lunes, 25 de junio de 2012

POLÍTICOS Y CORRUPTOS

 



Ramiro Grau Morancho, Abogado y Académico Correspondiente. ............................................................de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación  



Políticos y corruptos

Comenzaré diciendo que políticos y corruptos no son palabras sinónimas, aunque a muchos se lo parezca. Que hay políticos honrados, aunque escasos, y pienso que el problema de fondo es la profesionalización política.
         
Aunque en el catálogo de ocupaciones del INEM no figura como profesión la de político, tampoco aparece la de puta, y la verdad es que hay muchas personas –hombres y mujeres- dedicadas a ambas profesiones…públicas.
         
Comencé la carrera de Derecho a la temprana edad de 35 años, siendo ya profesor universitario, en calidad de Graduado Social, y me sorprendió mucho ver a algunos compañeros de la Facultad –no los más listos, la verdad-, con veintipocos años saltar del pupitre al asiento curul, como concejales, diputados autonómicos e incluso nacionales,  sin solución de continuidad. Algunos han seguido “trepando” en la política, sin profesión u oficio alguno, pues me niego a considerar la licenciatura en Derecho como una profesión. Será una formación universitaria –bastante deficiente, por otra parte-, pero no es propiamente una profesión. La abogacía si es una profesión, o el ejercicio del derecho en cualquier ámbito de la vida: jueces, fiscales, secretarios judiciales, etc.
         
Es decir, tenemos una “clase” política totalmente profesionalizada, que hacen de los cargos su profesión, que se han acostumbrado a vivir sin trabajar –y además muy bien-, y que no están dispuestos a bajarse del burro, aunque el animal esté agonizando, como le pasa al pobre y sufrido pueblo español…
       
Dicen que cada pueblo tiene el gobierno que se merece, y la mayoría votamos por el cambio al PSOE, y así consiguió el PP la mayoría absoluta. Mayoría absoluta que le permitiría reducir el elefantiásico tamaño de las administraciones públicas, pero claro, la “clase” política no es tonta, y se niega a reducir sus viveros de empleo, que no de trabajo, ya que la mayoría no hacen gran cosa. Su principal ocupación es intrigar contra sus propios compañeros para desacreditarles, y así poder seguir figurando en las listas –no hay peores enemigos que los del propio partido-, hacer de “conseguidores” para empresas privadas, previo cobro de las comisiones correspondientes, y buscar nuevos “yacimientos” de empleo en empresas públicas, semiprivadas, etc., para cuando se les acabe el chollo.
         
El PP, que lleva ya medio año en el poder sigue sin:                             

                 
  1. Reformar la Constitución para suprimir el Senado, el Tribunal Constitucional y las Provincias.
  2.                  
  3. Echar a todo el personal interino, eventual, contratado temporal, etc., de las administraciones, para reducir el difícil público.
  4.                  
  5. Volver a la jubilación de los cuerpos superiores a los 65 años, para reducir el empleo público y los gastos de personal, que se comen más del 80% de los ingresos del Estado.
  6.                  
  7. Suprimir los trienios y reducir la cuantía de las pagas extras.
  8.                  
                 
Tenemos 38 diputaciones provinciales que son auténticos nidos de caciques –en acertada expresión de don Hipólito Gómez de las Roces-, pero nadie se decide a quitarlas. Se trata de más de un millar de plazas de diputados provinciales, y claro los políticos no quieren reducir sus empleos…
         
Tampoco se suprime el Senado. Todos sabemos que es una cámara inútil, por redundante, y que es un verdadero cementerio de elefantes de políticos en la reserva, pero claro, hay que darles de comer.
         
Por supuesto, tampoco vamos a prescindir del personal interino, pues son la mayoría enchufados, y no vamos a dejar a nuestros hijos, sobrinos y correligionarios sin ocupación, que al fin y al cabo no nos cuesta ningún dinero, pues les paga el Estado.
       
¿Y el pueblo…? Pues, y perdónenme la expresión, el pueblo que se joda. Total, hasta dentro de tres años y medio no vamos a necesitar su voto. Y ya sabemos que los españoles tienen memoria de pez…
         
Pero, ¿permitirán la Unión Europea, y sobre todo los mercados financieros –nuestros acreedores, al fin y al cabo- que sigamos con este despilfarro mucho tiempo más? Ellos aspiran –legítimamente- a cobrar las cuantiosas deudas que tenemos contraídas, y de seguir así las cosas lo van a tener muy difícil.
                   ¡Pobre España! Los políticos profesionales van a ser tu ruina, y la nuestra.        (DiarioLiberal.com)            

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parece muy bien todo lo que dice don Ramiro. Ahora bien lo que no tengo claro es si desaparece el Tribunal Constitucional quien asumirá el papel de garante del sistema constitucional, salvo que se de esa facultad al propio Tribunal Supremo, creando una Sala Especial para la Protección de los Derechos Fundamentales, con lo cual se acaba con la actual situación de bicefalia del Poder Judicial, y los continuos enfrentamientos entre el Supremo y el Constitucional... Por cierto, yo que soy jurista me fío más del Supremo, pues es un Tribunal "de verdad", con jueces altamente profesionalizados, a diferencia del Constitucional, que son políticos disfrazados con toga, como dice doña Esperanza Aguirre.

Anónimo dijo...

Yo también suscribo, de la a a la z lo que dice don Ramiro Grau Morancho y pienso suscribe también don Sebastián Urbina, al darle acogida en su blog. Verdaderamente es vergonzoso todo lo que no está pasando: el gobierno anda noqueado, no sabe que hacer, falto de ideas y de iniciativas, y no digo de programa, pues lo ha incumplido totalmente. Realmente tenían razón los que decían que Rajoy iba a ser un mal presidente del gobierno, duda su indecisión gallega, y que me perdonen los gallegos.

Anónimo dijo...

Creo que la política no puede ser una profesión. En realidad es una vocación de servicio público, al menos para los buenos políticos. Y como tal debe ser temporal, compatible con el trabajo anterior, de forma que quede en suspenso la profesión, y se vuelva a ella cuando se deje la dedicación temporal a la política. Mientras sigamos teniendo políticos profesionales, estamos condenados a ser "estafados" por estos vividores profesionales...

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo con el autor. La única forma de evitar la profesionalización de la "clase" política, creo seria limitar sus mandatos a un máximo de ocho años seguidos, o incluso limitarla únicamente a cuatro años, aunque cuatro años después puedan volver a presentarse, y así sucesivamente. Creo se regeneraría un poco la "casta" política, al tener que ejercer alguna actividad conocida en el interín. Y así veríamos, de paso, para que sirven algunos políticos profesionales..., si es que sirven para algo. Alguien me puede decir, por ejemplo, ¿cuál es la profesión, oficio o beneficio del señor Bono, por ejemplo? Yo, desde que era pequeñito, siempre le he visto chupando del bote.

Anónimo dijo...

Me parece muy correcto todo lo que dice el artículo, y lo que me extraña es no ver más opiniones así, sensatas, en los diarios. ¿O es que están todos vendidos? Hoy en día se leen textos de mayor calidad y claridad en los blogs y diarios liberales que en la prensa escrita que está casi toda vendida al capitalismo y al poder. Al menos en mi opinión.