Sadam Huseim las había usado en el pasado, contra los iraníes y contra los kurdos. Además, la mayor parte de los servicios de inteligencia del mundo creían que existían; el propio Bill Clinton lo afirmó poco antes de dejar la Casa Blanca. Dirigentes que no querían la guerra, como Chirac o Mubarak, pensaban que Sadam no se había desembarazado de ellas. Las discusiones versaban sobre si se intervenía o se proseguían las inspecciones, no sobre la existencia de las armas.


3) Se aseguró también que la intervención tendría un coste aceptable. Un disparate. El gasto está siendo descomunal. Además, ha habido decenas de miles [otras fuentes hablan de cientos de miles] de muertos iraquíes (la mayor parte causados por atentados de los insurrectos, pero vidas humanas en definitiva), y unos 4.000 soldados estadounidenses. Económicamente, el costo es astronómico. El Nobel Joseph Sitglitz y Linda J. Bilmes sostienen que Afganistán e Irak han implicado un desembolso de 800.000 millones de dólares. Según ellos, sumando las pensiones vitalicias que habrá que pagar a mutilados y heridos, y teniendo en cuenta que ya han rotado 1.600.000 efectivos, de los que un porcentaje no despreciable tendrá secuelas, el costo final de la guerra ascenderá a unos tres billones de dólares.


4) Se dijo que la democracia estabilizaría Irak y, como consecuencia, el precio del petróleo. Incorrecto. Los iraquíes han votado libremente, pero la paz, por el momento, no ha llegado al país árabe. La mayoría chií, victoriosa por constituir el 60% de la población, ha sido revanchista, después de haber estado sojuzgada durante años por la minoría suní, y ésta ha sido remisa a aceptar la nueva situación, cerrando los ojos durante tiempo a la violencia de sus extremistas. La desaparición de Sadam ha abierto, además, la caja de Pandora de las tensiones soterradas étnicas, sectariasy tribales . El precio del petróleo se ha multiplicado casi por cuatro. Sería injusto achacarlo sólo al conflicto; más importantes son la voracidad creciente de China y la India, la escasa capacidad refinadora, la situación en Nigeria, etcétera, pero la intranquilidad en Irak no ha ayudado y, otro fallo en los pronósticos, no se producen los seis millones de barriles diarios que se podrían extraer. La cifra sigue en los 2,5 del inicio de la guerra.


5) Muchos aseguran que Bush siempre pensó en atacar; lo de pedir el respaldo de la ONU era un paripé. Puede que el presidente estuviera decidido a intervenir sin la ONU, pero no hubo tal paripé. Se lo dijo a Aznar en su rancho, cuando nuestro entonces presidente argumentaba que era mejor obtener la autorización de Naciones Unidas. Pero, además, Bush lo había proclamado en público en la propia Asamblea General en septiembre ante altos dirigentes y embajadores de 188 países. Yo estaba allí. The New York Times lo resumía así en primera: «O intervienen ustedes o lo hará EEUU».


6) Aznar se separó de la línea europea apoyando a EEUU. Harto dudoso. No había una sola línea. Había dos posturas europeas. En un lado, estaban Francia, Alemania, Suecia, Bélgica...; y en el otro, el Reino Unido, España, Italia, Portugal... Europa se partió literalmente en dos. Identificar la postura del continente con la de Francia es trasnochado e inaceptable. ¿Desde cuándo es más Europa la patria de Molière y de Kant que la de Newton, Dante y Goya? Lo cierto es que había dos Europas.


7) Se aseguró que la guerra tuvo una incidencia directa en las elecciones españolas y que la tendrá en las de EEUU. Depende de lo que entendamos por incidencia directa. A pesar de la masiva irritación de nuestra opinión pública con la intervención, el tema estaba digerido y, sin el atentado islamista en Atocha, el PP habría ganado las elecciones. Había superado sin problemas unas municipales en fechas en que la irritación estaba más fresca y dos días antes del 11-M, todas las encuestas le daban ganador. En cuanto a Estados Unidos, aunque hace un año se pronosticaba que la campaña electoral sería «Irak, Irak, Irak» (Woodward), la cuestión últimamente se ha esfumado. Un 38% de los anuncios electorales mencionaban Irak en septiembre; sólo un 3% a finales de diciembre. A la gente le preocupan más la economía, el seguro sanitario y la inmigración. Por otra parte, de los tres candidatos en liza, dos (Hillary Clinton y McCain) apoyaron la intervención.


8) Se asegura que la retirada de las tropas españolas de Irak se realizó porque, a diferencia de lo que ocurre en Afganistán y otros lugares, su presencia era claramente ilegal. Una memez. Nuestras tropas se retirarían porque el presidente Zapatero lo había prometido en su campaña electoral. Una razón política sólida, sí; pero su presencia era totalmente legal porque tenía la bendición del Consejo de Seguridad, que es el órgano que debía darla. El Consejo, en el octubre previo a nuestras elecciones -Resolución 1511 aprobada por unanimidad- no sólo apoyaba la presencia de las tropas de la coalición en Irak, sino que instaba a los estados miembros a prestar asistencia... «incluyendo fuerzas militares» a la misma. Es decir, animaba a más países a enviar tropas.


9) Cuando Bush se marche habrá un cambio brusco en la política de EEUU, incluyendo la salida de las tropas. Veremos. La opinión pública de Estados Unidos ciertamente ha cambiado. Una mayoría -¿55%?- piensa ahora que no se debió intervenir, pero la cuestión de la retirada militar es peliaguda. El rey de Jordania decía esta semana en EEUU que la salida abrupta sería un error, y los tres candidatos a la Presidencia tienen posturas matizadas. El republicano McCain dice que no hay la menor prisa. En el lado demócrata, Hillary Clinton no la concluiría hasta 2013, y Obama habla de que lo hará en 16 meses, pero consultando primero a los jefes militares.


10) A diferencia de otros conflictos, como los de Kosovo y Afganistán, la Guerra de Irak fue ilegal porque no contó con el apoyo de Naciones Unidas. Formulada así la afirmación es una falacia. Bush, es impepinable, no consiguió una resolución aprobatoria del Consejo, tampoco hubo condena y esquivó finalmente a la ONU. La aprobación del Consejo a la guerra de Afganistán es también para muchos discutible y, ciertamente, nunca existió en el caso de Kosovo. Es generalmente aceptado que la intervención en Irak, a pesar de su denunciada endeblez, cuenta con una base legal mucho más sólida que la de Kosovo. En Irak, había unas 14 resoluciones del Consejo acusando a Sadam de incumplir las resoluciones de la ONU. En la última de ellas, se decretaba incluso que se le daba «una última oportunidad» y que si no la acataba «se atendría a las consecuencias». He aquí la paradoja. Dos ocasiones en que se interviene militarmente al margen de la ONU: en una, Kosovo, la opinión pública aplaude o se calla; y en la otra, Irak, se levanta airada. En la calificación, la percepción pública juega más que la legalidad.


11) Los españoles se movilizaron masivamente por su pacifismo y por impedir un atropello. Bueno, el pacifismo español es encomiable, pero totalmente selectivo. Millones de personas se echan a la calle si el atropello puede ser atribuido a EEUU. Pocos se mueven, permanecemos totalmente indiferentes, ante otras tragedias internacionales con un número espantoso de muertos si no se ve la mano directa de Washington. ¿Cuánta gente se ha echado a la calle para protestar por el actual drama de Darfur? Aquí no hay manifestaciones. ¿Cuánta protestó cuando trascendió que en Ruanda habían sido asesinadas 800.000 personas en 100 días? Muy pacifistas, sí, pero a la carta.

Sebastián Urbina

Garzón, Aznar, Irak.

Podemos empezar hablando de la mentira como forma política. Avanzo, aunque si el lector tiene paciencia lo verá a lo largo del artículo, que la utilización obscena de la mentira la están protagonizando los progres, el PSOE, Izquierda Unida y demás gente que dice amar la paz. Todo esto frente al resto, que deseamos la guerra, la destrucción, la miseria y el sufrimiento. No descarto la existencia de personas de buena fe que se crean las mentiras, y las distorsiones de la verdad, de la progresía nacional e internacional.

PRIMERO. He leído un artículo del juez Garzón ('Carta a José María Aznar sobre la amenaza de guerra en Irak/El País/4/3/2003) en el que muestra un bajo nivel de argumentación que me ha sorprendido. Su artículo es largo y tedioso de modo que entresacaré algunos párrafos:

'En todo caso, sería muy fácil para usted (se refiere a Aznar) conseguir estas finalidades (se refiere a ''estar en primera línea internacional'') sin poner en riesgo valores esenciales; bastaría con sumarse a la postura que todo el mundo civilizado, y los líderes políticos más dispares -franceses, alemanes, rusos, sirios, chinos ...- mantienen. Esta sí es una apuesta por la paz'.
Uno no sabe si Garzón está delirando o tomando el pelo a los lectores. Decir que en 'todo el mundo civilizado' están, por ejemplo, Siria, Rusia o China, es ignorar profundamente lo que sucede en el mundo. Incluso un estudiante de enseñanzas medias ( a pesar de la LOGSE) sabe, quiero pensar, las continuas y sistemáticas violaciones de derechos humanos protagonizadas por estos países.

La prensa internacional, o buena parte de ella, ha anunciado repetidamente que Siria esconde y/o financia a terroristas que se desplazan a Irak para cometer atentados. Alemania, por su parte, tiene soldados en Irak. La postura de Francia ha sido siempre la de proteger al dictador Sadam. En este sentido, Francia vendió al dictador complementos necesarios para construir centrales nucleares, que fueron bombardeadas por la aviación israelí en 1987.
Añade el juez Garzón, que Aznar y su actitud, así como la obediencia de sus huestes (¿no dice nada del reciente Comité Federal del PSOE en el que no hubo ni una sola voz discrepante?) le produce 'miedo, un miedo frío y denso como el chapapote'. ¡Pobrecito! ¡Una manzanilla caliente para Don Baltasar!

SEGUNDO.

Aznar no envió tropas a la guerra, sino a la reconstrucción de Irak. En cambio, el Gobierno de Rodriguez nos dice que las tropas españolas en Afganistán realizan tareas humanitarias. Mienten en ambos casos. Las tropas españolas en Irak no fueron a bombardear nada sino, repito, a ayudar a la reconstrucción del país. Las tropas en Afganistán, están para hacer frente a los terroristas talibán. Como debe ser. O sea, mienten por partida doble.

TERCERO.
Felipe González envió tropas a los Balcanes sin el respaldo explícito de la ONU. ¿Cuantas manifestaciones se han hecho al respecto? ¿Cuántas veces sus señorías han salido del hemiciclo para canturrear 'No a la guerra', en referencia al Gobierno González? ¿Cuántos progresistas han pedido en enjuiciamiento de Felipe González?

Antes (con el fascista y oprobioso Gobierno de Aznar) estábamos en peligro de ataque terrorista porque nuestras tropas mataban civiles inocentes en Irak. Resulta que ahora seguimos estando en peligro de ataque terrorista islamista. Pero ¿no teníamos ''ansias infinitas de paz''? Más mentiras.


CUARTO.


Resolución 1441
(8-Noviembre-2002), reconociendo la amenaza que representan para la paz y la seguridad mundial el incumplimiento, por parte de Irak, de las resoluciones del Consejo, y la proliferación de armas de destrucción masiva y de misiles de largo alcance ... Condenando también que Irak ha bloqueado el acceso inmediato, incondicional, ilimitado a los lugares señalados por la Comisión Especial de Naciones Unidas para el desarme de Irak ... Condenando que en Irak no hay, desde Diciembre de 1998, vigilancia inspección y comprobación internacionales, como lo exigen las resoluciones pertinentes, de armas de destrucción masiva y misiles balísticos ... DECIDE:

1. Que Irak ha incumplido sus obligaciones ... en particular por la negativa de Irak a cooperar con los inspectores de Naciones Unidas y de IAEA.
2. Decide conceder a Irak, por esta resolución, una última oportunidad de cumplir sus obligaciones de desarme, como lo establecen las resoluciones pertinentes de Consejo.
13. Recuerda, en este contexto, que el Consejo ha advertido, reiteradamente, a Irak que tendrá que afrontar graves consecuencias a causa de las continuas violaciones de sus obligaciones.



Resolución 1546
(8-Junio-2004) del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ... aprobada unánimemente ... autoriza a la fuerza multinacional (FMN) para que provea seguridad en asociación con el nuevo gobierno (de Irak), determina la función de dirección de las Naciones Unidas para ayudar en el proceso político en el año venidero, y pide a la Comunidad internacional que ayude a Irak en su transición.


QUINTO. Dos cuestiones finales. Los que se manifiestan por la paz deben saber (me refiero sólo a los de buena fe) que la opción no es guerra o paz. No se trata de que al preguntar qué queremos de postre, dudemos entre helado de chocolate o helado de vainilla. No, este no es el problema. Según los datos que, usualmente, se manejan, el dictador Sadam Hussein es responsable de unos 500.000 muertos (repito, quinientos mil muertos), guerras aparte, como la que inició contra Irán o la invasión de Kuwait. Por tanto, los que dicen amar la paz deben elegir entre no hacer nada (ya se hicieron embargos, protestados por la progresía mundial, que no sirvieron para nada) y permitir que siga asesinando a civiles inocentes, o intervenir militarmente para impedir que siga asesinando a inocentes. Esta es la cuestión.

Contraargumento del interés. USA interviene porque le interesa, ya que Irak tiene petróleo. Sin embargo, a USA le habría salido más barato que Sadam hubiera seguido vendiendo petróleo. La producción hubiese continuado y los precios habrán bajado. No hubiesen muerto soldados norteamericanos y la progresía mundial no se hubiera desgañitado contra la maldad intrínseca de Bush. El del azufre. Dicen algunos progres, ' si hay que intervenir, que sea con todos los violadores sistemáticos de derechos humanos'. Lo de siempre, el todo o nada. Imaginemos que voy a dar una limosna (imagino que ya no se dice así, y que debe ser un lenguaje fachorro) a un indigente. En el momento de entregarle unas monedas, me para un progre y me dice: 'no seas hipócrita, dáles a TODOS los indigentes'. Esta es la forma de razonar (?) de los progres. Ahora bien, todos tenemos intereses. No solamente la pérfida USA (ya no toca lo de 'pérfida albión') sino todos los humanos. Algunos de los que se manifiestan puede que se hayan peleado por una herencia. ¿O no? ¿O son todos como Teresa de Calcuta? Por tanto, USA tiene intereses. ¡No faltaría más! Pone el dinero, pone los muertos y ¡encima! el rojerío mundial quiere que sea gratis et amore. Lean a Habermas, aunque sea pesadito, y verán que eso de los intereses no es exclusivo de la 'clase opresora'.

Contraargumento de la mentira. Dice la progresía, en general, que todos los que no son como ellos, ''han mentido'', porque resulta que no aparecen las armas de destrucción masiva. En mi opinión, hay que ser cretino o tener mucha mala fe para decir esto. Pongamos un ejemplo. María comenta a su hermano Luis que deberían buscar, en un armario del sótano de la casa en la que viven, una foto de la boda de sus padres. Allá está, según le dijo su madre, ya fallecida. La buscan en el armario y no la encuentran. La buscan en el sótano. Tampoco. La buscan en toda la casa. Nada de nada.

Al cabo de varios meses, por casualidad, María descubre la foto, enrollada, en una maleta que, supuestamente, sólo contenía ropa. Aparece el tercer hermano, Juan, y dice a María y Luis, '¡habéis mentido, la foto existía!'. ¿Es cierto que mintieron? Claro que no. ¿Mintieron todos los miembros del Consejo de Seguridad al decir que Sadam escondía armas de destrucción masiva, dadas las informaciones que tenían de los servicios de inteligencia? Claro que no. Se equivocaron. Los que mienten, con inusitado descaro, son los que, ahora, acusan a los demás de mentir. Es decir, el rojerío. También ellos (incluido el Presidente Rodriguez) creían que había armas de destrucción masiva.



PD. Por cierto ¿Qué dicen sus señorías, y sus acólitos, del genocidio de Darfur? ¿Seguimos comiendo gambas y quejándonos de la maldad intrínseca del capitalismo mundial? ¿Intervenimos militarmente para evitar que sigan asesinando y violando o decimos que queremos la paz? Por favor, al menos, que no hablen de superioridad moral.


La guerra contra Irak no es por petróleo

Líderes opuestos a la guerra han estado proclamando que Estados Unidos lo que quiere es lograr control sobre el suministro petrolero en Irak y el resto del Medio Oriente. Un reciente reportaje de la revista Business Week cita a un alemán miembro del Partido Verde diciendo: "Saddam no es ningún santo, pero a mi todo eso me huele a… petróleo". Tal razonamiento, muy extendido en Europa, no tiene lógica. Si el petróleo fuera la razón de la línea dura de la administración Bush contra Irak, evitar la guerra sería la política más conveniente.

Irak, lo mismo que los demás productores, tiene que exportar su petróleo para obtener divisas y poder comprar bienes, incluyendo armas. Como el petróleo se negocia en un fluido mercado internacional, cualquier país puede comprar el petróleo que quiera, pagando el precio mundial. Por lo tanto, a Estados Unidos le convendría fomentar una mayor exportación de Irak porque ello contribuiría a bajar el precio. Pero, por el contrario, desde el fin de la Guerra del Golfo, Estados Unidos ha insistido en que la comunidad internacional restrinja la producción petrolera de Irak, para presionar a Saddam Hussein en el desmantelamiento de sus armamentos de destrucción masiva.

La guerra con Irak le costará mucho dinero a Estados Unidos. La posibilidad de esa guerra ya ha disparado los precios del petróleo, lo cual equivale a un gran impuesto para todos los consumidores de energía. El comienzo de hostilidades aumentaría más los precios, como pasó en la Guerra del Golfo. Las más altas estimaciones del costo del conflicto están por encima de los 150 mil millones de dólares, o sea 1,5% del PIB, y se basan en que las instalaciones petroleras en Irak, y posiblemente en países vecinos, serán destruidas y dejarán de operar por algún tiempo.

Aun si se destruyeran todas las instalaciones petroleras de Irak, la producción petrolera mundial caería por un año en menos de 4% y ello aumentaría el precio en hasta un 40%. Eso significaría un salto de 35 dólares a poco menos de 50 dólares el barril; un salto considerable, pero mucho menos que el aumento de 300% de 1973. Debo añadir que un precio por encima de 50 dólares es muy poco probable.

Es más, en caso de guerra, el precio se debe mantener por debajo de los porque ya el mercado refleja esa posibilidad y los demás exportadores aumentarían su producción para aprovecharse de los precios altos. Además, aquí utilizaríamos parte de nuestras reservas estratégicas.

Las economías desarrolladas son ahora menos dependientes del petróleo que cuando se creó la OPEP y cuando Irak atacó a Irán. Han aprendido a economizar petróleo desarrollando nuevas tecnologías, incluyendo autos y aviones más eficientes. Por eso, la proporción del ingreso que se gasta en petróleo es hoy menos de la mitad en Estados Unidos, por lo que un aumento del precio en 50% sería mucho menos grave para este país, Europa y Japón.

Hoy en día, las naciones del Medio Oriente son menos importantes en la producción petrolera que a principios de la OPEP. Su participación en el mercado mundial ha caído de 40% a 30% y para mantener los precios la OPEP restringe la producción de sus miembros. Eso mismo ha fomentado la producción en otros países no miembros como Rusia y las empresas petroleras hacen mayores esfuerzos por encontrar nuevos depósitos en el fondo del mar, en China y en la tundra siberiana.

Arabia Saudita trata de hacernos creer que produce más petróleo del que quiere para impedir alzas de precios y ganar puntos con Estados Unidos y Europa. En realidad están protegiendo sus intereses porque saben que mayores aumentos afectarían la demanda de petróleo del Medio Oriente en la medida que otras regiones aumentan su producción y las naciones industrializadas economizan su utilización.

En conclusión, una guerra con Irak no sería por el petróleo, sino por la amenaza que Saddam Hussein representa para sus vecinos, para su propia gente y para naciones alrededor del mundo.

© AIPE. Gary S. Becker, premio Nobel en 1992, es profesor de Economía de la Universidad de Chicago.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Con el debido respeto: ¿En Darfur hay o ha habido tropas españolas?
Por otra parte, ¿no dice ud. siempre que no vale como argumento atacar al contrincante diciendole que si se manifiesta en contra de una situación injusta debe manifetarse contra todas las situaciones injustas? El ejemplo de que el hecho de dar limosna a un mendigo no significa que para ser justo deba dar limosna a todos los mendigos, etc etc.
Ya por último, el propio Inocencio Arias reconoce que la situación actual de Irak es lamentable, contradiciendo por tanto a Aznar.

Gracias.

Jimi.

Sebastián Urbina dijo...

1. Precisamente porque no las hay nos desentendemos del sufrimiento ajeno. A diario hay asesinatos y violaciones de personas inocentes. ¿Supone esta inacción alguna superioridad moral?
2. Digo lo contrario.
3. Las informaciones de unos de los Institutos más prestigiosos, GEES, dicen que la situación es mejor y sigue mejorando. Con cifras. Número de muertos y heridos. Número de teléfonos, niños escolarizados, servicio de agua potable, etcétera. A pesar del terrorismo internacional, ayudado por Siria e Irán, que teme el mal ejemplo de Irak. Es decir, que se convierta en una democracia, por muy imperfecta que sea.

El gobierno español, sin embargo, envía tropas a Líbano, Afganistán y Kosovo. Si lee los artículos verá que, al menos, hay tanta base legal para intervenir en Irak como en los otros conflictos. Esto lo reconoce, también, Inocencio Arias.