caradura, sinvergüenza
‘De caradura, de sinvergüenza, de hipócrita y cínico, catalogo la inhibición verbalizada del Síndic de Greuges, Rafael Ribó, ante su falta de celo para hacer cumplir con las sentencias que obligan a respetar la enseñanza en castellano en las escuelas catalanas'.
(Antonio Robles/LaVozdeBarcelona)
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