jueves, 7 de mayo de 2009

VENDER HUMO.

07-05-09 , por C. Cuesta / D. Gracia(Expansión)

El sistema de reparto de fondos entre las comunidades presupone unos recursos que no verán las regiones porque la recesión los ha diezmado.

El vicepresidente territorial, Manuel Chaves, habló hace dos semanas de 8.000 millones extra para las comunidades autónomas. Un mes antes, el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, fijaba un techo máximo de unos 10.000 millones. Pero lo cierto es que el debate sobre la cifra que realmente acabarán recibiendo las autonomías tras la renegociación de su modelo de financiación dará más que hablar.

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El modelo en el que se basa el cálculo de los fondos extra que está dispuesto a poner el Gobierno central encima de la mesa para contentar a las comunidades y evitar que bloqueen la reforma tiene dos caras. La primera es la aparente, donde se asegura que puede ascender hasta superar los 8.000 millones de euros. La segunda es la real: las cifras se han calculado contando con una recaudación de impuestos totalmente alejada de la realidad: la obtenida en el año 2006, en pleno boom económico y, por lo tanto, de ingresos por impuestos. De este modo, la cifra que efectivamente perciban las regiones cuando tengan que aplicar este modelo quedará claramente mermada.

«La diferencia respecto a lo que aparece en el modelo de cálculo que baraja el Gobierno y la fotografía actual es de casi un 30%», asegura una fuente autonómica, «porque el mecanismo de incremento de fondos se basa en un aumento del porcentaje de cesión de la recaudación por unos impuestos que ahora están recaudando claramente menos que en el año que se ha tomado como base del cálculo, 2006».

Con letra pequeña
La razón de esta sorpresa para las autonomías es el nuevo esquema de reparto de fondos. Hasta ahora, el traspaso de ingresos vía transferencia era mayor y la cesión de impuestos, más reducida. Se traspasa un 33% de lo obtenido al año por el IRPF, el 35% del IVA y el 40% de los Impuestos Especiales (Hidrocarburos, Electricidad y Alcohol).

Los ingresos totales por impuestos caerán en 2009 respecto al año base de la nueva LOFCA

Con el nuevo esquema, que el Gobierno pretende que se pacte en mayo, bajará el importe destinado a mecanismos de garantía como el Fondo de Suficiencia (hasta ahora dotado con unos 35.000 millones de euros) y subirá la parte que depende de la recaudación de impuestos, que alcanza el 50% de todo lo ingresado al año por IRPF e IVA y el 58% de los Impuestos Especiales.

En teoría, las comunidades ganan con esta cesión de impuestos mayor autonomía financiera. Los recursos provenientes de los impuestos propios y cedidos alcanzarían el 90%, frente al 70% actual. Pero en la práctica no faltarán sustos. Solamente en lo que va de año, la recaudación por IRPF ha caído un 9,7% y la del IVA, un 26,2%, respecto a 2008.

La brecha se agranda todavía más respecto a 2007 y alcanza en torno a un 28% sobre el cierre de 2006, año de máximo crecimiento económico de la etapa de Gobierno socialista. Ese ejercicio, en el que el PIB rozó el 4% (3,9%), ha servido de base al Gobierno para el cálculo de las cifras del nuevo modelo de financiación autonómica. Por lo tanto, todos esos ingresos tendrán una parte de espejismo.

En plena recesión, que las comunidades participen más en el IVA o el IRPF no significa más fondos

Desde Hacienda explican que los recursos de las comunidades deben ser coherentes también con los ciclos económicos. Es decir, no pueden percibir ahora lo mismo que hace tres años. Un argumento que chocará con las quince reivindicaciones que tendrá que cuadrar Chaves.

Las bases del acuerdo en La Moncloa quiebran
Por más quejas que suscite en Cataluña, la propuesta lanzada por el Gobierno para reformar el sistema de financiación recoge bastantes puntos del Estatut, como los referidos a la cesión de impuestos, el reconocimiento del esfuerzo fiscal o de la población. No obstante, ha llovido bastante desde que una tarde de 2006 en La Moncloa pactaron el texto José Luis Rodríguez Zapatero y el líder de CiU, Artur Mas.

En primer lugar, el Ejecutivo ha incumplido los plazos que prometió en el Estatut. Y, en segundo, el escenario de bonanza con en el que se planteó el Estatut era bien distinto. Con recesión actual, la mayor cesión de impuestos que reivindica Cataluña no se traduce en más fondos.

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